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martes, 19 de noviembre de 2013

Top 5: los peores cantantes que más nos gustan

Lo cierto es que no dejamos de admirarnos y destacar tal o cual cantante por sus dotes vocales o por alguna interpretación espectacular; no hace falta que ponga ningún ejemplo concreto, cada cual estará pensando en algún que otro portento (cada uno tendrá sus preferencias), de esos que no admiten discusión alguna. Pero luego ocurre que hay otro tipo de intérpretes que, ¡ay!, como artistas no hay duda que tienen talento de sobra, pero precisamente de voz andan más bien escasos, de estas veces que tú piensas "qué pena, si cantara mejor...".

Hoy hablaremos de algunos de estos artistas que nos encantan pero que, ironías de la madre naturaleza, no nacieron con las cuerdas vocales que sin duda habrían merecido. Realmente no es que piense que les haga falta una voz diferente, pues con el cambio su obra sería también otra y la historia tampoco sería la misma, pero sí que no les hubiera ido mal un poco de más afinación o mayor registro vocal en algún caso concreto.

Jimi Hendrix

El mismo Hendrix vivió siempre acomplejado por su voz, tan limitada como ilimitado era su dominio de las seis cuerdas. El zurdo de Seattle de hecho fue, al principio de su carrera, bastante reacio a cantar ya que se sentía muy inseguro delante del micrófono. Y aunque un poco de razón no le falta, lo cierto es que su estilo tan personal (hay ocasiones en que más que cantar casi rapea, como por ejemplo en Castles made of sand) es parte de su encanto. Solo cuando intentaba forzar un poco la voz era cuando dejaba más al descubierto sus limitaciones; aún así, su suave timbre y su fraseo tan característico han calado en los oídos de sus seguidores y parece impensable escuchar sus canciones con otra voz que no sea la suya. Por otro lado, hay ocasiones donde su trabajo vocal no está nada mal: en Long Hot Summer Night hace un juego de armonías bastante bien acabado.

Castles Made of Sand by Jimi Hendrix on Grooveshark

Dr. John

A sentido del ritmo, garra, sentimiento e intensidad pocos ganarían al viejo Mac, de eso no hay duda. Ahora bien, a la hora de cantar... en fin. Dr. John tiene una voz no muy agraciada, las cosas como son: viene a ser una mezcla entre voz humana y graznido de cuervo estreñido. Luego, en cuanto a insuflarle swing y soul a su interpretación, chapeau, pero el timbre de su voz rota no es precisamente agradable. Uno de sus mejores momentos de siempre para servidor, la hípermítica Tipitina, es una muestra de cómo las carencias de sus dotes vocales las suple con la fuerza y sentimiento de la interpretación.

Tipitina by Dr. John on Grooveshark

Lou Reed
 

El bueno de Reed tenía una bonita voz, profunda, con un timbre agradable. Su problema era (joder, hablar en pasado de él por el momento cuesta) sin embargo su escasísimo rango vocal, motivo por el cual su manera de cantar es extremadamente plana, casi que declamara sus letras en lugar de cantarlas. Tan limitado registro no le impedía, sin embargo, atreverse con casi todo y rocanrolear sin dudar ni un instante; en los temas movidos, sin embargo, es donde su poca expresividad resulta más patente. En sus últimos años, algo normal, perdió la poca voz que tenía y su registro era más limitado si cabe. Aún así, su tremenda personalidad y estilo tan personal son absolutamente icónicos.

I’m So Free by Lou Reed on Grooveshark

Bob Dylan

¿Cómo no iba a aparecer el de Duluth en un listado de este tipo? No entraremos a valorar el timbre su edad provecta sino que nos limitaremos a cuando aún era un intérprete solvente: su voz, demasiado nasal y punzante, puede incluso a veces resultar un tanto molesta. Pero probablemente, bajo sus letras y su eterna capacidad de reinventarse, su forma tan peculiar de cantar sin duda contribuyó en parte a redefinir el folk rock americano en la década de los sesenta: es de ese tipo de cantantes que, quizá por sus limitaciones, cuando uno lo oye lo ves cercano a ti y de este modo sientes más lo que dice que cómo lo dice.

Rainy Day Women #12 & 35 by Bob Dylan on Grooveshark

Neil Young

No vamos a negarlo: Neil es uno de los más grandes, un coloso, pero su voz es demasiado frágil y quebradiza, con ese semi-falsete al que nos hemos acostumbrado pero que choca de inicio. Además, su afinación es en muchos casos más que deficiente. Me ocurrió cuando lo escuché por vez primera (desde luego que conocía su nombre y trayectoria, y quizá por eso esperaba un vozarrón a lo Springsteen o a lo Jagger, qué se yo), cuando su débil voz me intrigó y cautivó casi tanto como sus tremendas canciones, estableciendo un tipo de conexión con el oyente que va más allá del virtuosismo, basada en la honestidad y entrega.

Speakin’ Out by Neil Young on Grooveshark

domingo, 29 de septiembre de 2013

BackTrip: IN THE RIGHT PLACE


Dr. John
"IN THE RIGHT PLACE"
ATCO (1973)


Dr. John regresó a Nueva Orleans con el excelente “Gumbo  (ATCO, 1972), no renunciando a su pasado y volviendo a sus raíces (Huey Smith , Amos Milburn, Professor Longhair y Allen Toussaint). Toussaint es quizás el último de los grandes de la producción en Nueva Orleans y no es extraño que aparezca como productor de este álbum. In The Right Place” es, posiblemente, su mejor álbum tras sus experimentos de voodoo lisérgico como ‘The Night Tripper’ en la escena de Los AngelesLo único que descoloca un poco es el estudio de grabación elegido. No es que Criteria (Miami) no sea el mejor estudio en el sur, pero habría sido mágico que el álbum se hubiera cortado en Nueva Orleans, la ciudad más influyente de la historia musical del país.

