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jueves, 3 de julio de 2014

5 Obras maestras que fueron opera prima

The Byrds - Mr. Tambourine Man (1965)


El primer álbum de los Byrds es un milagro en sí mismo. Aglutina las influencias de pilares culturales como los BeatlesBob Dylan para posteriormente ramificarse en distintos estilos que se irán consolidando años después. Milagro por partida doble, ya que inaugurará el difícil equilibrio en la cuerda floja que mantendrá el grupo durante toda su carrera y en la que, contra todo pronóstico, forjará una de las discografías más deslumbrantes de los sesenta. David Crosby aportará exquisitas armonías vocales, un profesional del estudio como Roger McGuinn le dará su característico sonido de las doce cuerdas y Gene Clark incluirá obras maestras a la altura de los otros temas versionados, mientras Michael Clarke y Chris Hillman (de momento) serán añadidos por la discográfica para construir la sección rítmica. En años posteriores, todos los miembros del grupo, a excepción de Michael Clarke, serán fundamentales para forjar las bases en las que se apoyara la música americana de las próximas décadas.
by Manuel

The Band - Music From Big Pink (1968)


En prácticamente cualquier foro de música en el que participo, siempre señalo al primer álbum de The Band como el mejor disco de debut de toda la historia del rock. O por lo menos, el que a mi me parece el mas brillante. Un disco que abrió mas ventanas al rock que otros discos mucho mas populares de su época. The Band estaban predestinados a parir un disco como este tras años de aprendizaje como banda de acompañamiento de Ronnie Hawkins y Bob Dylan (entonces como The Hawks). El concepto coral de The Band halló en Music From Big Pink todo un hito. Un album donde las composiciones de Robertson brillan como pocas otras veces y donde el papel de cada uno de los miembros del grupo tuvo las dosis de equilibrio perfectas. Pura armonía. Especialmente resulta extraordinario escuchar la angelical voz de Richard Manuel en temas como Tears Of Rage o la canción cedida de Dylan I Shall Be Released. Pero ahí también estan los clásicos deslumbrantes The Weigth, Chest Fever o Caledonia Mission. Un album de debut extraordinario de un grupo único.

by Mansion

Elvis Costello - My Aim Is True (1977)


My Aim Is True representa la entrada en la new wave por la puerta de atrás de los estilos más clásicos gracias al saber hacer de un pequeño genio de dientes separados y cara no muy agraciada. El álbum escuchado por primera vez podría parecer tosco en comparación con lo ofrecido por Costello en entregas posteriores, pero es una carta de presentación compacta y sin fisuras. Alison es un clásico en toda regla cuya delicadeza representa un oasis entre tanta rabia, además de poseer el dialogo más bello entre voz y guitarra que he escuchado en mi vida. Canciones como Miracle Man, Sneaky Feelings o Less Than Zero demuestran un saber hacer exquisito como compositor de canciones y un abanico de influencias extraordinario para un chico de veintipocos años. My Aim Is True nace con todas las señas de identidad del primer Costello y la fuerza rompedora del advenedizo que intenta hacerse un hueco en el rabioso panorama musical que le ha tocado en suerte.
by Manuel

R.E.M - Murmur (1983)


En 1983, la revista Rolling Stone, eligió a Murmur, el primer album de R.E.M, como el mejor disco de los publicados ese año. Eso da un cariz de lo fundamental que fué este disco en el devenir del rock durante los siguientes años. Aunque la banda mejoró y concretó mejor su propuesta en otros discos posteriores, Murmur permanece inalterable al paso del tiempo y sigue mostrándose tan misterioso, oscuro e inteligente como hace treinta años. Un album de escucha compleja, Murmur inauguró lo que entonces se llamó rock alternativo en los Estados Unidos y que poco a poco fue calando en otros mercados. Disco impoluto, sorprendentemente maduro (en letras, en esencia) para la edad que entonces tenían los miembros de R.E.M y que sigue siendo hoy día una de las grandes piedras de toque del inigualable legado de los de Athens. Un tema para la eternidad: Talk About The Passion.


by Mansion

Jeff Buckley - Grace (1994)



Este álbum es la excepción a la regla y desafía la escasa probabilidad de que un genio de la música pueda engendrar a otro. Jeff Buckley deslumbro con este álbum en varios frentes, realizando un trabajo marcadamente personal y haciendo gala de una voz inalcanzable para el resto de los mortales. Alguna que otra vez he calificado a Grace como el Astral Weeks de los noventa, un álbum único en su género e irrepetible incluso para su propio autor, aunque nunca sabremos si esta afirmación es cierta del todo, ya que Buckley falleció antes de terminar su segundo trabajo. En cualquier caso, hablamos de un disco poliédrico que muestra varias facetas en el universo en el que se mueve, capaz de saltar de la épica de la propia Grace la nostalgia de Lover You Should've Come Over o de la celebración de las sensaciones en Last Goodbye al recogimiento monacal de Corpus Christi Carol. Buckley se mueve como pez en el agua a través de los cortes, adaptándose a las subidas y bajadas en una interpretación magistral coloreada por el amplio espectro al que podía llegar con su voz.
by Manuel

miércoles, 28 de mayo de 2014

Passion For Acoustics - Lady Friend



Lady Friend fue la única canción firmada por David Crosby que se convirtió en cara A en un single de los Byrds. El tema fue un fracaso comercial a pesar de aparecer entre los dos álbumes más importantes de la banda. Hoy la rescatamos en MIMS para dejaros una hermosa versión acústica interpretada por su autor mientras la componía y aprovecharemos para repasar la trayectoria del propio Crosby como compositor en el seno del grupo.

