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martes, 5 de noviembre de 2013

Peter Gabriel - Peter Gabriel IV (Security)


Peter Gabriel IV (también llamado Security por exigencias de la distribuidora americana) sale al mercado en septiembre de 1982, cuando Peter Gabriel ha realizado una primera toma de contacto con la world music. Este hecho influirá en el sonido del álbum y, sobre todo, en su situación económica de aquellos años como ya explicaremos más adelante.

Tras Peter Gabriel III el músico se mete de lleno en la world music y funda junto a otras personas el WOMAD (World of Music, Arts and Dance) con el objetivo de promover y distribuir las manifestaciones artísticas de otras culturas en el mundo occidental. Si Security aparece en septiembre de 1982, en julio de ese mismo año el músico organiza el Festival Womad que lo dejará en una difícil situación económica con amenaza de llevarlo incluso a la quiebra. A pesar del éxito en las listas de Peter Gabriel IV con el single Shock The Monkey, el músico se ve obligado a reunirse con Genesis para ofrecer un concierto en octubre que logre sacarle del atolladero en el que se ha metido, el cual amenaza incluso con terminar con su carrera discográfica. El concierto logra reunir el dinero suficiente para llevar su economía a flote y sacarle de aquella difícil situación, siendo además la última vez que compartirá escenario con sus antiguos compañeros.

Si en una entrada anterior decíamos que Peter Gabriel III había abogado en su cara B por la globalización y la mezcla de culturas, el propio músico se aplica el cuento y empieza a dejar en su obra elementos ajenos a la cultura occidental como la percusión africana. Puede que Paul Simon lograra perfeccionar esa mezcla cultural hasta límites insospechados en Graceland, pero sin Peter Gabriel no habría sido posible ese mestizaje que tan en boga se había puesto en la década de los ochenta. El mestizaje en la música, un tema peliagudo que suele darme un poco de grima, ya que los músicos que han hecho uso de él lo han utilizado más como recurso para ocultar sus evidentes carencias que como vehículo para innovar o romper moldes. No digo un no rotundo al mestizaje, pero creo que no es lo más importante en la música para ser original y llegar a tocar la fibra sensible. Siempre tiene que haber un fondo y es de lo que suelen adolecer todos aquellos artistas que han hecho uso de él.


Reunión de Genesis en 1982, la última hasta la fecha

Peter Gabriel IV es un álbum único en su discografía, ya que lleva en su sonido varios aspectos que están influyendo en el Peter Gabriel de aquel momento. En primer lugar, lo más notorio es el pozo que la world music deja en su música a modo de percusión africana, cánticos extraños y, en general, elementos ajenos a sus anteriores trabajos que pocas veces han sonado en un álbum occidental hasta esa fecha. Por otro lado, el álbum se graba de forma digital en los estudios Real World que el músico ha montado en su casa de Wiltshire y se beneficia del uso del Fairlight CMI, una especie de sintetizador que estructurará las canciones a base de samplers y sonidos electrónicos. El álbum además contendrá varias canciones pensadas para sacarles el máximo partido en directo como I Have The Touch o Lay Your Hands On Me, gracias a las cuales el músico logrará un mayor grado de interacción con su público en los conciertos que ofrecerá a partir de entonces. Por todos estos motivos, Peter Gabriel IV no ha envejecido tan bien como otras entregas y, a día de hoy, se hace un álbum difícil de escuchar.

Me gustaría destacar en primer lugar mis temas favoritos de esta cuarta entrega. San Jacinto es para mí la mejor canción de la cara A, un tema que habla de la aniquilación cultural sufrida por los nativos norteamericanos ante la llegada del hombre blanco. El tema empieza lento y a un volumen bajísimo para terminar estallando con un "i hold the line" que se reivindica como uno de los mejores momentos del álbum. De la cara B me quedo sin lugar a dudas con Shock The Monkey, acertado primer single del disco que sentará las bases para posteriores hits como Sledgehammer o Steam. Shock The Monkey venía acompañado por un extraño vídeo promocional y trataba algo tan original como los celos en las relaciones personales haciendo una analogía con el comportamiento de los primates. A destacar también Wallflower, el único medio tiempo del álbum que podría pasar por la canción más convencional si echamos un vistazo a todo lo que la rodea. Habla en concreto del maltrato de los presos en las cárceles sudamericanas y siempre que la escucho pienso que le falta muy poco para ser una canción redonda. The Family And The Fishing Net es otra de mis favoritas, aunque sé que es de lejos la más extraña de todo el pack.

I Have The Touch y Lay Your Hands On Me son justamente lo que he dicho antes, cortes diseñados exclusivamente para el directo que en el disco no me resultan muy atractivos. Aunque es evidente que el músico intenta hacerlos accesibles, en mi opinión fracasan como cortes del álbum y se vuelven incluso prescindibles después de varias escuchas. Ambos representan el punto más bajo en este cuarto trabajo. The Rhythm Of The Heat es un tema interesante al hacer un notable uso de la percusión africana, pero siempre me ha parecido demasiado oscuro como tema de apertura. Finalmente, Kiss Of Life cierra el disco y aboga por los ritmos latinos en un carrusel de forzado mestizaje. Por el tono tan diferente del que hace gala podría considerarse como un apéndice al resto de las canciones.

lunes, 14 de octubre de 2013

Peter Gabriel - Peter Gabriel III (Melt)


Tras la palpable falta de calidad de su segunda entrega en solitario, Peter Gabriel se toma esta vez dos años para madurar el que será su tercer trabajo discográfico. El músico no puede permitirse un nuevo resbalón y pondrá toda la carne en el asador para entregar su disco más aclamado hasta la fecha, un álbum que no suele faltar en las quinielas sobre los mejores discos de los ochenta. Si hubiera vuelto a fallar en su propuesta, su carrera en solitario podría haberse diluido en un despropósito y quizá su nombre tan sólo sería recordado en la actualidad como el músico que lideró Genesis a principios de los setenta. Aún así, las consecuencias del pinchazo de aquel segundo álbum se sufren en este tercero y Atlantic Records se retira como distribuidora en tierras americanas al no confíar en las maquetas previas ofrecidas por el músico para Peter Gabriel III. Será Mercury Records la compañía que comercializará el nuevo álbum al otro lado del charco.

