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viernes, 14 de junio de 2013

TOP 5: Canciones de los Monty Python

Y ahora algo completamente diferente: sin dejar de lado el mundo de la música vamos a adentrarnos en la comedia de la mano de estos genios ingleses-galeses-americanos. Todos recordamos sus películas, hilarantes como pocas (mis favoritas: La vida de Brian y Live at the Holywood Bowl); algunos habrán visto también su mítica serie, la brillante Monty Python’s Flying Circus (los hay que con el sketch del loro muerto pretenden hacer que la conocen; pequeña aclaración: son 3 temporadas y media, no un único sketch); y los más enfermos incluso conocerán los discos que editaron y que contienen todas sus canciones (pero tranquilos, no haremos referencia a ellos si no que nos limitaremos a su material audiovisual).

Hemos seleccionado cinco canciones, teniendo que dejar en el tintero alguna que otra que sin duda también merecen que las recordemos: Brian Song (aunque no la canten ellos, personalmente me parece un temazo), The Penis Song (breve canción de apenas 30 segundos, muy divertida de ver) o Knights of the Round Table (en la que cantan lo felices que son los caballeros en Camelot). Sin embargo, hemos escogido las siguientes:

Every sperm is sacred
Uno de sus números musicales más conseguidos aparece en la fallida película El Sentido de la Vida, siendo precisamente esta canción uno de sus mejores momentos. Compuesta por Michael Palin y Terry Jones, es una furibunda crítica a las normas de la Iglesia Católica que condenan tanto la masturbación como los métodos anticonceptivos. Este tema es cantado por sus autores, que interpretan a un matrimonio católico, sus sesenta y tantos hijos, sus vecinos y varios sacerdotes y monjas que se suman al show. Visualmente es de lo mejor que han hecho nunca los Python, y resulta sorprendente aún hoy escuchar la incendiaria letra de boca de niños de apenas diez años de edad (ver en YouTube aquí).


Bruces' philosophers song
Aparece tanto en la serie de televisión como en el espectáculo que presentaron en el Hollywood Bowl; se trata de un tema compuesto por Eric Idle en el que se nos enseña que los famosos filósofos a lo largo de la historia eran en verdad unos borrachines. Cantada por tres profesores de filosofía de la universidad australiana de Woolloomooloo (aunque uno de ellos además se encargaba de las cacas de las ovejas o algo así) llamados todos Bruce, personalmente prefiero la versión en directo de la misma: por el karaoke que montan y sobre todo por la muchísimo más divertida introducción que hacen (en la que un Idle en estado de gracia no deja de insultar al público llamándoles incultos y drogadictos, además de chistes intraducibles a nuestro idioma como aquel en el que comparan la cerveza americana con hacer el amor en una canoa: It’s fucking close to water). Musicalmente no es nada del otro mundo, pero el conjunto es muy divertido (ver en YouTube aquí).


Sit on my face
Un tema menor, de apenas un minuto de duración, que para más inri es un plagio de un tema de un musical británico titulado Sing as we go. Compuesta por Eric Idle, además de la irreverente letra lo más destacable de la misma es la puesta en escena, como hemos podido ver tanto en el Hollywood Bowl como en el emotivo Concert for George: tras cantar las bondades del sexo oral descubrimos una pequeña sorpresa al acabar el tema (ver en YouTube aquí). 


The lumberjack song
Uno de los temas míticos de toda su carrera, compuesto por Terry Jones y Michael Palin. Aparece tanto en la serie, como en la película And now for something completely different, así como en la actuación en Hollywood  (en las dos primeras es Palin el aspirante a leñador, en directo lo interpreta Idle). El leit motiv varía de una interpretación a otra, pero en todas se trata de un individuo con un empleo que odia porque lo que él quería ser es... ¡leñador! Cantado siempre acompañado por un coro de la Guardia Montada de Canadá, la letra se va volviendo cada vez más surrealista ya que vamos descubriendo que al rudo leñador le gusta travestirse e ir a ligar con hombres como su papá. Imprescindible (ver en YouTube aquí).


