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lunes, 5 de enero de 2015

Top 20: Mejores Canciones Internacionales del s. XXI (3 de 3)

07. The Suburbs

Músico: Arcade Fire
Álbum: The Suburbs
Año de publicación: 2010
Datos: Arcade Fire no llegaron a convencerme del todo hasta su tercer álbum. Los veía demasiado grandilocuentes y, si su primer álbum se me hacía un poco cuesta arriba, al segundo le di muchas menos oportunidades por parecerme algo inferior. The Suburbs me convenció quizá por adoptar un tono algo más clásico. Canciones como Ready To Start, Wasted Hours, We Used To Wait o el tema homónimo que abre el álbum (el que nos ocupa) me abrieron las puertas a su música.




06. Mardy Bum

Músico: Arctic Monkeys
Álbum: Whatever People Say I Am, That's What I'm Not
Año de publicación: 2006
Datos: La primera vez que leí algo sobre los Arctic Monkeys hablaban de ellos como los nuevos Beatles. Mal comienzo. Me cerré en banda a su álbum debut, pero poco a poco he ido cediendo a los prejuicios que me inocularon los tabloides británicos con sus estúpidas comparaciones. Los Arctic Monkeys son una pasada y Alex Turner un genio precoz que diez años después continúa ofreciéndonos clásico tras clásico. Mardy Bum sigue siendo para mí, a pesar de lo que ha llovido, su canción más redonda.





05. Australia

Músico: The Shins

Álbum: Wincing The Night Away
Año de publicación: 2007
Datos: Aquellos que me recomendaron los dos primeros álbumes de The Shins no estaban muy convencidos de que Wincing The Night Away fuese tan bueno como sus predecesores. Lo escuché sin demasiadas esperanzas y a día de hoy es mi álbum preferido del grupo liderado por James Mercer. Phantom Limb, Sea Legs, Red Rabbits... en este álbum hay demasiada calidad como para menospreciarlo o considerarlo obra menor. Australia es para mí una canción redonda, de lo mejor que ha parido su autor.






04. Laredo

Músico: Band Of Horses
Álbum: Infinite Arms
Año de publicación: 2010
Datos: Laredo me abrió las puertas a la música de Band Of Horses. Quedé prendado de Infinite Arms y descubrí las maravillas escondidas en discos anteriores como Everything All The Time o Cease To Begin. Mirage Rock me hizo despertar sobresaltado de tan intenso romance, pero Acoustic At The Rhyman me ha vuelto a reconciliar con su música al recordar tan buenas canciones. Laredo es una canción soberbia y, cada vez que la escucho, recuerdo aquel primer flechazo con la música de Ben Bridwell.



03. Misread

Músico: Kings Of Convenience
Álbum: Riot on an Empty Street
Año de publicación: 2004
Datos: No se les ve mucho el pelo últimamente y su discografía se compone tan sólo de tres álbumes de estudio. Compensan sin embargo lo poco que se prodigan con una exquisitez compositiva infalible. Misread es una muestra más de que no son un mero sucedáneo o una actualización de Simon & Garfunkel. Nos encontramos ante un tema redondo y evocador desde los primeros acordes de piano. Melancólico como pocos, muy adecuado para escuchar en días de lluvia.





02. The Best Jewel Thief in the World

Músico: Prefab Sprout
Álbum: Crimson/Red
Año de publicación: 2013
Datos: Quien le iba a decir a Paddy McAloon en los ochenta que su mejor álbum acabaría saliendo al mercado en 2013. No es precisamente un secreto que soy un fanático incurable del pop inmaculado de Prefab Sprout y aún recuerdo las cosquillas por el estomago al escuchar tan sorprendente y magistral álbum cuando nadie esperaba nada de ellos. The Best Jewel Thief in the World es una de las mejores canciones de su catálogo y una apertura inmejorable para Crimson Red.



