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miércoles, 24 de diciembre de 2014

jueves, 6 de noviembre de 2014

Top 5 - Música y Política: Músicos comprometidos.

Creo que nunca hemos tocado la política como tal en el blog. Tampoco entra dentro de nuestra idea editorial, por lo que seguiremos igual. En cualquier caso, se nos ha ocurrido hacer un Top 5 muy particular, presentando a los cinco artistas que, creemos, mas relación han tenido con la política a lo largo de sus carreras. O dicho de otro modo, aquellos que mas compromiso han tenido hacia determinados movimientos sociales, medioambientales, etc...y que en muchos casos han llegado a liderar muchos de ellos. Echareis a faltar quizás en esta particular selección a gente como Bob Dylan o Neil Young, pero en ambos casos, creemos que sus apariciones o sus momentos mas políticos son de muy poco peso temporal (a pesar de su relevancia y ser muy recordados) dentro del global de carreras, que abarcan varias décadas. En el otro lado de la balanza hemos descartado a artistas de dudosa credibilidad como Bob Geldof o el siempre presente Bono

5. Bruce Springsteen.



Dejando a un lado mi perfil de fan, creo firmemente que Bruce es una persona honesta y que todas aquellas situaciones de carácter político en las que ha puesto su nombre encima de la mesa responden a su propio interés como ser humano y no buscando cualquier aprovechamiento de tipo profesional, que en su caso, jamás lo necesitó. Desde su participación en el festival No Nukes en 1979, son muchos y recordados los momentos en que Bruce ha puesto su granito de arena para determinadas causas. Eso le ha perjudicado a nivel de publico (en USA, cuando toca determinadas canciones como American Skin, le abuchean) pero el ha hecho siempre lo que su espíritu y su razón le han empujado a hacer. Aunque eso no fuera precisamente popular. Y que importa ser amigo de Obama? No será que lo que jode es que Obama sea amigo de Bruce y no lo seamos nosotros?.

 4. Joan Baez.


Amada y odiada a partes iguales, la historia no ha sido muy justa con Joan Baez. Se nos olvida con frecuencia que fue una de las mujeres que hizo del niño Bob Dylan todo un hombre y que fue este y no ella quien sacó provecho mediático de su amistad y posterior romance. Hoy es el día (tiene mas de setenta y cinco años) en el que es muy fácil encontrarse a Joan en alguna manifestación popular en su país, defendiendo derechos o causas que ella cree justas. Sigue apareciendo solvente y carismática ante los micros. Y también cortante. Cuando la suelen preguntar de forma curiosa algunos compañeros de manifestación lo de: "Va a venir Bob Dylan?". Ella siempre responde: "No, idiota. El nunca viene".  

3. Woody Guthrie.


La huella de Woody Guthrie en lo que se llamó canción protesta y el fok de los cincuenta y principios de los sesenta es inapelable. El músico de las clases mas desfavorecidas. Aquel que transformó el llanto de los mas necesitados en canciones generacionales que jamás perdieron su mensaje y su fuerza. Inspirador de carreras como la de Pete Segger o el primer Bob Dylan, Woody Guthrie es un símbolo en si mismo. Su famosa guitarra acústica con su pegatina "This Machine Kill Fascits" lo convirtió ademas en todo un icono obrero. Gracias a Dylan y el resto de sus seguidores, aun podemos recordarle y agradecerle su imborrable papel en la música con verdadero mensaje social.

2. Peter Garrett.


El cantante y líder del veterano grupo australiano Midnight Oil, personifica para mi el mayor grado de honestidad política que he visto nunca en un músico o estrella del rock. Desde sus principios, Garrett fué una persona muy sensible hacía determinadas realidades de su país, con especial atención a la situación medioambiental del mismo y hacia los derechos de las minorías indígenas de la zona. Hasta el punto que esa sensibilidad se acabó convirtiendo con el paso del tiempo en una militancia comprometida como representante de varios organismos que defendían esos intereses para resultar siendo elegido ministro de medioambiente de Australia. La palabrería y la falsa pose nunca fueron con el. Lo suyo era la acción y acabó dejando las guitarras por la defensa de los intereses medioambientales y nativos de su país.

1. John Lennon.


Creo que no podría ser otro quien ocupara el puesto Nº1 dentro de esta lista. Nadie con tanto peso artístico arriesgó tanto por lo que el creía justo. Se pudo confundir en algunos momentos y en algunas formas, pero su peso y su calado es tal que sigue siendo el mayor símbolo de músico comprometido y revolucionario. Llegó un momento a mediados de los setenta que esa faceta sepultó por completo a la del músico genial que todo el mundo conocía. Al mismo tiempo pocos músicos han puesto en jaque al sistema como Lennon hizo. Vigilado permanentemente por organismos como el FBI y el Gobierno Americano de Nixon, Lennon sobrepasó esa frontera que existe entre apoyar y alentar determinadas causas, a personificar la causa en si misma. Eso le costó la vida y todos le añoramos cada día. Pero es posible que si viviera no sería el mismo que fue en 1973, quien sabe. Pero nadie llego mas lejos y nadie inspiró a mas gente que el.

viernes, 3 de mayo de 2013

Grandes disgustos con Grandes discos (Parte 2 de 3).

Cuando el amigo Mansion nos propuso escribir estas entradas en las que hablábamos de aquellos grandes discos con los que no llegábamos a conectar, supe desde el principio que abordábamos una cuestión peliaguda. Por ese motivo, lo último que he escrito para esta entrada ha sido la introducción que estáis leyendo, de esa forma sé lo que viene después y puedo pedir disculpas antes de que alguien se pueda sentir ofendido. Igual me he pasado con alguna frase en concreto, pero ruego no se me tenga muy en cuenta ni lleve a nadie al enfado, ya que he querido ser totalmente honesto expresándome sin ningún tipo de cortapisas. Decir ante todo que cualquier expresión que pueda ser vista como una agresión a los gustos de cualquiera de vosotros, debe ser interpretada más como un arrebato de sinceridad hacia un material con el que no empatizo que como un insulto gratuito. Ya quisiera yo que estos cuatro álbumes que vienen a continuación me tocaran la fibra sensible, así tendría más música con la que pasar buenos momentos, pero lamentablemente no ha sido así.