En primer lugar, debemos aclarar que David Crosby no empezó a militar en los Byrds para componer canciones. Él era el que hacia las exquisitas armonías vocales en los primeros álbumes, dejando la labor de crear nuevo material a Gene Clark. De esa forma, los primeros álbumes del grupo se componen principalmente de versiones de otros artistas y magistrales canciones de Clark. El revulsivo para que los otros miembros del grupo empezaran a crear su propio material fue descubrir los suculentos ingresos que Clark recibía por la autoría de sus canciones, especialmente de un tema como I'd Knew I Want You al ser cara B del exitoso single Mr. Tambourine Man. El deseo de ganar más dinero y la marcha de Gene Clark tras la publicación del single Eight Miles High forzó a McGuinn, Hillman y Crosby a aplicarse en la composición. Ninguno de los tres era compositor de pura cepa como lo era Clark, el cual creaba canciones de cosecha propia desde su más tierna infancia. McGuinn había coqueteado con la composición a partir del segundo álbum del grupo y Hillman explotó de la nada como un excelente creador de canciones a partir de Younger Than Yesterday.


The Byrds en tiempos de Lady Friend. David Crosby en el centro con sombrero cosaco

David Crosby empezó a implicarse en este campo a partir de colaborar con todos sus compañeros en la creación de un single tan rompedor como Eight Miles High. En el álbum Fifth Dimension apuntaba maneras creando un tema exclusivamente suyo llamado What's Happening? que, para el que esto suscribe, es uno de las mejores canciones del tercer álbum de los Byrds. Siempre he encontrado un carácter muy personal en David Crosby como compositor, sus canciones parecen no tener influencias dentro del espectro del pop rock de la época. El porqué de ese estilo tan diferenciado podría hallarse en la infancia del propio músico. Sus padres se dedicaban al mundo del cine y no poseían televisión en casa por considerarla una amenaza a su forma de ganarse la vida. El pequeño Crosby creció sin más influencias que los discos de música clásica de su madre y los de jazz que solía poner su hermano mayor Chip. Estos géneros tan alejados del pop rock de los sesenta podrían ser la base de ese estilo tan peculiar que Crosby fue forjando en las canciones que componía para los Byrds de finales de los sesenta y que desarrolló totalmente para su interesante carrera en los primeros años setenta.

Teniendo en cuenta el novedoso material que presentaba y la ascendente curva de calidad que iban alcanzando sus canciones, el resto del grupo le cedió la cara A del siguiente single de los Byrds. Lady Friend es una canción exuberante y una de mis preferidas de toda su carrera. No es una canción que apunte maneras, es un clásico en toda regla que reúne todas las características que posteriormente convertirían a Crosby en una de las mayores figuras de los setenta. Aunque su propio autor no quedó muy contento con la mezcla final, Lady Friend está repleta de hermosas armonías y utiliza recursos inéditos hasta entonces en la discografía del grupo como son los instrumentos de viento. El tema posee un gran poder evocador, no me cansaré de decir que es una obra maestra a la altura de los grandes singles de la época. Sin embargo, la canción fue un estrepitoso fracaso comercial no pasando del número 82 en las listas. Este hecho y la inquieta personalidad de Crosby, que igual tocaba con Buffalo Springfield que te componía una canción sobre un trío sexual, provocó que Hillman y McGuinn decidieran despedirle de los Byrds.

Viéndolo con perspectiva, la expulsión de un músico que no tardaría en alcanzar su madurez creativa fue en perjuicio de la futura trayectoria del grupo. Siempre he pensado que los Byrds de esa línea temporal alternativa con Crosby en sus filas podrían haber alcanzado mayores cimas que las que consiguieron con Gram Parsons y su Sweetheart of The Rhodeo. No en vano la grandeza de The Notorious Byrd Brothers se debe en gran parte a Crosby.. y que bonito habría sido escuchar un sexto álbum de los Byrds con temas como Guinnevere, Wooden Ships o Long Time Gone. Quizá los Byrds no habrían languidecido en los primeros setenta sacando discos como Byrdmaniax o Farther Along, una verdadera lastima que sus compañeros de grupo no hubieran visto en Lady Friend su evidente grandeza.


sábado, 10 de agosto de 2013

MIMS Gran Reserva: El día que los Byrds se reunieron por última vez

The Byrds fue un pilar fundamental en la historia del rock, aunque como grupo fue un fenómeno algo atípico. Para empezar, su génesis no se fraguó basándose en la amistad de sus componentes, sino en un interés genuino por el éxito comercial. Si dicen que la unión hace la fuerza, McGuinn, Clark y Crosby decidieron apoyarse entre ellos para alcanzar el éxito que se les negaba como músicos en solitario a principios de los sesenta. Después vendrían Hillman y Clarke como mero apoyo instrumental, aunque el primero de ellos llegaría a escribir algunas de las páginas más memorables del grupo.

Quizá si la amistad hubiera sido el motor de la génesis del grupo, la formación inicial se habría mantenido algunos años más y The Byrds no se habría convertido en el grupo más inestable de los sesenta. Por la banda desfilaron una docena de músicos teniendo en cuenta al quinteto original, desde medianías como Skip Battin o Kevin Kelley, pasando por interesantes músicos desconocidos como Gene Parsons o leyendas del country rock como Gram Parsons.

El quinteto original en los sesenta

Gene Clark abandonó tras el segundo álbum por iniciativa propia. David Crosby fue desde el principio el miembro del grupo que más papeletas tenía para ser expulsado debido a su conflictiva personalidad. A punto estuvo de recibir la patada antes incluso de que triunfaran con Mr. Tambourine Man, aunque no se libró de la expulsión tras la publicación de Younger Than Yesterday. Chris Hillman aguantó hasta Sweetheart Of The Rhodeo, pero Gram Parsons consiguió convencerlo junto a Michael Clarke para fundar los Flying Burrito Brothers. El que más aguantó y que, quizás inmerecidamente, recibe el título de alma de los Byrds es Roger McGuinn. Intentó mantener viva la llama hasta 1973 con desiguales resultados que van desde la excelencia de Untitled o Ballad Of Easy Ryder hasta la mediocridad de Byrdmaniax o Farther Along.

Los Byrds originales volvieron a reunirse en 1973 con un disco titulado simplemente The Byrds en el que David Crosby ejercia labores de productor. El más ilusionado con este reencuentro fue Gene Clark, el cual aportó las mejores canciones de toda la hornada que constituyó aquel álbum. El resto, o bien se las reservó para proyectos paralelos o no disponía de nada mejor con lo que contribuir. Aquel reencuentro terminó como el rosario de la aurora y el quinteto original decidió disolverse para no volver a publicar nunca más bajo el nombre de The Byrds.