01. Numbered Days

Músico: Eels
Álbum: Shootenanny!
Año de publicación: 2003
Datos: En las posiciones anteriores de este ranking hay bastantes músicos con los que tengo más conexión que con Eels, pero Numbered Days merece sin lugar a dudas el número uno. La descubrí por sorpresa en Shootenanny! y fue amor a primera vista. Aquellos días me dejé llevar por el entusiasmo y hablé de ella en facebook mientras la comparaba con el Yesterday de los Beatles. Ahora, después de miles de escuchas, me reafirmo. Pocas veces me encuentro con una canción tan perfecta melódicamente.

miércoles, 16 de abril de 2014

Mark Oliver Everett - Cosas que los Nietos Deberían Saber


Este libro siempre me produjo mucho interés, aunque no sabía muy bien de que iba. Tengo amigos aficionados a la música de Eels que hablaban maravillas de él, pero me desorientaba una portada tan extraña y hasta hace poco desconocía la música que hacia el tal Mark Oliver Everett. Ahora que ya he escuchado algunos discos de Eels, el amigo Bruno aprovechó para pasármelo mientras almorzábamos en el Puerto de Santa María. Tras terminarlo esta misma tarde tengo que decir que me ha tocado muy hondo y que merece la pena hacerse con él, no sólo para los aficionados a la música de Mr. E, si no también para cualquiera que quiera conocer una conmovedora historia de superación personal ante horribles adversidades.

Cosas que los Nietos Deberían Saber es un libro extraño en el género de la literatura rock, ya que nos ofrece la descarnada biografía de un músico en la que quizá lo menos importante sea precisamente la música. La vida de Mark Oliver Everett es digna de ser plamada al papel y es de agradecer que se haya tomado la molestia de hacerlo cuando, a todas luces, parece una persona reservada y carente del ego necesario como para escribir una biografía con tan solo 42 años. El libro comienza en su edición en castellano con una presentación de Rodrigo Fresán en la que el susodicho te cuenta de pe a pa los hechos más importantes del libro a modo de resumen. Se podría considerar que reventarte lo que vas a leer en un libro desde el mismo prólogo es una maniobra bastante torpe, pero este libro es valioso, no por la historia en sí, si no por la filosofía vital que su autor va destilando en sus páginas acerca de superar los malos momentos en la vida y continuar hacia delante a pesar de todo. Mr. E narra además su peripecia vital de una forma tan ingeniosa que saca casi sin proponérselo la sonrisa al lector en cada página. Cuando llegan los terribles momentos que ya se anticipaban al principio, el lector los vive de una forma más intensa al verlos desde la óptica del propio autor . De hecho, tengo que confesar que en cierto momento del libro se me escaparon algunas lágrimas, porque me vi desbordado ante lo que se estaba contando. Y advierto que yo soy de los que pocas veces llora viendo películas y nunca hasta ahora leyendo libros.


Antes dijimos que el aspecto musical no era lo más importante, pero cualquier fan de Eels podrá disfrutar de una pormenorizada descripción de la génesis de sus discos hasta Blinking Ligths And Other Revelations. Toda su carrera musical hasta 2005 se encuentra reflejada en estas páginas, aunque entretejida y ligada con el transcurrir de la vida del protagonista. Desde los tímidos comienzos musicales al conseguir su primera batería siendo un niño hasta la falta de entendimiento con la discográfica de turno para sacar adelante y publicar cada uno de sus trabajos. Por otro lado, también resulta muy interesante un libro en el que el mismo músico te va desvelando sus pensamientos a la hora de tomar cada decisión profesional: su motivación para cruzar el país e irse a la Costa Oeste con el objetivo de buscar fortuna, lo que supone para él crear música como terapia para enfrentarse a la cruda realidad o el retrato vital previo a la génesis de cada álbum gracias al cual podemos entender porqué cada nuevo trabajo suena como suena. De esa forma, además de acompañar a Mr. E en su intenso drama personal, el lector tiene la oportunidad de involucrarse en la evolución musical de Eels disco a disco.

Al final del libro, el propio autor espera que no sea necesario escribir una segunda parte, ya que eso significaría que no le ha ocurrido nada tan grave como para publicar tan temida secuela. Te quedas con las ganas de estrecharle la mano y desearle lo mejor. En cualquier caso, lo que Mr. E ha sido capaz de plasmar en este libro es algo que pocos escritores saben hacer. Si alguien decide comprarlo después de leer esta reseña, descubrirá una apasionante historia de la que podrá extraer interesantes reflexiones. No en vano, una de las mejores frases del prólogo y que aparece en la portada del libro es la siguiente: "El mejor libro de autoayuda que no intenta ayudar a nadie pero que lo consigue casi sin proponérselo".

miércoles, 1 de enero de 2014

Lo Mejor de 2013 (1 de 2)

Manuel

Este año que termina no ha sido muy abundante para mí en cuanto a descubrimientos musicales. Podría resumirlo diciendo que he dejado de lado los nuevos lanzamientos para centrarme en saldar cuentas pendientes con vacas sagradas a las que nunca presté la atención necesaria. Así, me doy cuenta de que apenas me suenan los discos que copan las listas con lo mejor de 2013 según tal o cual revista. El año finaliza marcado para mi por el descubrimiento personal de Elvis Costello gracias a la insistencia del amigo Mansion. Bien es cierto que tardé bastante en apreciar su música, pero a fuerza de insistir con sus primeros discos me he escuchado a estas alturas la friolera de once o doce de sus trabajos.