En esta tercera entrega vuelve a cambiar la figura del productor y será Steve Lillywhite el cerebro tras la mesa de mezclas. Un productor que años después participaría en los primeros álbumes de bandas tan emblemáticas como U2 o The Psychedelic Furs. Se unirán también a esta tercera entrega músicos que ya empiezan a convertirse en habituales en los trabajos de Gabriel como Tony Levin o Jerry Marotta y contará además con colaboraciones especiales como las de Phil Collins, Kate Bush o el joven Paul Weller de The Jam.

Peter Gabriel III (también conocido como Melt por su impactante portada) da un salto cualitativo en todos los aspectos a entregas anteriores. En primer lugar, el sonido es a todas luces más pulido que en Scratch y las canciones se dejan de abstracciones y ponen los pies en la tierra para afrontar asuntos como el racismo o el apartheid. Tengo una teoría personal sobre este álbum y es que creo que fue elaborado como si de dos eps conceptuales se tratase. Me explico: la primera parte del álbum hasta Family Snapshot está formada por canciones que ahondan en el potencial de la mente, sus psicopatias y desviaciones. No en vano realizaremos un viaje a traves del cual nos pondremos en la piel de un voyeur, un loco incontrolable, un amnésico y un niño con un gran poder de abstracción. La segunda parte del álbum, que comienza con And Through The Wire, encierra un mensaje de globalización mundial, de derribar fronteras y perder el miedo a lo desconocido. Así podremos escuchar un tema que habla de las posibilidades que las nuevas tecnologías aportan a la comunicación, un canto al deporte internacional como medio para resolver diferencias de forma pacífica, un irónico tema contra el racismo y un homenaje hacia la figura de Steve Biko, un activista anti-apartheid. Hablamos así de dos bloques de cinco canciones cada uno que podrían conformar dos EPS en los que se podría utilizar el adjetivo "conceptual" sin ir muy desencaminado.


Peter Gabriel III es un álbum que se toma a sí mismo muy en serio y en el que todo funciona a la perfección, de ahí que muchos fans del músico lo tengan como su favorito indiscutible. El único que podría competir con él de tú a tú es So, pero hablamos de un álbum publicado en la segunda mitad de los ochenta que encierra una carga intelectual mucho más liviana.

El álbum comienza con Intruder, una canción en la que nos metemos en la piel de un voyeur que disfruta espiando a una chica dentro de su casa. Una letra inédita y original que nos mete a la fuerza dentro de una personalidad enfermiza y amenazante. Intruder contó además con la colaboración de Phil Collins a la batería y, debido a la insistencia de Gabriel de que no usará los platillos, dichas sesiones dieron lugar a una nueva forma de grabar la batería que sería muy explotada durante la década de los ochenta (gated drum). No Self Control y I Don't Remember son dos canciones que, como hemos dicho antes, ahondan en las disfunciones mentales aportando quizá la visión más clásica del rock en esta primera cara del álbum. Y llegamos a Family Snapshot, la que sería para mí la mejor canción del álbum. Hablamos de un corte que ya merece la pena tan sólo por el original giro argumental que guarda al final. Esta canción encierra además un virtuoso dominio de la tensión narrativa en su misma ejecución. El músico nos sirve de guía en un viaje vibrante a través de la mente de un francotirador que espera la llegada de su objetivo y con el que viviremos el subidón de adrenalina a medida que se acerca el momento de apretar el gatillo. Una canción soberbia, de las más originales de toda su carrera.

And Through The Wire es una canción adelantada a su tiempo en la que se vaticina la importancia de las nuevas tecnologías. Acompañada por Paul Weller a la guitarra, es una canción sencilla que irrumpe en los oídos del oyente arrasando desde el estribillo que sirve como apertura. Games Without Frontiers abre la cara B y se convierte desde sus primeros acordes en el segundo clásico instantáneo de Peter Gabriel después de Solsbury Hill. Las voces aportadas por Kate Bush son un gran acierto y me es imposible destacar una parte en concreto del tema, ya que tanto las estrofas, como el puente y los estribillos valen su peso en oro. Un tema sin fisuras. Not One Of Us es otro rock de corte más clásico en el que el músico hace uso de la ironía para tratar un tema tan censurable como el racismo. Para terminar, nos queda tratar una canción de la que ya hemos hablado en el blog y no muy bien precisamente: Biko. Más que una canción, un himno hacia el activista anti-apartheid caído Steve Biko. En mi opinión es una canción lenta que tarda mucho en desarrollarse. No puedo negar que es una forma aceptable de cerrar Peter Gabriel III, pero su presencia asegurada en los todos los recopilatorios no es para mí merecida.


miércoles, 2 de octubre de 2013

Peter Gabriel - Peter Gabriel II (Scratch)


En 1978 se produce una nueva partida en Genesis y Steve Hackett abandona el grupo como ya hubiera hecho Gabriel tres años antes. Sin Hackett ni Gabriel el trío liderado por Phil Collins entrará en los ochenta con un sonido más comercial, dejando atrás el rock progresivo por el que saltaron a la fama. Gabriel por su parte prepara el que será su segundo trabajo en solitario, un álbum que será la excepción a la regla en esta primera etapa del músico. Y decimos la excepción, porque Peter Gabriel II (también llamado "Scratch") es casi con total seguridad el peor trabajo de estos primeros años y, aún considerando su obra completa, siempre tendrá reservado un lugar privilegiado entre los últimos discos que recomendaría de su discografía.

Si la opera prima del músico era un trabajo heterogéneo pero valorable por la calidad de sus canciones, esta segunda entrega parece más cohesionada en su sonido pero ofrece el peor listado de canciones de toda su producción discográfica. Ninguno de los temas de este segundo álbum será recordado posteriormente y cada uno de ellos brillará por su ausencia en futuros recopilatorios del músico. Normalmente una segunda entrega sirve para perfeccionar y potenciar lo que mejor ha funcionado en esa opera prima que muchas veces sirve al músico como banco de pruebas involuntario. Si "Car" era un disco heterogéneo en el que probaba con varios géneros, "Scratch" no es capaz de cumplir su cometido de continuidad. Peter Gabriel parece perdido compositivamente y el oyente apenas encuentra un solo corte perdurable y que resulte musicalmente interesante. Peter Gabriel II será producido por Robert Fripp y en él tocarán músicos que después serán habituales en los futuros trabajos de Gabriel como Tony Levin o Jerry Marotta.

