Mostrando entradas con la etiqueta beach boys. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta beach boys. Mostrar todas las entradas

martes, 16 de septiembre de 2014

The Beach Boys - The Beach Boys Today!


Brian Wilson me robó el corazón cuando descubrí Pet Sounds. Los que me conocen saben que considero la obra maestra de los Beach Boys como el mejor album de pop de todos los tiempos. Tras aquel descubrimiento atravesé una etapa medio obsesiva con el grupo de California y con Wilson en particular. Hoy día, pasado el subidón de aquellos primeros descubrimientos, sigo manteniendo que Wilson ha sido uno de los grandes genios musicales del siglo XX y que lamentablemente, sus enfermedades mentales y sus altibajos anímicos, nos privaron de mas discos y canciones memorables. Pero menos es nada, y su legado creo que sigue siendo deslumbrante, sobre todo en aquella época de mediados de los sesenta donde su inspiración alcanzó cotas sublimes.

Cuando empecé a descubrir los "otros discos" de los Beach Boys anteriores a Pet Sounds, me sorprendió encontrarme con discos que poco tenían que ver con la cima del 66. Discos en donde no había una estructura clara y donde sobresalían las canciones mas comerciales y brillantes por encima de otras claramente prescindibles. Pero hubo un momento en que esa sensación de desequilibrio, cambió. Y fue cuando escuché el album The Beach Boys Today! (1965). Un disco que me descubrió a un Brian Wilson en pleno proceso de madurez creativa. Es el album, dentro de aquellos años, que supuso un cambio verdaderamente cualitativo y de tendencia en su forma de componer música. Algo así como el equivalente al album Help! para los Beatles. Un puente entre la inocencia de sus albumes primerizos y la complejidad y excelencia de Pet Sounds. Entre medias de ambos discos, los Beach Boys grabarían dos albumes mas Summer Days (And Summer Nights!!) y Beach Boys' Party!, que tampoco deberíamos pasar por alto (ahí están joyas como California Girls, entre otras), aunque a gusto personal, me parecen mas deslavazados que el Today! o Pet Sounds.



Dejando al margen su ridículo título, que no hace justicia al contenido y que era un mal que sufrían muchos discos de la época, The Beach Boys Today! es un album cuyas dos caras se hayan muy diferenciadas entre sí. Mientras la primera contiene canciones fácilmente asimilables a la primera escucha (la algo cansina Help Me Ronda compuesta por Al Jardine, Good To My Baby, la excelente When I Grow Up To Be A Man...), la segunda recoge varios de los momentos mas brillantes en toda la carrera del grupo en general y del mayor de los hermanos Wilson en particular. Por eso, esta entrada esta pensada, sobre todo, para reivindicar ese lado B del album. 

Siempre he visto esa segunda parte del disco como el verdadero inicio de la época dorada de Brian Wilson como compositor y la génesis real del concepto Pet Sounds que materializaría al año siguiente. Esta opinión la he podido corroborar posteriormente en biografías como la que repasaba Manuel hace un tiempo. Aunque el tú a tú en las labores de composición con su primo, el inefable Mike Love, todavía era capaz de brindar grandes momentos, es evidente que las canciones tienen, mas que nunca, todo el aroma y la esencia de Brian. Y es este, quien ya, plenamente consciente de su innato talento, empieza a volar solo (liberado por fin de la autoridad paterna) y con ayuda, porque no decirlo, de las drogas (llevaba unos meses consumiendo LSD sin ningún control), llegando a confesar públicamente y unos cuantos años después que compuso las canciones de este disco completamente colocado. 


Please Let Me Wonder, el tema que abre esa sensacional cara B, es sencillamente arrebatador. Una de mis canciones favoritas de todo el repertorio de los Beach Boys, y que sitúo armónicamente a la altura de lo mejor de su legado (California GirlsGod Only KnowsCaroline No). Es increíble escuchar la voz de Brian, pura, luminosa y nada afectada por los excesos. Podemos decir lo mismo con la siguiente de la colección: la excepcional adaptación del clásico I´m So Young. La tercera canción de esta memorable tanda la representa Kiss Me Baby. De nuevo, otra joya que tiene todo el aroma de la clásica balada sentimental del mejor Brian Wilson, que también lidera la canción en las voz principal. La madura She Knows Me Too Well es quizás la mas compleja de las cinco y la que cuenta con una mayor sofisticación armónica. Nuevamente, es Brian el que sobresale en las voces, cantándola con pleno sentimiento. Y por último, In The Back Of My Mind, esta vez con Dennis Wilson en la voz principal. Una maravilla. 