El quinteto original en la reunión de 1973

Los años fueron pasando y no es hasta 1991 cuando volvemos a verlos juntos en un escenario por última vez. Desde 1973 hasta 1991 pasan casi dos décadas en las que cada uno de ellos sobrevive como puede a los avatares del mercado musical. Roger McGuinn comenzó una carrera en solitario a mediados de los setenta que no llego a despegar a pesar de la enorme calidad de su primer álbum en solitario. A mediados de la década fue rescatado por Bob Dylan para la Rolling Thunder Revue y, girando en conciertos por los Estados Unidos, fraguó la reunión con Hillman y Clark que dió para dos álbumes bastante interesantes. Durante los ochenta ofreció conciertos en solitario y no publicó nuevo material durante la friolera de catorce años.

Gene Clark, por su parte, no consiguió recuperarse del fracaso de No Other y publicó tan sólo un álbum en 1977 llamado Two Sides From Every Story. A finales de los setenta colaboró con Hillman y McGuinn en aquel par de discos ya mencionados, aunque su participación en el segundo fue menos importante debido a los consabidos problemas con el alcohol. Publicó un disco en solitario llamado Firebyrd y formó duo con Carla Olson para el álbum So Rebellious A Lover. Desde 1985 hasta 1990 fundó una banda itinerante llamada A Twentieth Century Tribute To The Byrds para celebrar los 20 años desde la publicación del single Mr. Tambourine Man. Tengo un DVD con uno de aquellos conciertos homenaje en el que aparece Gene Clark junto a otro miembro de los Byrds que participó en la última etapa del grupo, John York. Resulta algo deprimente ver a Clark en un pequeño escenario, que parece el salón de actos de un colegio, cantando canciones como Set You Free This Time.



Clark, McGuinn & Hillman, 1978

David Crosby fue el miembro de los Byrds que alcanzó el éxito más fulgurante tras ser expulsado del grupo en 1967 y unir fuerzas con Stephen Stills, Graham Nash y Neil Young. Durante los primeros setenta fue una rutilante estrella que, debido a las luchas internas dentro del trío/cuarteto, se fue apagando para llegar a finales de los setenta con muy poca credibilidad musical. Se ofreció para colaborar con Hillman, Clark y McGuinn en el primer album del trío, pero fue rechazado. A principios de los ochenta era incapaz de colaborar con Stills y Nash en los trabajos del trio. De hecho, Stills y Nash intentaron publicar como dúo, pero la discográfica Atlantic se negó sin la participación de Crosby. El álbum Earth & Sky de Graham Nash iba a ser un disco de Crosby & Nash, pero fue imposible debido al lamentable estado del orondo bigotudo. Arrestado por posesión de drogas y armas en varias ocasiones, dio con sus huesos en la cárcel a finales de 1985. Salió rehabilitado y en los noventa comenzaría una breve carrera en solitario que no se prolongó demasiado en el tiempo.

Chris Hillman fue, tras la disolución del grupo, el corredor de fondo que logró mantener una de las trayectorias más respetables a través de los años. Tras los Byrds, participó en grupos legendarios como los Flying Burrito Brothers o Manassas. Durante la segunda mitad de la década grabó con Richie Furay y John David Souther un par de álbumes para después juntarse con McGuinn Clark. En los ochenta grabó un álbum en solitario llamado Morning Sky y fundó la Desert Rose Band con la que recuperó los viejos sonidos del country y el bluegrass que amaba desde su adolescencia.

Michael Clarke, el batería original y miembro del grupo con menos talento musical, se casó con una rica heredera y se convirtió en el batería de una banda llamada Firefall que, según parece, cosechó grandes éxitos con sus tres primeros álbumes. Entre divorcios y problemas con el alcohol, participó en varios discos de sus excompañeros de grupo y desempolvó el nombre de los Byrds para una serie de conciertos en los que tan sólo el aparecía como miembro original. Este hecho fue llevado a los tribunales por HillmanMcGuinn y Crosby, aunque el juez terminó por darle la razón a Clarke y le dejó utilizar el nombre de los Byrds para sus shows.

El quinteto original en la inclusión del grupo en el Rock And Roll Hall Of Fame, 1991

Así estaban las cosas cuando los cinco miembros originales de The Byrds fueron invitados a la ceremonia para entronizarlos en el Rock And Roll Hall Of Fame. Durante los primeros momentos del acto, McGuinn, Hillman, Clark y Crosby se sentaron en una mesa, dejando aislado a Clarke por la reciente disputa judicial. Sin embargo, a todos les pudo la nostalgia y no tardaron en invitarle a su mesa para recordar viejos tiempos antes de actuar juntos por última vez. Don Henley, miembro de los Eagles, fue el maestro de ceremonias y los cinco Byrds subieron al escenario para agradecer la inclusión del grupo en el Hall Of Fame. Cantaron Turn! Turn! Turn!, Mr. Tambourine Man y I'll Feel A Whole Lot Better. Los cinco actuaron en la parte principal del escenario, con McGuinn tocando su guitarra de doce cuerdas y Hillman escudándolo con el bajo. Clarke no tocó la batería y se limitó a compartir micrófono con Gene Clark. David Crosby actúo sentado, quizá debido a sus problemas de salud.

Si la investidura fue en enero de 1991, en mayo de ese mismo año fallecía Gene Clark. Aunque en el acta de defunción aparecía indicada muerte natural, quedaba claro que una vida de excesos había terminado por pasarle factura cuando tenía apenas 47 años. En diciembre de 1993, fallecía también Michael Clarke con la misma edad que su compañero de grupo en brazos de su madre y como consecuencia de una cirrosis. Al menos hubo un momento en el que pudimos volver a verlos juntos después de tantas idas y venidas, disputas y fracasos.

martes, 6 de marzo de 2012

El día que los Byrds se reunieron por última vez

The Byrds fue un pilar fundamental en la historia del rock, aunque como grupo fue un fenómeno algo atípico. Para empezar, su génesis no se fraguó basándose en la amistad de sus componentes, sino en un interés genuino por el éxito comercial. Si dicen que la unión hace la fuerza, McGuinn, Clark y Crosby decidieron apoyarse entre ellos para alcanzar el éxito que se les negaba como músicos en solitario a principios de los sesenta. Después vendrían Hillman y Clarke como mero apoyo instrumental, aunque el primero de ellos llegaría a escribir algunas de las páginas más memorables del grupo.


