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lunes, 13 de octubre de 2014

Pink Floyd - The Division Bell


El próximo mes de noviembre se publicará un nuevo álbum de Pink Floyd tras veinte años de silencio, The Endless River. Por ese motivo he decidido rescatar su último trabajo hasta la fecha y volcar en esta entrada todo lo que pienso de Pink Floyd tras la despedida de Roger Waters. Hacía años que no escuchaba The Division Bell y volver a revisitarlo me ha provocado una extraña mezcla de sensaciones. Siempre me ha parecido un álbum menor, pero ahora lo veo además como el mayor exponente de las debilidades inherentes a la última formación oficial del grupo.

Resulta absurdo decir que Pink Floyd sin Roger Waters estaban sentenciados de antemano al fracaso, ya que la carrera del propio Waters en solitario tampoco mantuvo la exquisitez esperada. No soy futurólogo, pero creo que Pink Floyd con Roger Waters habría creado en los ochenta una música difícil de soportar, siempre girando sobre la misma temática auto-compasiva, antibelicista y reaccionaria. El secreto de que Pink Floyd sobreviviera a la expulsión de Syd Barret fue evolucionar hacia un sonido distinto en el que acomodar las aptitudes creativas de Waters Gilmour. No fue fácil, ya que la deriva discográfica es evidente en todos aquellos álbumes que publicaron hasta llegar a Meddle. Una vez convertidos en trío a mediados de los ochenta no intentaron adaptarse a la nueva formación y, sin un alma torturada como la de Waters entre sus filas, intentaron llenar sus letras de mensajes trascendentales logrando una mala copia de glorias pasadas pedante en exceso.



Quizá ese fue el principal problema del trío Pink Floyd, intentar mantener la profundidad heredada del apabullante legado de álbumes como The Wall o AnimalsA pesar de las enigmáticas portadas de Storm Thorgerson o de los rimbombantes títulos de las canciones, siempre pienso lo mismo cuando escucho A Momentary Lapse Of Reason o The Division Bell: Gilmour & cía eran menos profundos que un charco. Waters en realidad nunca fue un intelectual, pero tenía la extraña capacidad de trasmitir la visceralidad de sus sentimientos en todas las canciones que componía. También fue capaz de mutarse en ideólogo de izquierdas para volcar todo el asco que sentía por la sociedad en un álbum tan sobrevalorado como Animals. Al menos tenía un discurso que necesitaba expresar, cosa que no veo en los dos álbumes del grupo sin su participación. Resulta poco honesto y artificioso que tres millonarios acomodados traten de venderte un álbum sobre la incomunicación como The Division Bell.

Duele decirlo, pero el camino correcto habría sido el que siguió Genesis tras la marcha de Peter Gabriel, mutar gradualmente desde el rock progresivo a un pop efectista y libre de complejos. Me sorprende la cantidad de detractores que hay de los Genesis de Phil Collins, así como fans de Pink Floyd que continúan alabando al grupo incluso tras la marcha de Roger Waters. No niego la capacidad de Gilmour como compositor de melodías o la excelencia instrumental de Mason y Wright, sólo digo que sus discos como Pink Floyd se me hacen poco soportables por la sensación de que intentan aparentar algo que no podían ser.

Roger Waters haciendo la gracieta

The Division Bell es además un álbum desfasado desde el momento en el que fue publicado. Su sonido nos retrotrae a mediados de los ochenta por ese particular sonido de la guitarra solista y ese toque new age que mantienen todas sus canciones. A día de hoy resulta difícil adivinar que fue un álbum publicado el mismo año que Definitely Maybe de Oasis o Crooked Rain Crooked Rain de Pavement. No me gustaría terminar con los aspectos negativos sin hacer mención al tema compuesto por Richard Wright, Wearing The Inside Out. El comienzo con el saxofón parece sacado de mediados de los setenta, cuando ese instrumento en concreto viralizó todas las producciones de las grandes estrellas del rock. Hablamos además de una de las canciones más mortalmente aburridas de la discografía del grupo. La propia interpretación de Wright es demasiado monótona y los siete minutos que dura se hacen eternos.

Lo que me gusta de The Division Bell me llevará menos párrafos. El álbum tiene un puñado de excelentes canciones, dignas herederas de otros temas firmados por Gilmour como Confortably Numb o Wish You Were Here. Me llama la atención especialmente Take It Back, la canción que U2 nunca pudo escribir para The Unforgettable Fire. El tema es fantástico, pero resulta curiosa esa reivindicación de los U2 de diez años atrás cuando Bono y sus chicos andaban por entonces experimentando con Achtung Baby y Zooropa. Por otro lado, Lost For Words y Coming Back To Life atesoran algunas de las melodías más redondas que Gilmour haya aportado como compositor a Pink Floyd. High Hopes, por su parte, me parece plomiza en su comienzo, pero se redime gracias a unos estribillos simples pero efectivos.


Escucha Pink Floyd - The Division Bell en Spotify 

jueves, 1 de mayo de 2014

Top 10: Las giras mas importantes del rock (1 de 2).

El tema de los conciertos no ha sido un tema que hayamos tratado de forma muy recurrente en el blog. Y la verdad, no sabemos las razones. Quizás porque hemos priorizado mas los discos o los análisis exhaustivos de determinadas carreras. Pero no ha sido algo premeditado. Sirvan por tanto estas dos entradas, para repasar las que servidor considera las diez giras mas importantes de la historia del rock. Y porque estas y no otras? La principal razon sería la importancia histórica que tuvieron en su momento y el impacto mediático que conllevaron. De alguna manera, son giras sin las que no podríamos entender la escena del rock en el siglo XX. Algunas fueron muy influyentes, otras fueron musicalmente brillantes, otras con una puesta en escena apabullante y todas ellas, históricas por igual. 

10. Pink Floyd: The Wall Tour 1980/81.


Es quizás la gira mas megalómona que se ha hecho nunca. Claro que posteriormente hubo giras mucho mas espectaculares y masivas, pero el espectáculo de The Wall marcó un antes y un después en las giras de rock. Y también en la propia historia del grupo, que acabó arruinándose tras consumar todas las fechas del tour. Una gira enfocada en cuatro únicas ciudades: New York, Los Angeles, Dortmund y Londres. Cada una de las cuales albergaron varias noches de conciertos únicos en su puesta en escena y con la presentación de uno de los discos de rock mas excesivos de la historia. El espectáculo era en si mismo una bendita locura: el concierto empezaba con el grupo en escena, libre de cualquier adorno, y a medida que el concierto avanzaba, un muro de enormes proporciones se construía delante de la banda, que al final del concierto, quedaba invisible ante la audiencia, separada esta por dicho muro. Años después, Roger Waters repetiría la idea, recuperando económicamente mucho de lo perdido en 1980. 