Son muchos los analistas de la obra de los Beach Boys y de Brian Wilson en particular, quienes señalan a estas cinco canciones como la cima creativa de su autor, situándolas incluso, por encima de lo que vino después (Pet Sounds). Como todo, son meras opiniones, pero lo que yo tengo claro es que una vez que escuchas este disco y sobre todo, esa enigmática segunda cara, es cuando empiezas a constatar el talento inmenso de Brian Wilson para la música. 

lunes, 3 de febrero de 2014

Charles L. Granata - Wouldn't It Be Nice


Me sentí muy identificado cuando Bruno escribió aquella entrada sobre Pet Sounds encuadrándolo dentro de aquellas obras maestras con las que no llegaba a empatizar del todo. Yo mismo podría haber firmado aquel párrafo y es que Pet Sounds es un disco del que tenía expectativas demasiado altas cuando lo compré y escuché.

La primera noticia que tuve sobre este álbum fue en un documental sobre rock en el que el propio Brian Wilson tocaba al piano God Only Knows acompañado por Al Jardine y Carl WilsonPor aquella época grababa en cinta VHS todo lo que tuviera algo que ver con música y esos breves segundos en los que sonaban las primeras estrofas de aquella canción me produjeron tal impresión que anduve bastante tiempo obsesionado con ellas y abusando del rewind. Cuando el propio Brian dijo en aquel documental que Pet Sounds era el álbum favorito de Paul McCartney tuve que hacerme con aquel disco fuera como fuese. Tuve suerte al encontrarlo en un centro comercial por un precio bastante asequible, de hecho conseguí una edición muy completa con un libreto repleto de notas sobre las canciones. No sé si haber escuchado God Only Knows me creó unas expectativas demasiado altas, pero recuerdo muy bien que escuchar el álbum completo fue para mí una especie flop.

Pet Sounds en cualquier caso es mucho más que un trabajo discográfico, ya que las circunstancias de su génesis brindan a Charles L. Granata suficiente material como para escribir un libro sin tener que forzar la inclusión de material de relleno (de hecho, escribir un libro sobre un álbum musical ya no es tan meritorio desde que Greil Marcus publicara no hace poco un volumen dedicado a Like a Rolling Stone). Wouldn´t It Be Nice (Brian Wilson y la creación de Pet Sounds) es un libro de lectura fácil y adictiva que, junto al interesante material del que parte, me ha hecho devorar el libro en cuestión de días. Las conjeturas que cualquier aficionado al rock se hace sobre la creación de Pet Sounds y caída posterior de Brian Wilson se completan gracias a este libro por la rigurosidad de los datos y testimonios que ofrece.


Granata nos pone en antecedentes sobre la complicada personalidad del genio, la influencia de su padre en su temprana formación musical y el maltrato mental que le provocaron las drogas después de los primeros éxitos de los Beach BoysUno de los aspectos más meritorios del libro es la forma magistral que tiene de transmitirnos la genialidad de Brian Wilson gracias a los valiosos testimonios de aquellos que trabajaron con él en el estudio. Todos coinciden en que Brian era capaz de imaginar en su mente a la vez las diferentes líneas que correspondían a cada instrumento en una canción concreta, de manera que cuando acudía al estudio ya disponía de una idea clara sobre la que trabajar. De esta afirmación podría suponerse que era un perfeccionista que no admitía nuevas ideas y, sin embargo, los músicos que grabaron el álbum también hablan de lo abierto que estaba a cualquier sugerencia.

Las partes instrumentales de Pet Sounds fueron registradas antes que la parte vocal y su mezcla en mono, sin posibilidad de vuelta atrás, era realizada por Brian teniendo en cuenta la inclusión posterior de las voces. Cuando los Beach Boys regresaron de su última gira para cantar sobre las partes instrumentales siguiendo las indicaciones de Brian, el resultado final quedaba armado de forma que todas las piezas encajaban a la perfección tal y como las había imaginado su creador en un principio. Un momento que me impresionó como fan de los Beatles al leer el libro fue la parte en la que se describe la presentación de Pet Sounds en Londres con la asistencia de Lennon y McCartney. Según parece, el tándem de compositores se rodeo de un grupo de chicas a las que invitaron a jugar a las cartas con la única condición de que estuvieran calladas mientras Pet Sounds sonaba por primera vez en sus oídos. Al terminar la escucha, McCartney se sentó a un piano que había pedido previamente e intercambió impresiones con Lennon, el cual no paraba de susurrarle cosas al oído mientras Macca pulsaba las teclas del instrumento.