Bruce Springsteen - Born To Run (1975)

No puedo con su discografía y mucho menos con su obra clave en la que todo lo que conlleva ser Springsteen está elevado a la enésima potencia. Quizá no conecte con él porque valoro en la música otros aspectos distintos a los que Bruce es capaz de ofrecer. Le he dado muchas oportunidades y tengo claro que no me tocará la fibra sensible por mucho que siga intentándolo. Born to Run es un álbum demasiado efectista, repleto de cambios de ritmo y acelerones en los que se ve clara la intención de provocarte el subidón constante. Bruce se esfuerza por impactar y trasmitir, pero para disfrutar de un álbum no necesito que me estén cantando de continuo en pleno éxtasis. Me cansa tanta pose. Lo he intentado también con The River y en el segundo tema lo tuve que dejar porque volvíamos a lo mismo: Sherry Darling empieza bien, pero termina perdiéndose en la misma hecatombe sin sentido. Quizá inconscientemente me he creado una imagen de Springsteen que roza la caricatura, pero también lo he intentado con Nebraska por ver otra de sus facetas y por poco me duermo antes del tercer tema.


Deep Purple - Made In Japan (1972)

Cualquiera que haya leído el blog con asiduidad, sabrá que mi género predilecto es el pop sin demasiadas complicaciones. Luego, comprar original Made In Japan de Deep Purple fue un craso error por mi parte. Me hice con él con veintipocos años, quizá a partir de verlo reseñado en un ranking confeccionado por la revista Discoplay a partir de las votaciones de los lectores. El caso es que gracias a este disco sé con seguridad que el virtuosismo instrumental y los largos sólos de guitarra no van conmigo, al menos del estilo que se prodiga en este doble álbum. Sinceramente, me da igual que el músico en cuestión se deje los dedos durante horas. Tampoco quiero ser demasiado duro ni me apetece exagerar, pero creo que ni los más fanáticos del grupo pueden tragarse el sólo de batería de Ian Paice en el tema Child In Time The Mule. Ese momento sin venir a qué de un tío aporreando la batería sin ningún otro tipo de apoyo instrumental resume a la perfección la intención de este doble directo, alimentar los egos de los músicos a base de machacar instrumentos y torcerse los dedos.


John Lennon - Imagine (1971)

Es cierto que Imagine apareció en el número 3 de nuestro ranking sobre los mejores discos de los Beatles en solitario, pero diré en mi defensa que fue el resultado de una votación consensuada entre varias personas, yo me limité a escribir la reseña después de que se establecieran las posiciones. Mi álbum favorito de Lennon es Plastic Ono Band, de hecho es el único al que la serie Classic Albums le ha dedicado un documental. Siendo honestos, Imagine me parece un álbum interesante con tres o cuatro temas geniales, pero para nada la obra emblemática de Lennon que su viuda nos ha querido vender durante todos estos años. En mi opinión, Imagine es el álbum a partir del cual Lennon empieza su verdadero declive como compositor, ofreciéndonos la primera de sus obras irregulares durante los setenta. Haciendo un breve resumen sin querer hacer demasiada sangre, diré que Crippled Inside no tiene nada que la haga especial, I Don't Want to Be a Soldier Mama es demasiado repetitiva, Oh My Love es demasiado candorosa incluso para los cánones de McCartney, How Do You Sleep? es destacable tan sólo por la pelea con su ex-colega en los Beatles y Oh Yoko! es el típico cierre simpático en el que rinde pleitesía a su nueva musa y dominatrix.


King Crimson - In The Court Of The Crimson King (1969)

King Crimson es otro grupo al que he dado por imposible después de ser asignatura pendiente durante mucho tiempo, ya que otros colaboradores del blog a los que respeto en cuanto a criterio musical me lo han recomendado fervientemente durante años y años. A estas alturas tengo claro que si no he conseguido empatizar con su álbum más conocido y rompedor, no me queda mucho más que hacer con el resto de su discografía. Al contrario de lo que ocurre con Emerson, Lake & Palmer, por poner un ejemplo, King Crimson son considerados la élite intelectual del rock progresivo y les rodea una especie de aureola de sofisticación que no llego a entender. Yo compré su opera prima, de la que estamos hablando ahora, muy jovencito y en ninguna de las escuchas le encontré una canción que me tocara la fibra sensible (aunque tratándose de King Crimson, más que hablar de canciones, sería más propio hablar de pasajes). Si el sólo de batería de Ian Paice se lleva la palma en Made In Japan, en este álbum me gustaría destacar una de las partes instrumentales de Moonchild en la que los instrumentos se encuentran a un nivel bajísimo durante minutos que se hacen eternos. Reconozco que 21st Century Schizoid Man no me desagrada y I Talk To The Wind es el corte con el que más puedo conectar, aunque para escuchar folk de calidad prefiero ponerme antes con cualquier otro especialista en el género como la Fairport Convention.

sábado, 6 de abril de 2013

Top Ten Beatles Songs - Nº 01: A Day In The Life

Llegamos por fin a la cúspide del Top Ten Beatles Songs. No será la última entrada, ya que quiero escribir una más a modo de epílogo donde ofrecer datos interesantes y porcentajes varios, pero si es la última que dedicaremos en exclusiva a una canción en concreto. No sé si alguien se habrá llevado una gran sorpresa al ver A Day In The Life en el nº 1, pero cualquiera que haya repasado otros rankings de canciones de los Beatles en revistas u otros medios sabrá que esta canción es una habitual entre las primeras posiciones.


Al igual que en ocasiones anteriores, empezaremos hablando de su génesis particular, aunque en este caso me queda poco por decir si ya habéis leído la entrada anterior sobre Strawberry Fields Forever. Ambas son dos canciones de Lennon que fueron grabadas en un lapso de tiempo muy corto y, teniendo en cuenta que ocupan las posiciones 1 y 3 de este ranking, parecen encontrar a Lennon en su cima creativa como compositor. Ya hemos hablado semanas atrás de la situación en la que se encontraban los Beatles durante el periodo en el que fueron grabadas, aunque haré un breve resumen para despistados: cansados de las giras, los Beatles deciden renunciar a ellas tras Revolver y tomarse un descanso de algunos meses para dedicarlos a sí mismos. Lennon se marcha a Almeria donde compone Strawberry Fields Forever, tema que presentará a los Beatles a su vuelta y con el que el grupo se reactivará tras aquel breve parón.

