Mostrando entradas con la etiqueta belle and sebastian. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta belle and sebastian. Mostrar todas las entradas

jueves, 20 de marzo de 2014

El día que Belle & Sebastian sacaron sus trapos sucios

Es llamativo que uno de los momentos más vergonzosos de la historia de Belle & Sebastian sea a su vez una de sus mejores canciones: nos referimos al tema I'm waking up to us, que cuenta con una de las letras más autobiográficas de Stuart Murdoch así como con una de las melodías más sentidas que jamás ha compuesto.


Empezaba el siglo XXI y las cosas no iban demasiado bien para el grupo, principalmente por las tensiones entre Isobel Campbell y el propio Stuart. No era ningún secreto que la relación sentimental que mantenían había acabado como el rosario de la aurora y, visto que no eran capaces de llevarse bien ni siquiera en el terreno profesional, optaron por "no llevarse": literalmente no se dirigían la palabra entre ellos. Isobel decidió abstraerse en su mundo interior y pasar de todo, y Stuart digamos que decidió cantarle las cuarenta... a la vista de todos. Concentró toda la ira y resentimiento que guardaba dentro y le dio forma de canción, sacándola directamente de las tripas: se nota que todos los dardos y reproches que lanza a su ya exnovia son sinceros. En la canción Stuart por un lado le brinda líneas bastante directas como "necesitas un hombre que sea rico o que le falte un tornillo", "te gusta que los hombres te besen el culo y la ropa cara" o "creo que nunca te gusté realmente", y por el otro se las da de víctima con frases como "sabes que te amo, esa es la ironía", "solo quise hacerle ver la belleza que hay a su alrededor", "siempre quise lo mejor para ella" o "yo no he cambiado, ¿cómo podría?". Podríamos transcribir la letra entera, pero cualquiera interesado la encuentra fácilmente.

 Intentando encajar en la letra el verso "you bitch motherfucker" (al final lo eliminó)

La verdad es que Stuart los tenía que tener muy gordos cuando planteó la canción al grupo y les propuso grabarla. A saber qué pensó el resto de la banda, pero darían la callada por respuesta cuando vemos que no solo la registraron sino que la editaron como single. Isobel se tragó su orgullo y participó en la grabación, y se juró que se la devolvería en una mejor ocasión. Y esa oportunidad se le presentó en el programa de Jools Holland a finales de 2001. La banda escocesa interpretó el tema con cara de póquer, con profesionalidad, e Isobel hacía coros y tocaba la pandereta con aire ausente mientras encajaba uno a uno los golpes de su ex. Uno no puede evitar sentir un poco de lástima por ella, y cierto sonrojo por supuesto. Pero lo peor estaba aún por llegar: en la parte instrumental del tema, por encima de los violines, Isobel da un paso al frente y se calza un recitado (spoken word que dicen los snobs) a modo de respuesta que nadie esperaba: "conoceré a otro, y todo irá bien porque no serás tú". La mirada de Stuart al terminar ella no tiene precio.

Años después, entendiendo a quién va dirigida la canción (exacto: es rubia natural)

Stuart siempre ha negado que esta canción trate sobre la Campbell: en la sección de preguntas y respuestas de la web oficial un fan le hizo directamente la pregunta, a lo que el cantante respondió con evasivas, replicando que versaba sobre temas más generales más que sobre una persona en concreto... Pero lo cruel y conciso de la letra por un lado, y la respuesta de ella en directo, no hacen sino desmontar la farsa.
 

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Belle and Sebastian - Recopilatorio MIMS

Aquí está el primer recopilatorio que realizo para MIMS, y a sugerencia de Manuel lo dedicaré a una de mis bandas favoritas de los últimos años, los escoceses Belle & Sebastian.


Con quince años de carrera a sus espaldas, los de Glasgow han alcanzado la madurez creativa y musical, y yo diría más: casi que la han dejado atrás definitivamente. El cambio de registro del grupo es igualmente llamativo: han pasado del elegante pop barroco y melancólico de sus inicios a un pop resultón, desenfadado y luminoso, como hemos podido catar en sus dos o tres últimos trabajos. El presente recopilatorio incluye solamente temas de seis de sus primeros siete álbumes de estudio. No incluye ninguna canción de Storytelling (2002), porque ninguna merece especial atención, ni tampoco de God help the girl (2009) o Write about love (2010): son estos sus dos últimos trabajos que personalmente no me gustan y que considero un cambio de registro demasiado alejado a lo que era el sonido de la banda.