Quizá si la amistad hubiera sido el motor de la génesis del grupo, la formación inicial se habría mantenido algunos años más y The Byrds no se habría convertido en el grupo más inestable de los sesenta. Por la banda desfilaron una docena de músicos teniendo en cuenta al quinteto original, desde medianías como Skip Battin o Kevin Kelley, pasando por interesantes músicos desconocidos como Gene Parsons o leyendas del country rock como Gram Parsons.

El quinteto original en los sesenta

David Crosby fue desde el principio el miembro del grupo que más papeletas tenía para ser expulsado debido a su conflictiva personalidad. A punto estuvo de recibir la patada antes incluso de que triunfaran con Mr. Tambourine Man, aunque no se libró de la expulsión tras la publicación de Younger Than Yesterday. Gene Clark abandonó tras el segundo álbum por iniciativa propia. Chris Hillman aguantó hasta Sweetheart Of The Rhodeo, pero Gram Parsons consiguió convencerlo junto a Michael Clarke para fundar los Flying Burrito Brothers. El que más aguantó y que, quizás inmerecidamente, recibe el título de alma de los Byrds es Roger McGuinn. Intentó mantener viva la llama hasta 1973 con desiguales resultados que van desde la excelencia de Untitled o Ballad Of Easy Ryder hasta la mediocridad de Byrdmaniax o Farther Along.


Los Byrds originales volvieron a reunirse en 1973 con un disco titulado simplemente The Byrds en el que David Crosby ejercia labores de productor. El más ilusionado con este reencuentro fue Gene Clark, el cual aportó las mejores canciones de toda la hornada que constituyó aquel álbum. El resto, o bien se las reservó para proyectos paralelos o no disponía de nada mejor con lo que contribuir. Aquel reencuentro terminó como el rosario de la aurora y el quinteto original decidió disolverse para no volver a publicar nunca más bajo el nombre de The Byrds.

El quinteto original en la reunión de 1973

Los años fueron pasando y no es hasta 1991 cuando volvemos a verlos juntos en un escenario por última vez. Desde 1973 hasta 1991 pasan casi dos décadas en las que cada uno de ellos sobrevive como puede a los avatares del mercado discográfico. Roger McGuinn comenzó una carrera en solitario a mediados de los setenta que no llego a despegar a pesar de la enorme calidad de su primer álbum en solitario. A mediados de la década fue rescatado por Bob Dylan para la Rolling Thunder Revue y, girando en conciertos por los Estados Unidos, fraguó la reunión con Hillman y Clark que dió para dos álbumes bastante interesantes. Durante los ochenta ofreció conciertos en solitario y no publicó nuevo material durante la friolera de catorce años.

Gene Clark, por su parte, no consiguió recuperarse del fracaso de No Other y publicó tan sólo un álbum en 1977 llamado Two Sides From Every Story. A finales de los setenta colaboró con Hillman y McGuinn en aquel par de discos ya mencionados, aunque su participación en el segundo fue menos importante debido a los consabidos problemas con el alcohol. Publicó un disco en solitario llamado Firebyrd y formó duo con Carla Olson para el álbum So Rebellious A Lover. Desde 1985 hasta 1990 fundó una banda itinerante llamada A Twentieth Century Tribute To The Byrds para celebrar los 20 años desde la publicación del single Mr. Tambourine Man. Tengo un DVD con uno de aquellos conciertos homenaje en el que aparece Gene Clark junto a otro miembro de los Byrds que participó en la última etapa del grupo, John York. Resulta algo deprimente ver a Clark en un pequeño escenario, que parece el salón de actos de un colegio, cantando canciones como Set You Free This Time.

Clark, McGuinn & Hillman, 1978

David Crosby fue el miembro de los Byrds que alcanzó el éxito más fulgurante tras ser expulsado del grupo en 1967 y unir fuerzas con Stephen Stills, Graham Nash y Neil Young. Durante los primeros setenta fue una rutilante estrella que, debido a las luchas internas dentro del trío/cuarteto, se fue apagando para llegar a finales de los setenta con muy poca credibilidad musical. Se ofreció para colaborar con Hillman, Clark y McGuinn en el primer album del trío, pero fue rechazado. A principios de los ochenta era incapaz de colaborar con Stills y Nash en los trabajos del trio. De hecho, Stills y Nash intentaron publicar como dúo, pero la discográfica Atlantic se negó sin la participación de Crosby. El álbum Earth & Sky de Graham Nash iba a ser un disco de Crosby & Nash, pero fue imposible debido al lamentable estado del orondo bigotudo. Arrestado por posesión de drogas y armas en varias ocasiones, dió con sus huesos en la carcel a finales de 1985. Salió rehabilitado y en los noventa comenzaría una breve carrera en solitario que no se prolongó demasiado en el tiempo.

Chris Hillman fue, tras la disolución del grupo, el corredor de fondo que logró mantener una de las trayectorias más respetables a través de los años. Tras los Byrds, participó en grupos legendarios como los Flying Burrito Brothers o Manassas. Durante la segunda mitad de la década grabó con Richie Furay y John David Souther un par de álbumes para después juntarse con McGuinn y Clark. En los ochenta grabó un álbum en solitario llamado Morning Sky y fundó la Desert Rose Band con la que recuperó los viejos sonidos del country y el bluegrass que amaba desde su adolescencia.


Michael Clarke, el batería original y miembro del grupo con menos talento musical, se casó con una rica heredera y se convirtió en el batería de una banda llamada Firefall que, según parece, cosechó grandes éxitos con sus tres primeros álbumes. Entre divorcios y problemas con el alcohol, participó en varios discos de sus excompañeros de grupo y desempolvó el nombre de los Byrds para una serie de conciertos en los que tan sólo el aparecía como miembro original. Este hecho fue llevado a los tribunales por Hillman, McGuinn y Crosby, aunque el juez terminó por darle la razón a Clarke y le dejó utilizar el nombre de los Byrds para sus shows.