¿Qué podríamos destacar de este segundo álbum? He vuelto a escucharlo estos días para escribir la entrada y, con la mano en el corazón, sólo me atrevería a rescatar dos temas. La mejor canción para mí sin lugar a dudas es la que abre la cara B del álbum, Indigo. Hablamos de un medio tiempo al piano exquisito en sus melodías que va in crescendo a medida que avanza, pero que quedará como un oscuro tema conocido tan sólo por los fans más acérrimos del músico. Indigo es una gran canción, pero ha sido enterrada con el paso de los años al no encajar con el nuevo estilo que Peter Gabriel desarrollaría en el futuro. Tampoco salió como single y sacarla en un recopilatorio resultaría ilógico e incluso pedante. El segundo tema que también me gustaría destacar es Flotsam and Jetsam, pero no me convence del todo.


Para terminar con los aspectos positivos del álbum, me gustaría destacar la portada realizada por Hipgnosis. Podría pasar a la historia como la mejor portada de toda su discografía. ¿O acaso tiene Peter Gabriel una funda más original e impactante? La idea de Gabriel arañando la funda es una de las ocurrencias más efectivas y sencillas que he visto en un álbum de rock, una pena que el interior no acompañe de la misma forma.

Hablemos ahora de lo que no me convence. Aunque On The Air y D.I.Y. son dos canciones que al principio resultan prometedoras, nunca me llegaron a ganar del todo. Y aquí creo que Robert Fripp fracasa como productor, ya que tengo la extraña sensación de que ambos temas se acercan más al sonido de una maqueta que al de una canción terminada. Mother Of Violence por su parte fue la única canción compuesta por Gabriel junto a su primera esposa Jill y en las primeras escuchas parece con diferencia la mejor del pack. Hablamos de una canción de corte acústico que ofrece bonitas melodías, pero que con el tiempo se va desinflando. De hecho, es un tema que a día de hoy no me dice lo más mínimo. Los momentos ridículos del álbum vienen gracias a A Wonderful Day In a One-Way World y Animal Magic. Son canciones indignas de Peter Gabriel y nunca deberían haber visto la luz, representan quizá el momento de más baja inspiración en su carrera. Por su parte, Exposure tiene el honor de ser el primer tema de caracter intelectualoide que colará en uno de sus álbumes. Instrumentación repetitiva y el músico repitiendo la palabra del título sin parar, esquema que por desgracia volverá a aparecer en So con We Do What We're Told y en Us con Fourteen Black Paintings. Estos temas de relleno que suele meter en sus trabajos me resultan de lo más pedante e insoportable.

Para terminar y no dejarnos nada en el tintero, mencionar que White Shadow empieza bien en las estrofas, pero se desinfla en los estribillos y Perspective resulta tan simple que se me hace insoportable. La canción que cierra el álbum, Home Sweet Home, es un largo tema que a pesar de su extenso desarrollo no logra ningún momento memorable. Es más, en ocasiones parece que la voz va a su aire mientras el acompañamiento instrumental va al suyo. Este tema contiene casi con total seguridad el estribillo más aburrido y desafortunado de toda su carrera.

Y aquí termina mi crítica al segundo álbum de Peter Gabriel. Me he quedado a gusto, la verdad. Nos queda el consuelo de que ya pasó lo peor y en las dos próximas entregas hablaremos del Gabriel más indómito e interesante.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Peter Gabriel - Peter Gabriel I (Car)


A lo largo de los años hemos hecho sin proponérnoslo un exhaustivo repaso por toda la carrera de Peter Gabriel. Empezamos con su etapa más reciente y después hemos abordado en profundidad discos como So o el directo de los ochenta Plays Live. A día de hoy sólo nos queda abordar sus cuatro primeros y emblemáticos álbumes para finiquitar su discografía completa. En esta serie de cuatro entradas vamos a saldar esa deuda pendiente y nos ocuparemos de la que para algunos es la etapa más apasionante del músico británico.

Antes de abordar el primer álbum en solitario de Peter Gabriel (también llamado 1 o "Car" por la imagen de la portada) deberíamos ocuparnos de su inesperada salida de Genesis. Si nos situamos en 1975, ninguno de los fans del grupo esperaba la escapada del que para la gran mayoría era lider indiscutible y cabeza visible de la formación. Es más, Tony Banks se ha referido a The Lamb Lies Down On Broadway como el álbum de Peter, ya que el resto del grupo participó bien poco en la composición de las canciones contenidas en aquel doble álbum. Se podría decir que el esqueleto de The Lamb llevaba la firma de Gabriel, mientras todos aquellos instrumentales de relleno que tanto abundaban (sobre todo en el segundo disco) fueron completados por el resto del grupo a base de improvisar en el estudio. Tras la gira que siguió a The Lamb Lies Down On Broadway, Gabriel decide abandonar a sus compañeros argumentando cambios recientes que se habían producido en su vida familiar. El primer embarazo de su mujer Jill había sido complicado y el nacimiento de su hija Anna-Marie requería una dedicación total por parte del vocalista. En algunas biografías del músico también se apunta que Genesis le coartaba artísticamente y su salida por motivos personales no era más que un pretexto para conseguir mayor libertad artística.


Tras la salida de su vocalista y líder, Genesis decide no buscar sustituto a pesar de que la gran mayoría de analistas musicales auguran un futuro incierto a la banda sin una de sus piezas más importantes. El batería Phil Collins asume el puesto de vocalista y factura junto a sus compañeros dos discos de estudio en 1976 (A Trick Of The Tail y Wind And Wuthering) que servirán como puñetazo en la mesa para demostrar que Genesis es algo más que Peter Gabriel. Asi llegamos a 1977, cuando Gabriel lleva casi tres años de retiro musical. Aquellos que auguraban un decadente final para Genesis vuelcan sus dudas en el lider exiliado y empiezan a menospreciar su importancia dentro del grupo después de los alardes que acaban de hacer los nuevos Genesis liderados por Collins.

Peter Gabriel retrasa su álbum debut hasta febrero de 1977 y en él participarán destacados miembros de King Crimson junto al productor Bob Ezrin, aquel que después participaría en obras tan emblemáticas como The Wall de Pink Floyd. La opera prima de Peter Gabriel no tiene nada que ver con el rock progresivo de Genesis y es rupturista en todo lo realizado por él hasta entonces. Peter Gabriel I no es un álbum fácil de asimilar, ya que su planteamiento es tan ecléctico que cualquiera que venga con ideas preconcebidas terminará cansado y desorientado después de varias escuchas. Nunca sabes que vendrá después y la mezcla de géneros es tan heterogénea que cualquier oyente encontrará algún que otro pasaje mal planteado, sobre todo en aquellos cortes con aroma a music hall que tan ajenos pueden resultar al oyente medio. Este álbum no se alinea en ningún estilo musical de su época y parece surgir directamente del mundo interior de su autor.


