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sábado, 8 de junio de 2013

The Concert for Bangladesh




El otro día me sorprendí al leer que aquel concierto que montó el bueno de George a beneficio de la gente Bangladesh (en realidad fueron dos conciertos, pero da lo mismo) había sido elegido por Rolling Stone como el mejor directo de la historia. Uno, que pese a ser beatlemaníaco no es tonto del todo, dicha elección le dejó cuando menos perplejo. Entonces recordé una crítica que escribí hace unos años a propósito de este concierto en el foro de Liverpool.es (a todos los efectos un walking dead de la red). Y he querido recuperar este texto para el blog.

La verdad es que el concierto me decepcionó. Al verlo en vídeo, me refiero. El álbum no está mal, no es para tirar cohetes pero ni tiene mal sonido (ni más ni menos que el de la mayoría de grabaciones en directo de aquella época) ni las interpretaciones son malas (la guitarra de Clapton demasiado “chillona” para mi gusto, pero en fin). Es más, cuando lo compré hará cosa de quince o veinte años lo trillé hasta cansarme. Quizá eso tengo algo que ver, que me lo sepa de memoria le quita gracia al asunto. Pero me temo que no van por ahí los tiros. 

Partamos de la base de que la realización es digna de televisión local de Zambia (y eso tirando por lo alto). No me refiero, ya lo dije antes, a la calidad de la imagen, sino a las imágenes en sí mismas: los encuadres son malísimos, las cámaras nunca enfocan al protagonista de ese momento… ¿Tan raro es querer ver al que canta? ¿O al que toca el solo de guitarra? Pues de eso nada de nada. 

 
Un problema menor viene heredado de mi nula simpatía hacia el “muro de sonido” de Spector. Y es exactamente lo que tenemos en este concierto: tocan todos a la vez, con la única excepción de Dylan (probablemente es que no quedara en el escenario ningún enchufe libre, quién sabe). Nos encontramos con dos baterías, cuatro guitarras eléctricas, tres acústicas (los Badfinger castigados en el rincón), dos bajos, un piano, un órgano y el coro de la parroquia de al lado de casa de Billy Preston (¿¿¿a nadie se le pasó por la cabeza meterle un tiro al de la pandereta???). Habrá a quien le guste el muro de sonido, pero no es mi caso.

Pero mi mayor decepción vino al ver la actitud de los músicos. El pasotismo reinante, vaya. No se ve que ninguno de ellos disfrute, que se lo esté pasando bien sobre el escenario. Es un poco “seamos profesionales, chicos” como si no quisieran estar allí. 


George le pone algo de empeño, pero siendo realistas le falta ese puntito de carisma (o llamémosle de la manera que sea) no ya para hacer vibrar al público, sino al menos para engancharlo; no es de extrañar que su gira estadounidense del 74 fuera un fracaso. Ringo en su papel: sentado al fondo, dándole a los tambores con eficiencia y saludando afable cuando le presentan, pero poco más. No sé si mencionar a Klaus: por muy alemán que uno sea, la cara de cabreo que tiene es para dar muuuucho miedo. Y qué decir de Eric Clapton, con su look de el-de-en-medio-de-los-chichos, que parece que fue porque no tenía nada mejor que hacer (en realidad nadie le esperaba ya por allí cuando apareció), porque no es que se le vea muy por la labor; de hecho diría que toca sabiéndose tan pero tan sobrado… que se queda corto. 

 
En el otro extremo y, por poco, salvando los papeles tenemos a un Leon Russell un tanto inexpresivo (no se destaca por ello) pero mostrándose a gusto, sobre todo en el Jumping-Jack-Flash; su versión tiene fuerza y ritmo para hacer moverse al respetable. Dylan, dentro de su parquedad, está en su papel: sabe que su mera presencia basta para que el público se entregue y es eso justamente lo que consigue. Desde el primer tema hace suyo el escenario y se impone su carisma (justo lo que le falta a George o a Eric); destaca sobre los demás muy sobradamente.

Y dejo para el final lo mejor, lo más destacable del concierto. Lo que, a otros tan tontos como el que esto escribe, haría rememorar este concierto por encima de mitos, música o canciones: me refiero claro está a Billy Preston y su baile espasmódico. El Epilectic dance deberían haberlo llamado. Es el único momento del concierto en que se ve que disfrutan tocando o, al menos, viendo a Billy moverse.

sábado, 23 de febrero de 2013

Top 5: Manolete, si no sabes torear para que te metes.

En su día, dejamos esta entrada con la promesa de una segunda parte titulada como sigue. En aquella, repasamos cinco ilustrativos casos de músicos cuya carrera en solitario tras la disolución de sus bandas de siempre, estuvo a la altura de la de su grupo tanto a nivel creativo como comercial. Siempre desde la subjetividad que tienen estas cosas, lógicamente. Esta vez, damos la vuelta a la tortilla, y tiramos de las orejas a músicos que tras la disolución de las bandas de referencia de las que formaron parte, no dieron pié con bola hasta caer, en algunos casos, en la autoparodia. No seré duro con ellos ya que admiro a todos a rabiar, pero no creo que tengan motivos para sacar pecho. 