El quinteto original en la inclusión del grupo en el Rock And Roll Hall Of Fame, 1991

Así estaban las cosas cuando los cinco miembros originales de The Byrds fueron invitados a la ceremonia para entronizarlos en el Rock And Roll Hall Of Fame. Durante los primeros momentos del acto, McGuinn, Hillman, Clark y Crosby se sentaron en una mesa, dejando aislado a Clarke por la reciente disputa judicial. Sin embargo, a todos les pudo la nostalgia y no tardaron en invitarle a su mesa para recordar viejos tiempos antes de actuar juntos por última vez. Don Henley, miembro de los Eagles, fue el maestro de ceremonias y los cinco Byrds subieron al escenario para agradecer la inclusión del grupo en el Hall Of Fame. Cantaron Turn! Turn! Turn!, Mr. Tambourine Man y I'll Feel A Whole Lot Better. Los cinco actuaron en la parte principal del escenario, con McGuinn tocando su guitarra de doce cuerdas y Hillman escudándolo con el bajo. Clarke no tocó la batería y se limitó a compartir micrófono con Gene Clark. David Crosby actúo sentado, quizá debido a sus problemas de salud.


Si la investidura fue en enero de 1991, en mayo de ese mismo año fallecía Gene Clark. Aunque en el acta de defunción aparecía indicada muerte natural, quedaba claro que una vida de excesos había terminado por pasarle factura cuando tenía apenas 47 años. En diciembre de 1993, fallecía también Michael Clarke con la misma edad que su compañero de grupo en brazos de su madre y como consecuencia de una cirrosis. Al menos hubo un momento en el que pudimos volver a verlos juntos después de tantas idas y venidas, disputas y fracasos.

A partir del minuto 21:57 de este largo vídeo:

lunes, 20 de febrero de 2012

Gene Clark - No Other

Cuando quedé prendado de los Byrds hace algunos años, mi favorito de entre todos sus componentes era Gene Clark. Empecé a escuchar los discos del grupo por orden cronólogico y los temas de sus dos primeros trabajos que más me fascinaban eran los de este hombre aún teniendo en cuenta las excelentes versiones que el grupo hacía de las canciones de Bob Dylan. Here Without You, Set You Free This Time o If You're Gone son momentos cumbre en la discografía de los Byrds, canciones que no volverían a repetirse al mismo nivel en su cancionero porque, cuando Gene Clark abandonó el grupo, ninguno de los otros se le podía equiparar. McGuinn, Crosby o Hillman aportaron excelente material para sus discos hasta Sweetheart Of The Rhodeo, pero ninguno de ellos se acerco a la clase y la maestría de este gran compositor.



Cuando leí la historia del grupo en la biografía de Fernando López Chaurri, lo que más me sorprendió fue descubrir la compleja personalidad de Clark. El primero que echó a volar del nido de los Byrds para emprender una carrera en solitario venía de una modesta familia numerosa con ascendencia india. Su padre trabajaba en el mantenimiento de campos de golf y a duras penas conseguía sacar adelante a una prole de trece hijos. La personalidad introvertida de Gene Clark unida a trastornos maniaco-depresivos lo convertían en una persona compleja. Igual pasaba de un estado de euforía a una honda depresión en cuestión de segundos. Empezó a componer canciones a una edad muy temprana y desarrolló esta capacidad innata antes incluso de que los Beatles pusieran de moda aquello de que un músico podía crear su propio material. Cuando llegó a los Byrds disponía de unos excelentes temas propios que podían competir de tú a tú con las canciones de Bob Dylan versionadas por el grupo. Una pena que su miedo a volar en avión y sus continuos cambios de humor le impidieran continuar en los Byrds para abandonar el grupo justo antes de grabar el tercer LP. Su última contribución para mayor gloria de la banda fue la génesis de un single tan rompedor como Eight Miles High.

A partir de entonces, Gene Clark emprende una carrera en solitario mal dirigida a pesar del enorme talento que atesoraba. Tras su marcha de los Byrds, publica un álbum llamado Gene Clark With The Gosdin Brothers en 1967 y después dos discos de bluegrass junto a Doug Dillard. Siempre he pensado que estos primeros álbumes en solitario conforman más bien la antesala que el inicio de su carrera individual propiamente dicha. Gene Clark With The Gosdin Brothers mantiene un sonido demasiado cercano a lo que ya hacía con los Byrds y sus colaboraciones con Doug Dillard tuvieron tan poca relevancia que son difíciles de encontrar incluso por internet.


El primer álbum que arranca un sonido propio y personal para Gene Clark es aquel White Light de 1971, un álbum tranquilo de bellas canciones folk. Roadmaster le siguió en 1972, quizá el que sería para mí su mejor álbum de todos los que publicó. Contiene dos canciones llamadas One In A Hundred y Full Circle Song que resultan las más cercanas al sonido y la gloria de los primeros Byrds que uno de los miembros originales del grupo pudo conseguir tras abandonarlo. Full Circle Song aparece también en el álbum que publicaron los Byrds originales en aquella reunión de 1973 y no suena tan bien como en este álbum de Gene Clark.

Podría haber hablado largo y tendido sobre Roadmaster, pero he preferido dedicar esta entrada a aquel tercer álbum que podría haberle dado la gloria, pero que le precipitó al vacio. Tras la reunión de los Byrds originales en la que participo en 1973, la discográfica Asylum decidió dar a Gene Clark su gran oportunidad para convertirlo en una figura de primera línea. David Geffen le ofreció libertad artística y los medios suficientes para que el músico diera lo mejor de sí. El resultado fue No Other, un álbum que ha sido equiparado al On The Beach de Neil Young y Blood On The Tracks de Bob Dylan como la trilogía básica de rock autorreferencial de la década de los setenta. Ahí es nada, aunque también No Other ha recibido otros calificativos como el Sgt. Pepper del country rock, por lo que, después de tanto elogio, Gene Clark debería ser elevado a los altares junto a Gram Parsons. Y sin embargo, No Other pasó sin pena ni gloria en su momento, convirtiéndose en un tremendo fracaso. Asylum perdió mucho dinero y Gene Clark se hundió para no volver a levantar cabeza. De hecho, su siguiente álbum publicado en 1977, Two Sides To Every Story, no aguanta en píe si lo comparamos con su obra anterior. 