El álbum nos da la bienvenida con Moribund The Burgermeister un extraño título con influencias de la obra de Nietzche Así Hablo Zaratustra en el que el músico presume de un amplio y cambiante rango vocal. En este tema se pueden encontrar ciertas reminiscencias de la teatralidad con la que Gabriel adornaba sus directos con Genesis, pero también es un pistoletazo de salida ideal en el que anuncia su retorno al mundo musical desde las primeras frases del tema: "Caught in the chaos in the market square". Solsbury Hill es el único tema del álbum con aroma clásico que después será reivindicado en todos los recopilatorios del músico. En algunas biografías de Peter Gabriel se dice que es una canción en la que abundan las referencias biblicas, mientras que en otras se habla de ella como una crónica velada sobre su salida de Genesis. En cualquier caso es una de mis canciones favoritas cuyo estilo y esencia no volverá a repetirse nunca más en su obra. ¿Tiene Gabriel algún otro tema parecido a Solsbury Hill? Rotundamente, no.

Excuse Me y Waiting For The Big One son dos temas en los que Gabriel se adentra en el music hall y la teatralidad de una forma similar a la del Bowie de Aladdin Sane, haciendo uso de un piano de cabaret y voz de crooner inédita hasta entonces. Modern Love y Slowburn son los temas que guardan más puntos en común en un álbum en el que no existen dos canciones remotamente parecidas. Modern Love es el grower del álbum, un potente tema ejecutado a guitarrazo limpio en el que Gabriel declama sobre la perdida del romanticismo y la desorientación que le producen las frías relaciones de la época que le ha tocado vivir. Humdrum es otra canción única en su carrera que torna de la delicadeza de las primeras estrofas a la irrupción de una voz celestial que se reivindica como uno de los mejores momentos del disco. Down The Dolce Vita es un salvaje experimento en el que se combina el dramatismo de una orquesta clásica con la cadencia guitarrera del wah wah que ya nos sonaba de, por ejemplo, el 1984 del Bowie de Diamond Dogs. ¿Experimento fallido? Al menos una de las canciones más difíciles de asimilar. Cabe destacar la fuerte influencia del Duque Blanco en este primer trabajo de Peter Gabriel, no hay tema en el que no se encuentre alguna referencia a su obra previa.

Here Comes The Flood pone punto y final a Peter Gabriel I, canción que le viene inpirada al músico por un recurrente sueño en el que las consciencias humanas rompen sus barreras corporales para formar un todo único en una especie de apocalipsis. Este extraño sueño le servirá de base años después para otra reinterpretación musical en su Red Rain del álbum So. Here Comes The Flood empieza bien con delicadas estrofas, pero esa atmósfera tan bien conseguida será pisoteada y destrozada por un estribillo pasado de decibelios. Aquí se le fue la mano a Ezrin y terminó por estropear una canción que podría haber sido tan importante en la carrera del músico como Solsbury Hill.


sábado, 20 de julio de 2013

Peter Gabriel: Plays Live.



Si hacemos un recorrido historico por el blog, nos podemos dar cuenta que Peter Gabriel es un asiduo de estas paginas. En su día, Manuel nos obsequió con un pormenorizado analisis de la carrera del Gabriel post-So, analizando los discos que ha ido editando desde su bombazo comercial del 86 y al mismo tiempo exponiendo la lenta decadencia que ha ido consumiendo al que un día fué uno de los músicos mas apasionantes e inteligentes de su tiempo. Antes de So (disco al que profeso una gran admiración) Gabriel era un músico escurridizo (solo hay que echar un vistazo a las portadas de sus primeros albumes), atrevido y diferente. Cada disco nos mostraba nuevos e inéditos matices de su peculiar forma de entender la música. Inquieto como pocos, se acabó convirtiendo en un músico de culto de manual.

Al mismo tiempo que su fama iba creciendo, pero siempre en un nivel mas underground que lo que conocimos a finales de los ochenta, Gabriel iba cultivando un repertorio ciertamente interesante que defendió en directo en sucesivas giras. Una de ellas, la que recoge este formidable doble album, volvía a recuperar ese aspecto teatral tan personal y que Gabriel hizo marca de la casa en giras anteriores con su ex-grupo Genesis. Gabriel siempre ha entendido un concierto como una forma de expresion que va mas allá de lo musical, dotando a sus espectaculos de unos matices visuales e intepretativos que lo diferenciaban de la mayoria de los grandes espectaculos de su época. Siempre diferente, siempre un paso por delante.


Plays Live, con esa portada maravillosa (sin duda, una de mis preferidas en cualquier album en directo) es un doble album absorvente. Quizás el mejor comienzo posible para alguien que quiera conocer la música y los estilos del Gabriel menos conocido. Antes de empezar por sus discos en solitario o por  el inevitable So, recomiendo encarecidamente acercarse a este disco en vivo para captar muchos de los matices del Peter Gabriel mas genuino. Impecable en su sonido, el doble album está estructurado de forma muy inteligente. En un primer Cd , encontramos varias de las canciones mas complejas y fascinantes de sus primeros años. Todas ellas en versiones poderosas, captando todos los matices de su voz y del sonido en directo. Un segundo Cd recoge los primeros clásicos del músico.

El comienzo con The Rythm Of The Heart ya nos avisa que estamos ante una propuesta diferente, alejado de los parametros clasicos. Me fascina especialmente la impecable No One Of Us. La voz de Gabriel, portentosa por aquellos años, inunda canciones tan poderosas como D.I.Y o Intruder, primeros pequeños clásicos de su repetorio. Como caramelo, nos entrega una nueva canción llamada I Go Swiming, que confieso, me parece excelente. Una canción puente entre el Gabriel de esa epoca y el que vendría pocos años después con discos como So.


El segundo disco lo reserva para incluir los himnos de su primera época. Un conjunto de canciones esenciales para entender la música de los primeros ochenta. Clásicos reconocibles como San Jacinto, que mejora y con mucho el original, Solsbury Hill (la mejor canción de todo su repertorio, en mi modesta opinión), la bailable I Don´t Remember, la personalísima Shock the Monkey o la monumental Biko, una canción que a algunos puede resultar soporífera pero que en este disco supone el colofón perfecto.