5. Robbie Robertson.

Encima se pone chulo…
Lo del principal compositor de The Band no deja de ser un misterio. Como puede ser que el máximo responsable de uno de los cancioneros mas deslumbrantes del siglo XX (el de The Band, por aclarar) haya tenido una carrera en solitario tan superflua? Apenas cinco discos en treinta años. Debutó en 1987 de la mano de Daniel Lanois y con colaboraciones tan sorprendentes como las de Peter Gabriel y U2. El disco es bastante aprovechable, pero desde entonces apenas se han visto destellos del autor de joyas como las que parió con su mítico grupo. Hace dos años editó su ultimo album, el pelín decepcionante How To Become A Clairvoyant. Para mi sigue siendo un mito, un grande con mayúsculas, pero su carrera en solitario ha dejado de tener sentido. Suspenso.

4. Ringo Starr.

Mucho vas a tener que trabajar tu para tener la pasta que yo tengo.
Pobre Ringo. Por ser el batería del grupo mas grande que hemos conocido no se merece en absoluto estar en esta lista, lo reconozco, pero hay que reconocer que algún mérito ya ha hecho.... A pesar de tener discos decentes, sobre todo el principio, Ringo puede dar gracias a Dios a que la gente todavía le siga recordando como quien fue y no como quien quiso ser. De eso vive, y yo me alegro un montón, porque el tipo me cae de cine. Esas giras que se monta en solitario suelen ser bastante bochornosas, la verdad. Pero confieso que cuando ví a los Who en directo con el hijo de Ringo en la batería, se puso la piel de gallina y afirmé entusiasmado que "era lo mas cerca que voy a estar nunca de un Beatle". Ringo es un Beatle, y solo por eso, tiene mi cariño y admiración eterna.

3. Mick Taylor.

Me arrepientooo, nai no na no na…
Dudaba en incluirlo aquí pero es que lo suyo merecería un capítulo aparte. El hombre que participó activamente en varios de los discos mas definitivos de la historia del rock, tuvo la desdichada idea de tomar la peor decisión que se recuerda: abandonar a la banda mas grande del rock en su mejor momento. Mick Taylor dejó con el culo al aire a Jagger y Richards, tras unos años en que las obras maestras le salían por las orejas. Supongo que su carácter introvertido no congeniaba con el espíritu juerguista de los otros. Una vez oí a alguien decir que Taylor se cansó de convivir con yonkies. Lo curioso es que tras abandonar a los Stones, fué presa de la heroína. Ahora mal vive en conciertos en salas pequeñas paseando su nombre. Un nombre que para mi, siempre irá asociado a los mejores años de los Stones.


2. Brett Anderson.

Trata de arrancarlo por Dios!!
Mirad que soy fan Suede, pero lo de Brett fue un “trata de arrancarlo por Dios” de libro. Ni en solitario, con discos aburridísimos, ni con aquel invento de The Tears (a los que tuve oportunidad de ver en directo y cuyo disco no estaba del todo mal) logró ganarse un mínimo de crédito en sus faenas en solitario. Fracaso estrepitoso que le obligó a volver con Suede para poder seguir pagando las facturas. Un caso de esos que contra pronóstico, acaba dejando un innegable mal sabor de boca. Zapatero a tus zapatos, que diría aquel. 


1. Mick Jagger.

De fracaso en fracaso y tiro porque me toca…
No hay duda de quién iba a ocupar el primer escalón en esta lista. Jagger, como frontman no tiene rival en la historia del rock. Además me parece un compositor fantástico y un músico muy infravalorado. En los Stones siempre lo he visto como una especia de semi-dios. Pero amigo, cuando deja los bártulos y le da por torear en solitario sin el capote de Richards y compañía, el descalabro suele ser monumental. Solo su álbum Wandering Spirit (que ya repasamos en el blog hace unas semanas) merece un aplauso más que merecido, pero el resto es para mear y no echar gota. Del proyecto Superheavy mejor ni hablo. 

domingo, 5 de diciembre de 2010

Anexo: Top Beatles en Solitario

El otro día estuve revisando el archivo en el que llevé el recuento de votos para el ranking sobre los Beatles en solitario. Estamos a punto de concluir, sólo nos falta comentar el cantado número 1, pero he pensado que no estaría de más hacer un pequeño post con los álbumes que se quedaron a las puertas de entrar. Siempre he pensado, que a medida que nos alejamos del nº 1, las posiciones de los discos dependen más del azar que de un verdadero criterio. En este modesto ranking votaron bastantes personas, pero no tantas como para poder alargarnos mucho más allá del número 10 sin caer en la arbitrariedad. El presente anexo sólo se alargará del puesto nº 11 al nº 15, pero antes haremos un pequeño recordatorio de todos los discos que ya hemos comentado:

- Nº 02 - John Lennon - John Lennon / Plastic Ono Band
- Nº 03 - John Lennon - Imagine
- Nº 04 - Paul & Linda McCartney - Ram
- Nº 05 - Paul McCartney & Wings - Band On The Run
- Nº 06 - Paul McCartney - Flaming Pie
- Nº 07 - George Harrison - Brainwashed
- Nº 08 - Paul McCartney - Chaos And Creation In The Backyard
- Nº 09 - John Lennon - Mind Games
- Nº 10 - George Harrison - Cloud Nine