9. The Rolling Stones: World Tour 1981/82.


Si preguntáramos a cualquiera de los asistentes a los conciertos celebrados en el Vicente Calderón de Madrid en Julio de 1982, cómo recuerdan aquellas noches, no dudaríamos en incluir esta gira de los Stones como una de las mas legendarias del rock. Y así lo hacemos. Considero este tour como la gira que marcó a muchas de las mas masivas que se organizaron en los ochenta y noventa. Una gira de estadios y arenas descomunal a nivel de asistencia, grandes escenarios y espectacularidad. Han pasado mas de treinta años y la tecnología en los conciertos de rock ha evolucionado de una manera increíble y ahora cualquier pelele lleva luces y aparatos audiovisuales en sus conciertos, pero en 1982 nadie se atrevía a tanto. Los Stones ademas volvían a lo grande, con un disco (Tattoo You) muy exitoso y con una gran energía. Lo peor, las impagables rodilleras de jugador de fútbol americano de Mick Jagger

Lo puedes visionar en el documental: Let´s Spend The Night Together (1983).


8. Bob Dylan: Rolling Thunder Revue 1975/76.


Tengo muy claro que Bob Dylan, ha sido y es, el artista mas importante y relevante de la historia del rock. Y no solo por su incomparable carrera discográfica sino por su esencial concepción escénica e interpretativa. Quizás, la Rolling Thunder Revue de 1975-76 sea la que mejor defina a Bob Dylan. Una gira que quedaba muy lejos de los espectáculos masivos con The Band celebrados dos años antes, y que presentaba a un Dylan mas carismático que nunca y liderando un combo de compañeros de viaje impagable: Roger McGuinn, Joan Baez, Mick Ronson, etc....Todo ello, bajo una concepción del espectáculo absolutamente diferente a lo que hasta entonces se había conocido. Todos participaban con canciones propias, cambios de set constantes, apariciones sorpresa, etc...Y con unas interpretaciones asombrosas de muchos clásicos dylanianos. Aquí empezó a cobrar importancia la constante transformación de las canciones por parte de su autor, que se ha convertido en marca de la casa y que lo ha llevado hasta nuestros días a través de otra gira que podría estar aquí por méritos propios: la Neverending Tour.

Escúchalo en: Hard Rain (1976) y en el Bootleg Series Volumen 5.


7. Led Zeppelin: American Tour 1973


Sin ser un rendido admirador de la música de Led Zeppelin, si considero al grupo inglés como uno de los mas grandes de la historia del rock, y con un papel fundamental en la evolución del directo. Desde que irrumpieron con su primer album y se convirtieron en la banda de rock mas exitosa de su tiempo gracias a sus siguientes discos, los directos de Led Zeppelin adquirieron caracter de ceremonia rock por parte de tus miles de seguidores. La gira norteamericana de 1973 fué la que significó para el grupo su punto mas álgido a nivel interpretativo, y es considerada por sus seguidores mas fieles como la cima del grupo. Solo hace falta escuchar cualquier interpretación de aquellos conciertos para darse cuenta del poder y la magnitud que adquiría su música en los grandes escenarios. 

Para el recuerdo queda el imprescindible documental The Song Remains the Same.


6. U2: Zoo Tv Tour 1992/93.


El que esto escribe, fué testigo de esta gira con dieciocho años y tengo muy claro que es el concierto o el concepto de concierto que ha marcado todo lo que ha venido después. U2 giraban con su mejor album, el fantástico Achtung Baby, y Bono todavia estaba mas pendiente de cantar que de otras cosas. Musicalmente resultaba abrumador, y el grupo, mas valiente que nunca, defendía las nuevas canciones y los nuevos sonidos con total convicción. Igualmente, la mezcla de aspectos visuales con los teatrales (donde Brian Eno tuvo mucha de la culpa), daba al concepto una dimensión irresistible. Dos años dando vueltas al mundo con un espectáculo que metia a U2 en la liga de los grandes escenarios, aunque años antes ya habian triunfado a lo grande pero bajo un prisma mucho menos ambicioso. Zoo Tv Tour es la gira, para servidor, mas importante de los últimos veinte años. Y eso no se lo puede quitar nadie a U2.

Visiónalo en el DVD: Live in Sidney 1993.


jueves, 7 de noviembre de 2013

BackTrip: THE PIPER AT THE GATES OF DAWN



Pink Floyd
"THE PIPES AT THE GATES OF DAWN"
Harvest / EMI (1967)

A menudo se olvida este álbum, en beneficio de "Dark Side of the Moon" o "Wish You Were Here", y sin embargo la temática de aquellos dos Lp's está basada en las experiencias reflejadas en este primer trabajo y en su creador, Syd Barrett. No olvidemos que Pink Floyd nacen como un grupo underground, con la contracultura londinense como bandera y que este álbum es un fiel reflejo de aquel movimiento.

Grabado en los estudios Abbey Road y coetáneo del mítico "Sgt. Pepper's" (dicen algunos trabajadores de EMI que los Beatles y Pink Floyd se espiaban mutuamente durante las grabaciones de ambos discos), este primer álbum de Pink Floyd es la cima de la sicodelia en estado puro. Auténtico viaje de LSD, droga a la que Barrtett era muy aficionado, que le llevó por caminos que nadie antes había explorado, reflejando en su música esas experiencias extrasensoriales. Con un solo disco Syd Barrett influyó en el futuro más que nadie en el terreno del rock. 


Transgredió los límites de la percepción plasmando su afición por la astronomía ("Astronomy Domine") y por los viajes intergalácticos ("Interstellar Overdrive"). A veces un trastorno mental controlado lleva a cristalizar instantes como los que se dan en este LP, perfumado con olor a incienso y empeñado en esclarecer los más recónditos perfiles de la mente a través de baterías con ecos, guitarras afiladas, bajos punzantes y teclados atmosféricos y etéreos. Un auténtico viaje a una lejana galaxia sónica.