Me ha llamado siempre la escasa atención que este directo ha tenido en los medios musicales. Siempre pasa desapercibido entre lo mejor de aquella década. Para mi es un disco esencial desde que tuve constancia de su existencia allá por principios de los noventa. Me abrió a un mundo de sonidos y texturas muy diferentes a lo que era habitual por entonces. La autoría es de este peculiar músico que esperemos, vuelva algun dia, a entregarnos algo de semejante intensidad. La esperanza es lo que lo último que se pierde. Aunque hablemos de Peter Gabriel.

lunes, 25 de marzo de 2013

Pequeños flops entre grandes hits (Parte 2 de 3)



The Beatles - Yellow Submarine

Yellow Submarine es la típica canción que el profano a los Beatles suele cantarte cuando quiere reírse del grupo al que amas. Cuando McCartney empezó a tararear la melodía mientras estaba a punto de dormirse, en lugar de levantarse y tocarla al piano para retenerla, debería haberse dado media vuelta en la cama y seguir durmiendo. Yellow Submarine no era representativa de un álbum como Revolver, de hecho es su oveja negra particular, e incluirla como single junto a Eleanor Rigby fue un verdadero despropósito artístico, aunque no comercial. Lo único salvable de este tema de melodía infantil es el repertorio de efectos de sonido que lo acompaña, algo que podría suponerse una innovación en el mundo del pop.



John Lennon - Power To The People

Los recopilatorios de Lennon tienen poco material del que abastecerse y, a falta de suficientes nº 1 para completar un grandes éxitos, meten nº 4, 5 y los que siguen. Power To The People es un single que pertenece a la época más convulsa de Lennon como activista político. Es una de esas canciones himno que le salían como churros a principios de los setenta, pero para mí es una canción espantosa. Representa uno de los peores momentos de su carrera, aquel en el que se preocupaba más por sus ideales de cara a la galería que por la música que era capaz de crear. Power To The People además tiene un sonido atronador en el que sobra cualquier matiz y en el que se incluye, para mayor gloria, un saxofón que literalmente berrea en un insoportable sólo.



Bob Dylan - I Want You

Aún yendo en contra de cualquier dylanita en su sano juicio, no me gusta I Want You. Es un tema al que no le veo la gracia por ninguna parte. Y no es que no me guste porque la considere tonta o simple en su temática, es que melódicamente me parece un tema sin ningún atractivo. Puedo afirmar con seguridad que es para mí la peor canción de Blonde On Blonde y siempre que la escucho en cualquier recopilatorio suelo saltármela sin pensarlo dos veces. Creo que le falta gracia en sus melodías y he de reconocer que no puedo con esos "sooo baaaaad" arrastrados con los que remata los estribillos. La línea de armónica también me resulta insoportable, no se ya si porque precede a la canción o porque es mala en sí misma.



David Bowie - Fashion

Con Fashion me pasa algo parecido a lo que me ocurre con I Want You, es también una canción a la que no le veo ningún atractivo. Fashion apareció como single de Scary Monsters y, aún siendo la más accesible del lote, es de lejos la canción menos lograda del álbum al que pertenece. Es un tema que se va desarrollando a trompicones, el punteo de Carlos Alomar ha envejecido fatal y la parte de la letra en la que Bowie va describiendo los pasos de baile me parece muy poco afortunada. Que si, que describe muy bien lo superficiales que resultan las modas y el sinsentido que supone seguirlas, pero como canción en sí fracasa estrepitosamente.



The Police - De Do Do Do, De Da Da Da

Me gusta la música de Police y, aunque lo he intentado en muchas ocasiones con sus discos de estudio, soy más de ponerme sus recopilatorios con regularidad. Cualquier grandes éxitos del grupo es una colección perfecta de hits por derecho propio, salvo una excepción: De Do Do Do De Da Da Da. Canción perteneciente a uno de los discos más valorados de la banda, Zenyatta Mondatta, ya anticipa desde el nombre lo tonta que puede llegar a ser como canción. Y es una pena, porque la canción empieza bastante bien, pero se cae en los estribillos estrepitosamente. No es para mí una canción insoportable, pero si una oportunidad perdida para, con prácticamente los mismos elementos, haber creado algo más memorable.



Beach Boys - Help Me Rhonda

De entre todos los brillantes singles de la primera época de los Beach Boys, Help Me Rhonda es el que más se me atraganta. Puedo encontrarle la gracia a un plagio tan descarado como Surfin' In The USA, pero nunca le he visto nada especial a Help Me Rhonda. Lo más destacable serían las estrofas, pero ese estribillo me deja K.O. por repetitivo y por monótono. Lo más insufrible, esa ida y vuelta de la canción, que parece que se está terminando, pero no... vuelve y vuelve en un fundido que se hace interminable. La primera vez que la escuché, pensé que el recopilatorio que me acababa de comprar tenía algún tipo de defecto. ¿Acaso pensaba Brian Wilson que era innovador ese coitus interruptus sin ningún sentido?



Peter Gabriel - Biko

Biko, una canción sobre el asesinato del activista sudafricano Stephen Biko, me suele aburrir soberanamente. Creo que pocas veces he escuchado entero el álbum en el que aparece porque mi dedo se va derecho al stop cuando suenan sus primeros compases. Me parece demasiado lenta y falta de sustancia, a pesar de que es quizá la canción con más carga política de Peter Gabriel. En un recopilatorio del músico en el que se turnan rompepistas como Sledghammer o Steam, la lentitud de Biko se hace mucho más evidente. Es un tema que en conciertos de Amnistia Internacional debe quedar de maravilla, pero en el salón de tu casa se vuelve un bajonazo que puede amargarte el día.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Top 5: Mas vale estar solo que mal acompañado.

Retomamos la mini-sección del Top 5 repasando, bajo un prisma absolutamente personal, los casos mas famosos de músicos cuya carrera en solitario se puede considerar tan relevante como la que tuvieron con su grupo mas conocido. Tipos a los que casi les ha ido mejor (desde el punto de vista creativo y artístico, no solo comercial) en solitario o en proyectos personales, que bajo el cobijo del paraguas de una banda mítica. Seguro que hay mas y mas evidentes, pero estos son los míos.

5. Morrissey:

Yo no se si debería estar aqui...
En este caso, la cosa no está tan clara. De hecho, si me guiara solo por mis gustos, su trayectoria en solitario tendría las de perder siempre en comparación con el de su banda de toda la vida. Confieso que no trago al Morrissey personaje, pero hay algunos discos en solitario que me gustan (You Are The Quarry, por ejemplo). El merito de este tipo estriba en haber sobrevivido de una forma mas que digna al imborrable recuerdo de una de las bandas mas importantes de toda una generación. Gustará mas o menos su propuesta en solitario, pero el tío ha sabido sacar la cabeza. Y que un admirador de Marr diga esto de Morrissey no deja de ser meritorio. Sting sería un caso similar.