Ya he dicho que Roadmaster es mi álbum favorito de Gene Clark, luego... ¿Qué tiene No Other? ¿Es de verdad un gran álbum que paso desapercibido en su momento? Reconozco que las canciones de Roadmaster me parecen en esencia mucho mejores que las de No Other. No obstante, el atractivo de No Other radica en el barroquismo que Gene Clark supo imprimir a su obra. Escuchando No Other, sientes como el propio Clark es consciente de que quizá esta sea su última oportunidad para triunfar en la música. Esos coros gospel añadidos en varios de los temas, la adición de instrumentos de cuerda o la mezcla de géneros, que lleva a maravillas como la canción que da título al álbum, convierten a No Other en un disco único en su género. El álbum va desde el country rock más convencional en Life's Greatest Fool a la sobrecarga emocional de coros y cuerdas en Strength Of Strings (mi canción favorita, por cierto). El hipnótico groove de No Other contrasta con la panorámica de una canción tan soberbia como la del corte que cierra el álbum, Lady Of The North

No Other es un álbum difícil, no me extraña que no llegara a triunfar en las listas. He dicho antes que las canciones de Roadmaster son mejores que las de No Other, pero eso no significa que las de No Other sean malas. El nivel de Gene Clark como compositor a principios de los setenta era excelente. Las canciones de No Other son enormes y reclamaban con justicia el éxito para su creador. Sin embargo, las oportunidades de triunfar se vieron frustradas y el músico se vió inmerso en una dependencia alcohólica que termino por acabar con su vida a principios de los noventa. No Other, además de ser una obra maestra oculta que ayudó a la evolución de un género como el country rock, retrata la historia de un chico de procedencia humilde que llego a convertirse en uno de los mejores compositores de su generación y que, por azares de la vida, no llego a obtener el éxito que merecía.

miércoles, 5 de octubre de 2011

The Beatles según... The Byrds

Los Beatles reciben la visita de David Crosby mientras graban Sgt. Pepper

Fueron los Beatles, que a principios de 1964 conquistarían los Estados Unidos, los que unieron al trío de folkies. McGuinn empezó a aplicar el sonido de los de Liverpool a canciones folk e incluso a interpretar temas suyos con la guitarra acústica de doce cuerdas. En busca de una oportunidad, se trasladó a Los Angeles, donde coincidió con Clark, que había dejado a los New Christy Minstrels después de escuchar a los Beatles. Decidieron formar un dúo, pronto ampliado a trío con la incorporación del impulsivo Crosby, que no pudo evitar subir al escenario a cantar con ellos al verlos actuar en el Trobadour.

El impacto de los Beatles en los tres fue enorme: "Debía haber oído I Want To Hold Your Hand en la radio, pero realmente ser golpeado con todo un álbum en la cara fue una conmoción. En ese tiempo el Rock'n'Roll tenía tres cambios, quizás cuatro. Y aquí había unos tipos tocando música parecida al folk, con acordes menores, pero con un ritmo de Rock'n'Roll" (Crosby). "Supongo que lo que más me sorprendió fue que estaban utilizando muchísimos cambios de acordes de la música folk. Estaban utilizando acordes de paso que yo había aprendido de Bob Gibson y otros músicos de folk, y el Rock'n'Roll no había utilizado acordes de paso hasta ese momento, de modo que, de alguna manera, estaban combinando sutimente folk y rock. Supuse que eran folkies que se habían pasado al rock. Estaba equivocado, según descubrí después" (McGuinn).

La influencia de los británicos no se limitaba al terreno musical, especialmente después de que la película A Hard Day's Night ofreciera una versión idealizada de su vida como estrellas, tal y como recuerda Crosby: "El formato de banda, sus instrumentos, la banda como un intento de democracia o una especie de familia... aprendimos todo aquello de los Beatles. Queriamos ser como ellos, pero lo que pasó es que, afortunadamente, acabamos lanzándonos en nuestra propia dirección. Pero es incuestionable que cuando comenzamos queríamos ser como los Beatles, llevar el pelo como ellos, tener guitarras como las suyas y tener chicas como las que ellos tenían".

Del libro Pájaros de 12 Cuerdas. Guillermo Soler.

lunes, 20 de diciembre de 2010

The Byrds - Recopilatorio MIMS

En primer lugar, aclarar que MIMS son las siglas de Music Is My Savior.

David Crosby, Chris Hillman, Roger McGuinn, Michael Clarke, Gene Clark

Aprovechando que Spotify es un programa bastante extendido y copiando la idea de otros blogs, dejamos un enlace en esta entrada para que el que quiera pueda escuchar nuestro recopilatorio ideal y particular sobre los Byrds. Fue complicado seleccionar los mejores temas, ya que estamos hablando de una discografía donde cada álbum es una fascinante obra maestra. Para no alargar demasiado la duración de nuestro modesto greatest hits, me he limitado a eligir las canciones entre los seis primeros álbumes del grupo, aquellos que constituyen su época dorada. Quedan fuera temazos como Yesterday's Train, Chestnut Mare, Full Circle o Ballad Of Easy Rider, pero los sacrificamos por un disco de menor duración que condensa aquellos años en los que eran infalibles, sino comercial, artísticamente. Incluimos dos canciones inéditas en su momento y lo ordenamos todo cronológicamente, para que se pueda palpar la sorprendente evolución de uno de los grupos más fascinantes del siglo XX. Que ustedes lo disfruten.