Puedes escuchar The Piper At The Gates Of Dawn en Spotify.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Dos X Uno: Pink Floyd - The Wall


Volvemos con la sección en la que resumimos un doble álbum clásico en uno sólo haciendo una selección de las que son a nuestro juicio las mejores canciones. En esta segunda entrega abordaremos The Wall de Pink Floyd, un trabajo al que no le vendrían mal algunos tijeretazos para hacerlo más compacto y soportable. Aclarar antes de comenzar que soy más devoto de The Wall como doble álbum que del propio White Album de los Beatles. Puede que sea así porque lo disfruté antes de cumplir los veinte años y me impactó toda esa carga emocional que desprendía. Me lo sé de memoria y no me ha sido fácil llegar a la versión resumida final que podréis escuchar al final.

Desde que hicimos la primera entrega con el White Album de los Beatles, me propuse que sólo sacaríamos a colación la sección 2x1 en los casos en los que realmente fuera necesario. Para mí, por ejemplo, sería imposible recortar el Blonde On Blonde de Bob Dylan en un sólo álbum y adelanto desde aquí que ese formidable doble álbum nunca aparecerá en esta sección, al menos por mi mano. Aquellos dobles discos que suelen ser proclives a una versión resumida son trabajos como The Wall, aquellos que intentan trascender a la propia música y se ven obligados, bien por necesidad de la trama interna o de las necesidades expresivas del propio autor, a incluir entre las verdaderas canciones partes de relleno que dicen bien poco desde el punto de vista estrictamente musical, pero que ayudan como recurso dramático para el desarrollo de la historia interna. The Wall es el ejemplo más evidente de un álbum que necesita para su desarrollo ese tipo de ayudas, ya sea en Don't Leave Me Now, Goodbye Cruel World o la excesiva guinda final con The Trial. Al igual que hicimos con el White Album, aprovecharé esta entrada para hacer un recorrido por su génesis, significados y recepción comercial antes de presentar el listado resumido de canciones.


Roger Waters 

En primer lugar, me gustaría hablar sobre la evolución de Pink Floyd como grupo durante los setenta tras la expulsión de Syd Barrett. Echando un vistazo a su dinámica de trabajo con cada nuevo álbum, podemos encontrar el rastro por el cual Waters se hizo amo y señor de la autoría de las canciones del grupo cuando finalizaban los años setenta. Es evidente que tras la expulsión de Syd, el grupo estuvo perdido durante varios años y todos los miembros sin excepción contribuyeron con lo que buenamente podían a la creación de nuevo material. El ejemplo más claro de esta forma tan democrática de trabajar puede verse en Ummagumma, otro doble álbum en el que cada cara de vinilo cuenta con la autoría exclusiva de un componente del grupo. Sin embargo, son Waters y Gilmour, en menor medida, los que poco a poco irán despuntando con respecto al resto en lo que respecta a presentar material nuevo. Ya durante More y Meddle empieza a intuirse una tendencia tácita a dejar caer sobre ellos la responsabilidad de componer. Wright y Mason se contentarán con añadir pasajes instrumentales o apoyar las  nuevas creaciones en Dark Side Of The Moon o Wish You Were Here, momento culmen en el que el grupo alcanza el equilibrio perfecto entre creadores y fieles escuderos a la instrumentación. Todos aportan ideas interesantes en el nivel que les corresponde y ese podría ser el principal motivo del éxito de ambos trabajos ya mencionados.

Sin embargo, Waters como autor empieza a imponerse a los demás en la creencia errónea de que solo él puede sacar adelante al grupo sin las valiosas contribuciones de sus tres compañeros. Es en ese momento cuando Pink Floyd pasa de ser una democracia moderada a la dictadura de Roger Waters y los siguientes álbumes que se publicarán, hasta la disolución de la formación, tendrán autoría casi exclusiva de Waters. Animals, The Wall y The Final Cut se diferencian del resto de los trabajos del grupo porque Waters apenas deja resquicio para que sus compañeros embellezcan o simplemente hagan más llevadera la fuerte carga emocional que Waters imprimía en sus creaciones. Estos tres trabajos ya mencionados son de difícil escucha, ya que no permiten ninguna concesión al oyente y es precisamente el oyente el que tiene que amoldarse a las puntiagudas aristas de las canciones de Waters. ¿Acaso no es un respiro escuchar a Gilmour en The Wall cantando Comfortably Numb? Puede que esta canción nos parezca más brillante de lo que es por estar rodeada de todos los miedos, miserias y traumas de un Waters desatado por un afán de desahogo sin límites. Los Pink Floyd del Dark Side Of The Moon quedarán para la posteridad como la combinación perfecta entre carga emocional y belleza instrumental, ya que Gilmour, Mason y Wright por su parte tampoco tienen mucho que decir si no cuentan con su atormentado compañero. A Momentary Lapse Of Reason y The Division Bell han demostrado con el tiempo ser meros vehículos de estilismo a pesar de las grandilocuentes portadas que aparecen en las fundas de ambos trabajos.


Waters, Wright, Gilmour y Mason

El germen de The Wall nace, como muchos ya sabrán, cuando el propio Waters siente una gran repulsión por la actitud de un alocado fan que se encontraba en las primeras filas de uno de los conciertos de la gira Animals hasta el punto de llegar a escupirle. A partir de ese momento le vino la idea de construir un muro entre él y su público que sirvió como punto de partida para abarcar todo el descontento acumulado a lo largo de su vida. Waters simbolizó todo aquello con la metáfora de los famosos ladrillos del muro: un ladrillo por la muerte de su padre en el ejercito, otro por los traumas infantiles vividos en la escuela, etc. Todas esas ideas quedaron plasmadas en las canciones que Waters compondría a partir de ese punto, muchas más de las que finalmente terminaron en el famoso doble álbum.

Waters presentó después de Animals dos líneas de trabajo al grupo para el siguiente proyecto de Pink Floyd: uno era The Wall y otro The Pros And Cons Of Hitch Hiking, proyecto en el que filosofaba sobre la legitimidad de la infidelidad dentro del matrimonio. Gilmour y Mason consideraron más atractivas las canciones que componían The Wall y la segunda alternativa quedo archivada hasta que Waters la recuperó para su posterior carrera en solitario en 1984. A pesar de ser publicado cinco años después, The Pros And Cons Of Hitch Hiking es un álbum fuertemente ligado a The Wall, ya que muchas de las líneas melódicas contenidas en él guardan evidentes semejanzas con algunos temas del archiconocido doble de Pink Floyd.