En esta reseña no hacemos más que rascar en la superficie. Wouldn't It Be Nice es un libro imprescindible para cualquier aficionado a la música que quiera conocer la forma de trabajar de un genio del pop cuando se encontraba en su mayor esplendor creativo.

martes, 28 de enero de 2014

Brian Wilson: That Lucky Old Sun.

Creo que alguna vez todos hemos pensado que habría sido de la carrera de John Lennon, si el loco de Mark Chapman no nos lo hubiera arrebatado aquel 8 de Diciembre de 1980. Y creo que también somos muchos los que hemos imaginado lo que habría sido de la carrera de Brian Wilson (y de los Beach Boys) si ese colapso nervioso de 1967 no nos lo hubiera mermado, psicologica y creativamente, para siempre. Estoy convencido que si Wilson hubiera podido conservar sus facultades mentales intactas tras la debacle del proyecto Smile, el pop hubiera vivido alguna que otra revolución mas, como las que supusieron en su dia Pet Sounds o Good Vibrations. Pero desgraciadamente, y en ambos casos, solo podemos vivir de realidades, y la única verdad palpable, es que la carrera en solitario de Brian Wilson no hace justicia al enorme talento de uno de los mejores compositores del siglo XX.

El megaproyecto de revisión de Smile en 2004, fué un momento clave en la carrera de Brian Wilson. Como se puede ver en el extraordinario documental que acompañó la edición de la revisión actualizada del legendario disco que abandonó en 1967, consiguió exhorcitar muchos de los fantasmas que atenazaban la compleja personalidad de su creador. El exito de critica del album liberó a Wilson de muchos miedos y temores. Y ademas, y esto es una teoria particular mia, le permitió volver a encontrarse a si mismo como compositor con energias e ilusiones renovadas. El album That Lucky Old Sun, editado en 2008, es el fiel reflejo de ese renacer creativo. Desde el mismo momento en que me lo compré y lo escuché por primera vez, quedé entusiasmado con el resultado y afirmo sin ningun tipo de duda que es para mi, Smile aparte, su mejor album en solitario. Aquel donde todo el espectro narrativo, personal y musical de Wilson, se dan la mano.



El album es una oda a la ciudad de Los Angeles y a la soleada California. Esa tierra que le vió nacer, crecer, que se lo dió todo y que también le arrebató mucho de lo conseguido. Su particular universo vital y sonoro está allí, en esa ciudad. Todo en este disco parece un nostalgico retorno a sus vivencias, a su singular forma de entender la música y todas las asociaciones que podamos hacer a Los Angeles. Pero no desde un punto de vista melancolico, sino mas vitalista y energico que nunca. De hecho, lo que mas llama la atención en un principio, es la colorista portada y las fotografias interiores del booklet del cd, con un Wilson elegantemente vestido, mas sonriente que nunca (algo pasado por el tamiz del photosop, pienso) y con la ciudad de su vida al fondo. Todo muy bonito y evocador. Pero la música, que es lo importante siempre que hablamos de Brian Wilson, sobresale por encima de todo el envoltorio, que todo sea dicho, también me agrada y es que muchos estabamos cansados de ver a Wilson en poses y fotografias siempre triste y demacrado.

El album funciona como funcionaba Smile. Es decir, construido en diferentes partes (en este caso en cinco diferenciadas pero sin solucion de continuidad) y abordando cada una de ellas un determinado tema o compendio de sentimientos hacia Los Angeles. Cada una de esas cinco escenas, comienza de forma narrativa situandonos en contexto. Todo muy Wilson y con el clásico manto de la sinfonia pop. Siempre me ha gustado mucho como Brian aborda esa particular forma de entender un disco y sus partes. Al final, el disco debe ser un reflejo de un estado animico de su autor, y en esta ocasion, nos ofrece canciones y matices alejados de la melancolia y decaimiento de muchas de sus obras mas historicas. De hecho creo que podemos enlazar el espiritu global de este disco a las buenas vibraciones del himno que le encumbró.



