
Dentro de la programación del Beefeater In-Edit Festival, el otro día tuve ocasión de ver el documental The Sacred Triangle: Bowie, Iggy & Lou, que analiza la relación entre estos tres músicos entre los años 1971 y 1973 que resultarían fundamentales para las carreras de todos ellos.
Sinceramente el documental no merece la pena, no es de los que servidor recomendaría. Más allá de la escasez de medios de que hace gala, nada reprochable por otro lado, lo más destacable del mismo sería la poca profundidad que ofrece. Para empezar: no intervienen en el documental ninguno de los protagonistas, lo cual deja el peso de la narración a un par de biógrafos de los músicos (suponemos que informados, desde luego, pero ni intervinientes ni testigos de la historia que analizan), a una exaltada Angie Bowie (más preocupada en loar y celebrar sus andanzas con su por aquel entonces marido, que en ser fiel a la verdad) y a algún personaje más o menos cercano a los hechos que se narran, siendo el más interesante un tipo del que no recuerdo el nombre y que trabajaba en MainMan, la agencia de representación de Defries que por aquellos años representaba a Bowie. Poco más. Entiendo que Lou no es precisamente un tío simpático que conceda entrevistas alegremente, y que Bowie lleva años totalmente desaparecido. Pero, ¿nada de nada? En fin...
El hecho es que el documental, con estos intervinientes, se limita a contarnos lo que ya conocemos y poco más. Me explico: servidor no ha leído por el momento biografía alguna de ninguno de los tres artistas que componen este triángulo ni de nadie cercano, pero ya conocía al menos el 80% de lo que se narra en el film. ¿Se trata de un fenómeno de precognición o bien que el documental tiene menos contenido del que uno espera? Para mi la cosa está clara: a poco que uno sea más o menos melómano le sonará todo lo que aquí se cuenta. ¿A qué dedican 107 largos minutos? A eso me refiero.

Lo más interesante del film para el que esto escribe es la desmitificación que se hace de David Bowie, con la excepción de Angie por supuesto. Prácticamente todos los que allí aparecen coinciden en este punto. Por un lado, le tachan de copión, algo que todos intuíamos pero aquí denuncian explícitamente. Desde sus inicios, en los que dando tumbos sin rumbo fijo buscaba qué hacer para tener éxito: tras descubrir a The Velvet Underground graba la sonrojante Little Toy Soldier, en la que fusila sin pudor alguno Venus in Furs. Por lo visto el mismo Bowie reconoce esto, al afirmar de él mismo que su "principal talento es saber qué copiar". De ahí pasó a remedar a Marc Bolan (con el paso de los años se dio la vuelta a esta situación, pero a principios de los años 70 Bolan era muchísimo más famoso que Bowie), la forma de moverse de Iggy Pop, las composiciones de Reed... En fin, que fue preparando la receta de su cóctel de influencias, cogiendo de aquí y allá, y hasta que se marchó a Berlín parece ser que no se le ocurrió que estaría bien ser original en algo.
Por otro lado, por lo visto su ofrecimiento a producir los álbumes de los otros dos músicos ni fue tan desinteresado ni tan siquiera fue algo que él mismo hiciera. Me explico: en el caso de Reed, Bowie desde luego admiraba sus canciones con la Velvet y quería ayudarlo en su carrera en solitario, pero en realidad no le produjo su segundo disco en solitario. David fue el impulsor de este proyecto y puso en marcha la maquinaria para que se pudiera realizar, pero realmente el artífice en la sombra de Transformer fue Mick Ronson, auténtico productor del disco. David se limitó a ser el que trataba cara a cara con Lou (que no es poca cosa), pero la producción del disco, los arreglos y demás son obra casi exclusiva de Ronson.
Por otro lado, la producción del disco de Iggy fue... inexistente. A saber: Bowie le convenció para que se trasladara a Londres y que preparara material nuevo para un álbum, pero nunca llegaba el momento de meterse en el estudio. Iggy y los Stooges no sabían qué hacer, ya que el tiempo pasaba y David no parecía tener interés en producirles un nuevo trabajo: las explicaciones a este comportamiento no son ni muy claras ni concluyentes, pero parece ser alguna especie de celo profesional (parece ser que Bowie veía en Iggy un rival directo que le podía hacer sombra) unido al hecho de estar en plena promoción de su Ziggy Stardust, lo que le llevó a simplemente ignorar al de Detroit. De hecho, Raw Power fue grabado cuando la banda se metió en el estudio sin productor ya que Bowie y Ronson estaban de gira por EE.UU. Al regresar a Londres prácticamente se vio obligado a aceptar mezclar la grabación, algo casi imposible: la crudeza y simpleza de los Stooges llegaba hasta el extremo de no querer usar y aprovechar las posibilidades los multipistas, y el álbum completo estaba grabado en tres únicas pistas, lo que hizo que difícilmente se pudiera lograr algo decente en la mezcla (por ese motivo las guitarras prácticamente tapan todos los demás instrumentos, especialmente al bajo casi inaudible). La nula promoción del disco y boicot a una posible gira es otra historia...