Y ahora vamos con el pequeño anexo:

Nº 11 - George Harrison - Living In The Material Word (1973)

Tras publicar el triple álbum All Things Must Pass y el triple directo Concert For Bangladesh, George Harrison publica su segundo álbum en solitario con material original, esta vez en un sólo vinilo. Quizá puso el listón demasiado alto con su opera prima en solitario, por eso escuchar Living In The Material World puede resultar algo decepcionante después de tanta excelencia en All Things Must Pass. Phil Spector continúa en la producción y le acompañan los mismos músicos que le ayudaron a grabar su soberbio primer álbum. George sigue inspirado consiguiendo otro número uno con el single Give Me Love (Give Me Peace On Earth) (el último hasta 1981) y, aunque no alcanza las cotas de su trabajo anterior, nos regala canciones como Sue Me Sue You Blues, Living In The Material World y la acústica Be Here Now. A partir de este álbum, salvo casos puntuales, cae en picado hasta Cloud Nine.


Nº 12 - Paul McCartney & Wings - Red Rose Speedway (1973)

Después de dar tumbos desde lo sublime (Ram) a lo irregular (McCartney, Wild Life), Red Rose Speedway marcará una línea clara a seguir en su discografía. A partir de aquí, McCartney recuperará el ansiado éxito comercial y artístico perdido después de dejar los Beatles. Reclutando para Wings al guitarra Henry McCullough y contando de nuevo con Denny Seiwell, el batería de Ram, McCartney crea un buen álbum que en principio iba a ser doble por la abundancia de material. A destacar el primer single, My Love, canción dedicada a su mujer Linda y que cuenta con uno de los sólos de guitarra más memorables de su discografía a cargo de Henry McCullough. También es obligatorio nombrar la apertura de Big Barn Bed, una canción que ya se dejó entrever en Ram, la magnífica Little Lamb Dragonfly, uno de mis temas favoritos de toda su producción, y un medley de temas menores para poner la guinda final.


Nº 13 - Wings - Venus & Mars (1975)

McCartney continúa la estela de éxitos que inauguró en Band On The Run con este álbum, encadenando éxitos durante su periodo más recordado de los setenta. Después de quedar como trío en Band On The Run, decide grabar su siguiente álbum en Nueva Orleans y recluta a Jimmy McCullough y Geoff Britton para engrosar las filas de Wings. Este último no durará mucho como batería, ya que sus continuas peleas con Jimmy le hacen abandonar, siendo sustituido por Joe English. Venus & Mars es un disco que mantuvo el éxito comercial de su predecesor, pero que indudablemente se encuentra un peldaño por debajo. Al igual que en Band On The Run, encontramos un reprise de la canción que da nombre al álbum en la cara B, tema que por cierto es un remedo al grandilocuente rock de principios de los setenta. A destacar temas como You Gave Me The Answer, Magneto And Titanium Man, Medicine Jar o el single Listen To What The Man Said.


Nº 14 - Ringo Starr - Ringo (1973)

Considerado sin discusión como el mejor trabajo de su discografía, Ringo Starr grabaría este álbum de 1973 con una pequeña ayuda de amigos como Marc Bolan, Billy Preston, Klaus Voorman, Harry Nilsson, Jim Keltner y sus excompañeros en los Beatles. Es el único trabajo posterior a su ruptura en el que colaborarían todos los miembros del legendario grupo, llegando a coincidir en el estudio Lennon, Harrison y Starr para grabar el tema con el que contribuiría el primero de ellos, I'm The Greatest. McCartney cedería Six O'Clock y Harrison ayudaría a su amigo batería con tres temas, destacando entre ellos el que sería primer single del álbum, Photograph. El propio Ringo ayudaría en varias de las composiciones, destacando la canción Devil Woman co-escrita con Vini Poncia. Sorprendería a más de uno las posiciones en las listas de éxito de los singles de Ringo hasta bien entrado el año 1975.


Nº 15 - John Lennon & Yoko Ono - Double Fantasy (1980)

Después del nacimiento de Sean Lennon en 1975, John se tomaría un descanso musical de cinco años para no perderse la infancia de su segundo hijo. En 1980 se vio con fuerzas para componer y volver a publicar, por lo que contactó con el productor Jack Douglas y firmó un contrato con Geffen Records. Aunque George Harrison dijera durante las grabaciones de Anthology que Lennon había perdido parte de su magia como compositor en los últimos años, Double Fantasy es la muestra palpable de que había vuelto en plena forma. Una pena que sea un trabajo conjunto en el que haya tantas canciones de Yoko Ono como del propio John. Estoy seguro de que si hubiera sido un trabajo de Lennon al 100 % (con las canciones que después se publicarían en Milk And Honey), habría escalado posiciones hasta quedar incluido en el TOP 10. A destacar Woman, Watching The Wheels, Beautiful Boy (Darling Boy)... todas. Un maravilloso EP de siete canciones.