Y por supuesto, hay canciones de gran calidad. Todas ellas encajadas de forma impecable en cada uno de los cinco episodios narrativos pero dotadas de naturaleza propia. El comienzo es toda una declaración de principios con la canción que da titulo al disco. Un tema, nada fuera de lo normal, pero que reaparecerá en sucesivos reprises a lo largo del disco y a veces hasta de forma mucho mas imperceptible. Good Kind of Love y la deliciosa y nostalgica Forever She'll Be My Surfer Girl forman el primer gran signo de maestria de Wilson en este trabajo. Melodias marca de la casa en una dopla formidable. No puedes evitar echar la mirada atras y recordar los tiempos en los que grabó aquellos monumentos pop con sus hermanos. La esencia de Wilson sigue estando ahí. Mexican Girl, correspondiente al tercer acto, resulta en si misma una rareza por su aire latino, sobre todo cuando la enlaza con Cinco de Mayo, que abre el cuarto acto. California Role es un tema que por su tratamiento e instrumentacion nos evoca directamente a los tiempos gloriosos de la ciudad de Los Angeles donde los actores, las actrices, el glamour, los mafiosos y los medios de comunicacion componian un todo irresistible.

La ultima y quinta pata del album es donde se encuentran las dos joyas de la obra. Dos temas antagonicos pero que para servidor, estarian dentro de lo mas granado de la carrera del autor de God Only Knows. Por un lado encontramos la preciosa Can´t Wait Too Long, con todo el universo Wilsoniano condensado en apenas cincuenta segundos. Imposible no resistirse y dejarse llevar por esas voces en perfecta armonia. Y por otro, la extraordinaria y gran obra maestra del album, la mccartiana Midnight’s Another Day. Tan mccartiana que estoy convencido que el intimo amigo de Brian, Paul Mccartney, habria matado por haber podido firmar semejante cancion. Fastuosa melodia al piano, Wilson la canta a lo grande y como en sus mejores tiempos. Y es que la voz de Brian es quizás el aspecto del músico que mas a sufrido el calvario vital al que este genio ha sido sometido desde la caida en barrena de finales de los sesenta. Quedan lejos el timbre y la voz angelical como cuando cantaba cosas como Surf´s Up, pero en este formidable Midnight’s Another Day se acerca a esa excelencia. Por supuesto, hay mas momentos brillantes. Como la adictiva Oxygen to the Brain o el final maravilloso y de homenaje a la tierra de las naranjas (al loro la portada) que es Southern California. Gran disco de un genio que a pesar de todo, demostraba que todavia tenia algunos regalos guardados para nuestros oidos.



jueves, 1 de agosto de 2013

MIMS Gran Reserva: BackTrip: "SURF'S UP"

Abrimos una nueva sección titulada BackTrip en la que nos daremos una vuelta por el pasado del Rock e intentaremos rescatar algunas joyas sonoras que no tuvieron una gran difusión y que permanecen ocultas a los oídos de muchos aficionados.


Inicio mi colaboración en este blog con el comentario de un excelente disco que puede pasar desapercibido en la extensa producción de los Beach Boys.


The Beach Boys

"SURF's UP"


Brother Records (Agosto de 1971)



Lejos de los sonidos característicos del mítico grupo californiano y en la antípoda del celebérrimo “Pet Sounds”, “Surf’s Up” es un disco que desprende melancolía en todos los surcos, pero no es un disco trágico, deja intuir un sentimiento de tristeza a través de exquisitas y bellas melodías pop.

La portada refleja perfectamente a una banda que afronta el momento más duro de su carrera con unas ventas escasas y crisis internas. El fracaso comercial de la anterior entrega, "Sunflower", hizo desaparecer a Brian, que permanecía la mayor parte del tiempo en la cama, prácticamente aislado del mundo, obsesionado con los vegetales, las vitaminas y con una seria adicción a la cocaína.

Una de las grandes sorpresas de “Surf's Up” es la asombrosa aparición de Carl Wilson como compositor, con dos canciones que son tan buenas que parecen compuestas por Brian , son “Long Promised Road” y “Feel Flow”.

También Al Jardine aporta tres buenas canciones, la ecológica “Don’t Go Near The Water” , “Take A Load Off Your Feet” y “Lookin’ at Tomorrow (A Welfare Song)”.

En “Surf's Up” todos los miembros del grupo dan lo mejor de sí para sustituir a un Brian ya muy apagado, que pese a todo hace de este disco algo muy especial gracias a las tres canciones finales que aporta: “A Day In The Life Of A Tree”, “’Til I Die” y “Surf’s Up”, rescatada de las sesiones del inacabado “Smile”.

En definitiva, creo que se puede considerar a “Surf’s Up” como la última obra maestra de los Beach Boys.