La grabación de The Wall contó con Bob Ezrin en la producción. Durante el transcurso de las sesiones, Ezrin se convirtió poco a poco en la mano derecha de Waters y alcanzó en un lapso breve de tiempo una posición que le permitía mediar entre él y el resto del grupo. Gilmour y Mason se amoldaron a regañadientes a la nueva metodología de trabajo en el estudio, pero Wright se mostró apático desde un principio y con pocas ganas de contribuir a la obra de Waters. Tardó bastante en incorporarse al trabajo usando como pretexto que no quería interrumpir las vacaciones con su familia y, aunque muchos consideren que Waters fue cruel al expulsarlo de Pink Floyd durante la grabación de The Wall, el teclista se lo ganó a pulso. Incluso Gilmour secundó a Waters en su decisión de prescindir de él como músico.



Aunque The Wall parezca a simple vista un álbum sin un hilo conductor por la ambigüedad de muchas de sus canciones, Waters relata una historia coherente con un principio y un final. Haciendo un resumen de todo lo que se cuenta en The Wall, se podría decir que acompañaremos al protagonista Pink desde su nacimiento hasta la edad adulta cuando se convierte en una estrella del rock. El paralelismo con la vida de Waters es evidente y las canciones de esta primera parte servirán para enumerar los traumas a los que Pink se enfrentará hasta madurar como persona. Al llegar a One Of My Tunes, Pink es ya una estrella desquiciada que recibe la visita de una groupie en la habitación de su hotel. Otro momento clave del álbum es Comfortably Numb, momento en el que el protagonista se inyecta algún tipo de sustancia psicotrópica que le hace creer que es un dictador fascista encumbrado por sus fans para la conquista del mundo. Ladrillo a ladrillo asistimos a la construcción del muro hasta que Pink llega al límite y en The Trial se produce un juicio en la mente del protagonista que lo autocondena a derrumbar el muro que tan pacientemente ha ido construyendo. Como puede verse, The Wall es un álbum sobre la incomunicación y la carga que cada uno de nosotros lleva sobre sus hombros, aunque el propio Waters en años posteriores lo consideraría adecuado para escenificar la caída del celebre Muro de Berlin a principios de los noventa.

El disco fue un éxito rotundo y se convirtió en uno de los trabajos discográficos más vendidos de los ochenta, incluso se podría decir que tan sólo Dark Side Of The Moon logra hacerle sombra dentro de la discografía del grupo. Es incompresible el enorme éxito que alcanzó teniendo en cuenta su gran carga emocional y lo difícil que resulta asimilar su música tan llena de dramatismo y teatralidad. La discográfica se lo puso difícil a Waters en un principio e intentó que cediera parte de sus derechos editoriales si quería publicarlo como doble álbum. Waters se mantuvo en sus trece y el éxito de Another Brick In The Wall part. 2 allanó el camino para que The Wall fuera publicado en las condiciones que su autor deseaba. La crítica quedó dividida en el momento de su publicación y me atrevería a decir que incluso los fans del grupo tienen opiniones encontradas con respecto a este álbum. Haciendo un repaso a las críticas de la época citadas en wikipedia podemos encontrar la de Robert Christgau, en la que decía que The Wall era "maximalismo mínimo demasiado cursi con efectos de sonido y fragmentos de discurso" o la del Melody Maker, en la que se decía "no estoy seguro de si es brillante o terrible, pero me resulta totalmente convincente ".


Los directos de The Wall llevaron a la ruina al grupo

En MIMS hemos aprovechado esta entrada para hacer un análisis exhaustivo del trasfondo y el significado de tan emblemático doble álbum. Os ofrecemos ahora el prometido resumen en el que descargamos The Wall de recursos dramáticos para ofreceros una selección en la que prima la calidad musical de sus cortes. Don't Leave Me Now, Goodbye Cruel World o The Trial han sido eliminadas porque actúan más como recursos teatrales que como canciones en sí y Goodbye Blue Sky o Young Lust se han quedado fuera por ser consideradas inferiores a los otros cortes que han terminado finalmente en la versión resumida. Limitándonos a la duración de un vinilo clásico, la cara A termina con Hey You acumulando un total de 22:59 minutos, mientras la cara B empieza en Nobody Home llegando hasta los 23:59. He evitado reordenar los temas, ya que he intentado mantener la coherencia narrativa a pesar de los recortes realizados.

jueves, 22 de agosto de 2013

MIMS Gran Reserva: Auge y caída del álbum conceptual

Parafraseando a Lennon en Help!, cuando era mucho más joven de lo que soy ahora, descubrí que existían álbumes cuyas canciones giraban en torno a una temática concreta o incluso contaban una historia de principio a fin con personajes y todo lo demás. Esto me parecía fascinante, una vuelta de tuerca al arte de crear música. Durante bastante tiempo sentí un gran respeto por aquellos grupos que se atrevían con proyectos así, lamentándome de que mis adorados Beatles no hubieran creado nunca una obra de similares características (nunca me creí lo de Sgt. Pepper).

En mi época más hardcore me autoimponía escuchar aquellos álbumes llamados conceptuales de principio a fin, ya que era necesario respetar el concepto original establecido por el artista. ¿Escuchar una canción suelta? No, hombre. Sería un horrible crimen, porque esa canción está enmarcada dentro de una obra global y pierde parte de su significado si la escuchas aislada. Ahora echo la vista atrás y me lamento de la cantidad de morralla que me trague sin necesidad, porque a esto del álbum conceptual le veo más el plumero a medida que pasan los años.

Pink Floyd

He llegado a esa conclusión sin apenas darme cuenta, viendo que ya no escucho esos discos de principio a fin, limitándome a picotear dando saltos entre las canciones que verdaderamente me interesan (ahora Lilywhite Lilith, después salto acrobático hacia The Lamia y doble mortal cayendo con estilo en The Colony Of Slippermen... por poner un ejemplo). No digo que ahora reniegue de todos ellos, pero al final lo que nos queda es la música y, en la mayoría de las ocasiones, los discos conceptuales no aguantan el paso del tiempo por ser víctimas de su propia pretenciosidad.

Podriamos hacer una pesada cronología sobre el álbum conceptual en la historia del rock, pero para eso la wikipedia es ideal. Aquí encontraréis un artículo muy interesante sobre el tema. Esta entrada va por otros derroteros, básicamente poner en evidencia todas las incongruencias del álbum conceptual y restar importancia a tanta grandilocuencia.