A Day In The Life fue compuesta cuando Lennon había vuelto a casa después de aquel periplo cinematográfico y hablar de su génesis es complicado. Las tres estrofas compuestas por Lennon guardan la misma línea melódica, pero la letra de cada una de ellas habla de un hecho aislado sin relación o línea continuísta entre sí. Haciendo un recorrido rápido por la génesis de los temas de Sgt. Pepper, resulta sorprendente conocer de donde fueron surgiendo algunas de sus canciones. Si She's Leaving Home le vino a McCartney de una noticia leída en un periódico, Being For The Benefit Of Mr. Kyte apareció ante Lennon tras ver un anticuado cartel de circo.

En el caso de A Day In The Life todo se vuelve más enrevesado, ya que la inspiración para la letra depende de la estrofa que queramos analizar. La primera estrofa describe la muerte de Tara Browne, joven heredero de la familia Guiness y amigo íntimo de Lennon y McCartney, la segunda toma como referencia la experiencia cinematográfica de Lennon en Almeria y la tercera describe una noticia leída en el Daily Mail sobre el elevado número de hoyos en una carretera de Blackburn, Lancashire. Cómo se puede ver, la letra de una de las canciones más emblemáticas de los Beatles parece guardar poca profundidad si no ahondamos más allá de lo que acabo de explicar. Por lo tanto, otra vez tenemos que echar mano de los textos de Ian McDonald para meternos de lleno en la psique de Lennon:

A Day In The Life, una canción no de desilusión con la vida misma, sino de desencanto con los límites de la percepción mundana, describe el mundo real como una apisonadora iluminada que reduce, comprime y finalmente destruye.


En algunas reseñas sobre la canción, se indica que A Day In The Life es la última canción compuesta por Lennon y McCartney de forma conjunta como ocurría en aquellos primeros años de los Beatles. Frase poco afortunada, ya que nada de lo que dice es cierto. La última canción en la que participan Lennon y McCartney al 50 % es I've Got A Feeling y, en cuanto a componer como en sus primeros años, la génesis de A Day In The Life nada tiene que ver con canciones más tempranas como, por ejemplo, I Want To Hold Your Hand, tema en el que ambos compositores participaban en estrecha colaboración al piano para sacarla completa. La contribución de McCartney a A Day In The Life consiste en una parte central que contrasta radicalmente con la parte de Lennon. Según el propio Lennon, la introdujeron ahí porque McCartney no podría haberla utilizado de forma aislada, ya que no era lo suficientemente solida como para ser una canción en sí. Según Ian McDonald:

Los Beatles comenzaron A Day In The Life dos días después de que Lennon recibiese la inspiración para escribir las estrofas. En este tiempo, McCartney añadió la parte intermedia a tiempo doblado, un fragmento de un tema sobre sus dias escolares que, en este nuevo concepto, devino una viñeta de una vida distraídamente ajetreada y rutinaria.

Según confiesa McCartney en los vídeos del proyecto Anthology, la famosa frase I'd love to turn you on, que sirvió como pretexto a la BBC para censurar la canción por hacer apología del consumo de drogas, trataba exactamente de eso mismo. Se podría decir que la BBC andaba muy afinada cazando referencias políticamente incorrectas. Y una vez descritos todos los elementos, la parte de Lennon, la de McCartney y la famosa frase que decidieron añadir en conjunto, vayamos a la grabación de la canción una vez empezaron a desarrollarla en el estudio.

En las tomas más tempranas que todos hemos escuchado de los discos Anthology, la canción tiene ya integradas ambas partes (tanto la de Lennon como la de McCartney) aunque no unidas por la famosa parte orquestal. En lugar de eso, podemos escuchar a Mal Evans contando hasta veinte, ya que los Beatles no tenían muy claro aún como hilvanar la canción entre dos segmentos tan distintos. La solución de rellenar huecos con una orquesta in crescendo vino por parte de McCartney, tarea de la que se haría cargo George Martin dando las directrices oportunas a los músicos para conseguir lo que los Beatles querían. Se grabaron cuatro tomas por parte de 40 músicos de orquesta, las cuales fueron aprovechadas al unísono de cuatro pistas separadas a una sola para conseguir el efecto de una orquesta de 120 160 instrumentos a la vez.

La famosa parte final de nota de piano suspendida se consiguió tocándola en cuatro pianos diferentes a la vez y aumentando gradualmente el volumen a medida que la reverberación del sonido se iba apagando (de hecho, al final se alcanza un nivel tan alto que se oyen crujir las maderas del estudio). Esta nota final unida al famoso acorde de apertura de A Hard Day's Night encierran, según Ian McDonald la etapa dorada de los Beatles como grupo.


En cuanto a la ejecución de A Day In The Life en el estudio, rescatamos de nuevo las palabras de Ian McDonald:

La voz flotante de Lennon contrasta de manera ideal con la seca vivacidad de McCartey; la batería de Starr mantiene conjuntado el tema, comenzando por el idiosincrático diálogo con Lennon con los timbales destensados; las contribuciones de McCartney al piano y (sobre todo) al bajo desbordan imaginación, dando color a la música y captando en algunos momentos toda la atención. La brillante producción de equipo de Martin, trabajando con unas restricciones que apabullarían a la mayoría de estudios actuales, completa una pieza que continúa siendo uno de los reflejos más penetrantes de su era.

Indicar finalmente que para poder escuchar una versión de A Day In The Life aislada del Sgt. Pepper's Reprise tenemos que irnos a la edición del tema publicada en la versión CD del recopilatorio doble azul The Beatles 1967-1970. Como ya dijimos al principio de la entrada, A Day In The Life es una canción que suele aparecer en posiciones muy altas tanto si nos circunscribimos a la discografía de los Beatles como si abarcamos el catálogo completo de la música popular del siglo XX y parte del XXI. En nuestro modesto ranking se ha aupado al nº 1, aunque recuerdo que durante las votaciones la cosa estuvo bastante reñida con Hey Jude.

