La primera vez que oí hablar de los Beatles tenía nueve años. Una chica del pueblo en el que pasaba las vacaciones me dio una mala foto publicitaria de ellos con sus nombres apuntados en la parte de atrás. Sería por 1962 ó 63, poco antes de que fueran a Estados Unidos. Era una foto mal iluminada y aún no habían adoptado la que se convertiría en su imagen característica, como si todavía no estuvieran convencidos de ese corte. No me importó: para mí era el grupo. Lo curioso es que también nuestros padres y todos sus amigos de Liverpool se sentían orgullosos de este grupo local.
Tenía la edad apropiada para que me marcaran. Mi propia experiencia –persiguiendo cada foto, ahorrando dinero para todos los EP’s y Singles- se repitió una y otra vez en todo el mundo. Era la primera vez que pasaba algo así a esa escala. Pero no era sólo cuestión de cifras; Michael Jackson puede vender discos hasta el fin de los tiempos, pero nunca será tan importante para la gente como fueron los Beatles.
Todos sus discos eran una sorpresa. Comparados con evangelistas del rhythm & blues como los Rolling Stones, los Beatles no sonaban a nada que hubiéramos oído antes. Habían absorbido a Buddy Holly, Everly Brothers y Chuck Berry, pero también componían sus propias canciones. Consiguieron que crear material propio fuera lo normal, en lugar de lo excepcional. John Lennon y Paul McCartney eran compositores excepcionales: McCartney era y es un virtuoso. George Harrison no era el tipo de guitarrista que se arrancaba con imprevisibles solos salvajes, pero todos podemos tararear sus melodías. Ringo Starr tocaba la batería con un sentimiento único que nadie ha podido imitar, aunque muchos buenos baterías lo han intentado. Y sobre todo, Paul y John cantaban magníficamente.
Lennon, McCartney y Harrison eran tremendamente autoexigentes como compositores. ¿Cómo es posible que temas como Ask Me Why o Things We Said Today hayan sido editados como caras B? Singles como el que contenía Penny Lane y Strawberry Fields Forever eran fenómenos por sí mismos, no sólo anuncios de un disco que estaba por salir. Y después empezaron a crecer.
4 comentarios:
Soy de los que no dudan un segundo a la hora de considerar a los fab4 como lo más grande jamás parido dentro de la música rock (o pop, o lo que narices se quiera) pero es que, además, Costello es mi artista favorito, de entre los que firman en solitario (y solo Reed o Bowie me hacen dudar alguna vez, siempre en base a mis preferencias) desde ya ni recuerdo... Más que interesante documento por la parte que me toca. Gracias.
Los Beatles y Stones son los mejores de todos los tiempos, tal vez me quede con los Beatles porque no los he visto envejecer como grupo, y más de una docena de discos de ellos en solitario son la repanocha. De Costello nada que decir, sólo que es buenísimo. Y al tipo que ha dejado el comentario antes que yo, ese tal Guzzest, sólo quiero darle las gracias por abrirme los ojos con Costello. Menudo Crack!
Sabio Costello. Él también ha demostrado su apabullante calidad, y, tal vez, los de Liverpool tuvieran algo que ver. Cuando estuve con él, el verano pasado, yo llevaba una camiseta de los Beatles (puse la foto en mi blog y después la quité porque me daba un poco de vergüenza). Me guiñó un ojo y me dijo "Buenos, ¿eh?"...
Saludos.
Costello es uno de los grandes creadores de canciones pop del siglo XX. Siempre ha reconocido la influencia que los Beatles ejercieron en él. Espero esa segunda parte, a ver que nos cuenta. Saludos.
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