
Ya es hora de abordar el disco que ha sido la sensación del pasado año y que se ha encumbrado al número 1 en todas las listas de "lo mejor de 2009" o incluso "lo mejor de la década". Resulta complicado hablar sobre un álbum que después de tantas referencias se ha convertido en escucha obligada.
Merriweather Post Pavillion resulta ser una rara avis en la discografía de Animal Collective. No decimos "rara avis" porque el álbum sea difícil de escuchar, si no por todo lo contrario. Según he leido en todas las reseñas, es el álbum más accesible de toda la discografía de Animal Collective que, según parece, está compuesta por otros trabajos más difíciles de asimilar. Como ya hizo Pink Floyd después de una época de febril experimentación con álbumes como Ummagumma o Atom Heart Mother volviéndose después más convencionales con Meddle y Dark Side Of The Moon, Animal Collective comienza su particular aterrizaje con su penúltima entrega hasta la fecha titulada Strawberry Jam y consiguen el éxito absoluto con el presente trabajo. Como suele ocurrir en estos casos, últimamente se han alzado otras voces que han exagerado argumentos contrarios dejando caer con otras palabras más diplomáticas que Merriweather Post Pavillion es prácticamente un despropósito.
Hablar sobre la biografía del grupo se me hace aburrido (la desconozco por completo, además), así que voy a centrarme en esa discordancia entre críticos que consideran este álbum como lo mejor de los últimos tiempos y otros que hablan pestes sobre él. Mejor album internacional de la década según Rockdelux, mejor álbum internacional del año 2009 según Mondosonoro... el listado es interminable, por no hablar de todos los blogs particulares que han publicado rankings similares para despedir el año. Si entras en foros sobre música tanta unanimidad resulta agobiante, nunca había visto nada igual. Resulta incluso comprensible que otros críticos se hagan escuchar diciendo todo lo contrario, que Merriweather Post Pavillion es uno de tantos bluf con una corte de borregos detrás. A unos y a otros se les ve el plumero: a aquellos que dicen que este disco es lo mejor, el deseo de apuntarse al carro de lo más cool. Y es una apuesta segura, ya que Animal Collective tienen una merecida fama de músicos experimentales, un grupo honesto que no se vende para desarrollar su arte. Si ahora sacan un álbum mucho más accesible que los anteriores, es el momento oportuno para hablar de ellos. Por otra parte, aquellos que ahora critican el disco, se desmarcan de la nueva opinión asumida por todo el mundo, afirmando que el álbum en cuestión no merece la pena con argumentos bastante ridículos. Son los menos, pero haberlos haylos.
Y yo digo que ni el disco es tan extremadamente bueno ni mucho menos una estafa. Cuando el río suena, agua lleva y hablar mal de él no es la solución para compensar tanta exageración. En mi opinión, es un trabajo muy interesante repleto de experimentación con ingeniosas canciones influenciadas por cánticos tribales. Merriweather Post Pavillion usa la repetición de loops y la electrónica para crear canciones que con una instrumentación normal no hubieran logrado el impacto que han producido. Teniendo en cuenta que esto de la electrónica aplicada a la música es más viejo que el hilo negro, el gran mérito del álbum consiste en crear temas que se rodean de un aura de misticismo inédito hasta la fecha. Y si no lo digo reviento, esto de los cánticos y los loops... ¿no le recuerda a nadie al Tomorrow Never Knows de los Beatles, referencia que me viene a la mente cada vez que escucho el presente álbum? Ahora va a resultar que lo más de lo más se inventó hace más de cuarenta años.
Para terminar y haciendo un breve repaso al disco, mis canciones favoritas son In The Flowers y Daily Routine, soberbias las dos. También muy buenas No More Runnin, balada sorprendente por su desnudez teniendo en cuenta donde se encuentra, y la pegadiza Brother Sport que cierra el álbum.