Aunque estuve dándole vueltas, he preferido colocar las canciones en un estricto orden cronológico, principalmente por apreciar esta evolución en la banda de la que hablamos.



Su debut, que ya analizamos en esta entrada, fue Tigermilk (1996): grabado casi como un disco amateur, con la banda recién montada y unos pocos ensayos graban el disco en cinco días. La canción que abre el disco, The state I am in es sencillamente sublime. Uno de los temas más emotivos es sin duda We rule the school, sobre adolescentes aburridos y atemorizados a los que dice "haz algo bonito mientras puedas". Mary Jo cierra el disco con elegancia y lirismo.

Tras este debut arrollador, en el mismo año editaron If you're feeling sinister (1996), considerado casi unánimemente su obra maestra. Debo reconocer que es el disco del más me ha costado dejar fuera canciones. Seeing other people es uno de los mejores temas de toda su discografía. The fox in the snow es uno de los momentos más frágiles de su carrera. El otro tema sacado del álbum, Get me away from here, I'm dying, es bastante elocuente en su letra, y el animado acompañamiento supone un curioso contrapunto.



Lazy line painter Jane (1997) es el primer intento de la banda por sacar un single de éxito, y para ello piden a la vocalista Monica Queen que aporte la fuerza y garra de su voz que no tuvo el deseado éxito. No sería el único intento, desde luego, pero eso ya es otra historia.

Tras estos inicios deslumbrantes (musicalmente hablando) se toman su tiempo para sacar su tercer trabajo: The Boy With The Arab Strap (1998). Pese a ser el primer disco públicamente reconocido e incluso premiado en los Brit Awards, advertimos también por vez primera que el nivel de las canciones es bastante irregular. Sleep the clock around es un hipnótico y animado corte de pop. El otro tema incluido aquí es el que da título al álbum, que capta al oyente desde el primer segundo con el sugerente riff del piano eléctrico.



Su siguiente trabajo supone un auténtico pinchazo. Fold your hands child, you walk like a peasant (2000) es un disco no ya irregular sino sencillamente flojo. Murdoch seguía cediendo galones a sus compañeros y así le iba. Entre tanto aburrimiento, The model destaca entre el resto: por su característico clavicordio desde luego, pero también por la deliciosa melodía y los magníficos arreglos de cuerdas. Tras este trabajo editaban el mencionado Storytelling (2001) del que no incluimos ningún tema: este álbum no fue concebido como tal, sino que resulta ser una colección de temas compuestos y grabados para la película homónima de Todd Solondz; como finalmente el director fue descartando la práctica totalidad de canciones, B&S decidieron rescatarlas e incluirlas en este disco. Infumable.

Por suerte no estaba todo perdido ya que con los singles se iban a redimir: Jonathan David (2001) narra un curioso triángulo amoroso cantado por Stevie Jackson. Su siguiente single, I'm waking up to us (2001), es una bofetada sin mano a Isobell Campbell, aún miembro (o miembra) del grupo y ex-pareja de Murdoch; aunque desde luego es un golpe bajo, el tema es de los más inspirados de toda su carrera.


Para grabar Dear catastrophe waitress (2003) reclutaron a Trevorn Horn para la causa y se marcan un giro de 180º con un disco exhuberante y potente: Step into my office, baby con su simpática letra, sus juegos de voces y arreglos de metales. Bob Kildea se hace notar en las guitarras de I'm a cuckoo, tema animado como pocos en toda la carrera de la banda. El ritmo contagioso y bailable de You don't send me dan el toque kitsch y desenfadado.

The life pursuit (2006) supone la confirmación de este nuevo estilo pero sin la inspiración del álbum que le precede. The blues are still blue es un rock que bien podría haber firmado T.Rex, al que añaden un curioso órgano Hammond (que "homenajea" a Too many teardrops en mi opinión). Funny little frog, un tema con toques soul cierra la presente recopilación.