En primer lugar, me gustaría hacer una pregunta. Un grupo de chicos de veintitantos años que publica un álbum sobre la incomunicación o cualquier otro tema de altos vuelos, ¿tiene realmente algo interesante que decir? Ese puede ser el fallo endémico del álbum conceptual, que el músico crea que sus opiniones sobre cualquier tema son importantes, que piense que es necesario comunicar su punto de vista a toda la sociedad haciendo de filósofo a precio de saldo. El mejor ejemplo de lo que hablamos fue el primer álbum del grupo Genesis, un disco conceptual llamado From Genesis To Revelation que hacia un recorrido por nada menos que los capítulos del Antiguo Testamento de la Biblia. Años después, Peter Gabriel hablaba de ese álbum como un ejemplo de la pretenciosidad más absoluta. Los miembros del grupo no pasaban de los veinte años, el mismo Gabriel tenía diecinueve añitos.

Emerson, Lake And Palmer

¿Puede que la prensa y el fanatismo hayan alentado ese comportamiento? Siempre me ha resultado inexplicable el interés del público por dar tanta importancia a las opiniones del músico de rock. Los Beatles se sorprendían de que les preguntarán por la guerra de Vietnam, Bob Dylan es consultado sobre lo divino y lo humano en casi todas sus entrevistas. El hecho de que conmuevan con sus canciones no da a sus opiniones sobre temas de importancia más validez de la que puedan tener.

La temática del álbum conceptual suele ser algún que otro tema universal, preferiblemente de perogrullo por aquello de quedar bien con todo el mundo, aunque también puede contar una historia rocambolesca como la del álbum Tarkus de Emerson, Lake & Palmer (una supuesta lucha entre dos bestias llamadas Tarkus y Manticore, a ver si alguien me puede explicar la metáfora). Discos como The Wall de Pink Floyd o Tommy de The Who hablan de la incomunicación, The Lamb Lies Down On Broadway de Genesis trata sobre la búsqueda de la propia identidad, Dark Side Of The Moon de Pink Floyd versa sobre los problemas del hombre moderno y Wish You Were Here de la locura de Syd Barret, el exiliado primer líder del grupo. Sin embargo, el álbum conceptual no es exclusivo del rock progresivo: Pet Sounds de los Beach Boys es descrito como una oración al amor de juventud y Ziggy Stardust de David Bowie cuenta los pormenores de la llegada a la Tierra de un extraterrestre mesiánico. El listado presentado aquí es impresionante, todos son grandes álbumes, pero estoy seguro de que lo habrían seguido siendo de no contar con un hilo conductor. Valga como ejemplo el mejor álbum de The WhoWho's Next: de los pocos trabajos del grupo que no es una obra conceptual, surgido precisamente de la criba de otro proyecto inacabado que si lo era, Lifehouse.

¿Tenéis 20 minutos de nada? Os dejo con Jethro Tull parodiando todo lo que rodea a un álbum conceptual con su Thick As A Brick (Denso Como un Ladrillo).




El rock progresivo es proclive a ser asociado con el álbum conceptual. ¿Porqué? Puede que los largos desarrollos instrumentales sirvan de gran ayuda para completar los vacios, ya que no hay nada como un buen instrumental para rellenar donde no se sabe que diablos intercalar. El doble álbum The Lamb Lies Down On Broadway de Génesis desarrolla su segundo disco colocando instrumentales a diestro y siniestro, ya que las canciones que tenían en un principio habrían ocupado tan sólo una de las caras del segundo vinilo.

Y ahora toca hablar del sacrificio artístico que le supone a un compositor encajar una canción dentro de una temática a la que tiene que ceñirse. Los Beatles podían componer a la soledad en Eleanor Rigby para después salirse por la tangente con un tema infantil como Yellow Submarine. En un disco conceptual no puedes hacer eso tan alegremente, tienes que ceñirte en la medida de lo posible al hilo argumental. Es decir, si seguimos una historia debemos crear canciones en el tono en el que son requeridas, de manera que el propio músico coarta su libertad artística.


Genesis, con Peter Gabriel vestido de mamarracho

Aquí habría que recordar el viejo proverbio... ¿fue antes el huevo o la gallina? Es decir, ¿el álbum conceptual surge después de ver que todas las canciones tratan de temas similares o tiene el compositor que seguir las pautas según una idea preconcebida? Lo acertado sería seguir la primera opción, es más, creo que grandes álbumes como Dark Side Of The Moon o Pet Sounds han tenido la fortuna de nacer como tales sin ningún esfuerzo. En cambio, la mayoría de los álbumes conceptuales de grupos como The Kinks parecen haber sufrido un doloroso parto para quedar de una pieza. Al menos esa es la sensación que a mí me queda, con síntomas tan claros como la inclusión de temas de relleno entre grandes canciones, por no hablar de esa sensación de musical de Broadway en algunos de los cortes por aquello de dar dramatismo a la historia. La "canción" que finaliza el álbum The Wall de Pink FloydThe Trial... ¿era realmente necesaria? ¿alguien la ha escuchado alguna vez deleitándose en sus aspectos musicales?

Viendo la cronología de wikipedia, podemos ver que el álbum conceptual alcanzó su cima a principios de los setenta. Fue entonces cuando el rock se hizo adulto y tomo plena consciencia de su importancia, a veces en demasía. El álbum como concepto parece surgir de la necesidad de dar más importancia al LP como obra artística frente al formato single a finales de la década de los sesenta, maniobra bastante inteligente que daba más dinero a las discográficas, a pesar de ser presentado como un medio para alcanzar niveles artísticos más elevados (no es lo mismo vender 100.000 Lps que 100.000 singles).

Con aquello de "es una obra indisoluble, si sacamos singles sería un sacrilegio", muchos grupos y discográficas aumentaban sus cuentas bancarias a una velocidad nunca vista (si el éxito acompaña, claro). No quiero ser mal pensado, pero ese podría ser el kit de la cuestión. El grupo puede estar formado por lerdos que no saben sumar 2 + 2, pero como tienen cierta maña en la composición y van a publicar un álbum lleno de perogrulladas... pues nada, lo vendemos sin singles argumentando que se hace para respetar la obra en su conjunto y bla, bla, bla. El que quiera conseguir tal canción que compré el Lp pagando por todo el pack.