4. Peter Gabriel.

El hombre que se ha comido a Peter Gabriel.
Extraño artista. Genial en ocasiones, vago vaguísimo en los últimos tiempos. Pero hay que reconocer que desde que salió de Genesis (con los que facturó varios discos mas que interesantes hace ya varios lustros) ha sido cuando ha sido mas reconocido y donde ha podido hacer lo que le viniera en gana. Tras unos años deslumbrantes, con la cima de So, su figura física se ha ido agrandando a medida que su presencia mediática ha ido menguando. Ahora mismo es una sombra de lo que fue pero en su día era el paradigma de músico creativo e inquieto.

3. Damon Albarn:

Hago lo que quiero y como quiero.
Hay alguien capaz de seguir los pasos del Ex-Blur desde la separación de la banda? Yo no. GorillazThe Bad…, etc….Un culo inquieto de manual. Además, en algunos de esos casos, triunfando y además tocando mil palos. Albarn siempre me pareció un tipo mas que interesante al que era evidente que Blur se le quedaba algo pequeño para que pudiera dar rienda suelta a sus inquietudes. Pero nadie podía imaginar que acabara meando en tantos tiestos. Le da a todo y le importa poco lo que digan. Artista en mayúsculas, aunque no tengo claro cuanto tiempo tardará en reunificar a Blur. Supongo que, a pesar de ser un pijo londinense, su cuenta corriente necesitará algún que otro empujón.

2.Paul Mccartney:

Aunque les joda, sigo siendo el rey.
Pues sí, Macca. El Beatle por excelencia tiene una carrera en solitario mas que digna y a años luz de la de sus ex-compañeros en la banda mas grande la historia (es solo mi opinión). En caso de que a John no nos lo hubieran arrebatado, tengo claro que Paul habría hecho lo indecible por rejuntar a los Fab Four. Pero eso no ha pasado y la carrera de Paul ha seguido su curso en una especie de picos y valles digno de estudio. En la ultima década esta viviendo una segunda juventud, y para mi sigue siendo el paradigma de lo que es sobrevivir a un grupo en esto del rock. Que se lo pregunten a Mick Jagger.

1. Paul Weller.


El Modfather. También conocido como El Puto Amo.
El puto amo. No hay mejor manera de definir a este señor que debutó en solitario en 1992 con el disco homónimo y que en 1993 nos dejó boquiabiertos con su primera obra maestra (porque tiene varias) Wild Wood. Trabajador incansable, culo inquieto como pocos, musicazo, etc… Al Modfather no se le cayeron los anillos al disolver grupos tan emblemáticos como The Jam y Style Council (áhí es nada) cuando vio que la cosa no daba para mas. Ahora no hay nadie que le baje del burro y tras muchos años de trabajo y sinsabores, ha sido reconocido como uno de los mas importantes compositores de su tiempo.

Otros casos podrían ser los de Paul Simon, Lou Reed, Clapton, Sting,  etc...

En próximas entradas daremos la vuelta a la tortilla con un Top 5 que denominaremos: Manolete, sino sabes torear para que te metes.


martes, 16 de octubre de 2012

Peter Gabriel - So en retrospectiva


Se remasteriza una obra clave en la discografía de Peter Gabriel, su álbum más conocido: So. El lavado de cara de esta gran obra me da la oportunidad de escribir una reseña sobre un álbum que se convirtió para mí en uno de mis discos de cabecera (y que continúa siéndolo a pesar de los años). Como no puede ser de otra manera, un regreso al pasado más esplendoroso de Peter Gabriel me provoca tantas preguntas y respuestas que me veo obligado a trasladarlas al blog para divagar y divagar sobre aquel punto de inflexión que supuso So en la carrera del músico inglés. Porque So es claramente la piedra de toque en su discografía, el álbum que se lo dio y se lo quitó todo a la vez.

Antes de So, Peter Gabriel no había conseguido el éxito masivo, era tan sólo un músico de culto muy reverenciado por minorías, pero desconocido si lo comparamos con la trayectoria que Genesis o Phil Collins habían ido trazando en paralelo. Resulta irónico, porque nadie daba nada por aquellos Genesis descabezados y liderados por Phil Collins cuando Peter Gabriel los abandonó a su suerte. De hecho, Anthony Banks dijo en una ocasión que The Lamb Lies Down On Broadway era un disco más de Gabriel en solitario que un trabajo de la banda en su conjunto. Entonces, ¿cómo puede ser posible que, a mediados de los ochenta, Genesis lograra el éxito absoluto y Peter Gabriel no pudiera traspasar su éxito más allá de una minoría selecta? En los años previos a la publicación de So, Peter Gabriel tuvo que tragarse su orgullo y volver a actuar en directo con Genesis para poder reflotar su más que probable bancarrota tras organizar aquel festival intercultural llamado WOMAD. Cierto es que la publicación de So le dio la vuelta a la tortilla, aunque los Genesis de Phil Collins gozarían de algunos años más de éxitos hasta bien entrados los noventa. Una pena que el tiempo les haya pasado factura y ahora sólo sean recordados como un desafortunado subproducto para nostálgicos de los ochenta.


So en cambio, publicado en 1986, traía a primerísima plana a Peter Gabriel y además reivindicaba sus interesantes cuatro trabajos anteriores. Con el éxito masivo proporcionado por So, el gran público empezó a apreciar a un músico que era capaz de ofrecer diferentes valores en el amplio espectro del consumidor medio de música rock. Por un lado, la mayoría se encontraba con un músico pop de gran calidad que podía ofrecer éxitos accesibles como Shock The Monkey o Sledgehammer. Por el otro, las minorías selectas podían presumir de escuchar a un músico comprometido que buscaba en los recovecos más oscuros de su psique para devolvernos crudezas como Intruder (una crónica voyeur en toda regla) o Not One Of Us (proclama contra el racismo que venía en el mismo álbum que una ardiente reivindicación de la figura de Steve Biko). So fue una reinvención en toda regla que Peter Gabriel llevó a cabo de una forma enteramente consciente. No podemos decir que se dejó llevar por su arte, porque sería totalmente falso.