Tras 17 canciones y en poco más de una hora hemos seguido la evolución de la banda en sus primeros diez años. Tras estos, como dijimos al principio, vendrían dos álbumes más, curiosamente los que más atención han recibido de medios y público.Espero no haberos aburrido (vaya tochaco que he soltado), que la lista os interese y que os haya podido transmitir un poco de la pasión que siento por los de Glasgow.

jueves, 24 de febrero de 2011

Belle & Sebastian - Tigermilk

Mediaba la década de los noventa en el Reino Unido y la banda sonora oficial era el britpop, movimiento narcisista y autoindulgente dirigido a la juventud en masa que coreaba al unísono y jaleaba al arquetipo estandarizado del británico medio: a saber, hooligan borracho y excitado en sobremanera. Todo bañado en ingentes cantidades de alcohol (como los hermanos Gallagher) y muy viril (como las cejas de los hermanos Gallagher).

Un poco más al norte, en Glasgow, un ya-no-tan-joven miraba hacia otro lado buscando dónde encajar. Una frase rondaba su cabeza: "haz algo hermoso mientras puedas", y se había propuesto conseguirlo. Aquejado de síndrome de fatiga crónica, Stuart Murdoch se había pasado varios años de su juventud postrado en la cama sin salir de casa ni nada que poder hacer. En un intento por no volverse loco empezó a juguetear con el piano de sus padres dando forma a las melodías que rondaban su cabeza, y así empezó a componer un buen número de canciones. Tras la larga y lenta convalecencia se dijo a sí mismo que merecía la pena intentarlo, y comenzó su andadura por el mundo de la música.


Stuart Murdoch (Mode interesting: ON)

Fue a raíz de un curso de gestión musical en el Stow College, donde los alumnos debían dirigir un sello musical llamado Electric Honey y editar un EP, cuando Murdoch tuvo ocasión de grabar sus primeras canciones que a la postre acabarían conformando el LP Tigermilk (1996). Aunque apenas contaba con experiencia, por aquel entonces se había sabido rodear de los músicos que necesitaba: a algunos de ellos los había conocido en un curso de canto, y a otros en sus escasas y a menudo extrañas actuaciones en directo con sus primeros "grupos", Lisa Helps The Blind y Rhode Island (el entrecomillado es porque en estos grupos no era raro que Murdoch fuera el único miembro). Los habituales eran Stuart David al bajo y su compañero de piso Richard Colburn a la batería, y en ocasiones eran acompañados por un guitarrista llamado Stevie Jackson y el trompetista Mick Cooke. Tras escuchar varias maquetas, los alumnos de Stow decidieron prácticamente por unanimidad que el grupo elegido sería Belle&Sebastian; aunque realmente en aquel momento no tenían nombre, o en todo caso Rhode Island...


Sus canciones se desmarcaban de todos los demás grupos. Mientras en el panorama musical la tónica dominante eran las guitarras y el redoble de tambores, B&S encarnaban la sensibilidad escudados tras sus violines, pianos, flautas y trompetas. Si el britpop cantaba al joven británico medio, los de Glasgow lo hacían a los desheredados: a la chica fea, al gay marginado, a los lisiados... Stuart Murdoch pasó a convertirse en el guía de los que no encajaban en ninguna parte. Con las ideas muy claras de lo que quería hacer, terminó de montar la banda que buscaba con dos incorporaciones más: un joven teclista llamado Chris Geddes, y una guapísima chelista que respondía al nombre de Isobel Campbell.


La idea del sello Electric Honey era grabar un EP, pero como disponían de suficiente material de calidad se acordó que, siempre que se hiciera en el plazo previsto de cinco días, podían grabar un disco entero. El grupo de semi-desconocidos descubrió ya en los primeros ensayos que, casi sin esperarlo, bajo la batuta de Murdoch se compenetraban a las mil maravillas, ya que sabía lo que quería de cada uno de ellos. Se preocupó mucho de que los instrumentos sonaran a un volumen convenientemente bajo para que su frágil voz fuera audible, y además insistió en que no era necesario que todos tocaran todo el tiempo. Cada canción pedía una instrumentación precisa, y los arreglos que había ideado iban tomando rápidamente forma.