Yo no tenía planeado participar en una entrada resumen, pero haciendo balance he encontrado tres discos que me gustaría destacar de lo poco novedoso que he podido escuchar este año. Teniendo en cuenta que para mí ha sido un año de revisión musical, resulta consecuente que los tres trabajos que voy a nombrar sean de viejos conocidos por estos lares.

3. Paul McCartney - NEW

A estas alturas de la película, me ha sorprendido gratamente lo bien que lo ha tratado la crítica musical en líneas generales. NEW es una amalgama de lo mejor que McCartney ha sabido hacer a lo largo de toda su carrera en solitario. Algunos seguidores del músico lo acusan de aparentar una modernidad en su sonido que ya no le corresponde y otros de autoplagiarse en cada canción. Yo digo que no hace falta buscarle tres píes al gato y que lo importante es disfrutar de las nuevas melodías que McCartney aún nos ofrece con 71 años.


2. Prefab Sprout - Crimson / Red

Uno de los regresos más esperados para los aficionados al pop de altos vuelos. Paddy McAloon se ponía manos a la obra presionado por su discográfica para obsequiarnos con uno de los discos más contundentes de Prefab Sprout (que ya es decir). Crimson/Red es un álbum repleto de obras maestras melódicas que reivindica como autor a uno de los compositores más importantes de las últimas décadas. Aquellos que nunca perdimos la fe en Prefab Sprout nos hemos visto recompensados con el mejor de los regalos posible. Ojalá el genio de McAloon se prodigue más en los próximos años.

1. Josh Rouse - The Happiness Waltz

El mejor trabajo de 2013 es para mí el último álbum de Josh Rouse. Recuerdo escucharlo por primera vez mientras conducía de madrugada para ir a trabajar y no poder creerme lo que sonaba por los altavoces. ¿Había vuelto de verdad a la senda correcta? Era difícil de creer cuando el choque cultural con nuestro país le había hecho publicar los dos peores trabajos de toda su carrera. The Happiness Waltz sin embargo es la mezcla perfecta entre las melodías de Nashville y las texturas de un álbum como 1972. Josh Rouse es mi músico de referencia actual y reencontrarme con toda su magia ha sido de lo más emocionante de este año.

Bruno

Pensaba que apenas había oído música de este año, pero al echar la vista atrás veo que son más de los que creía. De todos modos tengo muchos pendientes, sobre todo por insistentes recomendaciones de buenas fuentes... Siempre es difícil hacer criba y quedarse con "lo mejor" de todo un año, pero puestos a hacerlo elegimos la siguiente terna:


3. Ron Sexsmith - Forever Endeavour

El canadiense vuelve a su sonido más clásico y regresa regalándonos esta colección de bellas canciones con sugerentes melodías marca de la casa, aunque con un punto más melancólico que en sus últimos trabajos. Con una producción más cálida y espontánea de suaves arreglos que incluyen aquí y allá cuerdas y vientos, guitarras acústicas y suaves percusiones, las canciones de Sexsmith se ven sin duda realzadas: a destacar la emotiva Lost in thought, la alegre y contagiosa Snake Road, la suave y folkie Sneak out the back door y, como curiosidad, Me, myself and wine y sus arreglos con sabor a New Orleans


2. Eels - Wonderful, Glorious

El señor Everett nos sorprendía este año con un nuevo disco de altura, sobre todo teniendo en cuenta que sus últimos trabajos habían sido un tanto más discretos. Volviendo a sus orígenes, con cajas de ritmos y bases electrónicas, con guitarras sucias y mucha mucha rabia; como siempre, tan genial como impredecible. En este Wonderful, Glorious encontramos grandes canciones que funcionan muy bien también como álbum, resultando un trabajo redondo. En él encontramos temazos como la potente Kinda Fuzzy, el pegadizo single Peach Blossom, la frágil True Originals o la efectiva On the Ropes, que enganchan, seducen y demuestran que la creatividad de Eels sigue intacta.


