lunes, 23 de septiembre de 2019

Canciones del momento. Septiembre 2019.

Han pasado más de tres años desde la última entrada del blog. La falta de tiempo y, sobre todo, la sensación de que las horas aquí dedicadas son como predicar en el desierto han provocado esta ausencia tan prolongada. Creo que desde la creación del blog hasta la actualidad, nunca me había ausentado tanto. Hace quizá un par de años eliminamos también la página de Facebook en la que publicitábamos nuestras publicaciones convencidos de que nunca más volveríamos a pasarnos por aquí.

No sé que va a ocurrir en un futuro, pero esta mañana me ha venido un flash y me apetecía volver a escribir algo sobre música, aunque no lo leyera nadie. Barajé la posibilidad de abrir un nuevo blog casi de incógnito en el que escribiría artículos a partir de ahora. Pero no... me da pereza meterme en esa movida tan ingrata cuando hay tanto trabajo hecho por aquí, así que me paso de nuevo para escribir una entrada sencilla sobre las canciones que me tienen enganchado estas últimas semanas.

Joni Mitchell - Refuge Of The Roads (Hejira, 1976)




Hejira es un álbum que me tiene obsesionado últimamente. Cuando te dicen que Blue es la obra cumbre de esta mujer, llegar a este disco de 1976 es una sorpresa de lo más imprevista. Tiene un sonido tan acogedor, tan nostálgico, tan auténtico... esas extrañas guitarras me tienen enamorado, me retrotraen al pasado cuando nunca antes había escuchado este álbum. Refuge Of The Roads es el broche final. A partir de la segunda escucha, empezó a captar mi atención sobre el resto de temas y se está convirtiendo en una de mis canciones de cabecera. Fluye tan natural y su estructura refuerza tanto el trabajo melódico que la combinación de piezas tan bien situadas me parece de lo más fascinante. Según parece, es uno de los temas favoritos de su autora... y no es de extrañar, es puro corazón.

Beck - Square One (Colors, 2017)



Después de ganar el Grammy al mejor álbum del año con Morning Phase en 2014, Beck se saco de la manga en 2017 este disco que, sin triunfar tanto como el anterior, mantenía el pulso tras su resurrección artística. Si Morning Phase era una especie de Sea Changes renovado, este Colors enarbolaba su otra vertiente  más juguetona encarnada en discos como Midnite Vultures. Ni yo mismo lo tengo claro, pero creo que me gusta Square One porque tiene un ritmo discotequero frenético sobre el que navegan unas melodías profundas y melancólicas... el efecto global es impresionante, pura contradicción transformada en temazo. Es difícil crear algo tan fresco que invite a bailar, pero que a la vez te llegue a tocar la patata.

Andrew Bird - Cracking Codes (My Finest Work Yet, 2019)




"Mi mejor trabajo hasta ahora"... pues si no es el mejor, se le acerca. Este hombre ha realizado un agudo y valiente ejercicio de auto consciencia, porque este último álbum es de lo mejor que le he escuchado. Podría mirar cara a cara a discos de su época más gloriosa como The Mysterious Production of Eggs o Armchair Apocrypha. My Finest Work Yet no tiene desperdicio, pero esta pequeña joya de tres minutos basada en un in crescendo de pulso firme y melodía portentosa arrasa con todo a su paso. Recuerdo haber escuchado Cracking Codes por segunda vez junto con el resto de temas y quedarme muy pillado con esta canción. El comienzo es tan distinto al in crescendo de su segunda parte, que me volví loco buscándola para escucharla de nuevo saltando de un tema a otro sin poder identificarla. Menos mal que al final volvía dar con ella.

Joni Mitchell - Coyote (Hejira, 1976)


Escuché Hejira porque volví a escuchar Coyote en el documental de Martin Scorsese sobre la Rolling Thunder Revue de Bob Dylan en Netflix. Hay una parte  en la película donde la magia fluye a raudales cuando Mitchell la canta acompañada por Roger McGuinn y el propio Dylan. Esa magia fue la que me hizo probar con Hejira... quizá de otro modo no me habría puesto a escuchar un álbum en el que se la acusaba de aproximarse a otros géneros como el jazz. El caso es que Coyote me parece una maravilla, muy en su estilo, pero con unas guitarras que llaman la atención por ese sonido tan etéreo y particular. La fuerza de esta canción viene para mí del sonido de las guitarras y del fraseo de su voz acelerándose, entrecortándose, interrumpiéndose, respondiéndose a sí misma... un tour de force musical, un mundo en sí mismo.

Lambchop - Up With People (Nixon, 2000)


Había escuchado esta canción hace años en un CD promocional que regaló la revista Rolling Stone aquí en España. Décadas después y por una extraña asociación mental volví a buscarla en spotify este verano mientras estaba de vacaciones. No sé que me atrae tanto de Up With People, es como una especie de droga. No se si serán los simples acordes de guitarra repetidos hasta el final o la melodía de la voz que, dicho sea de paso, revolotea sobre esos acordes sin seguir un patrón fijo. Quizá tengan algo que ver los coros gospel o los instrumentos de viento que conducen la canción hasta el final... el caso es que no he parado de escucharla desde hace un mes. Me apetece bucear en la discografía de este hombre, un desconocido total para mí dejando a un lado este tema.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te felicito por el blog la verdad esta muy bueno,aquellos que estamos fuera de las modas en busqueda de contenidos que nos llenen el alma tu lo cumples con creces,sos muy idoneo y le pones tu impronta ademas realizas el laburo que las radios en su mayoria (no todas) dejaron de hacer que era de educar el oido....ojala sigas con esto o pueda seguirte desde otras opciones
Carlos de Argentina Buenos Aires saludos cordiales