PD: Dedicado a mi hermana, por regalarme no hace poco una bonita colección de púas de guitarra con imágenes de los Byrds. No dejéis de visitar su blog sobre cine clásico: http://24vecesxsegundo.blogspot.com/

lunes, 6 de abril de 2009

The Byrds - The Notorious Byrd Brothers

El quinto álbum de los Byrds guarda cierto paralelismo con el Abbey Road de los Beatles, ya que fue el canto de cisne de la formación original y su gestación se produjo en una tumultuosa etapa de conflictos dentro del grupo. A pesar de expulsar a miembros fundadores tan importantes como David Crosby o regrabar partes de la batería de Michael Clarke con músicos de sesión, el álbum es una obra maestra del pop etéreo con voces filtradas y extrañas atmósferas. Mantiene la calidad de su predecesor, Younger Than Yesterday, pero da un paso más en la arrolladora evolución musical del grupo. Con este álbum llegan en mi opinión al cenit de su sonido, ya que lo que vendrá después no sigue la misma línea ascendente que habían mantenido desde su primer álbum. Su siguiente trabajo, Sweetheart Of The Rodeo, es un álbum pionero en el country rock, pero que reduce a los Byrds como grupo de acompañamiento de un chaval de 23 años llamado Gram Parsons.

David C
rosby era el componente más dificil de los Byrds por tener la afición de criticar las aptitudes de los demás abiertamente y sin tapujos. En la etapa previa a la grabación de este álbum y durante la actuación del grupo en el Festival de Monterrey, se dedicó a hablar sobre el asesinato de Kennedy y a elogiar las recientes declaraciones de Paul McCartney sobre el consumo de LSD. Su expulsión se aceleró finalmente cuando intentó incluir una canción llamada Triad en el presente álbum. Personalmente me parece una de las mejores canciones inéditas de los Byrds, pero el tema que trata era demasiado explícito para el resto del grupo: describía en primera persona una relación sexual de trío entre David Crosby y dos chicas. La canción empieza así: You want to know how it will be, Me and her or you and me (Quieres saber como será, yo y ella o tu y yo). McGuinn y Hillman decidieron cortar por lo sano y le comunicaron su expulsión haciéndole una visita. Por aquel entonces, Crosby preparaba magnificas composiciones para los Byrds tales como Guinnevere o Wooden Ships que finalmente verían la luz en su siguiente proyecto discográfico con Stephen Stills y Graham Nash. Mala suerte. A veces me pregunto como podría haber sido ese hipotético sexto disco de los Byrds con los sobresalientes temas de Crosby y la idea de Roger McGuinn de desarrollar un doble álbum que abarcara toda la musica tradicional americana desde el country hasta la música electrónica canción a canción.

Además de la e
xpulsión de Crosby, se produjeron otros cambios importantes: McGuinn y Hillman, empeñados en soltar lastre como fuera, despidieron también al batería Michael Clarke, supuestamente por diferencias creativas. Según parece, el batería se aburría enormemente con el giro musical que estaba tomando el grupo y, en opinión de los otros dos, Clarke no aportaba nada musicalmente. Por otro lado, la carrera como solista del ex-byrd Gene Clark no llegaba a buen puerto después de intentarlo con varios proyectos en solitario, por lo que hubo un amago de reconciliación con su antiguo grupo tocando con ellos en varias sesiones del presente disco y realizando algunas actuaciones en televisión. La inestabilidad en la personalidad de Clark no permitió que su reincorporación en los Byrds durara mucho, ya que cuando llegó el momento de coger un avión con el resto de sus compañeros, se negó en redondo a última hora por el pánico que sentía a volar. Terminaba por segunda vez la estancia de este excelente compositor en las filas de los Byrds.

Después de tantas idas y venidas, sólo quedaban Roger McGuinn y Chris Hillman para hacer frente al nuevo álbum. En primer lugar, no guardaron reparos en utilizar varias composiciones que David Crosby había dejado desarrolladas antes de su expulsión. Ficharon además a varios músicos de sesión para completar los temas, incluyéndo entre ellos a un tal Clarence White que formaría parte de los Byrds en álbumes posteriores.
La apertura del álbum es de las más sobresalientes de su carrera, que ya es decir, con un tema dedicado al speed, Artificial Energy. Las versiones incluidas en el disco no son de canciones de Bob Dylan como era de costumbre, sino de los temas Goin' Back y Wasn't Born To Follow de la pareja de compositores Gerry Goffin y Carole King. Como siempre, la reinterpretación de temas ajenos se les dió de maravilla y, en mi opinión, son las canciones más sobresalientes del álbum junto con Get To You, canción sin demasiadas pretenciones de Hillman y McGuinn que a mí personalmente me parece preciosa. De los temas compuestos por David Crosby, destacar Tribal Gathering y Draft Morning. A pesar de la jugada que le hicieron sus ex-compañeros durante la gestación del disco, Crosby solo lamentaba en declaraciones posteriores que Lady Friend no hubiera sido incluida en The Notorious Byrd Brothers, ya que fue cara A del single anterior al álbum.

domingo, 15 de febrero de 2009

Grupo de Expertos Solynieve

Ahora que han venido algunos días de sol después de tanta lluvia, me he acordado de un buen disco que me sorprendió hace algunos años. Estoy hablando del proyecto paralelo Grupo de Expertos Solynieve de Jota, lider de Los Planetas, y Manuel Ferrón, colaborador del grupo granadino. Hasta ahora sólo han publicado el presente LP, una delicia cuya música remite a tardes soleadas y siestas de mediodía.

El álbum es de 2006 y entre sus señas de identidad se mezclan las referencias sureñas de las que hace gala en sus letras (incluido el motivo de azulejo típico de un patio andaluz en la portada) y la música country con ecos evidentes de los Byrds. Es inevitable recordar a los Planetas por la voz de Jota en la mayoría de los temas, pero en este caso la música es mucho más relajada y no hay apenas distorsión ni letras ininteligibles. En casi todas las canciones se habla de las siestas de mediodia y las tardes calurosas de verano del sur de España (casi se pueden escuchar las cigarras entre los surcos del disco). Por esa temática con la que me identifico completamente y por las bonitas melodías que abundan, hubo una temporada en la que lo puse tantas veces que casi me lo sé de memoria.
Este álbum supone la antesala perfecta para el siguiente trabajo que publicarían después los Planetas, La Leyenda del Espacio, donde realizan un acercamiento al flamenco adaptando varios palos a la estructura del rock.