Como punto final, terminaré la entrada hablando un poco de mi experiencia personal con la canción. Como ya he dicho en otras ocasiones, el segundo álbum que compré en mi vida fue Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band. No sé si por tener 16 años o porque es una canción difícil de asimilar, durante bastante tiempo no me llamó mucho la atención. Poco a poco aprendí a apreciarla como merece y, cuando yo mismo voté para este Top Ten, la coloqué en mi primer lugar particular sin dudarlo. Aunque mi canción favorita de los Beatles puede cambiar de un día para otro, A Day In The Life tiene algo especial que la coloca a un nivel muy por encima del resto. Las melodías de Lennon son realmente hermosas y, como dice Ian McDonald, el trabajo de Starr a la batería y McCartney al bajo es increíble. Probad a escuchar aislada la línea de bajo de McCartney en las primeras estrofas y descubriréis una línea melódica que podría rivalizar en emotividad con la parte cantada por Lennon. Luego esta ese halo de misterio que aportan los crescendos orquestales, el oasis saltarín entre tanta grandilocuencia que aporta McCartney en la parte central o la voz de Lennon que acompaña al puente orquestal antes de sumergirnos en la tercera y última estrofa.

lunes, 25 de marzo de 2013

Pequeños flops entre grandes hits (Parte 2 de 3)



The Beatles - Yellow Submarine

Yellow Submarine es la típica canción que el profano a los Beatles suele cantarte cuando quiere reírse del grupo al que amas. Cuando McCartney empezó a tararear la melodía mientras estaba a punto de dormirse, en lugar de levantarse y tocarla al piano para retenerla, debería haberse dado media vuelta en la cama y seguir durmiendo. Yellow Submarine no era representativa de un álbum como Revolver, de hecho es su oveja negra particular, e incluirla como single junto a Eleanor Rigby fue un verdadero despropósito artístico, aunque no comercial. Lo único salvable de este tema de melodía infantil es el repertorio de efectos de sonido que lo acompaña, algo que podría suponerse una innovación en el mundo del pop.



John Lennon - Power To The People

Los recopilatorios de Lennon tienen poco material del que abastecerse y, a falta de suficientes nº 1 para completar un grandes éxitos, meten nº 4, 5 y los que siguen. Power To The People es un single que pertenece a la época más convulsa de Lennon como activista político. Es una de esas canciones himno que le salían como churros a principios de los setenta, pero para mí es una canción espantosa. Representa uno de los peores momentos de su carrera, aquel en el que se preocupaba más por sus ideales de cara a la galería que por la música que era capaz de crear. Power To The People además tiene un sonido atronador en el que sobra cualquier matiz y en el que se incluye, para mayor gloria, un saxofón que literalmente berrea en un insoportable sólo.



Bob Dylan - I Want You

Aún yendo en contra de cualquier dylanita en su sano juicio, no me gusta I Want You. Es un tema al que no le veo la gracia por ninguna parte. Y no es que no me guste porque la considere tonta o simple en su temática, es que melódicamente me parece un tema sin ningún atractivo. Puedo afirmar con seguridad que es para mí la peor canción de Blonde On Blonde y siempre que la escucho en cualquier recopilatorio suelo saltármela sin pensarlo dos veces. Creo que le falta gracia en sus melodías y he de reconocer que no puedo con esos "sooo baaaaad" arrastrados con los que remata los estribillos. La línea de armónica también me resulta insoportable, no se ya si porque precede a la canción o porque es mala en sí misma.



David Bowie - Fashion

Con Fashion me pasa algo parecido a lo que me ocurre con I Want You, es también una canción a la que no le veo ningún atractivo. Fashion apareció como single de Scary Monsters y, aún siendo la más accesible del lote, es de lejos la canción menos lograda del álbum al que pertenece. Es un tema que se va desarrollando a trompicones, el punteo de Carlos Alomar ha envejecido fatal y la parte de la letra en la que Bowie va describiendo los pasos de baile me parece muy poco afortunada. Que si, que describe muy bien lo superficiales que resultan las modas y el sinsentido que supone seguirlas, pero como canción en sí fracasa estrepitosamente.



The Police - De Do Do Do, De Da Da Da

Me gusta la música de Police y, aunque lo he intentado en muchas ocasiones con sus discos de estudio, soy más de ponerme sus recopilatorios con regularidad. Cualquier grandes éxitos del grupo es una colección perfecta de hits por derecho propio, salvo una excepción: De Do Do Do De Da Da Da. Canción perteneciente a uno de los discos más valorados de la banda, Zenyatta Mondatta, ya anticipa desde el nombre lo tonta que puede llegar a ser como canción. Y es una pena, porque la canción empieza bastante bien, pero se cae en los estribillos estrepitosamente. No es para mí una canción insoportable, pero si una oportunidad perdida para, con prácticamente los mismos elementos, haber creado algo más memorable.



Beach Boys - Help Me Rhonda

De entre todos los brillantes singles de la primera época de los Beach Boys, Help Me Rhonda es el que más se me atraganta. Puedo encontrarle la gracia a un plagio tan descarado como Surfin' In The USA, pero nunca le he visto nada especial a Help Me Rhonda. Lo más destacable serían las estrofas, pero ese estribillo me deja K.O. por repetitivo y por monótono. Lo más insufrible, esa ida y vuelta de la canción, que parece que se está terminando, pero no... vuelve y vuelve en un fundido que se hace interminable. La primera vez que la escuché, pensé que el recopilatorio que me acababa de comprar tenía algún tipo de defecto. ¿Acaso pensaba Brian Wilson que era innovador ese coitus interruptus sin ningún sentido?