1. Jonathan Wilson - Fanfare

De nuevo un disco al que dedicarle tiempo y que, a su vez, se toma su tiempo: al igual que Gentle Spirit ronda los 80 minutos, así que para degustarlo debidamente más vale ponerse cómodo y dejarse llevar por sus dulces melodías, hipnóticas atmósferas y majestuosos arreglos. Grandes pesos pesados se vislumbran aquí y allá (Petty, Young, los Floyd) y otros colaboran en algunos temas (Crosby, Nash, Browne). Muy en la línea de su predecesor, sin embargo este Fanfare presenta una mejor colección de canciones: Dear friend, Love to love, Cecil Taylor o Fazon. Un disco que nos remonta a otra época.

sábado, 27 de abril de 2013

Tres discos: Ron Sexsmith, Eels, Aaron Thomas

Ron Sexsmith - Forever Endeavour: 
 
El canadiense regresa con nuevo disco bajo el brazo con el que vuelve a demostrarnos que sigue en plena forma, regalándonos bellas canciones de sugerentes melodías marca de la casa, aunque no podemos dejar de advertir aquí un punto más melancólico que en sus últimos trabajos. Sexsmith vuelve a contar con el productor Michael Froom (con quien no trabajaba desde el excepcional Time Being de 2006), retomando así su sonido más clásico y alejándose así del intento más comercial que fue Long Player Late Bloomer. Con esta producción más cálida y espontánea, de suaves arreglos que incluyen aquí y allá cuerdas y vientos, guitarras acústicas y suaves percusiones, las canciones de Sexsmith se ven sin duda realzadas: a destacar la emotiva Lost in thought, la alegre y contagiosa Snake Road, la suave y folkie Sneak out the back door y, como curiosidad, Me, myself and wine y sus arreglos con sabor a New Orleans. Un disco muy bien terminado que nos recuerda a sus mejores años, y que sin duda gustará a sus seguidores.

Nowhere To Go by Ron Sexsmith on Grooveshark

Eels - Wonderful, Glorious: 

Salvo un par de casos puntuales, los discos de Mr E no se caracterizan por ser fáciles ni accesibles a todos los oídos. Este trabajo de hecho no es una excepción y requiere más de una escucha para poder aprehenderlo y apreciarlo debidamente. Tras la discreta trilogía que forman sus últimos discos (donde Hombre Lobo desde luego se destaca de los otros dos), este Wonderful, Glorious parece una vuelta a sus orígenes, con cajas de ritmos y bases electrónicas, con guitarras sucias y mucha mucha rabia; como siempre, tan geniales como impredecibles. En esta ocasión E comparte créditos en la composición con su banda, y dentro de este magnífico álbum se destacan canciones como la potente Kinda Fuzzy, el estupendo single Peach Blossom o la emotiva True Originals, que enganchan y seducen, y demuestran que la creatividad de Eels sigue intacta.

Peach Blossom by EELS on Grooveshark

Aaron Thomas - The Blues And Greens:

Este cantautor australiano "españolizado" es para mi uno de los músicos más interesantes de la música indie nacional. Con un debut deslumbrante como fue Follow the elephants y un segundo trabajo soberbio titulado Made of wood, su tercer disco era muy esperado por sus puede que escasos pero fieles seguidores. Se trata de un músico muy currante que se ha forjado un nombre y un más que notable respeto a base de carretera y conciertos, donde demuestra sus tremendas cualidades como intérprete. Tras componer la banda sonora para una película, Thomas se ve con la seguridad necesaria para en esta ocasión tomar los mandos en la grabación y realizar los arreglos. Las canciones en este nuevo trabajo, sin perder su sello personal, suenan más alegres y optimistas, experimenta con nuevos sonidos y estilos (A fool like me) e incluso con un tema instrumental (Stung). Destacamos el single How we got started, la emotiva Windows (a mi me suena como una nana infantil, muy bonita) y la alegre Out of your hands

Esta noche 27 de abril toca en Sevilla (Sala Obbio), y allí estaremos para verle una vez más. No faltéis.