El grupo se metió en los estudios Ca Va, en Glasgow, y comenzaron la grabación del disco. El primer intento con The state I am in fue horrible, con un sonido espantoso, pero el ingeniero rápidamente corrigió los controles para el sonido de la banda. La delicada lírica de Murdoch empezó a fluir sobre los hermosos arreglos de la banda. Algunos miembros no se encontraban demasiado cómodos con tanta sensibilidad, como el propio Jackson quien admitiría más tarde "Mi reacción inicial fue 'No puedes cantar eso, vengo de un grupo de rock', pero cuando llegó el momento de grabar pensé '¿Y por qué no va a poder decir eso? Es valiente, es audaz, es brillante'". Con las canciones bastante trabajadas de antemano, la grabación fue sobre ruedas. Es más, sin ser precisamente unos virtuosos, el grupo era capaz de interpretar y registrar en directo los temas en apenas un par de tomas. Hicieron el disco casi del tirón, y Murdoch llamó a Mick Cooke (por aquel entonces no era parte de la banda) para que tocara la trompeta en algunos temas. Ya estaba listo.


S. Murdoch: "Venga niños, ahora poniendo cara de sensibles"

El disco llama la atención desde el primer momento: uno aprecia la originalidad de la propuesta en cada detalle, y se nota que no es una pose si no algo totalmente honesto y sincero. Stuart Murdoch había conseguido hacer ese "algo hermoso" que tanto ansiaba, y no de cualquier manera precisamente. Todo aquel que escuchaba el disco, aun en el mismo estudio o de la primera impresión de prueba, quedaba gratamente sorprendido y cautivado. "Lo que quiero -decía Murdoch en una carta dirigida en esas fechas a la discográfica Jeepster- es que alguien quede absolutamente hechizado mientras escucha un LP [...] ¿Y quién no?". Vaya si lo consiguió. De hecho cuenta la leyenda que Chris Geddes, el teclista del grupo (buen bebedor e hincha del Celtic, otro que no terminaba de aceptar de buen grado la etiqueta de sensible), la última noche de grabación salió del estudio corriendo para ocultar las lágrimas: al escuchar parte de la grabación, se había sentido tan conmovido que rompió a llorar. Al salir tras él y preguntarle qué le pasaba respondió "Nunca en mi vida me había salido nada bien. No sé qué significa eso: si es que mi vida ha sido una mierda hasta ahora o si esto es bueno de verdad".

Stuart estaba más que satisfecho, y se lo ponía a todo el mundo, y a todos le encantaba. Lo mismo ocurría con los miembros del grupo: Mick Cooke reconoció que al escucharlo se quedó "estupefacto por lo bien que sonaba. Se lo puse a montones de gente y todos quedaron impresionados. Sonaba distinto de cualquier otra cosa que hubiera escuchado, sonaba como si no se hubiera grabado ese año". Se imprimieron 1000 vinilos, y aunque al principio la respuesta fue tibia rápidamente estuvieron en boca de todos, y las compañías se los rifaban. El resto ya es historia.


Podríamos hablar ahora de la embriagadora musicalidad del disco: de la suave cadencia de cada uno de los temas, de los delicados arreglos para piano y cuerdas, o las hermosas líneas dibujadas por la flauta. Podríamos hablar de la extraña y cautivadora voz de Murdoch, de la fragilidad con que canta cada tema y la compasión que transmite. Podríamos enumerar cada canción y diseccionar las letras: el hermano gay, el amigo lisiado o el sacerdote novelista de The state I am in; los adolescentes atormentados (tan habituales) de Expectations o We rule the school; las referencias homosexuales en She's losing it; la anómala Electronic Renaissance; el pop incongruentemente optimista de I could be dreaming; el voyeurismo de Mary Jo... Podríamos divagar sobre si su mayor influencia ha sido Nick Drake o Left Banke, además de Donovan, por supuesto. O si deben más o menos a grupos como Felt u Orange Juice... Podríamos discutir sobre si es este su mejor disco, o si lo es If you're feeling sinister, o quizá sea otro...

Pero os propongo mejor escucharlo:

Tigermilk (spotify)