Su nuevo proyecto de 1986 mostraba sus cartas ya desde la imagen de la portada. Si en sus discos anteriores, Gabriel aparecía en todas sus portadas sin mostrar un rostro claro, bien semioculto tras el cristal del limpiaparabrisas de un coche o medio derretido cual cera, en So podemos ver por primera vez la cara del músico mirándonos de frente sin tapujo alguno. Este sencillo gesto es clara antesala del contenido que So nos ofrecía en contraste con toda su trayectoria anterior en solitario. So no bebe de influencias tan ajenas ni adapta para el ciudadano occidental extraños ritmos africanos. En este caso, Peter Gabriel decide beber de influencias más accesibles como el funk o la música brasileña, aunque el pozo de trabajos anteriores aún se hace notar. Con esta jugada para volverse más directo, Peter Gabriel crea una obra maestra entre dos aguas, tan comercial como para gustar a todo el mundo, pero capaz de mantener parte de esa oscuridad que tanto nos atrajo de sus primeros discos. Queda claro que en sus trabajos posteriores, el músico no ha sido capaz de mantener ese difícil equilibrio como ya explicamos en anteriores entradas publicadas en este blog.


En otro orden de cosas, So salvo a Peter Gabriel por completo de esa bancarrota que le amenazaba a mediados de los ochenta,  pero en cierto sentido también precipitó el divorcio con su esposa de toda la vida, Jill Moore, y le dio la independencia económica suficiente para espaciar su obra creativa según le conviniera. Todo esto trae consecuencias y el Peter Gabriel post-So empieza a cambiar radicalmente en su vida familiar y profesional. Durante algunos años, se le ve con Rossanna Arquette, Claudia Schiffer o Sinead O´ConnorDespués de So, su trabajo profesional se vuelve irregular y, visto en retrospectiva, su álbum más potable posterior a So es un Us que no resulta de fácil digestión ni para sus fans más acérrimos. Con aquella independencia creativa obtenida al fin, su propuesta empieza a diluirse y a espaciarse hasta llegar a la imagen que nos ofrece en sus últimos trabajos, una especie de recitador monótono acompañado por una aburrida orquesta. El esnobismo de la intelectualidad elevada a la máxima potencia que, irónicamente, carece de profundidad sentimental alguna. El auge y caída de un músico al que quizá le hubiera venido mejor no alcanzar el éxito masivo.

Y tras hablar del impacto que supone So para el músico, pasemos a analizar el álbum en sí. Tengo que confesar que lo descubrí cuando escuchaba un especial sobre los mejores álbumes de la historia conducido por el programa Plasticos y Decibelios de Julian Ruiz. No recuerdo la posición concreta, pero estoy seguro de que estaba entre los diez primeros. Lo compré y quedé tan impactado que durante meses aparqué mis colecciones de los Beatles y Bob Dylan para hacerme poco a poco con toda la discografía de Peter Gabriel. Siempre he pensado que So es perfecto hasta que llega a las idas de olla de We Do What We're Told y This Is The Picture, que podrán guardar una gran carga experimental e intelectual, pero que como canciones dicen bien poco. En cambio, Sledgehammer es una gran gema funk pulida hasta la perfección. De hecho, le quedó tan bien que repitió el mismo esquema con el siguiente single del álbum que publicó años después, Steam. El videoclip es una obra maestra de la animación y, de hecho, en rankings sobre los mejores videoclips de la historia suele ocupar los primeros puestos.



Big Time es otro tema con los mismos propósitos que Sledgehammer, pero con muchísima menos clase y profundidad. A pesar de ser uno de los mejores cortes de la cara B del álbum, se le intuye vacio y una mera excusa para rellenar el cupo de canciones. Red Rain es uno de esos temas que parece mantener la inercia de su obra anterior. Es el más oscuro y además repite temática con la última canción de su primer álbum en solitario, Here Comes The Flood. Ambos temas hablan de diluvios e inundaciones sangrientas, no sé si aludiendo a metáforas bíblicas o como una especie de pensamiento recurrente que suele aflorar en el subconsciente del músico. En cualquier caso, Red Rain hace palidecer a Here Comes The Flood, ya sea bien por empaque o bien por majestuosidad.

Don't Give Up es una canción enorme dominada por el sonido del bajo donde Gabriel compone las melodías más increíbles del álbum. Puede que el mero hecho de nombrar un tema de 1986 sobre el desempleo pueda sonar frívolo con la que está cayendo, pero es fácil rendirse ante este medio tiempo que trata un tema tan poco visto en el mundo del pop. That Voice Again es el máximo exponente del gran trabajo de percusión que puede verse en cualquier corte del álbum. Jerry Marotta, que hasta ahora era el batería habitual en los discos de Gabriel, cede protagonismo a Manu Katche. Incluso Stuart Copeland de Police participa en Big Time, dando al álbum un colorido y una exuberancia en los ritmos realmente sorprendente. Volviendo al tema en cuestión, That Voice Again es la típica canción que nadie conoce, pero que para los fans del músico es uno de los pilares fundamentales de So. Canción de pop inmaculado con una percusión que avanza y retrocede matizando texturas.

In Your Eyes es el tema que más ha bebido de las influencias brasileñas antes comentadas. En la edición remasterizada ha sufrido un cambio de posición, situándola al final del disco cuando en la edición original se encontraba justamente por  la mitad. La verdad es que el cambio no le ha venido nada mal al disco, ya que con ese pequeño movimiento se consigue equilibrar la calidad del álbum. En la edición original quedaba muy claro que la cuesta abajo comienza con aquel Hi There! que sonaba junto a los primeros acordes de Big Time. Ahora, con In Your Eyes cerrando So, merece la pena esperar hasta el final para escuchar el álbum completo. In Your Eyes es una gran balada que cuenta con la participación de Youssou N'Dour, un músico africano que por entonces era totalmente desconocido y que gracias al apoyo de Gabriel y su sello Real World, pudo gozar de cierta fama posteriormente. Mercy Street es una isla de calma en mitad del álbum y el último repunte de calidad antes de embarcarnos en el estruendo de Big Time y los sinsentidos de los dos últimos temas. Un ejercicio de delicadeza que podría pegar más en Us que en So, pero que contrasta con la mayoría de los cortes y que se agradece una barbaridad cuando el oyente empieza a apreciarlo como merece.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Peter Gabriel, el ángel caído (2ª parte)

OVO (2000)

Si entre So y Us tenemos que esperar seis años, entre Us y OVO tenemos que esperar ocho. A pesar de disponer de discográfica propia, Peter Gabriel publica tan sólo un álbum en directo durante ese paréntesis, un disco que recoge su gira Real World Tour de mediados de los noventa. Tan sólo un encargo logra sacarle de la inactividad, algo bastante extraño, por cierto: la creación de la banda sonora para un espectáculo visual que inaugurará el Millenium Dome de Londres. Al tratarse de un edificio construido en una fecha tan emblemática como el año 2000, Gabriel decide crear un hilo conductor que abarque tres generaciones de una familia a través de la cual queda representada la historia de la humanidad.