How we got started by Aaron Thomas on Grooveshark

miércoles, 10 de octubre de 2012

Eels – Electro-Shock Blues



John Lennon plasmó en Plastic Ono Band sus miedos y fantasmas para, literalmente gritándoles, ahuyentarlos y liberarse de ellos: los padres que le abandonan cuando niño, su madre que murió siendo él un adolescente, la caída de todos sus mitos… En Japón curiosamente se le cambió el título al álbum, llamándose en este caso El Alma de John (John no tamashii); lo inapropiado de este hecho no es inconveniente para reconocer que acertaron de pleno.

Dando un salto de casi tres décadas volvemos a encontrarnos con E, el señor Mark Oliver Everett, de quien ya tratamos en aquella lejana entrada que dedicamos a Blinking Lights And Other Revelations. Si el de Liverpool había tenido una vida difícil, E no se queda atrás ni muchísimo menos (aunque es cierto que un fan desequilibrado no le ha disparado; al menos aún no). No volveremos a repetir su vida, pero es que de eso trata el disco que hoy nos ocupa: de sus dramas personales, de lo que le atormenta, de su sufrimiento y el de los que lo rodeaban: de sufrimiento, de enfermedades y muerte, de hospitales, de suicidios y tentativas de suicidio, de tratamientos de radioterapia y electroshock… Lo peor de lo peor, cantado en doce compases y con escalas menores.

Si hacemos la analogía con el álbum del exbeatle, no tanto por compararlos musicalmente y hacerlos competir sobre el cuadrilátero sino por buscar los lugares comunes de ambos y ahondar en sus formas, percibimos que el trabajo de E es mucho más crudo, duro, incluso desagradable. Si el Plastic Ono Band pasó a llamarse El Alma de John es porque todo su dolor ya está intelectualizado y procesado; nos habla de sentimientos, sí, pero de una manera un tanto cerebral y reposada (si hasta se pone a hablar de clases sociales y todo…). En el caso de E este disco proviene directamente de sus entrañas, no hay sitio para adornos o artificios en él: su dolor se nos presenta en su estado más puro, y nos hace partícipes de él golpeándonos directos al mentón.


El tema sobre el que gira el álbum es la pérdida de toda su familia: dejando a un lado la muerte de su padre bastantes años atrás, en muy corto plazo de tiempo E asiste al suicidio de su hermana Elizabeth y la muerte tras larga enfermedad de su madre. Viéndose totalmente solo echa mano de lo único que tiene a su alcance, su música, que a modo de catarsis le saca del pozo y hace que tenga algo donde agarrarse. Su hermana, una persona inestable, había intentado quitarse la vida en alguna ocasión anterior (Elizabeth on the bathroom floor) y había estado ingresada en una institución de salud mental (Climbing to the moon). Su madre por su parte luchó durante años contra un cáncer de pulmón (Cancer for the cure), y tras largo tratamiento (Hospital food) que incluía radioterapia (Dead of Winter) acabaría muriendo. Ambas muertes (Going to your funeral part I y II) son afrontadas aquí con dolor y rabia, pero también con ciertas dosis de humor negro.

Musicalmente hablando este disco va un paso más allá que su predecesor Beautiful Freak (de corte más pop, cuyas canciones se ensamblan como collages musicales), ya que los arreglos evolucionan a la par que los temas a tratar volviéndose más oscuros, inquietantes y depresivos. No todo el álbum es así, por supuesto, pero uno siente que incluso bajo los temas más optimistas está la herida sin cicatrizar. O quizá ya está cicatrizando, ya que es el propio E el que lo está intentando (I am trying, I am trying canta) con esta terapia de Electro-Shock Blues.


sábado, 3 de marzo de 2012

EELS - Blinking lights and other revelations


Sin duda Mark Oliver Everett es uno de esos tipos peculiares a los que merece la pena prestarle un poco de atención, aunque sea por mero interés sociológico. Por cierto, casi nadie le llama por su auténtico nombre sino por un escueto Mr E o E a secas; desde luego que no llega al nivelazo del líder de The Mysterians quien, pese a llamarse Rudy Martínez, eligió como nombre artístico el enigmático ?; incluso se dice que se lo cambió legalmente y todo. Pero no nos desviemos: E es el líder de EELS.