Peter Gabriel - Biko

Biko, una canción sobre el asesinato del activista sudafricano Stephen Biko, me suele aburrir soberanamente. Creo que pocas veces he escuchado entero el álbum en el que aparece porque mi dedo se va derecho al stop cuando suenan sus primeros compases. Me parece demasiado lenta y falta de sustancia, a pesar de que es quizá la canción con más carga política de Peter Gabriel. En un recopilatorio del músico en el que se turnan rompepistas como Sledghammer o Steam, la lentitud de Biko se hace mucho más evidente. Es un tema que en conciertos de Amnistia Internacional debe quedar de maravilla, pero en el salón de tu casa se vuelve un bajonazo que puede amargarte el día.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Pequeños flops entre grandes hits (Parte 1 de 3)

No sé si le ocurrirá a alguien más, pero siempre que escucho un disco recopilatorio me encuentro con alguna canción que por su calidad no me parece digna de ser incluida entre lo mejor de tal o cual grupo. En esta entrada voy a enumerar algunas de esas canciones, no es ningún ranking ni están ordenadas siguiendo un criterio específico. Son simplemente temas que aparecen con asiduidad en discos de grandes éxitos y que no me gustan nada de nada. Puede que aparezcan canciones con las que todo el mundo esté de acuerdo y otras que, por emblemáticos, pueden crear algo de controversia. Nada más lejos de mi intención, esta entrada es una selección muy personal con la que sólo yo puedo estar de acuerdo al cien por cien.


The Beatles - Eight Days a Week

Empezamos fuerte con The Beatles. Nadie es perfecto y, aunque los Beatles rozaron la perfección, también guardan entre sus singles algún que otro tema que deja mucho que desear. Eight Days a Week pertenece a la época de Beatles For Sale, es decir, a un momento en el que los Beatles se encontraban en horas bajas, cansados de componer y salir de gira. Había que sacar un nuevo single en plena vorágine de la beatlemania y el tándem Lennon/McCartney se esforzó para cumplir con una de sus canciones más tontas hasta la fecha. Eight Days a Week es un tema sin alma escrito por compromiso en el que el grupo bordea con temeridad la barrera entre la melodía tonta y la ridícula.



Paul McCartney - Ebony And Ivory

Aunque Tug Of War es uno de los álbumes más queridos por los fans de McCartney, para mí no es un trabajo muy reivindicable y el hecho de que Stevie Wonder participara en él, tiene buena parte de culpa. Aparte de la aberración que supone plantar una estridencia como What's That You're Doing en la cara A con esos sintetizadores (que dañan el oído como tenedor en plato), la otra colaboración que apareció como single tampoco les quedó muy allá. Ebony & Ivory es una canción de McCartney en la que Wonder se prestó para poner la segunda voz y hacer el contraste de buenrollismo que sermoneaba la letra. Es una canción simpática en las primeras escuchas, pero que he llegado a aborrecer después. No se pierde ningún recopilatorio de McCartney y el paso del tiempo le ha pasado factura. El verdadero éxito de este tema lo ha alcanzado a la postre en un medio tan denostado como el karaoke.



John Lennon - Whatever Gets You Through The Night

A mediados de los setenta, Lennon era el único beatle que no había alcanzado el nº 1 con ninguno de sus singles (incluso Ringo se le adelantó). Durante las sesiones de Walls & Bridges se sacó de la manga una canción creada expresamente para alcanzar esa diana. Y contra todo pronóstico, lo consiguió. Cuenta la leyenda que Elton John vaticinó el éxito de Whatever Gets You Through The Night en cuanto escuchó la canción en el estudio, yo tengo que confesar que no habría acertado esa predicción ni en un millón de años. Este tema peca de sonido atronador y, como he dicho antes, se le ven demasiado las intenciones por agradar. Ese saxofón que entra desde el principio rebuznando no tiene precio.



Dire Straits - Private Investigations

Los Dire Straits nunca fueron santo de mi devoción, pero con esta canción se superaron a sí mismos en todos sus defectos. El principio con la guitarra española me mata por hortera y ese recitado de Mark Knopfler llega a lograr lo más difícil todavía, conseguir que una canción de Dire Straits supere los niveles de aburrimiento a los que nos tienen acostumbrados. La atmósfera de novela negra que intentan conseguir llega a resultar ridícula y ese final en el que cambian a la guitarra eléctrica en plan grandilocuente... ¿a santo de qué? ¿aportar más dramatismo a la historia? No le veo ningún sentido, es como intentar acabar a lo grande cuando entre tanto recitado ni siquiera se llegó a empezar nada.



The Beach Boys - Heroes & Villains

Es sabido por casi todos que si Good Vibrations fue antesala de Pet Sounds, Heroes And Villains debería haberlo sido para aquel proyecto frustrado de Brian Wilson llamado Smile. Cualquier comparación con un monumento al pop como Good Vibrations me parece desafortunado y Heroes And Villains no hace más que testificar la perdida total de rumbo por parte de Brian Wilson en un momento en el que se encontraba al borde del colapso. Esta canción no es digna sucesora de Pet Sounds y no me parece para nada un single brillante. Aparece en todos los recopilatorios del grupo y yo me pregunto, ¿nadie se da cuenta de que está compuesta por partes a cada cual más ridícula?



Simon & Garfunkel - Cecilia

No la aguanto en ningún recopilatorio y, mucho menos, en el álbum al que pertenece, Bridge Over Troubled Water. Después de una canción tan increíble como la que da título al disco, Simon & Garfunkel se descuelgan con un tema chusco en percusión y de temática irreverente. Me resulta extraño encontrarme una canción sobre una ninfómana descontrolada, cuando antes he levitado de gozo ante un himno dedicado a la amistad y a la superación como es Bridge Over Troubled Water. Además, es una canción tan impropia del dúo que resulta extraña de por sí, ya que en toda su discografía precedente no existe algo parecido. Por canciones como ésta (y Keep the Customer Satisfied, y Baby Driver, etc.), tengo claro que Bridge Over Troubled Water no es ni un álbum redondo ni el mejor trabajo de Simon & Garfunkel.