Escúchalo en spotify:

martes, 21 de mayo de 2013

Grandes disgustos con Grandes discos (Parte 3 de 3)

A excepción de que el amigo revolver se animara y elaborase su propia lista, cerramos esta sección en la que públicamente hemos aireado nuestros trapos sucios y hemos repartido leña a algunos de los discos más importantes de la historia. Ya que mis compañeros no se han cortado un pelo y han puesto a caldo a algunos de mis discos favoritos (hablamos del Dark Side of the Moon, London Calling o In the Court of the Crimson King sin ir más lejos), no seré yo el que se prive de zurrar a diestro y siniestro...


The Beach Boys - Pet Sounds (1966)

Empecemos a lo grande: más de uno dirá que no tengo ni puta idea al incluir aquí semejante vaca sagrada, pero es que realmente no sé dónde está el mérito de este disco. Para mí el Pet Sounds se resume a Wouldn’t it be nice y God only knows, dos temazos acojonantemente buenos desde luego, pero es que el resto es muy pero muy del montón. Si en vez de un álbum se hubieran limitado a sacar un single con esos dos temas se trataría del mejor sencillo de la historia, en dura pugna con Strawberry Fields Forever/Penny Lane. Que sí, que en su momento supondría un avance en cuanto a paletas de sonidos y arreglos se refiere, y desde luego ha servido de inspiración y ha espoleado a múltiples bandas desde entonces (al mismísimo McCartney de la época sin ir más lejos), pero ¿realmente las canciones son tan buenas? No sé, quizá yo sea una especie de Dexter Morgan sin alma ni sentimientos, pero en serio que del resto apenas salvaría Sloop John B y eso que tampoco me llama poderosamente la atención. Las instrumentaciones soberbias y unos coros magistrales no salvan, en mi opinión, un disco por otro lado bastante ramplón.


Sex pistols – Never Mind the Bollocks (1977)

Que me aspen, pero de verdad que por más vueltas que le doy a este disco (literalmente) me parece una mierda del tamaño del sombrero de un picador. Huelga decir que no soy pro-punk precisamente, pero es que no le veo ninguna cualidad musical a este mítico álbum. De hecho el punk me parece un movimiento con fuertes repercusiones culturales, sociológicas, estéticas y reivindicativas… pero lo que son musicales, más bien pocas. Quizá la única sea haber conseguido convertir en músicos a personas sin ninguna aptitud para ello: lo que importaba era la actitud (con “c”, no con “p”), la pose y el aspecto. Véase el caso del mismísimo Sid Vicious, figura de culto y primer mártir de la causa, quien fue reclutado para la banda aunque no tenía ni idea de cómo tocar el bajo (de hecho en el disco es el guitarrista Steve Jones quien lo hace). Aunque reconozco que God save the Queen y sobre todo Anarchy in the UK siempre me han gustado, en este disco veo más marketing que cualquier otra cosa. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, recomiendo a todos los interesados el documental The filth and the fury (de Julien Temple) sobre los Pistols.
 


Tom Waits – Swordfishtrombones (1983)

Servidor no es precisamente seguidor del de Pomona y, que conste que pese a haberlo intentado en más de una ocasión, en mi humilde y cuasi analfabeta opinión este álbum me parece de los discos más sobrevalorados de la historia. Y eso que sus primeros trabajos me parecen bastante interesantes, pero este sin embargo es como una bofetada en toda la boca. El amigo Mansion opina, en su entrada sobre Waits, que se trata de una “obra maestra a escuchar en soledad y de forma persistente”, reconociendo que de entrada es un trabajo chocante. Pues bien, yo no he podido pasar de esa primera impresión. Lo he intentado en varias ocasiones, y realmente no puedo hacerme ni al sonido ni, sobre todo, a su caricaturesca voz de estreñido. Hay un par de temas que reconozco que me gustan bastante, y son precisamente los más convencionales: Soldier’s things y Johnsburg, Illinois, que  me parecen dos canciones preciosas. Down, down, down y Gin soaked boy me parecen igualmente que no están nada mal, pero en conjunto el disco me resulta muy cargante y excesivamente pretencioso.




