Cat Stevens tiene grandes canciones, pero ninguna me ha impresionado tanto como la que abre su álbum Catch Bull At Four. El piano del principio guarda aroma de clásico y acompaña a la rasgada voz del músico desde el principio hasta el final. Voz poderosa que clama enfurecida desde el minuto uno y que se aleja del estereotipo utilizado en sus temas más conocidos, la voz melodiosa de Moonshadow o Morning Has Broken. Sitting me parece una obra maestra impresionante que también guarda un trasfondo filosófico en la letra que no voy a pararme a analizar ahora.
El Tocadiscos 027: Blues & Rock
Hace 8 años