Mostrando entradas con la etiqueta george martin. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta george martin. Mostrar todas las entradas

viernes, 16 de diciembre de 2011

The Beatles según... George Martin (II)

  • De los cuatro Beatles Paul era el músico con más talento. Cuando lo conocí él no sabia tocar el piano en absoluto, pero pasó verdaderamente muy poco tiempo entre ese momento y Lady Madonna, un complicado y excelente tema de piano tocado enteramente por Paul, y una buena medida de su habilidad. Paul sabía tocar la batería, desde un punto de vista técnico, mucho mejor que los otros, incluso que Ringo (aunque nunca pudo conseguir nada similar al tan distintivo sonido que Ringo obtenía del instrumento). Así que, por defecto, Paul asumió con la mayor originalidad la labor de tocar el instrumento más difícil de una banda de rock’n’roll: el bajo.
  • John también tenía siempre una buena idea sobre a dónde quería llegar con una canción. Tenía una imagen en su mente, pero no necesariamente una visión clara sobre cómo llegar hasta ella desde un punto de vista práctico. Paul era mucho más práctico sobre lo que quería, con las ideas mucho más claras. John me decía el tipo de atmósfera que quería en la canción mientras que Paul pedía un chelo o, por ejemplo, una trompeta en un determinado momento. De esa manera, al final John no estaba contento con el resultado final porque no era lo que él quería.

  • Mi vida profesional durante los años con los Beatles tuvo, por supuesto, un propósito por encima de cualquier otro: asegurarme de que los Beatles conseguían lo que querían. Recuerdo una deliciosa frase que oí una vez en una película francesa cuyo título no recuerdo ahora : La música son los sueños. Era a sus sueños a lo que estábamos dando forma : nada más ni nada menos. La música requiere mecánicos, gente dando golpes, o soplando, o rascando, o rasgueando; pero al final es intangible, son sueños. No puedes coger la música, no la puedes mirar. Puedes pensar que la puedes mirar cogiendo una partitura, pero no es más que un trozo de papel. La música no existe sin un par de oídos dispuestos, y sin tiempo. Esta es la razón por la que creo que es la más maravillosa de todas las artes, la razón por la que me siento tan en trance con ella. Por encima de todas las cosas la música necesita tiempo.
  • Sé que he sido afortunado. He sido un privilegiado por trabajar con algunos de los mejores compositores, escritores, músicos arreglistas, cantantes y actores del mundo. Los realmente buenos se entregaron sin quejarse y sin objeciones. Pero de todos ellos, nadie está ni siquiera al comienzo del camino para alcanzar la genialidad de aquellos adolescentes que conocí hace más de treinta años. Realmente eran fantásticos. Los he amado durante toda mi vida.

Del libro El Verano del Amor. George Martin.

viernes, 2 de septiembre de 2011

The Beatles según... George Martin (I)


  • En Enero de 1964 los Beatles actuaron en el Olimpia de París. Fui allí en avión porque los alemanes habían pedido tener una versión en alemán de I Want to Hold Your Hand y de She Loves You, lo que para los Beatles no tenía ningún sentido porque habían estado cantando en Hamburgo en inglés durante años. Yo intenté hacerles entender que en Alemania nunca se había vendido nada en inglés, lo que era verdad. Les dije: Chicos, si queremos vender en Alemania tendremos que aceptar su propuesta. Veamos que pueden hacer. Así que les enviaron a Otto Demmler, su director de contratación, para que les hiciera la traducción de las letras, que, la verdad, no eran muy complicadas.
  • Tenían problemas con los técnicos franceses que los amenazaron con sabotearlos desenchufándoles en mitad de la actuación. En realidad eran discusiones entre bastidores. De modo que no creo que los Beatles estuvieran demasiado interesados en otro público que no fuera el inglés. De hecho, el día de la grabación no se presentaron. Estuve esperándolos con Otto Demmler en el estudio durante una hora, y luego llamamos a su hotel. Respondió Neil Aspinall y dijo. Lo siento, pero me pidieron que le dijera que no iban a ir. Yo repliqué: ¿Pretende decirme que ellos le han dicho que me lo dijera usted? ¿Acaso no pueden decírmelo ellos mismos?. El añadió: Así es. Y yo dije: Ahora mismos voy para allá, y me van a oír.
  • Así que salí disparado hacia el hotel George V y allí estaban tomando el té en la habitación. Aquello era como la merienda de locos de “Alicia en el País de las Maravillas”. Jane Asher era Alicia sirviendo el té con su pelo largo y dorado. En cuanto entré en la habitación salieron disparados en todas las direcciones. Fueron corriendo detrás de los sofás y uno de ellos se puso una lámpara en la cabeza para esconderse. No paraban de hacer tonterías, y todos decían a coro. Perdónanos, George, perdónanos, desde detrás del sofá. Estaba claro que no podía estar enfadado con ellos durante mucho tiempo, así que les dije que se disculparan ante Otto Demmler y lo hicieron. Luego volvieron al estudio y grabaron.
  • Y, en efecto, los Beatles tenían razón. La versión alemana no se vendió. En realidad, se vendió bastante menos que otros discos posteriores en la lengua original. A primera hora de la mañana del día siguiente me llamó Brian Epstein, diciéndome que sentía despertarme pero que tenía que contarme una noticia extraordinaria. Dijo: Somos número uno en Estados Unidos, I Want to Hold Your Hand ha subido al puesto número uno. Fue el primer disco que alcanzó el millón de ventas antes de ser lanzado. Me vestí enseguida, fui hasta el George V e hicimos una gran fiesta. Fue un momento increíble para todos nosotros.
Del libro El Verano del Amor. George Martin.