Tanto en “Gumbocomo, sobre todo, enIn The Right Place  Dr. John parece entusiasmado, optimista y completamente vivo. La voz es clara, distinta a sus discos anteriores, divertida y poderosa cuando tiene que serlo. El ritmo es sincopado, lo suficiente para que suene fresco. La banda toca algunas notas bajas muy detalladas y los instrumentos de viento se utilizan más para la percusión que para la melodía.
Mac Rebennack, alias Dr. John, puede no ser un cantante técnicamente bien dotado, ni un gran compositor, pero tiene un gran dominio de la música y sabe cómo utilizarla como forma de expresión, dejando su huella en todo aquello en lo que participa. "Just The Same", “Traveling Mood”, "Such A Night", por nombrar algunas de las canciones de este disco, se van sucediendo de forma magistral, como si de un ritual se tratara, aumentando el interés del oyente por ver qué sorpresa viene después. Dr. John y sus acompañantes, The Meters, hacen las cosas de forma simple pero efectiva, con maestría y buen gusto.

In The Right Placeno deslumbrará a la mayoría de oyentes, incluso alguno puede pensar que es un disco falto de inspiración, pero es el ejemplo de un artista completamente involucrado con lo que está haciendo.
Yo prefiero este disco a Gumbo, porque suena más contemporáneo y real que su antecesor, que me parece más académico y formal.


Puedes escuchar In The Right Place en Spotify.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Tres discos: Allen Toussaint, Dr John, Professor Longhair


Alguno se preguntará qué me ha pasado para hacer una entrada tan nuevaorleansera... Pues nada más y nada menos que Treme, una maravillosa serie americana ambientada en la Nueva Orleans post-Katrina contada a través de las andanzas de una serie de músicos, desde respetados profesionales a otros callejeros. No faltan sus buenos cameos (con apariciones de, por ejemplo, Elvis Costello, Allen Toussaint, Dr John, y un largo etcétera) y, como no podía ser de otra manera, mucha (muchísima) buena (buenísima) música. Desempolvé algún que otro disco que tenía por ahí, y el maestro revolver acudió presto al rescate para suministrarme las primeras dosis, para así volverme adicto al jazz, el R&B, el soul... Recuperamos tres discos imprescindibles para la entrada de hoy:

Dr. John - Dr. John's Gumbo (1972): 

Y empezamos a calentar motores con el bueno de Mac y sus ritmos endemoniados. En este trabajo se deshace de la psicodelia y excentridades que caracterizan anteriores trabajos y hace un disco, si bien no ortodoxo, al menos sí bastante tradicional. Ya el inicio es una auténtica declaración de intenciones: Iko Iko, todo un himno inspirado en los indios del Mardi Gras, es absolutamente irresistible con sus llamadas y enigmáticos coros. Pero esto es, como hemos dicho, solo el principio ya que este disco es una recopilación de imprescindibles del R&B y el blues de Nueva Orleans: no faltan temas como el indio Big Chief, el imparable Mess Around, el delicioso Junko Partner (según el Dr, el himno de drogatas y putas)... Y por supuesto la monumental Tipitina, cuya ejecución, sentida y profunda, sencilla y magistral, verdaderamente te traslada a orillas del Misisipi. Un must-have en toda regla.


Allen Toussaint - Southern Nights (1975): 

Este disco ha sido para mi un gromenauer de esos que tanto nos gustan en MIMS. Me explico: al principio me esperaba otra cosa muy diferente, un disco más "negro", con más rabia e improvisado; resultó ser sin embargo un disco más popero de lo que pensaba y que incluso me recordaba por momentos al mismísimo McCartney (con más swing y más soul desde luego, pero bastante en esa línea). Lo cierto es que lo dejé aparcado para dar paso a otros, pero recurrentemente regresaba a él ya que de tanto en tanto me descubría tarareando alguna que otra de sus melodías... hasta que me rendí por completo. La producción y los arreglos del disco son absolutamente grandiosos, cuidados, seductores, elegantes... sencillamente perfectos. La colección de canciones no se queda atrás, con joyas como Back In Baby's Arms, Country John, You Will Not Lose, o la etérea Southern Nights. Un disco para degustar plácidamente a media luz, a ser posible en buena compañía.


Professor Longhair - Rock'n'Roll Gumbo (1977): 

Con unos cuantos compases queda muy a las claras que lo de profesor no es un mote gratuito: no solo es un virtuoso como la copa de un pino, sino que además hay una buena cohorte de músicos que pueden decir con orgullo que Mr Byrd fue su maestro (el mismo Dr. John entre otros). Una auténtica obra maestra a la par que una master class de piano desde los primeros riffs. Con un estilo y una clase insuperables, Longhair se lanza a desgranar clásicos de Nueva Orleans con la autoridad de los maestros: Junco Partner (una vez más), Tipitina (cómo iba a faltar), Jambalaya (por supuestísimo)... Pero el auténtico bombazo, la canción que elegiría de este disco si tuviera que quedarme solo con una, aquella que perdurará per secula seculorum como una auténtica genialidad, es Mardi Gras In New Orleans, himno en toda regla de la ciudad del carnaval. Debería enseñarse en las escuelas.