Tenemos entonces que Bowie se llevó los honores de haber "rescatado" a sus dos compañeros cuando en realidad se limitó casi simplemente a convencerlos a que viajaran a Londres y aparecer en la foto. Desde luego que todos se vieron beneficiados de este encuentro, pero parece que quien sacó más rédito de toda esta historia fue Bowie. Al menos queda el legado de esta trilogía absolutamente imprescindible: The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (spotify), Transformer (spotify) y Raw Power (spotify).
Sinceramente el documental no merece la pena, no es de los que servidor recomendaría. Más allá de la escasez de medios de que hace gala, nada reprochable por otro lado, lo más destacable del mismo sería la poca profundidad que ofrece. Para empezar: no intervienen en el documental ninguno de los protagonistas, lo cual deja el peso de la narración a un par de biógrafos de los músicos (suponemos que informados, desde luego, pero ni intervinientes ni testigos de la historia que analizan), a una exaltada Angie Bowie (más preocupada en loar y celebrar sus andanzas con su por aquel entonces marido, que en ser fiel a la verdad) y a algún personaje más o menos cercano a los hechos que se narran, siendo el más interesante un tipo del que no recuerdo el nombre y que trabajaba en MainMan, la agencia de representación de Defries que por aquellos años representaba a Bowie. Poco más. Entiendo que Lou no es precisamente un tío simpático que conceda entrevistas alegremente, y que Bowie lleva años totalmente desaparecido. Pero, ¿nada de nada? En fin...
El hecho es que el documental, con estos intervinientes, se limita a contarnos lo que ya conocemos y poco más. Me explico: servidor no ha leído por el momento biografía alguna de ninguno de los tres artistas que componen este triángulo ni de nadie cercano, pero ya conocía al menos el 80% de lo que se narra en el film. ¿Se trata de un fenómeno de precognición o bien que el documental tiene menos contenido del que uno espera? Para mi la cosa está clara: a poco que uno sea más o menos melómano le sonará todo lo que aquí se cuenta. ¿A qué dedican 107 largos minutos? A eso me refiero.

Lo más interesante del film para el que esto escribe es la desmitificación que se hace de David Bowie, con la excepción de Angie por supuesto. Prácticamente todos los que allí aparecen coinciden en este punto. Por un lado, le tachan de copión, algo que todos intuíamos pero aquí denuncian explícitamente. Desde sus inicios, en los que dando tumbos sin rumbo fijo buscaba qué hacer para tener éxito: tras descubrir a The Velvet Underground graba la sonrojante Little Toy Soldier, en la que fusila sin pudor alguno Venus in Furs. Por lo visto el mismo Bowie reconoce esto, al afirmar de él mismo que su "principal talento es saber qué copiar". De ahí pasó a remedar a Marc Bolan (con el paso de los años se dio la vuelta a esta situación, pero a principios de los años 70 Bolan era muchísimo más famoso que Bowie), la forma de moverse de Iggy Pop, las composiciones de Reed... En fin, que fue preparando la receta de su cóctel de influencias, cogiendo de aquí y allá, y hasta que se marchó a Berlín parece ser que no se le ocurrió que estaría bien ser original en algo.
Por otro lado, por lo visto su ofrecimiento a producir los álbumes de los otros dos músicos ni fue tan desinteresado ni tan siquiera fue algo que él mismo hiciera. Me explico: en el caso de Reed, Bowie desde luego admiraba sus canciones con la Velvet y quería ayudarlo en su carrera en solitario, pero en realidad no le produjo su segundo disco en solitario. David fue el impulsor de este proyecto y puso en marcha la maquinaria para que se pudiera realizar, pero realmente el artífice en la sombra de Transformer fue Mick Ronson, auténtico productor del disco. David se limitó a ser el que trataba cara a cara con Lou (que no es poca cosa), pero la producción del disco, los arreglos y demás son obra casi exclusiva de Ronson.
Por otro lado, la producción del disco de Iggy fue... inexistente. A saber: Bowie le convenció para que se trasladara a Londres y que preparara material nuevo para un álbum, pero nunca llegaba el momento de meterse en el estudio. Iggy y los Stooges no sabían qué hacer, ya que el tiempo pasaba y David no parecía tener interés en producirles un nuevo trabajo: las explicaciones a este comportamiento no son ni muy claras ni concluyentes, pero parece ser alguna especie de celo profesional (parece ser que Bowie veía en Iggy un rival directo que le podía hacer sombra) unido al hecho de estar en plena promoción de su Ziggy Stardust, lo que le llevó a simplemente ignorar al de Detroit. De hecho, Raw Power fue grabado cuando la banda se metió en el estudio sin productor ya que Bowie y Ronson estaban de gira por EE.UU. Al regresar a Londres prácticamente se vio obligado a aceptar mezclar la grabación, algo casi imposible: la crudeza y simpleza de los Stooges llegaba hasta el extremo de no querer usar y aprovechar las posibilidades los multipistas, y el álbum completo estaba grabado en tres únicas pistas, lo que hizo que difícilmente se pudiera lograr algo decente en la mezcla (por ese motivo las guitarras prácticamente tapan todos los demás instrumentos, especialmente al bajo casi inaudible). La nula promoción del disco y boicot a una posible gira es otra historia...

Tenemos entonces que Bowie se llevó los honores de haber "rescatado" a sus dos compañeros cuando en realidad se limitó casi simplemente a convencerlos a que viajaran a Londres y aparecer en la foto. Desde luego que todos se vieron beneficiados de este encuentro, pero parece que quien sacó más rédito de toda esta historia fue Bowie. Al menos queda el legado de esta trilogía absolutamente imprescindible: The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (spotify), Transformer (spotify) y Raw Power (spotify).