Yes

Con géneros como el punk, tendencias tan pretenciosas quedaron exiliadas del panorama musical. Incluso ahora con la llegada de Internet nos dicen que el single volverá a vivir una nueva edad de oro similar a la que vivió en la década de los cincuenta, dejando al álbum como un soporte físico obsoleto. La cuestión es que todo es cíclico y con los años puede ocurrir cualquier cosa. ¿Quién le iba a decir a un punk de finales de los setenta que, treinta años después, Green Day iba a columpiarse con un álbum conceptual llamada American Idiot? Quizá dentro de varios años, igual me da por recuperar aquella costumbre de escuchar los discos conceptuales de principio a fin. Valgan estos dos posts para reflexionar un poco sobre todo esto.

viernes, 12 de abril de 2013

Grandes disgustos con Grandes discos (Parte 1 de 3).

Confieso que esta entrada (dividida en tres partes) no tiene como objetivo poner a parir y de forma gratuita una serie de discos por el simple hecho de “me apetece”. Son entradas enfocadas a dar una simple opinión del porque hay determinados discos (legendarios, todos ellos) con los que no conectamos. Es evidente que esto último no me pasa a mi solo, sino que tengo claro que responde a un sentir general y que todos tenemos ese pequeño puñado de álbumes clásicos que, atraídos inicialmente por la etiqueta de obra maestra que arrastran, acabamos escuchándolos repetidamente esperando encontrar esas sensaciones tan placenteras y entusiastas que todos conocemos pero finalmente no ocurre así y acabamos quedándonos con un extraño regusto a desengaño e impotencia. No valoro aquí la calidad del producto, fuera de toda duda habida cuenta de la fama que arrastran y por aquello del “millones de personas no pueden estar equivocadas”, sino que meramente responde a una cuestion de feeling. Ademas, porque no decirlo, también tiene un puntito de provocación. Afortunadamente son pocos casos, pero haberlos , hay-los. 




Appetite For Destruction – Guns N´Roses (1987).

Lo tengo en casa desde hace muchísimos años y tengo que confesar que no recuerdo la ocasión en que conseguí acabarlo en una sola escucha. Y es que hay tantas cosas en ese disco (o debería decir, en ese grupo) que me repelen, que ya dí por perdida la batalla hace mucho tiempo. Alguno dirá: sino te gusta, porque te lo compraste? Pues por lo que comentaba antes: La fama del disco, la popularidad, el inevitable guiño emocional que producían las primeras notas de Sweet Child O Mine, la edad, etc… Pecado de juventud, diría aquel. Pero no puedo con la voz de Axl Rose y la pose macarrilla y artificiosa de su pandilla. Eso de entrada. Luego la música se me hace imposible de escuchar. Quieren sonar poderosos (como los Stones, obviamente) y acaban sonando aparatosos hasta el sonrojo. Afortunadamente se separaron pronto y no hubo que aguantarles mucho tiempo, pero Appetite For Destruction me parece un disco ciertamente insufrible. Sobrevalorado, es poco. 







The Dark Side Of The Moon – Pink Floyd (1973).


Hubo una época en que me sentía extraño y como de otro planeta por no saber encontrar la gracia a este disco. Me diréis que a este disco no hay que encontrarle la gracia, que este disco es algo muy serio y que requiere de cierta liturgia para saber saborearlo y disfrutarlo en su esencia. Bla, bla, bla...Todo es muy pomposo. La propuesta, el rollo conceptual, la música. Miento, la portada me parece fabulosa y Us Or Them es ciertamente magnética, pero el resto es algo que no entiendo. Y vaya por delante que habré dado a este disco (y alguno mas de Pink Floyd) cientos de escuchas y oportunidades, pero todas resultaron en balde. Debo ser de los pocos seres habitantes de este planeta al que no le gusta este disco y que no flipa con los particulares sonidos de Waters, Gilmour y compañía. Por eso merecería un premio, no?




London Calling - The Clash (1979).

En este caso, confieso que la cosa me fastidia bastante. Porqué no me gusta London Calling si tiene todos los boletos para que así fuera? No lo entiendo. Cosa de feeling o de yoquese. De nuevo, otro disco (doble, por cierto) al que habré dado miles de oportunidades. Incluso he regalado alguna copia en alguna ocasión! Triste, pero es así. No me gusta London Calling y no me gustan los Clash. Es aun mas triste saber que me gustan los Jam o los Ramones, por ejemplo. Pero quizás el hecho que no comulgue con el reggae, el ska y músicas de ese tipo, hace que mi empatía para con los Clash sea prácticamente nula. Ademas, su reivindicación ochentera por parte de muchos de los peores grupos que pulularon por el rock de mi tierra (sarri sarri, ya sabeis), hizo que acabara tomándomelos muy poco en serio y acabara algo empachado. Una pena.



Kid A - Radiohead (2000).

Les ví en la gira de este disco y en el concierto inaugural esperando una buena dosis de The Bends y en menor medida de Ok Computer. Pero mi gozo en un pozo. Presentaban Kid A y me aburrí muchísimo. Fue en ese momento cuando Radiohead dejaron de interesarme. Se pasaron de cool y conmigo no coló. Tengo un amigo que comparte esta percepción para con los de Oxford y suele decirme que tiene una lavadora en casa que suele hacer aun mas ruiditos que los discos de Thom Yorke. Jejeje, es cierto, doy fe. Kid A fue una vuelta de tuerca mas de Radiohead en la búsqueda de dios sabe que. Les honra el ser una banda en permanente convulsión estilística y les gustará sentir que copan siempre las listas de los mejores discos de los últimos años, pero hace mucho tiempo que se olvidaron de la emoción. Ruiditos, canciones monótonas, y extrañas sensaciones de "pero esto que es!".

jueves, 15 de noviembre de 2012

Top 5: Mejores Canciones de Larga Duración (≈ 20 min.)


Continuamos con otro Top 5, esta vez con las mejores canciones que rondan los 20 minutos de duración.

05. ELP - Tarkus (20:41 min.)
Tarkus, 1971


Odiados por muchos, Emerson, Lake & Palmer representan todas las virtudes y defectos del rock progresivo llevados hasta el extremo. En Tarkus, su segundo álbum, fueron capaces de superar la barrera de los veinte minutos con una colección de canciones fusionadas en un sólo nombre que, por extensión, ocupaba una de las caras completas del vinilo. Tarkus, un tema con nada menos que siete partes diferenciadas, cuenta la historia de un armadillo blindado que se enfrenta a varios enemigos y evoluciona hacia un nuevo ser llamado Aquatarkus. Una historia tan forzada guarda, como no podía ser de otra manera, un significado mucho más elevado. Según Greg Lake: "Trata de la futilidad del conflicto expresada en [el] contexto [...] de los soldados y la guerra. Pero es más que eso. Palabras sobre la revolución que se ha ido, que ha pasado. ¿Dónde la tienen? En ninguna parte". El tema está dominado prácticamente por los teclados de Emerson y Lake estuvo a punto de descolgarse del grupo, porque no veía claro el concepto sobre el que estaban trabajando en el tema principal.