miércoles, 30 de enero de 2013

Top Ten Beatles Songs - Nº 03: Strawberry Fields Forever

Tras una larga espera, retomamos el ranking con las mejores canciones de los Beatles. Ha pasado mucho tiempo desde que publicamos el nº 4 con Something de George Harrison, pero tanta demora tiene una sencilla explicación. No es el primer ranking que escribo para el blog, antes ya publiqué uno sobre los mejores discos de CSNY y otro sobre los mejores trabajos en solitario de los Beatles. Empecé el presente ranking sobre canciones de los Fab Four muy ilusionado, pero poco a poco fui espaciando las entradas en el tiempo porque, como es natural, a medida que me acerco a las primeras posiciones, el nivel de exigencia que me impongo es cada vez mayor. Las canciones que nos quedan por tratar son capitales en la discografía del grupo y la información disponible sobre ellas es enciclopédica. Luego, el retraso se ha producido básicamente porque sabía que estas primeras posiciones me iban a suponer demasiado esfuerzo de documentación y redacción. Estos últimos meses he estado muy ocupado y no me veía con tiempo para finiquitar el ranking. ¿Qué ha ocurrido? Mis circunstancias personales no han cambiado, pero he pensado que había que terminarlo de cualquier manera posible. No se podía retrasar más, así que voy a cambiar el enfoque para estas tres últimas canciones. No voy a documentarme tanto como en anteriores entradas, voy a escribir lo que salga y no voy a darle demasiadas vueltas. Al fin y al cabo, lo importante es el orden de las tres primeras posiciones. Para ampliar información siempre tendréis la wikipedia.


Strawberry Fields Forever alcanza la medalla de bronce en nuestro particular ranking. Como ya dijimos cuando tocó comentar In My Life, los Beatles llevaban algún tiempo jugando con la idea de realizar un álbum conceptual sobre la nostalgia y los recuerdos de su infancia. Si In My Life fue un primer paso en esa dirección, no fue hasta la época de Sgt. Pepper cuando los Beatles empezaron a explotar ese recurso compositivo en mayor medida. Aquel proyecto conceptual sobre la infancia norteña (como la llama Ian McDonald) nunca llegó a realizarse como tal, pero si es cierto que las canciones de Sgt. Pepper, y sobretodo su single previo, heredaron mucho de esa intención original.

La composición de Strawberry Fields Forever se remonta a 1966, momento en el que los Beatles viven un punto de inflexión en su carrera. Vapuleados por medio mundo debido a las intensas giras internacionales a las que eran sometidos, el grupo al completo decide cerrar ese capítulo y abandonar los conciertos para centrar sus esfuerzos en desarrollar su música en el estudio. Atrás quedaban escándalos religiosos y desaires sin mala intención a la primera dama de Filipinas. Tras la publicación de Revolver, los cuatro Beatles deciden desconectar y dedicarse algo de tiempo para sí mismos. Lennon en concreto se marcha a Almería para participar en el rodaje de la película de Richard Lester How I Won The War. El consumo cada vez más habitual de drogas, el fracaso de su matrimonio con Cynthia Lennon y el limbo en el que se encontraban los Beatles situaban al músico en un punto vital de inminentes cambios e incertidumbre. Según cuenta Ian McDonald, la composición de Strawberry Fields Forever en ese momento crucial de su vida lo ayudó como catarsis para sobreponerse a sí mismo y resurgir como compositor. No sé hasta que punto un crítico puede entrar en la psique de un músico para afirmar tal cosa, pero puedo asegurar que el párrafo en el que lo argumenta resulta cautivador aún pudiendo ser totalmente falso.

Existe un bootleg pirata dedicado en exclusiva a la composición de Strawberry Fields Forever llamado It's Not Too Bad en el que escuchamos toma tras toma como la canción va tomando forma definitiva. Las primeras maquetas llevan el título de It's Not Too Bad e insinúan buena parte de las melodías que entrarían a formar parte de la versión definitiva. Escuchar esos primeros intentos resulta muy curioso, porque nos muestran a través de pequeños y sutiles cambios como una canción sin nada especial termina convirtiéndose en una rotunda obra maestra. La letra, además de hacer mención a un lugar destacado en la infancia del músico, trata lo distinto que se sentía del resto de las personas que lo rodeaban. No creo que hablemos de sentirse superior o mejor que los demás, simplemente de sentirse distinto al resto, ya que el propio Lennon dudaba en la letra de si era un genio o un loco. Todas estas dudas volverían a ser argumentadas por Lennon durante los próximos años, por ejemplo en una entrevista realizada a la Rolling Stone tras la separación de los Beatles.

Geoff Emerick afirma en El Sonido de los Beatles que, desde la primera vez que Lennon tocó la canción para el personal del estudio, ya sabía que se encontraba ante algo muy especial. La canción fue evolucionando rápidamente desde su versión acústica hasta una orquestada en la que George Martin escribió una partitura para cuatro trompetas y tres violonchelos. Lennon afirmó años después en una entrevista que no había conseguido el sonido que tenía en la cabeza para Strawberry Fields Forever, pero sabemos gracias a los testimonios de Emerick y Martin que en aquel momento preciso dudaba entre dos versiones registradas en el estudio. Ahora es cuando toca contar la archiconocida anécdota en la que Lennon les dejó a los técnicos la difícil tarea de ensamblar ambas partes que se encontraban en tonos distintos. Fue entonces cuando Emerick armado con tijeras y un variador de velocidad logró ajustar los tempos de ambas tomas para unirlas sin que el oyente pudiera percibir el truco (aunque para aquellos que tengan curiosidad, la unión se produce en el minuto 1:00 de la versión oficial de la canción).


Strawberry Fields Forever espoleó a McCartney para superarse a sí mismo y componer una canción tan redonda como Penny Lane, uno de sus temas más emblemáticos que, aún siendo mccartniano de toda la vida, tengo que reconocer a un escalón por debajo de la canción de Lennon. Ambos temas estaban destinados a figurar en Sgt. Pepper, pero el grupo llevaba más tiempo de lo habitual sin publicar nada, por lo que el mánager les forzó a sacarlas como nuevo single para abastecer la demanda. George Martin se lamentaría en incontables ocasiones de esta decisión como el mayor error de su carrera profesional, ya que ambos temas en Sgt. Pepper habrían convertido a este álbum en un disco más legendario aún. A pesar de ser uno de los singles más rompedores de la historia del pop, Strawberry Fields Forever/Penny Lane fue el primer single de los Beatles desde Love Me Do que no alcanzó el nº 1 en las listas de éxito. Se quedó en el nº2, por detrás de Release Me de Engelbert Humperdinck, debido a que se publicó como single de doble cara A y las ventas se dividieron entre las dos canciones, dependiendo de la que se registrara en el momento de su venta. En realidad, el single de los Beatles vendió casi el doble que el sencillo de Humperdinck, pero tampoco es cuestión de pararnos demasiado en esto.

