Parafraseando a Lennon en Help!, cuando era mucho más joven de lo que soy ahora, descubrí que existían álbumes cuyas canciones giraban en torno a una temática concreta o incluso contaban una historia de principio a fin con personajes y todo lo demás. Esto me parecía fascinante, una vuelta de tuerca al arte de crear música. Durante bastante tiempo sentí un gran respeto por aquellos grupos que se atrevían con proyectos así, lamentándome de que mis adorados Beatles no hubieran creado nunca una obra de similares características (nunca me creí lo de Sgt. Pepper).
En mi época más hardcore me autoimponía escuchar aquellos álbumes llamados conceptuales de principio a fin, ya que era necesario respetar el concepto original establecido por el artista. ¿Escuchar una canción suelta? No, hombre. Sería un horrible crimen, porque esa canción está enmarcada dentro de una obra global y pierde parte de su significado si la escuchas aislada. Ahora echo la vista atrás y me lamento de la cantidad de morralla que me trague sin necesidad, porque a esto del álbum conceptual le veo más el plumero a medida que pasan los años.
Pink Floyd
He llegado a esa conclusión sin apenas darme cuenta, viendo que ya no escucho esos discos de principio a fin, limitándome a picotear dando saltos entre las canciones que verdaderamente me interesan (ahora Lilywhite Lilith, después salto acrobático hacia The Lamia y doble mortal cayendo con estilo en The Colony Of Slippermen... por poner un ejemplo). No digo que ahora reniegue de todos ellos, pero al final lo que nos queda es la música y, en la mayoría de las ocasiones, los discos conceptuales no aguantan el paso del tiempo por ser víctimas de su propia pretenciosidad.
Podriamos hacer una pesada cronología sobre el álbum conceptual en la historia del rock, pero para eso la wikipedia es ideal. Aquí encontraréis un artículo muy interesante sobre el tema. Esta entrada va por otros derroteros, básicamente poner en evidencia todas las incongruencias del álbum conceptual y restar importancia a tanta grandilocuencia.
En primer lugar, me gustaría hacer una pregunta. Un grupo de chicos de veintitantos años que publica un álbum sobre la incomunicación o cualquier otro tema de altos vuelos, ¿tiene realmente algo interesante que decir? Ese puede ser el fallo endémico del álbum conceptual, que el músico crea que sus opiniones sobre cualquier tema son importantes, que piense que es necesario comunicar su punto de vista a toda la sociedad haciendo de filósofo a precio de saldo. El mejor ejemplo de lo que hablamos fue el primer álbum del grupo Genesis, un disco conceptual llamado From Genesis To Revelation que hacia un recorrido por nada menos que los capítulos del Antiguo Testamento de la Biblia. Años después, Peter Gabriel hablaba de ese álbum como un ejemplo de la pretenciosidad más absoluta. Los miembros del grupo no pasaban de los veinte años, el mismo Gabriel tenía diecinueve añitos.
Emerson, Lake And Palmer
¿Puede que la prensa y el fanatismo hayan alentado ese comportamiento? Siempre me ha resultado inexplicable el interés del público por dar tanta importancia a las opiniones del músico de rock. Los Beatles se sorprendían de que les preguntarán por la guerra de Vietnam, Bob Dylan es consultado sobre lo divino y lo humano en casi todas sus entrevistas. El hecho de que conmuevan con sus canciones no da a sus opiniones sobre temas de importancia más validez de la que puedan tener.
La temática del álbum conceptual suele ser algún que otro tema universal, preferiblemente de perogrullo por aquello de quedar bien con todo el mundo, aunque también puede contar una historia rocambolesca como la del álbum Tarkus de Emerson, Lake & Palmer (una supuesta lucha entre dos bestias llamadas Tarkus y Manticore, a ver si alguien me puede explicar la metáfora). Discos como The Wall de Pink Floyd o Tommy de The Who hablan de la incomunicación, The Lamb Lies Down On Broadway de Genesis trata sobre la búsqueda de la propia identidad, Dark Side Of The Moon de Pink Floyd versa sobre los problemas del hombre moderno y Wish You Were Here de la locura de Syd Barret, el exiliado primer líder del grupo. Sin embargo, el álbum conceptual no es exclusivo del rock progresivo: Pet Sounds de los Beach Boys es descrito como una oración al amor de juventud y Ziggy Stardust de David Bowie cuenta los pormenores de la llegada a la Tierra de un extraterrestre mesiánico. El listado presentado aquí es impresionante, todos son grandes álbumes, pero estoy seguro de que lo habrían seguido siendo de no contar con un hilo conductor. Valga como ejemplo el mejor álbum de The Who, Who's Next: de los pocos trabajos del grupo que no es una obra conceptual, surgido precisamente de la criba de otro proyecto inacabado que si lo era, Lifehouse.