Teenage fanclub – Bandwagonesque (1991)

Aunque el pop-rock de los sixties es mi debilidad no me vale cualquier cosa que tenga aire sesentero; de hecho los revivals me suelen tocar bastante las narices (como me pasa por ejemplo con Tarantino: con la excusa de homenajear géneros como el cine de artes marciales, la serie B o los spaghetti westerns lleva años ofreciendo auténtica mierda enlatada, donde su único mérito suele consistir en títulos de crédito retro y bandas sonoras bizarras). Este disco es uno de estos casos, como mucho power pop de la época, donde casi todo me suena igual: armonías bastante beatleras (o en el mejor de los casos beachboyeras) que no aportan nada, guitarras súper distorsionadas dominándolo todo y, siempre siempre, un imprescindible ritmo de 4/4 (bombo, caja, bombo bombo, caja). Y es que no hay nada más allá de esta manida capa de barniz, y me resulta todo tan pero tan aburrido... En serio, oigo hablar en ocasiones de este disco (como de tantos otros del mismo estilo), pero por más que lo intento es que no logro quedarme con una sola canción que me llame la atención, ni con una simple melodía o riff meritorio. Literalmente: lo he vuelto a escuchar unas pocas horas antes de escribir estas líneas y no recuerdo ni un solo título ni una sencilla melodía. En fin, que sí, que la impresión general es agradable y tal, pero me resulta totalmente insípido y olvidable. 

lunes, 25 de marzo de 2013

Pequeños flops entre grandes hits (Parte 2 de 3)



The Beatles - Yellow Submarine

Yellow Submarine es la típica canción que el profano a los Beatles suele cantarte cuando quiere reírse del grupo al que amas. Cuando McCartney empezó a tararear la melodía mientras estaba a punto de dormirse, en lugar de levantarse y tocarla al piano para retenerla, debería haberse dado media vuelta en la cama y seguir durmiendo. Yellow Submarine no era representativa de un álbum como Revolver, de hecho es su oveja negra particular, e incluirla como single junto a Eleanor Rigby fue un verdadero despropósito artístico, aunque no comercial. Lo único salvable de este tema de melodía infantil es el repertorio de efectos de sonido que lo acompaña, algo que podría suponerse una innovación en el mundo del pop.



John Lennon - Power To The People

Los recopilatorios de Lennon tienen poco material del que abastecerse y, a falta de suficientes nº 1 para completar un grandes éxitos, meten nº 4, 5 y los que siguen. Power To The People es un single que pertenece a la época más convulsa de Lennon como activista político. Es una de esas canciones himno que le salían como churros a principios de los setenta, pero para mí es una canción espantosa. Representa uno de los peores momentos de su carrera, aquel en el que se preocupaba más por sus ideales de cara a la galería que por la música que era capaz de crear. Power To The People además tiene un sonido atronador en el que sobra cualquier matiz y en el que se incluye, para mayor gloria, un saxofón que literalmente berrea en un insoportable sólo.



Bob Dylan - I Want You

Aún yendo en contra de cualquier dylanita en su sano juicio, no me gusta I Want You. Es un tema al que no le veo la gracia por ninguna parte. Y no es que no me guste porque la considere tonta o simple en su temática, es que melódicamente me parece un tema sin ningún atractivo. Puedo afirmar con seguridad que es para mí la peor canción de Blonde On Blonde y siempre que la escucho en cualquier recopilatorio suelo saltármela sin pensarlo dos veces. Creo que le falta gracia en sus melodías y he de reconocer que no puedo con esos "sooo baaaaad" arrastrados con los que remata los estribillos. La línea de armónica también me resulta insoportable, no se ya si porque precede a la canción o porque es mala en sí misma.



David Bowie - Fashion

Con Fashion me pasa algo parecido a lo que me ocurre con I Want You, es también una canción a la que no le veo ningún atractivo. Fashion apareció como single de Scary Monsters y, aún siendo la más accesible del lote, es de lejos la canción menos lograda del álbum al que pertenece. Es un tema que se va desarrollando a trompicones, el punteo de Carlos Alomar ha envejecido fatal y la parte de la letra en la que Bowie va describiendo los pasos de baile me parece muy poco afortunada. Que si, que describe muy bien lo superficiales que resultan las modas y el sinsentido que supone seguirlas, pero como canción en sí fracasa estrepitosamente.



The Police - De Do Do Do, De Da Da Da

Me gusta la música de Police y, aunque lo he intentado en muchas ocasiones con sus discos de estudio, soy más de ponerme sus recopilatorios con regularidad. Cualquier grandes éxitos del grupo es una colección perfecta de hits por derecho propio, salvo una excepción: De Do Do Do De Da Da Da. Canción perteneciente a uno de los discos más valorados de la banda, Zenyatta Mondatta, ya anticipa desde el nombre lo tonta que puede llegar a ser como canción. Y es una pena, porque la canción empieza bastante bien, pero se cae en los estribillos estrepitosamente. No es para mí una canción insoportable, pero si una oportunidad perdida para, con prácticamente los mismos elementos, haber creado algo más memorable.