En realidad básicamente él es EELS (el resto de componentes van y vienen, y aunque algunos colaboradores han sido más o menos fijos no puede hablarse de una formación duradera). Y precisamente por esto la carrera musical de EELS es tan inestable y sinuosa como lo es la vida de Mr E, que bien podría haber sido escrita por Esquilo o Eurípides (todo empieza con "E" hoy, vaya). Lo curioso es que no solo su trágica vida ha ido marcando el devenir de su carrera musical, sino que al mismo tiempo y por encima de todo ha sido su música la que le ha ayudado a sobrevivir y sobreponerse a todos los golpes que le ha ido dando el destino: desde encontrar a su padre muerto una mañana e intentar reanimarlo sin éxito hasta que, tras una serie de fallidos intentos, por fin su hermana toxicómana se suicide. Cosas así. Por cierto, su padre fue el que "inventó" o "ideó" la teoría de los universos paralelos, lo que son las cosas.

El señor que está detrás de la barba es E

El hecho es que E decidió un buen día marcharse de casa de sus padres rumbo a Los Angeles para intentar meter la cabeza en el mundillo de la música: sufriendo, trabajando como un burro, componiendo sin descanso y grabando canciones compulsivamente en su cuatro pistas consiguió publicar sus primeros discos, los primeros firmados como E y los siguientes como EELS (la idea era que sus discos tanto en solitario como con la banda quedaran juntos en las estanterías de las tiendas de discos; solo ocurre que nadié se acordó en ese momento de bandas como Eagles o Earth Wind & Fire).

Si hay algo que caracteriza a EELS, aparte de la barba de su líder, es su eclecticismo e imprevisibilidad: a poco que uno escuche un par de discos o conciertos de la banda no sabe con qué puede encontrarse en la siguiente escucha, y de una vez para otra podemos pasar de, por ejemplo, de pop acústico a funk o lo que quiera que sea que se le ocurra a E en ese momento. Todo depende de su estado de ánimo, o de las ganas que tenga de cambiar de aires.



Y llegó el día en que E maduró y pensó en grabar un disco que así lo reflejara, y le salió este soberbio Blinking Lights and Other Revelations. ¿Es su mejor trabajo? Pues por ahí debe andar, yo personalmente tengo mis dudas entre este y el Beautiful Freak, depende del día, pero sin duda este Blinking lights... tiene muchas muchísimas papeletas. Pudiera ser por tratarse de un disco más "convencional", si es que este calificativo puede casar con EELS, pero aún así no es un disco sencillo. Ni mucho menos.

Para empezar no lo fue su creación: en este disco en concreto el proceso de grabación, mezcla y masterización le llevó siete años. No de manera continuada desde luego, pero de un modo u otro sí en el interior de la cabeza de E: en un momento dado, tras todos los golpes que había ido encajando de mejor o peor manera a lo largo de su existencia, pensó que la muerte le había estado rondando demasiado tiempo y decidió grabar un disco que tratara sobre estar vivos, sobre el amor y la idea de Dios. Eso no significa que este sea un disco alegre, de hecho es bastante melancólico aunque la idea central fuera celebrar la vida: con las cosas buenas que tiene y con las malas también. De hecho, para E este trabajo supone una liberación: desde luego no puede quitarse de encima todos los malos tragos que ha ido pasando, pero por el otro quiere reconocer que también le han pasado cosas buenas. En fin, en eso consiste estar vivo, ¿no?

E y Bobby, reconocido públicamente como su mejor amigo

Tras mucho tiempo y trabajo logra reunir un total de 33 canciones (incluyendo una colaboración de su ídolo Tom Waits), y sabiéndose poseedor de un disco rotundamente bello se encuentra con la desagradable noticia de que a la discográfica no le interesa en absoluto su nuevo trabajo. E y los que le rodean se han dejado el alma en este trabajo, rozando el límite mismo de la cordura (la masterización y secuenciación del mismo le llevan meses), pero parece ser que a nadie más le interesa: precisamente el disco en el que cantaba a la alegría de vivir le lleva a una depresión.

Finalmente, y tras varias carambolas y cambio de discográfica, Blinking Lights and Other Revelations se publica exitosamente: el álbum cosecha buenísimas críticas, y E siente que, como tantas veces en su vida, tanto sufrimiento lleva consigo su parte de gozo y alegría. De hecho se convierte en su mayor éxito hasta la fecha, a pesar de no ser comercial (para empezar a las compañías nunca le han gustado los discos dobles) y no tener demasiada promoción.



Escucha Blinking Lights and Other Revelations en spotify pulsando aquí.