No voy a hacer un resumen de un proyecto tan ambicioso, pero lo más reseñable en su argumento es el conflicto entre naturaleza y tecnología, así como la armonía entre ambas al final de la obra. No sé si hablar de OVO como un álbum oficial de su carrera en solitario, ya que es un proyecto que más bien parece un musical en el que participan varios cantantes, representando cada uno de ellos a un personaje de la familia protagonista (incluido el propio Gabriel). Los géneros se suceden uno tras otro, desde el rap hasta la música arabe o celta, creando un conjunto muy disperso y con poca chicha. Reseñable podría ser el melódico pop de Downside-Up o The Tower That Ate People, una canción basada en la Torre de Babel que por un momento nos recuerda al Gabriel más rompedor de sus primeros discos en solitario.

El cambio físico en el cantante es ya muy acusado, pasando de tener una cabellera apreciable al clásico tandem calvicie/barba de chivo (los años no pasan en balde). Es más, en su visita al plató de Lo + Plus para promocionar el disco, alguien de la dirección del programa decide mezclarlo entre el público antes de realizarle la entrevista (era el segundo invitado de la noche). Nadie del público se da cuenta de que Peter Gabriel se encuentra a su lado y, cuando Máximo Pradera le invita a subir a la mesa, la sorpresa es mayúscula. En días posteriores, el músico habla pestes del programa después de darse cuenta de la jugada. En cuanto a OVO, quedará como el álbum más disperso de su discografía en solitario, aunque si hablamos de él como lo que es, la banda sonora para un edificio... nos faltan referencias para evaluarlo correctamente.

UP (2002)

Quizá Gabriel terminó pensando también que OVO no era valido como parte de su obra en solitario, razón por la cual decidió publicar un álbum oficial dos años después. Hay que tener en cuenta que cuando Up salió publicado en 2002, habían pasado 10 años desde su último trabajo oficial en términos tradicionales (Us, 1992). Up podría ser el trabajo que más se acerca a los álbumes pre-So de todos los que vamos a comentar aquí, al menos en estructura. No es un álbum conceptual como Us, ni algo tan sui generis como OVO, tampoco un disco de versiones como Scratch My Back: nos encontramos ante una colección de canciones de temática variada, alguno de los cortes incluso se permiten algo de crítica social. El álbum en una primera escucha parece revivir la misma vitalidad que su cuarto álbum, Security, sin embargo, la grata impresión de esa primera toma de contacto no dura mucho.

El disco es demasiado oscuro y, algo imperdonable, muy aburrido. The Barry Williams Show, la canción que se utiliza como primer single (basada en programas telebasura tan en boga como el show de Jerry Springer), resulta ser un fiasco que no serviría ni como tema de relleno en discos anteriores. El nivel del álbum en conjunto es muy bajo y tan sólo destacan, sin ser grandes canciones, Growing Up y No Way Out. Teniendo en cuenta que Gabriel llevaba trabajando en Up desde 1995, podemos suponer que quizá la sobreproducción y la revisión sobre la revisión durante siete largo años terminaron perjudicando al producto final. Nos encontramos ante la última entrega de material original por parte del músico, y estamos hablando de hace ocho años.

SCRATCH MY BACK (2010)

Y llegamos a 2010 y el reciente Scratch My Back. Al igual que Phil Collins, Peter Gabriel recurre a un disco de versiones para publicar algo nuevo después de casi una década de sequía discográfica (exceptuando la canción Down To Earth de la BSO de la película Wall-E). A diferencia de su ex-compañero en Genesis no se centra en una temática concreta como puede ser la Motown, si no en una selección muy personal de canciones firmadas por autores clásicos como Neil Young o Paul Simon y grupos de plena actualidad como Arcade Fire o Bon Iver.

El proyecto era más ambicioso aún, ya que Gabriel quería que todos los autores a los que el versiona en Scratch My Back (Ráscame la Espalda), contribuyeran con otra versión del cancionero del propio Gabriel para crear un disco paralelo (I'll Scratch Yours, Te Rascaré la Tuya). Se habrían publicado así dos álbumes a la vez, pero el supuesto disco hermano a cargo de los versionados no ha llegado a buen puerto. Según el blog de Julian Ruiz, tanto Neil Young, como David Bowie o Arcade Fire y tantos otros han pasado olímpicamente de la petición del ex-lider de Genesis. Radiohead dejó a la mitad la versión de Wallflower (canción que cierra Peter Gabriel IV) y tan sólo Lou Reed, Brian Eno y Stephin Merrit de Magnetic Fields le han devuelto el gesto.

Peter Gabriel se ha estrellado con todo el equipo, el álbum de versiones adolece de lo mismo que sus predecesores más inmediatos con el añadido de que es un disco sin nuevo material ni esfuerzo creativo alguno. Las versiones son planas y sobrias, insoportables... y mira que es difícil cargarse un temazo como Heroes de Bowie o una canción tan animada como The Boy In The Bubble de Paul Simon. Existe una canción que sirve como precedente para este proyecto, el tema Father, Son del álbum OVO, una canción aceptable pero con el mismo aburrido acompañamiento de orquesta y piano que usa esta colección de versiones inútiles. Peter Gabriel en su punto más bajo, tanto creativa como comercialmente.

Y no te doy otra no más porqué...

No sabemos que ocurrirá en un futuro, pero está claro que desde hace casi veinte años, Gabriel ha perdido ese olfato comercial y ese riesgo calculado que lo convertían en uno de los músicos más excitantes del panorama musical internacional. Una falta de objetivos claros o quizá una revisión excesiva de sus trabajos han terminado por volver aburridos todos sus álbumes. El éxito comercial de mediados de los ochenta supuso un cambio de rumbo en su carrera que ha terminado por llevarle a la deriva. No sé si ya es hora de ignorar sus futuros proyectos, aunque cualquier opción es buena antes que seguir al vacuo Phil Collins con su proyectada enésima resurrección de Genesis. A pesar de todo, los fans del músico esperamos con curiosidad esa prometida entrega, ésta vez con material original, con título provisional On/Off.