Tarkus: a.Eruption b.Stones Of Years c.Iconoclast d.Mass e.Manticore f.The Battlefield g.Aquatarkus by Emerson, Lake & Palmer on Grooveshark

04. Yes - Close To The Edge (18:44 min.)
Close To The Edge, 1972


Tan sólo he escuchado tres álbumes de Yes, este fue el primero de todos y después me atreví con Fragile y a su disco homónimo. Más allá de Close To The Edge no sé que derroteros habrán seguido, ya que nunca me he atrevido con Tales from Topographic Oceans, un doble que tiene pinta de ser un disco bastante presuntuoso incluso para una banda de rock progresivo. El corte Close To The Edge está compuesto por cuatro partes diferenciadas: The Solid Time of Change/Total Mass Retain/I Get Up, I Get Down/Seasons of Man. Según wikipedia, el tema Close To The Edge está inspirado en el libro Siddhartha de Herman Hesse y trata sobre el despertar espiritual del escritor. No puedo evitar sonreír cuando me informo un poco sobre estos discos conceptuales tan ambiciosos, ¿cómo demonios pueden unos chicos de veintitantos años atreverse con semejantes temáticas para inspirarse?. Mi parte favorita de Close To The Edge es el final, con una interpretación brutal por parte de Jon Anderson en la que juega con las melodías de la tercera parte: I Get Up, I Get Down.

Close to the Edge: The Solid Time of Change/Total Mass Retain/I Get Up by Yes on Grooveshark

03. Genesis - Supper's Ready (23:07 min.)
Foxtrot, 1972


Continuamos con el rock progresivo, pero esta vez con una banda de la que si soy ultra fan. Los Genesis de Peter Gabriel en el comienzo de su etapa más celebrada, aquella que inauguraron con Foxtrot y terminaron con The Lamb Lies Down On BroadwaySupper's Ready es su tema más ambicioso, un medley que ocupaba también una de las caras del vinilo y que está compuesta por nada menos que siete cortes perfectamente enlazados. Mi parte favorita siempre ha sido la quinta, Willow Farm. En ella, la voz de Peter Gabriel alcanza momentos realmente hilarantes en un tema pop de lo más juguetón. También me gusta mucho Ikhnaton And Itsacon And Their Band Of Merry Men. Las siete partes son canciones independientes, aunque entre ellas se van haciendo referencias al repetir melodías de alguna u otra forma. No me quiero meter en lo que cuenta cada sección, por que entonces tendríamos que dedicar una entrada completa a este tema en perjuicio del resto. A pesar de ser una banda de rock progresivo, Supper's Ready como medley es una excepción dentro de la discografía de Genesis.

Supper's Ready by Genesis on Grooveshark

02. Pink Floyd - Echoes (23:31 min.)
Meddle, 1971


Echoes no es sólo uno de los temas más largos en la discografía de Pink Floyd, también es el primer destello genuino de la grandeza de los Floyd de la década de los setenta tras la marcha de Syd Barrett. Antes de EchoesPink Floyd era una banda de fuerte carácter experimental sin rumbo aparente que daba palos de ciego y que, en alguna que otra ocasión, acertaba con alguna de sus locuras. De hecho, en el álbum Meddle hay tantos aciertos (One Of These Days, la propia Echoes) como errores de bulto (San TropezSeamus). Echoes sienta las bases del space rock que la banda explotaría en los ya redondos Dark Side Of The Moon y Wish You Were Here, aunque es evidente que, para completar los veinte minutos de Echoes, tuvieron que usar algo de relleno empleando los sonidos de las ballenas en la parte intermedia. Lo bueno de esa pequeña pausa es que el tema resurge aún con más fuerza a golpe de sonido de sonar y guitarra contundente que culminan con la melodía original cantada a duo por Gilmour Waters. ¡Ah! Por cierto, la portada de Meddle no es un dinosaurio ni un camello, es algo tan simple como el agujero de una oreja.

Pink Floyd-Echoes by 51 on Grooveshark

01. Poco - Nobody's Fool/El Tonto De Nadie/Regresa (18:26 min.)
Poco, 1970


Curiosamente, el rock progresivo o el space rock dejan el número uno a una obra maestra del emergente country rock de principios de los setenta. Buffalo Springfield fue una gran banda que, aunque breve, dejó una huella tan profunda como pudieron haber dejado los Byrds. No sólo fue punto de partida para trayectorias tan importantes como las de Neil Young o Stephen Stills, también hubo un tercero en discordia dentro del seno del grupo que fue capaz de trazar una carrera posterior más que recomendable tras la disolución. Richie Furay fundó Poco con Jim Messina durante la grabación del último álbum de Buffalo SpringfieldLast Time Around. El grupo firmó por Epic Records tras un intercambio con Atlantic por los derechos de Graham Nash y publicó un primer álbum en 1969 llamado Pickin' Up The Pieces bastante recomendable. Su segundo álbum, el homónimo Poco, traía en su cara B un corte de casi 20 minutos donde se dan cita desarrollos instrumentales tan interesantes como los creados por la Creedence en el tema que comentamos en el anterior top 5, I Heard It Through The Grapevine.

Nobody's Fool/El Tonto de Na.. by Poco on Grooveshark

sábado, 26 de noviembre de 2011

El día que no recogieron a Syd



El carisma y talento como compositor habían aupado a Syd Barrett hasta el puesto de líder natural de Pink Floyd. Sin embargo su presencia se volvió incómoda para el resto de miembros del grupo debido a su inestabilidad psíquica, que se vio acentuada exponencialmente por su ingente consumo de drogas. En un caso parecido al de mi adorado Nick Drake, el abuso de alucinógenos disparó sus trastornos: se habla de esquizofrenia, de trastorno bipolar o de Síndrome de Asperger; desconozco si alguna vez se hizo público un diagnóstico psiquiátrico suyo, pero desde luego por ahí deben ir los tiros.