Beach Boys - Help Me Rhonda

De entre todos los brillantes singles de la primera época de los Beach Boys, Help Me Rhonda es el que más se me atraganta. Puedo encontrarle la gracia a un plagio tan descarado como Surfin' In The USA, pero nunca le he visto nada especial a Help Me Rhonda. Lo más destacable serían las estrofas, pero ese estribillo me deja K.O. por repetitivo y por monótono. Lo más insufrible, esa ida y vuelta de la canción, que parece que se está terminando, pero no... vuelve y vuelve en un fundido que se hace interminable. La primera vez que la escuché, pensé que el recopilatorio que me acababa de comprar tenía algún tipo de defecto. ¿Acaso pensaba Brian Wilson que era innovador ese coitus interruptus sin ningún sentido?



Peter Gabriel - Biko

Biko, una canción sobre el asesinato del activista sudafricano Stephen Biko, me suele aburrir soberanamente. Creo que pocas veces he escuchado entero el álbum en el que aparece porque mi dedo se va derecho al stop cuando suenan sus primeros compases. Me parece demasiado lenta y falta de sustancia, a pesar de que es quizá la canción con más carga política de Peter Gabriel. En un recopilatorio del músico en el que se turnan rompepistas como Sledghammer o Steam, la lentitud de Biko se hace mucho más evidente. Es un tema que en conciertos de Amnistia Internacional debe quedar de maravilla, pero en el salón de tu casa se vuelve un bajonazo que puede amargarte el día.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Pequeños flops entre grandes hits (Parte 1 de 3)

No sé si le ocurrirá a alguien más, pero siempre que escucho un disco recopilatorio me encuentro con alguna canción que por su calidad no me parece digna de ser incluida entre lo mejor de tal o cual grupo. En esta entrada voy a enumerar algunas de esas canciones, no es ningún ranking ni están ordenadas siguiendo un criterio específico. Son simplemente temas que aparecen con asiduidad en discos de grandes éxitos y que no me gustan nada de nada. Puede que aparezcan canciones con las que todo el mundo esté de acuerdo y otras que, por emblemáticos, pueden crear algo de controversia. Nada más lejos de mi intención, esta entrada es una selección muy personal con la que sólo yo puedo estar de acuerdo al cien por cien.


The Beatles - Eight Days a Week

Empezamos fuerte con The Beatles. Nadie es perfecto y, aunque los Beatles rozaron la perfección, también guardan entre sus singles algún que otro tema que deja mucho que desear. Eight Days a Week pertenece a la época de Beatles For Sale, es decir, a un momento en el que los Beatles se encontraban en horas bajas, cansados de componer y salir de gira. Había que sacar un nuevo single en plena vorágine de la beatlemania y el tándem Lennon/McCartney se esforzó para cumplir con una de sus canciones más tontas hasta la fecha. Eight Days a Week es un tema sin alma escrito por compromiso en el que el grupo bordea con temeridad la barrera entre la melodía tonta y la ridícula.



Paul McCartney - Ebony And Ivory

Aunque Tug Of War es uno de los álbumes más queridos por los fans de McCartney, para mí no es un trabajo muy reivindicable y el hecho de que Stevie Wonder participara en él, tiene buena parte de culpa. Aparte de la aberración que supone plantar una estridencia como What's That You're Doing en la cara A con esos sintetizadores (que dañan el oído como tenedor en plato), la otra colaboración que apareció como single tampoco les quedó muy allá. Ebony & Ivory es una canción de McCartney en la que Wonder se prestó para poner la segunda voz y hacer el contraste de buenrollismo que sermoneaba la letra. Es una canción simpática en las primeras escuchas, pero que he llegado a aborrecer después. No se pierde ningún recopilatorio de McCartney y el paso del tiempo le ha pasado factura. El verdadero éxito de este tema lo ha alcanzado a la postre en un medio tan denostado como el karaoke.



John Lennon - Whatever Gets You Through The Night

A mediados de los setenta, Lennon era el único beatle que no había alcanzado el nº 1 con ninguno de sus singles (incluso Ringo se le adelantó). Durante las sesiones de Walls & Bridges se sacó de la manga una canción creada expresamente para alcanzar esa diana. Y contra todo pronóstico, lo consiguió. Cuenta la leyenda que Elton John vaticinó el éxito de Whatever Gets You Through The Night en cuanto escuchó la canción en el estudio, yo tengo que confesar que no habría acertado esa predicción ni en un millón de años. Este tema peca de sonido atronador y, como he dicho antes, se le ven demasiado las intenciones por agradar. Ese saxofón que entra desde el principio rebuznando no tiene precio.