El tema que abre el álbum es ya una declaración de principios por su título, El Sur, El Mediodía y la Libertad. Habrá más oportunidades de reivindicar la siesta y las cigarras en otros fantásticos temas como Par de Flamenquines o Sureños.
Sorprende descubrir las sevillanas de Claro y Meridiano en el cuarto corte del álbum interpretadas bajo la particular óptica de los Expertos. Mis canciones favoritas son las compuestas y cantadas por Manuel Ferrón, No Me Hace Falta y Todo Lo Demás. La última me parece la mejor de todas con diferencia, no sé si por que se desmarca tanto de los otros temas. A destacar por último dos versiones, la preciosa canción de los Byrds en castellano, Ballad Of Easy Rider y Dejame Vivir con Alegría de Vainica Doble, las madres del pop independiente de este pais según wikipedia.

Me parece muy interesante la mezcla de influencias que atesora este disco. Un acierto pleno que, aún siendo proyecto paralelo de músicos de varios grupos, supera todas las expectativas con originalidad y personalidad propia.

jueves, 22 de enero de 2009

The Byrds - Mr. Tambourine Man


Muchas veces me pregunto cual será mi próxima obsesión musical, el próximo grupo que destape de nuevo la caja de Pandora y me vuelva el cerebro del revés con geniales melodías o canciones que jamás habría imaginado. Es emocionante escuchar un álbum y descubrir que con cada nueva escucha aumentan las sensaciones o el número de detalles que en un principio pasaban totalmente desapercibidos. Pocos son los discos que pueden aguantar más de dos escuchas y salir indemnes, pero la gracia de todo ésto es que puede ocurrir en el momento menos esperado (Forever Changes, que calladito te lo tenías).

En un principio, no tendrían que gustarme los Byrds. Hace años que compré uno de sus tantos recopilatorios atraído por esa archiconocida conexión Beatles/Dylan que aparece en todas las reseñas que se les han hecho. El disco en cuestión no me llamó la atención excesivamente y aún sigue cogiendo polvo en la estantería. Además, es un grupo conocido sobretodo por las versiones que hicieron del cancionero de Dylan, otro punto en contra si os confieso que valoro más el trabajo del compositor que cualquier otro aspecto de la música que escucho. Para más inri es uno de los grupos más inestables de la historia del rock, ya que pasaron por sus filas once músicos en menos de una década. Dejar tantos prejuicios atrás fue tan simple como escuchar más de dos veces el álbum que nos ocupa. La conexión Beatles/Dylan se queda corta como simple definición para The Byrds, las versiones de Dylan transportan los temas originales a otra dimensión y la inestabilidad del grupo aportó casi siempre una nueva dosis de talento que en muchos casos los volvió pioneros de varios géneros musicales.

Escuchar Mr. Tambourine Man me abrió los ojos a lo que verdaderamente fueron los Byrds. Tuve que dejar atrás el mal sabor de boca que me había dejado aquel recopilatorio, una amalgama de temas incapaces de ofrecer una visión global de una carrera discográfica tan camaleónica. A veces es mejor empezar desde cero, despacio y con buena letra. Si un Greatest Hits recoge lo mejor de un grupo, no entendí porque habían quedado fuera tan buenos temas de este primer álbum. Posteriormente descubrí que por esa regla de tres para hacer un buen recopilatorio de The Byrds habría que recopilar una caja con cinco o seis CDs. Y aún digo más… en el BOX SET publicado sobre el grupo hace pocos años, echo de menos muchas de sus canciones.

En este primer álbum ya me encontré con los ingredientes que me cautivarían de la formación original de los Byrds: la riqueza de armonías vocales en las voces de sus interpretes (mención aparte para David Crosby), el talento compositivo de Gene Clark o el característico sonido de la Rickenbaker de Roger McGuinn. Con todas esas aportaciones se gesta la densa y rica paleta sonora característica de los primeros álbumes del grupo.

En este disco se hacen cuatro inolvidables versiones de Bob Dylan y tres de otros autores. David Crosby era contrario a interpretarlas en un principio y durante su estancia en el grupo se opuso, por ejemplo, a la inclusión de My Back Pages en Younger Than Yesterday. Interesante la opinión de David Crosby, ya que tenían potencial suficiente para sostenerse sin ellas, pero está claro que sin aquellas versiones este álbum no sería el mismo. La canción Mr. Tambourine Man es un punto de inflexión en la historia de la música popular y los demás temas versionados fueron seleccionados con mucho acierto por el juego que podían dar en manos de los Byrds (All I Really Want To Do o Chimes Of Freedom). Durante aquellas sesiones, intentaron hacer algo con The Times They Are A Changin’, pero tomaron la acertada decisión de desecharla (desgraciadamente, volverían a ella en posteriores discos). De las versiones de otros autores, We’ll Meet Again es una canción que siempre me ha cautivado por sus excelentes armonías vocales. Hace poco descubrí que era una canción en clave de humor para cerrar el álbum, tradición que seguirían en todos sus trabajos posteriores. Aún así me sigue poniendo los pelos de punta. En cuanto al resto del álbum, Gene Clark se destapa como un excelente compositor creando maravillas como I’ll Feel A Whole Lot Better o coescribiendo con McGuinn el tema que más admiración despierta en este primer álbum, You Won’t Have To Cry. En la versión extendida del disco aparece un corte inédito como bonus track titulado She Has A Way también de Clark. Imperdonable su exclusión, ya que resulta más valorable en cualquier caso que cualquiera de las versiones.

Descubrir a los Byrds es sólo el comienzo de un viaje sin parangón por la mejor música de los sesenta y setenta. Siguiendo ramificaciones, puedes encontrarte con Crosby, Stills & Nash, Gene Clark en solitario, The Flying Burrito Brothers o, si sigues bien las pistas, Buffalo Springfield y Poco. Un grupo que en definitiva se ha ganado un lugar de honor en la historia de la música popular y que no tiene el reconocimiento que se merece.