Me gustaría terminar la entrada haciendo una valoración personal de la canción en cuestión. Strawberry Fields Forever es para mí una de las mejores canciones de los Beatles y uno de los mejores temas que he escuchado en mi vida. Podría contar con los dedos de una mano las canciones que están a su nivel o que guardan la misma magia. Al ser adolescente durante los noventa, la primera versión que conocí del tema fue la acústica que abría el segundo disco del Anthology 2 y, quizá por esa razón, prefiero su versión acústica que la versión oficial con arreglos orquestales y ensamblajes varios. Creo que si Strawberry Fields hubiera sido publicada en acústico, habría alcanzado una relevancia similar al Yesterday de McCartney. Al ser publicada en el momento en el que los Beatles no paraban de experimentar en el estudio, nos encontramos con un tema tan emblemático como Yesterday, pero tan rompedor técnicamente como Tomorrow Never Knows. Dos extremos que casan perfectamente para crear una canción clave en la historia de la música pop.

Espero no tardar tanto en publicar la siguiente posición en el ranking. Que la fuerza me acompañe.

Strawberry Fields Forever by Beatles/The Beatles on Grooveshark

miércoles, 16 de mayo de 2012

Balls: el supergrupo que nunca existió

Jimi Hendrix era, como se dice en mi tierra, un culo de mal asiento. Era un músico en ebullición constante, rebosante de ideas, y su manera de expresarse era literalmente a través de la música. Como recuerdan los que le conocieron nunca se cansaba de tocar: podía estar ensayando varias horas para luego pasarse el día entero en el estudio grabando y, no contento con eso, por la noche acudía a algún local y no tenía pereza en subir al escenario con el grupo de turno para improvisar en interminables jams.


Por lo que se cuenta de él las jam sessions era lo que realmente le gustaba, ya que el formato de canción de tres o cuatro minutos era un modelo demasiado encorsetado para lo que quería hacer. Son ampliamente conocidas jams con multitud de bandas como Cream (nada más llegar a Londres, dejando sin palabras al mismísimo Eric Clapton), Mothers of Invention, The Rolling Stones, Stephen Stills, Eric Burdon... así como bandas semiamateurs con las que no dudaba tampoco colaborar.

Corrían los primeros meses de 1969 y Jimi cada vez se encontraba más a disgusto con The Experience. Por un lado su relación con los otros dos miembros de la banda, Mitchell y Redding, es cada vez peor; por otro, cada vez tiene más dudas por cómo su manager Michael Jeffery está llevando su carrera, toda vez que su otro manager y amigo, Chas Chandler, está siendo apartado del zurdo con malas artes. Pensando en tomar un nuevo rumbo, a partir de algunos encuentros con un par de amigos empieza a gestarse un proyecto.


Estos dos amigos a los que hago referencia, compañeros de Hendrix en sus andanzas nocturnas en clubes como el Speakeasy, no son otros que Brian Jones y John Lennon. Reunidos en el apartamento de Jimi en Brook Street, empiezan a quejarse de sus respectivas bandas y de cómo desean abandonarlas. Jones se sentía más fuera que dentro de los Stones, y de hecho le constaba que Jagger y Richards ya estaban buscándole sustituto. Lennon por su parte ya se había planteado abandonar los Beatles animado por Yoko y abiertamente enfrentado a McCartney, autoerigido nuevo líder y guía de los de Liverpool. Jimi se ve reflejado en los lamentos de sus amigos, y así surge la "disparatada" pero ilusionante idea: : ¿por qué no montar juntos un nuevo grupo?

Por lo que se sabe del asunto, los tres se reúnen para ir dando forma al tema, todo bajo las mayor discreción. Se habla de cierta reunión en un restaurante hindú del centro de Londres ocurrida el 2 de marzo de 1969, tras la cual se producen los primeros ensayos de este supergrupo que iba a llamarse Balls, de los que supuestamente existen algunas grabaciones.


Según se dice Brian Jones consultó el tema con Nicholas Fitzgerald, que era la persona que llevaba los asuntos del malogrado fundador de los Stones, a lo que él respondió tal que así: "Hacer ese grupo supondría la separación de los Beatles, los Rolling Stones y la Jimi Hendrix Experience, es decir, las tres atracciones internacionales más grandes del rock británico, y junto a ellas cientos de contratos de giras, mánagers, representantes, publicidad. Millones de libras ¿comprendes? Y hay gente de la que tal vez tú nunca has oído nombrar que no lo va a permitir. Y te lo digo en serio. ¡No lo van a permitir!"

Seis meses después Brian Jones murió, acabando así con cualquier posibilidad de que este proyecto tomara forma. Según cuenta la leyenda que rodea a esta historia, las supuestas cintas que recogían los ensayos de Balls fueron robadas de la casa de Jones pocos días antes de la muerte de éste. Los conspiranoicos van un paso más allá, ya que la muerte del Stone siempre estuvo rodeado de cierto halo de misterio, y hay muchos que piensan que no se trató de un simple accidente.

domingo, 26 de febrero de 2012

Anexo: Top Ten Beatles Songs

A petición popular, he decidido recuperar el abandonado ranking sobre las mejores canciones de los Beatles. Me he dado cuenta de que no lo retomo desde diciembre del año pasado, cuando hablamos de la cuarta posición en la que se encontraba Something. El motivo principal para dejarlo tan estancado es sencillo: me da pereza abordar las tres últimas entradas, ya que son publicaciones que requieren mucho trabajo para sacarlas adelante. Así que antes de entrar en el medallero, he escrito un pequeño apéndice abarcando desde la undécima hasta la decimoquinta posición. Son textos cortos que me han servido como calentamiento para atreverme con lo que queda del Top Ten. Además, creo que resultará curioso descubrir cuales fueron las canciones que estuvieron a punto de entrar entre las diez primeras.