Dire Straits - Private Investigations

Los Dire Straits nunca fueron santo de mi devoción, pero con esta canción se superaron a sí mismos en todos sus defectos. El principio con la guitarra española me mata por hortera y ese recitado de Mark Knopfler llega a lograr lo más difícil todavía, conseguir que una canción de Dire Straits supere los niveles de aburrimiento a los que nos tienen acostumbrados. La atmósfera de novela negra que intentan conseguir llega a resultar ridícula y ese final en el que cambian a la guitarra eléctrica en plan grandilocuente... ¿a santo de qué? ¿aportar más dramatismo a la historia? No le veo ningún sentido, es como intentar acabar a lo grande cuando entre tanto recitado ni siquiera se llegó a empezar nada.



The Beach Boys - Heroes & Villains

Es sabido por casi todos que si Good Vibrations fue antesala de Pet Sounds, Heroes And Villains debería haberlo sido para aquel proyecto frustrado de Brian Wilson llamado Smile. Cualquier comparación con un monumento al pop como Good Vibrations me parece desafortunado y Heroes And Villains no hace más que testificar la perdida total de rumbo por parte de Brian Wilson en un momento en el que se encontraba al borde del colapso. Esta canción no es digna sucesora de Pet Sounds y no me parece para nada un single brillante. Aparece en todos los recopilatorios del grupo y yo me pregunto, ¿nadie se da cuenta de que está compuesta por partes a cada cual más ridícula?



Simon & Garfunkel - Cecilia

No la aguanto en ningún recopilatorio y, mucho menos, en el álbum al que pertenece, Bridge Over Troubled Water. Después de una canción tan increíble como la que da título al disco, Simon & Garfunkel se descuelgan con un tema chusco en percusión y de temática irreverente. Me resulta extraño encontrarme una canción sobre una ninfómana descontrolada, cuando antes he levitado de gozo ante un himno dedicado a la amistad y a la superación como es Bridge Over Troubled Water. Además, es una canción tan impropia del dúo que resulta extraña de por sí, ya que en toda su discografía precedente no existe algo parecido. Por canciones como ésta (y Keep the Customer Satisfied, y Baby Driver, etc.), tengo claro que Bridge Over Troubled Water no es ni un álbum redondo ni el mejor trabajo de Simon & Garfunkel.

sábado, 23 de abril de 2011

BackTrip: "SURF'S UP".

Abrimos una nueva sección titulada BackTrip en la que nos daremos una vuelta por el pasado del Rock e intentaremos rescatar algunas joyas sonoras que no tuvieron una gran difusión y que permanecen ocultas a los oídos de muchos aficionados.

Inicio mi colaboración en este blog con el comentario de un excelente disco que puede pasar desapercibido en la extensa producción de los Beach Boys.

The Beach Boys
"SURF's UP"
Brother Records (Agosto de 1971)

Lejos de los sonidos característicos del mítico grupo californiano y en la antípoda del celebérrimo “Pet Sounds”, “Surf’s Up” es un disco que desprende melancolía en todos los surcos, pero no es un disco trágico, deja intuir un sentimiento de tristeza a través de exquisitas y bellas melodías pop.

La portada refleja perfectamente a una banda que afronta el momento más duro de su carrera con unas ventas escasas y crisis internas. El fracaso comercial de la anterior entrega, "Sunflower", hizo desaparecer a Brian, que permanecía la mayor parte del tiempo en la cama, prácticamente aislado del mundo, obsesionado con los vegetales, las vitaminas y con una seria adicción a la cocaína.

Una de las grandes sorpresas de Surf's Up es la asombrosa aparición de Carl Wilson como compositor, con dos canciones que son tan buenas que parecen compuestas por Brian , son “Long Promised Road” y “Feel Flow”.

También Al Jardine aporta tres buenas canciones, la ecológica “Don’t Go Near The Water” , “Take A Load Off Your Feet” y “Lookin’ at Tomorrow (A Welfare Song)”.

En Surf's Up” todos los miembros del grupo dan lo mejor de sí para sustituir a un Brian ya muy apagado, que pese a todo hace de este disco algo muy especial gracias a las tres canciones finales que aporta: “A Day In The Life Of A Tree”, “’Til I Die” y “Surf’s Up”, rescatada de las sesiones del inacabado “Smile”.

En definitiva, creo que se puede considerar a “Surf’s Up” como la última obra maestra de los Beach Boys.

Escúchalo en Spotify:

-------