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lunes, 26 de septiembre de 2011

Geoff Emerick y Howard Massey - El Sonido de los Beatles

Horrible, pero reveladora portada: McCartney reluce con luz dorada en el centro

Que yo recomiende un libro sobre los Beatles, teniendo en cuenta la pasión que demuestro en cada una de las entradas que les dedico, no debe darme mucho crédito como lector imparcial, pero creo que merece la pena intentar convencer al que lea estas líneas de lo recomendable que resultaría hacerle un hueco en cualquier bibliografía sobre música que se precie.

En primer lugar, me gustaría hablar del tipo de literatura que me gusta leer sobre los Beatles. Mi libro de cabecera sobre el grupo siempre ha sido y será Revolución en la Mente de Ian McDonald. Lo considero indispensable para cualquier fan de los Fab Four. Dejando un lado que es un libro intensamente crítico con el que se podrá estar más o menos de acuerdo, transmite una pasión por la música del grupo que apenas he llegado a apreciar en ningún otro. Es un libro de revelaciones muy bien documentado que se centra en los aspectos musicales y técnicos, echando mano de las circunstancias personales de los miembros de los Beatles sólo cuando son necesarias para contextualizar las canciones de las que habla. Después de Revolución en la Mente, iría el resto.

El libro de Geoff Emerick le pisa los talones a la insigne obra de McDonald por varios motivos: entre sus líneas encontramos el testimonio de un valor incalculable de un hombre que conoce al detalle los entresijos técnicos de la etapa dorada del grupo. Geoff Emerick entró a trabajar en Abbey Road siendo un adolescente recien salido de la escuela. El segundo día de su trabajo como ayudante del ingeniero auxiliar se topó con otros recien llegados de Liverpool que empezaban a grabar con el ingeniero Norman Smith y el productor George Martin. Poco a poco, Emerick fue demostrando su valía hasta convertirse en el ingeniero de los Beatles durante cuatro años, abarcando su obra cumbre desde Revolver hasta el White Album, saltándose el fiasco de Let It Be para volver a reencontrarse con el grupo en el álbum Abbey Road. No hablamos de un testimonio imparcial, ya que se le nota su apego por McCartney, pero si de un espectador privilegiado que aporta una visión imprescindible para entender la forma de trabajar del grupo dentro del estudio.


Emerick no deja títere con cabeza cuando evalúa las personalidades de todos los que le rodeaban: acusa a George Martin de falta de liderazgo para encauzar los últimos álbumes del grupo, habla de la falta de personalidad y el desinterés de Ringo en las sesiones de grabación y se deshace en adjetivos cuando describe al seco de George Harrison o al irritante y bromista Lennon. Si Ian McDonald en Revolución en la Mente tiende a idealizar las circunstancias que rodearon cada canción, el relato de Geoff nos muestra por el contrario a unos Beatles demasiado humanos. Las conversaciones transcritas y las situaciones recordadas por Emerick resultan tan reveladoras que entiendes como pudo dejar al grupo en mitad de la grabación del White Album, cuando cualquier otro ingeniero de la época hubiera suspirado por grabarles.

También resulta de agradecer que el libro esté dedicado casi en exclusiva a la relación de Emerick con los Beatles, hablando lo esencial sobre su biografía personal para poner al lector en antecedentes sin llegar a impacientarlo. Entre tanto recuerdo se desvelan algunas anecdotas bastante interesantes desconocidas por mí hasta ahora, como aquella en la que Lennon intentó sustituir la cara A del single Lady Madonna por su tema Hey Bulldog en el último momento, o cuando se cuenta que el truco de empalmar trozos de organo en Being For The Benefit Of Mr Kyte ya había sido utilizado antes sin éxito en el tema Yellow Submarine. Además, El Sonido de los Beatles no termina con Abbey Road, ya que queda un jugoso capítulo dedicado a la difícil grabación en Lagos del álbum Band On The Run de Paul McCartney en solitario.

Compré el libro el sábado pasado y, en cuanto lo tuve en mis manos, no pude resistirme a aparcar otros que estoy leyendo en beneficio del de Emerick. El poco tiempo libre que he tenido lo he dedicado al libro, ventilándome cuatrocientas páginas sin apenas darme cuenta.

sábado, 17 de septiembre de 2011

The Beatles según... Geoff Emerick

Geoff Emerick recibiendo de Ringo el grammy por su trabajo en Sgt. Pepper

Emerick habla sobre la primera sesión de grabación del grupo en Abbey Road registrando How Do You Do It. Era su segundo día de trabajo en los míticos estudios como ayudante del ingeniero auxiliar.

  • Tras unas cuantas tomas, durante las cuales George Martin utilizó el micro de mano de comunicación interna, todo el mundo pareció satisfecho, y el grupo se encaminó a la sala de control para escuchar la grabación, cosa que me permitió ver de cerca por primera vez a los Beatles. Nadie me los presentó, y tampoco a Richard [Langham], cuando se pusieron a hablar animadamente con Norman [Smith] con su curioso acento de Liverpool. Pero desde mi privilegiada posición estudié con atención sus rostros.
  • El cantante solista, que llevaba uns gruesas gafas con montura de carey, parecidas a las de Buddy Holly, tenía la nariz aguileña y se comportaba de manera brusca. Era bastante inquieto y bastante divertido (no paraba de llamar Normal a Norman) y hablaba deprisa y en voz alta. En cambio, el batería, que era ciertamente más bajito que los otros, casi minúsculo, parecía algo abatido y no tenía nada que decir. También me sorprendió lo delgado (casi escuálido) que parecía el guitarra solista, y lo joven que era; parecía apenas unos años mayor que yo. Lo más intrigante era que tenía el ojo morado, según supe más tarde a consecuencia de una pelea que había protagonizado en un club de Liverpool donde habían tocado unos días antes.
  • Y luego estaba el bajista. No solamente era el más convencionalmente apuesto de los cuatro, sino también el más agradable y atractivo. En un momento dado, incluso nos dirigió un saludo a Richard y a mí. Era evidente que también era él el más interesado en cómo sonaba la grabación. Aunque no alzaba tanto la voz como el cantante, tuve la clara impresión de que era el lider del grupo. Cuando él hablaba, los demás escuchaban atentos y asentían invariablemente con la cabeza, y antes de cada toma era él quien los urgía a dar el máximo. En retrospectiva, es curioso que la mayoría de la gente considere a John Lennon (el cantante de nariz aguileña de aquella primera canción) como el líder de los Beatles. Tal vez al principio fuera su grupo, y es cierto que asumió el papel de portavoz en las ruedas de prensa y las apariciones públicas, pero a lo largo de todos los años en que trabajé con ellos, siempre pensé que Paul McCartney, el bajista de voz suave, era el verdadero líder del grupo, y que nadie hacía nada a no ser que él diera su aprobación.
  • Mi recuerdo principal de aquella primera noche con los Beatles, sin embargo, fue la cantidad de bromas que se hacían entre ellos. John y Paul parecían los más animados, rebosaban confianza, y eran claramente buenos amigos. El guitarra solista y el batería, George Harrison y Ringo Starr, parecían tomarse las cosas mucho más en serio, o tal vez estaban más nerviosos, era difícil de discernir.

Del libro El Sonido de los Beatles, Memorias de su Ingeniero de Grabación. Geoff Emerick y Howard Massey.

Traducción al castellano del libro Here, There & Everywhere. My Life Recording the Music of The Beatles publicada este mes de septiembre. Muy recomendable.