¿Tenéis 20 minutos de nada? Os dejo con Jethro Tull parodiando todo lo que rodea a un álbum conceptual con su Thick As A Brick (Denso Como un Ladrillo).
El rock progresivo es proclive a ser asociado con el álbum conceptual. ¿Porqué? Puede que los largos desarrollos instrumentales sirvan de gran ayuda para completar los vacios, ya que no hay nada como un buen instrumental para rellenar donde no se sabe que diablos intercalar. El doble álbum The Lamb Lies Down On Broadway de Génesis desarrolla su segundo disco colocando instrumentales a diestro y siniestro, ya que las canciones que tenían en un principio habrían ocupado tan sólo una de las caras del segundo vinilo.
Y ahora toca hablar del sacrificio artístico que le supone a un compositor encajar una canción dentro de una temática a la que tiene que ceñirse. Los Beatles podían componer a la soledad en Eleanor Rigby para después salirse por la tangente con un tema infantil como Yellow Submarine. En un disco conceptual no puedes hacer eso tan alegremente, tienes que ceñirte en la medida de lo posible al hilo argumental. Es decir, si seguimos una historia debemos crear canciones en el tono en el que son requeridas, de manera que el propio músico coarta su libertad artística.
Genesis, con Peter Gabriel vestido de mamarracho
Aquí habría que recordar el viejo proverbio... ¿fue antes el huevo o la gallina? Es decir, ¿el álbum conceptual surge después de ver que todas las canciones tratan de temas similares o tiene el compositor que seguir las pautas según una idea preconcebida? Lo acertado sería seguir la primera opción, es más, creo que grandes álbumes como Dark Side Of The Moon o Pet Sounds han tenido la fortuna de nacer como tales sin ningún esfuerzo. En cambio, la mayoría de los álbumes conceptuales de grupos como The Kinks parecen haber sufrido un doloroso parto para quedar de una pieza. Al menos esa es la sensación que a mí me queda, con síntomas tan claros como la inclusión de temas de relleno entre grandes canciones, por no hablar de esa sensación de musical de Broadway en algunos de los cortes por aquello de dar dramatismo a la historia. La "canción" que finaliza el álbum The Wall de Pink Floyd, The Trial... ¿era realmente necesaria? ¿alguien la ha escuchado alguna vez deleitándose en sus aspectos musicales?
Viendo la cronología de wikipedia, podemos ver que el álbum conceptual alcanzó su cima a principios de los setenta. Fue entonces cuando el rock se hizo adulto y tomo plena consciencia de su importancia, a veces en demasía. El álbum como concepto parece surgir de la necesidad de dar más importancia al LP como obra artística frente al formato single a finales de la década de los sesenta, maniobra bastante inteligente que daba más dinero a las discográficas, a pesar de ser presentado como un medio para alcanzar niveles artísticos más elevados (no es lo mismo vender 100.000 Lps que 100.000 singles).
Con aquello de "es una obra indisoluble, si sacamos singles sería un sacrilegio", muchos grupos y discográficas aumentaban sus cuentas bancarias a una velocidad nunca vista (si el éxito acompaña, claro). No quiero ser mal pensado, pero ese podría ser el kit de la cuestión. El grupo puede estar formado por lerdos que no saben sumar 2 + 2, pero como tienen cierta maña en la composición y van a publicar un álbum lleno de perogrulladas... pues nada, lo vendemos sin singles argumentando que se hace para respetar la obra en su conjunto y bla, bla, bla. El que quiera conseguir tal canción que compré el Lp pagando por todo el pack.
Yes
Con géneros como el punk, tendencias tan pretenciosas quedaron exiliadas del panorama musical. Incluso ahora con la llegada de Internet nos dicen que el single volverá a vivir una nueva edad de oro similar a la que vivió en la década de los cincuenta, dejando al álbum como un soporte físico obsoleto. La cuestión es que todo es cíclico y con los años puede ocurrir cualquier cosa. ¿Quién le iba a decir a un punk de finales de los setenta que, treinta años después, Green Day iba a columpiarse con un álbum conceptual llamada American Idiot? Quizá dentro de varios años, igual me da por recuperar aquella costumbre de escuchar los discos conceptuales de principio a fin. Valgan estos dos posts para reflexionar un poco sobre todo esto.
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