Nº 11. Across The Universe

Compuesta a primeras horas de la mañana e influenciada por el consumo de ácido, Across The Universe data de las caóticas sesiones pertenecientes al álbum Magical Mystery Tour. Lennon la tenía en muy alta estima y la presentó como candidata para ser el próximo single de los Beatles junto a Hey Bulldog (ambas fueron las competidoras directas para arrebatarle el puesto a Lady Madonna). Sin embargo, después de varias sesiones en las que el grupo trabajó sobre ella, el tema quedó relegado al olvido y publicado en un LP benéfico de la Fundación Mundial de la Fauna Salvaje. En esta primera versión publicada aparecen las chicas que Lennon encontró en cierta ocasión en la puerta del estudio y a las que invitó para hacer los coros. Across The Universe permaneció apartada de la discografía del grupo hasta que Phil Spector la recuperó para incluirla en el álbum Let It Be. Adornada con cuerdas y coros celestiales al estilo del nuevo productor, fue presentada a los fans del grupo de la peor manera posible. Menos mal que el álbum Let It Be ...Naked nos la trajo de vuelta décadas después con un sonido nítido y claro que hacía justicia a un tema tan descuidado en el cancionero de los Beatles.


Nº 12. Here Comes The Sun

A veces dudo entre decantarme por Here Comes The Sun o la grandiosa Something como mi tema favorito de George Harrison en los Beatles. Here Comes The Sun guarda una calidez y un brillo tan intenso como canción pop que capta de una forma perfecta el regreso de la primavera tras un intenso invierno. Esa sensación fue la que invadió a Harrison mientras componía el tema con una guitarra cuando paseaba un soleado día por el jardín de Eric Clapton, hastiado de las tensas y aburridas reuniones que marcaron el final de los Beatles como grupo. Acompañada por una tenue instrumentación creada por George Martin, Here Comes The Sun es uno de los pocos cortes de Abbey Road en los que Lennon no participa en absoluto, convaleciente como estaba tras sufrir un accidente de coche en Escocia. De hecho, tras su vuelta a las sesiones de grabación instaló una cama en el estudio para que Yoko Ono, que viajaba con él en el vehículo, pudiera acompañarle en todo momento. Emociona comprobar lo bien que conjugan las voces de McCartney y Harrison en los coros de Here Comes The Sun, a pesar de lo mal que se llevaban por aquella época.


Nº 13. Here, There And Everywhere

Compuesta en la piscina de la casa de Lennon en Weybridge, Here There And Everywhere ha sido mencionada por LennonMcCartney tras la disolución del grupo como una de sus canciones favoritas del grupo al que pertenecieron. Las hipótesis sobre su origen indican que McCartney trataba de encontrar un sonido similar al de los temas que los Beach Boys habían creado para su obra maestra Pet Sounds, en especial God Only Knows. Sin embargo, por fechas es imposible que McCartney hubiera escuchado Pet Sounds antes de componerla. Here There And Everywhere es una mezcla exquisita entre canción de amor y canción de cuna inspirada, al igual que ocurrió en For No One, en su tormentosa relación con Jane Asher. El corte se enriquece enormemente de los cuidados coros a tres voces que Lennon, Harrison y McCartney cantaron guiados por los arreglos de George Martin. Here There And Everywhere evidencia el contraste existente en Revolver entre Lennon y McCartney como compositores, cuando el primero de ellos se había iniciado en el ácido y el segundo se negaba a probarlo, manteniendo intacto el clasicismo pop en canciones como ésta o Eleanor Rigby.


Nº 14. Norwegian Wood (This Bird Has Flown)

Hay tanto que decir sobre este tema que debería haber quedado mucho más arriba para dedicarle una entrada algo más extensa. En primer lugar, esta canción marca una importante etapa de transición de su autor desde las variaciones románticas de los primeros Beatles hasta la madurez que invade un álbum tan crucial como Rubber Soul. Norwegian Wood es un eslabón más, tras I'm A Loser o You've Got To Hide Your Love Away, en la admiración que Lennon sentía por las canciones de Bob Dylan. Es más, el propio Dylan le da la replica a Norwegian Wood con el tema 4th Time Around en el álbum Blonde On Blonde, diciéndole hacia el final "Yo nunca pedí tu entrepierna, ahora no pidas tu la mía". La autoría de Norwegian Wood parece aceptada de forma universal como 100 % de Lennon, aunque Ian McDonald matiza que Lennon había dicho en una entrevista para Rolling Stone que la parte intermedia pertenece a McCartney, por lo que estaríamos hablando de una colaboración al 50 %. Como apunte final, indicar que Norwegian Wood es un tema crucial por otro motivo más, al ser la primera canción del grupo en la que se introduce un instrumento oriental como el sitar. Los ingenieros de sonido tuvieron que sudar la gota gorda para grabarlo, ya que los indicadores de la mesa se ponían rojos al registrar el sonido de un instrumento tan poco acostumbrado.


Nº 15. While My Guitar Gently Weeps

Terminamos la entrada con la tercera contribución de Harrison al ranking de los Beatles. Influido por la idea de relativismo tras leer el I Ching, un libro ancestral filosófico chino, Harrison decidió componer una canción sobre las primeras palabras que leyera en un libro escogido al azar ("gime dulcemente", fue lo primero que leyó). La canción pasó por una primera fase acústica, ya que fue creada durante la estancia de los Beatles en la India con el Maharishi. En el estudio, sin embargo, fue evolucionando hacia un sonido más duro en el que el resto de los Beatles se fue implicando (de hecho, la introducción al piano inicial es de McCartney). Las sesiones para encontrar un sonido de la guitarra acorde con el título se fueron alargando hasta que Harrison decidió encargar la tarea a su amigo Eric Clapton, al que conocía desde su militancia en los Yardbirds. Clapton sugirió añadir algo de ADT al sonido que acababa de grabar para el sólo de guitarra y, antes de abandonar el estudio, decidió regalar la guitarra que acaba de utilizar a Harrison, una Gibson Les Paul color cereza llamada Lucy que el beatle utilizó en grabaciones posteriores como las de Sexy Sadie, Cry Baby Cry o Something.