El hecho es que literalmente perdió la cabeza, y son famosos algunos episodios suyos: desde entrevistas en que era incapaz de articular palabra, delirios de lo más variopintos, temporadas totalmente ausente… Pero lo peor para sus compañeros era su cada vez mayor incapacidad para tocar en directo. No es que no fuera capaz, simplemente era impredecible: podía actuar normalmente desde luego, pero desvariaba en sus actuaciones y cada vez más frecuentemente. Lo mismo podía quedarse inmóvil sin tocar una nota, que se bloqueaba en un acorde y lo tocaba insistentemente durante muchos minutos.

En un principio se decidió sustituirle por David Gilmour para las actuaciones en directo, y Barrett permanecería en la banda como compositor y, siempre que se encontrara en condiciones, tocaría con la banda en algunos shows y en las grabaciones. Pero la fórmula no duró mucho: tras grabar A saucerful of secrets (único trabajo con los cinco miembros juntos) y camino a una actuación, simplemente no le recogieron.

Según cuenta Mason en su biografía Dentro de Pink Floyd no fue algo premeditado: no se sentían cómodos junto a Barrett y, viendo que su estado era cada vez peor y el daño que estaba infligiendo al grupo, se preguntaron unos a otros dentro de la furgoneta ¿recogemos a Syd o no? Y simplemente no fueron a por él. Ni ese día, ni el siguiente, ni nunca más. E igual que no le llamaron para decirle que lo echaban de la banda (de su banda), Barrett tampoco les llamó nunca para preguntarles qué pasaba. No recuerdo el resto de miembros, pero al menos Mason cuenta que aunque se sintió culpable por lo que habían hecho, igualmente se sintió aliviado al quitarse la “carga” de encima.



Mucho se ha hablado y se seguirá debatiendo sobre este tema. Hay defensores de ambas partes, y nunca se pondrán de acuerdo: hay quienes ven una traición imperdonable, los hay que ven un acto necesario, otros una gran pérdida musical... La historia es la que fue, y no la que podía haber sido: aún con un Syd Barrett cuerdo y en forma, la carrera de Pink Floyd habría sido totalmente diferente, y probablemente nos habríamos visto privados en gran parte del talento compositivo de Waters y, en menor medida, de Gilmour.

Personalmente, prefiero mil veces The Dark Side of the Moon o Wish You Were Here antes que The Madcap Laughs.


domingo, 20 de marzo de 2011

Auge y caída del álbum conceptual (II)

Viene del jueves 17 de marzo...

El rock progresivo es proclive a ser asociado con el álbum conceptual. ¿Porqué? Puede que los largos desarrollos instrumentales sirvan de gran ayuda para completar los vacios, ya que no hay nada como un buen instrumental para rellenar donde no se sabe que diablos intercalar. El doble álbum The Lamb Lies Down On Broadway de Génesis desarrolla su segundo disco colocando instrumentales a diestro y siniestro, ya que las canciones que tenían en un principio habrían ocupado tan sólo una de las caras del segundo vinilo.

Y ahora toca hablar del sacrificio artístico que le supone a un compositor encajar una canción dentro de una temática a la que tiene que ceñirse. Los Beatles podían componer a la soledad en Eleanor Rigby para después salirse por la tangente con un tema infantil como Yellow Submarine. En un disco conceptual no puedes hacer eso tan alegremente, tienes que ceñirte en la medida de lo posible al hilo argumental. Es decir, si seguimos una historia debemos crear canciones en el tono en el que son requeridas, de manera que el propio músico coarta su libertad artística.

Genesis, con Peter Gabriel vestido de mamarracho

Aquí habría que recordar el viejo proverbio... ¿fue antes el huevo o la gallina? Es decir, ¿el álbum conceptual surge después de ver que todas las canciones tratan de temas similares o tiene el compositor que seguir las pautas según una idea preconcebida? Lo acertado sería seguir la primera opción, es más, creo que grandes álbumes como Dark Side Of The Moon o Pet Sounds han tenido la fortuna de nacer como tales sin ningún esfuerzo. En cambio, la mayoría de los álbumes conceptuales de grupos como The Kinks parecen haber sufrido un doloroso parto para quedar de una pieza. Al menos esa es la sensación que a mí me queda, con síntomas tan claros como la inclusión de temas de relleno entre grandes canciones, por no hablar de esa sensación de musical de Broadway en algunos de los cortes por aquello de dar dramatismo a la historia. La "canción" que finaliza el álbum The Wall de Pink Floyd, The Trial... ¿era realmente necesaria? ¿alguien la ha escuchado alguna vez deleitándose en sus aspectos musicales?

Viendo la cronología de wikipedia, podemos ver que el álbum conceptual alcanzó su cima a principios de los setenta. Fue entonces cuando el rock se hizo adulto y tomo plena consciencia de su importancia, a veces en demasía. El álbum como concepto parece surgir de la necesidad de dar más importancia al LP como obra artística frente al formato single a finales de la década de los sesenta, maniobra bastante inteligente que daba más dinero a las discográficas, a pesar de ser presentado como un medio para alcanzar niveles artísticos más elevados (no es lo mismo vender 100.000 Lps que 100.000 singles).

Con aquello de "es una obra indisoluble, si sacamos singles sería un sacrilegio", muchos grupos y discográficas aumentaban sus cuentas bancarias a una velocidad nunca vista (si el éxito acompaña, claro). No quiero ser mal pensado, pero ese podría ser el kit de la cuestión. El grupo puede estar formado por lerdos que no saben sumar 2 + 2, pero como tienen cierta maña en la composición y van a publicar un álbum lleno de perogrulladas... pues nada, lo vendemos sin singles argumentando que se hace para respetar la obra en su conjunto y bla, bla, bla. El que quiera conseguir tal canción que compré el Lp pagando por todo el pack.

Yes

Con géneros como el punk, tendencias tan pretenciosas quedaron exiliadas del panorama musical. Incluso ahora con la llegada de Internet nos dicen que el single volverá a vivir una nueva edad de oro similar a la que vivió en la década de los cincuenta, dejando al álbum como un soporte físico obsoleto. La cuestión es que todo es cíclico y con los años puede ocurrir cualquier cosa. ¿Quién le iba a decir a un punk de finales de los setenta que, treinta años después, Green Day iba a columpiarse con un álbum conceptual llamada American Idiot? Quizá dentro de varios años, igual me da por recuperar aquella costumbre de escuchar los discos conceptuales de principio a fin. Valgan estos dos posts para reflexionar un poco sobre todo esto.