Always look on the bright side of life
La canción más famosa de los Monty Python con diferencia, no en vano cierra su film más exitoso La vida de Brian. Compuesta por Eric Idle a la guitarra  mientras rasgueaba unos acordes de jazz, se trata de un desconcertantemente optimista tema que es cantado por un heterogéneo grupo de crucificados. Esta canción fue editada en single por los propios Python, ha sido versionada por múltiples artistas y tres décadas después sigue siendo recordada por fans y no tan fans del combo. Como curiosidad, apuntar que en el funeral de Graham Chapman fue cantada por todos los asistentes con la emoción a flor de piel (ver en YouTube aquí).

sábado, 16 de marzo de 2013

The Rutles - All you need is cash


No sé si se trata del primer falso documental (mockumentary en inglés) de un grupo ficticio, pero por ahí andará (desde luego es anterior al célebre This is Spinal Tap, del que quizá hablemos en otra ocasión). Estrenada directamente para la televisión, no solo se trata de una hilarante comedia más que recomendable para cualquier fan de los Monty Python (aunque aquí solo aparezcan dos de ellos), sino que es al mismo tiempo una biografía paralela a la de los Beatles que, aunque exagerada y por muchos momentos ridícula, es tremendamente completa y fiel en los detalles a la de los Fab Four. Los beatlemaníacos son precisamente los que más la disfrutarán, ya que reconocerán multitud de anécdotas y detalles.

El origen de todo esto se remonta a 1975 cuando en Rutland Weekend Television, el programa que tenía el Python Eric Idle en televisión, aparecieron por primera vez The Rutles. Aunque originariamente se pensó en una parodia de los Stones, que iban a llamarse obviamente The Rutland Stones, se decantaron finalmente por los de Liverpool. Neil Innes, amigo y colaborador de Idle, había compuesto I must be in love, tema que le sonaba muy beatle. Dicho y hecho: crearon una breve parodia de los Fab Four y fue todo un éxito; tanto es así que aparecieron posteriormente, al otro lado del charco, en el mítico Saturday Night Live.

En 1978 se estrenó All you need is cash, una película ambiciosa aunque barata en la que se retrata la carrera completa de The Rutles. Desde sus inicios en The Cavern y los clubes de Hamburgo (aquí llamado el Rat Keller, literalmente sótano lleno de ratas) hasta su disolución, hacemos un repaso a toda la trayectoria de la banda reconociendo esos mismos pasajes en la carrera de The Beatles, solo que aquí se exageran y parodian de tal manera que no podemos más que revolcarnos de risa con algunas de sus ocurrencias: cómo el mánager que les descubrió odiaba su música pero se fijó en ellos por sus apretados pantalones, su triunfal concierto en el Ché Stadium (en honor al guerrillero sudamericano), su encuentro con Dylan (quien les introdujo en el consumo de cierta sustancia que influiría notablemente en su música: el té), etc...

The Prefab Four: Dirk, Stig, Barry y Ron
Para mi dos de las mejores ocurrencias de la película son, por un lado el personaje inspirado en Yoko Ono, una artista llamada Chastity (literalmente castidad) vestida con uniforme nazi cuyos padres "habían inventado la II Guerra Mundial", y por el otro la famosa escena del saqueo a las oficinas de Rutle Corps (la empresa que ellos fundaron, emulando a Apple Corps) en la que uno de sus directivos, interpretado por el también Python Michael Palin, niega los problemas económicos por los que le pregunta un periodista interpretado por, sí señores, el mismísimo George Harrison.

Porque si de algo puede presumir esta película es de la cantidad de cameos con que cuenta. Aparte del ex-beatle aparecen aquí Mick Jagger y Paul Simon interpretándose a sí mismos, los cómicos Dan Aykroyd (quien interpreta al cazatalentos que rechazó a los Rutles), Bill Murray (interpretando a Bill Murray the K, como el DJ norteamericano que se autoproclamó quinto beatle) y John Belushi (como feroz Ron Decline, parodiando a Allen Klein), Ronnie Wood (haciendo de Ángel del Infierno) o Bianca Jagger (como Martini McQuickly, en el papel equivalente a Linda McCartney). Las reacciones de los Beatles fueron de lo más diversas: a George obviamente le encantó la idea y por eso participó; se cuenta que a John le gustó tanto que se quedó con la copia que le enviaron para que la viera antes de su estreno; a Ringo por lo visto solo le gustaron "algunas partes" (igual no fueron de su agrado las continuas bromas a su costa sobre peluquerías); el que peor lo llevó fue Paul, el más beatle de entre los beatles, a quien no le hizo mucha gracia que se les parodiara, aunque se dice que a Linda sí le pareció una película muy divertida.

El último aspecto a destacar, además de la extrema fidelidad hasta en los más mínimos detalles en cuanto a indumentarias e instrumentos, es por supuesto la música: compuesta íntegramente por Neil Innes, se trata de un magnífico repaso a la carrera de los de Liverpool. Todo suena a beatle en estas canciones: desde las melodías y estructuras hasta las interpretaciones y armonías. Algunos temas son auténticos plagios de las canciones originales (como pueden ser Ouch! o Get up and go por poner un par de ejemplos), pero otras composiciones rayan a muy buen nivel: I must be in love, Cheese and onions, Another day o Doubleback Alley son buena muestra de ello.

Francamente recomendable y disfrutable. ¡Larga vida a The Rutles