Si tuviera que hablarle a alguien que no los conociera quiénes son Wilco y qué es lo que hacen, más que de sus orígenes, estilos o influencias, por encima de todo eso seguramente haría hincapié en su carácter inconformista, en su necesidad de ir avanzando a cada paso, en su capacidad de reinventarse sin perder la marca de la casa. Quizá esté equivocado, pero quiero pensar que es un síntoma de honestidad.
Wilco (que para quien se lo pregunte es una contracción de “will comply” usada en el argot militar) es en la actualidad una de las más importantes bandas de rock alternativo de la escena americana. Originarios de Chicago, el grupo surgió tras la separación de Uncle Tupelo en dos frentes: éste por un lado y por el otro Son Volt. Su estilo ha ido en constante evolución desde el country rock, pasando por el folk, pop, rock alternativo, blues rock e incluso krautrock. Igualmente, su formación ha ido sufriendo toda serie de cambios, con un número de miembros variable entre los cuatro y los seis. Esa tendencia al cambio se ha reflejado en su discografía: a partir de su debut AM, con un sonido muy cercano al de Uncle Tupelo, empezaron a incorporar nuevas texturas y sonidos en Being there, para zambullirse a continuación en el pop rock de Summerteeth; en Yankee hotel foxtrot sorprendieron con sus experimentaciones, y fueron incluso más allá en A ghost is born. Para la gira de este último disco (de la que se editaría posteriormente el disco Kicking Televisión cuya crítica podéis leer aquí) Wilco fichó a dos nuevos miembros armando así la formación actual: los "fundadores" Jeff Tweedy (compositor, guitarra, voz) y John Stirratt (bajo, coros), los "veteranos" Glenn Kotche (batería) y Mikael Jorgensen (piano, teclados), y los "novatos" Nels Cline (guitarra solista) y Pat Sansone (teclados, guitarra, coros). Los dos últimos en incorporarse ampliaron exponencialmente las posibilidades del grupo: Cline es un carismático y virtuoso guitarrista de jazz que ha dejado su impronta desde el principio; Sansone por su parte es un prodigioso multi-instrumentista cuya polivalencia ha permitido a la banda nuevas posibilidades en sus directos. A decir verdad, y como opinaba el amigo revolver no hace mucho, en Wilco no toca nadie que no sea un virtuoso.
Tras dos discos bastante experimentales, sobre todo el segundo de ellos, y una triunfal gira el grupo se embarca en la producción del que sería su sexto álbum (séptimo si contamos el grabado en directo). Para ello se recluyen en The Loft de Chicago, donde la banda tiene su estudio de grabación, y empiezan a trabajar en nuevos temas. Esto ya en sí es noticia, ya que hasta entonces normalmente Tweedy era el único compositor de la banda y les presentaba a los demás miembros las canciones ya maquetadas. Además, la banda se propuso dejar a un lado los experimentos sonoros y trucos de estudio que tanto habían ejercitado en sus últimos tiempos para volver a sus raíces con el nuevo disco: puede decirse que es un retorno al folk, al country-rock. Nos presentan un trabajo sereno y apacible que no es un paso atrás como muchos quisieron ver, sino hacia delante: volvieron a sorprender pero no por hacer algo novedoso y rompedor, si no precisamente por no dejarse llevar por lo que se esperaba de ellos. Las canciones son de una belleza increíble que se realza por la sencillez en la ejecución, reflejo de la madurez tanto en la composición como la interpretación.
El primer corte del disco, Either way, que versa sobre una ruptura y la esperanza de una posible reconciliación, es un tema suave y emotivo que esconde uno de los más bellos solos de guitarra del disco. You are my face parece en principio seguir en la misma línea, empezando como una balada folk-pop cantada a duo para romper con potencia en el puente, volviendo al inicio para el final de la canción. El mejor tema del disco, Impossible Germany, es por encima de todo un ejercicio de guitarras sublime, donde Cline se gana sin lugar a dudas su plaza en el Olimpo con el impresionante jazzístico solo final, siendo la ejecución de toda la banda realmente impecable. El tema que da nombre al disco, Sky blue sky, es una suave balada folk que nos recuerda al mejor Neil Young, donde destaca de nuevo el maestro Cline ahora con una steel guitar. En Side with the seeds, el tema más bluesero del disco y para el que escribe uno de los valles del mismo, la banda acompaña con contención al principio para acelerar contundentemente en los pasajes de los solos. Shake it off, que recuerda al John Lennon más rockero, es un nuevo ejercicio de maestría en la ejecución con los continuos cambios de ritmo y la alternancia de tempos. Please be patient with me es una dulce balada dirigida a la señora del cantante (Tweedy no parece ser el tío más encantador del mundo, precisamente). Hate it here bien podría ser una canción de Van Morrison (vaya, otro candidato a Mister Simpatía) sobre la soledad tras una ruptura, hasta llegar al estribillo, casi glam. Leave me like you found me es un meláncolico y bello tema, apenas susurrado, que pasa un tanto desapercibido. El piano y la steel guitar de Cline dominan el siguiente corte, Walken, en el que Tweedy reconoce que (la persona a la que esté dirigida la canción) estaba en lo cierto… pero ¿sobre qué? El mismísimo Dylan se asoma en What Light, una canción sobre la libertad personal y la luz interior. On and on and on es el dramático final al disco, en el que canta a estar juntos hasta la muerte (However short or long our lives are going to be / I will live in you or you will live in me); el tema, realmente sobrecogedor, es muestra del buen hacer de los de Chicago.
En la crítica hubo división de opiniones tras la publicación del álbum, pues muchos quisieron ver en el mismo un paso atrás. El principal motivo de estas críticas negativas seguramente fueron las altas expectativas que Wilco había creado con sus dos trabajos anteriores, que no es que no colmen con Sky blue sky, si no que como dijimos anteriormente no lo hacen por la senda esperada de ellos. Sin duda estamos hablando de un disco al menos tan bueno como los que le preceden, y esto ya de por sí son palabras mayores. Los fans, sin embargo, recibieron encantados el disco y respondieron positivamente al nuevo rumbo que tomaba el grupo haciendo de la gira mundial con que lo presentaron todo un éxito.
Wilco (que para quien se lo pregunte es una contracción de “will comply” usada en el argot militar) es en la actualidad una de las más importantes bandas de rock alternativo de la escena americana. Originarios de Chicago, el grupo surgió tras la separación de Uncle Tupelo en dos frentes: éste por un lado y por el otro Son Volt. Su estilo ha ido en constante evolución desde el country rock, pasando por el folk, pop, rock alternativo, blues rock e incluso krautrock. Igualmente, su formación ha ido sufriendo toda serie de cambios, con un número de miembros variable entre los cuatro y los seis. Esa tendencia al cambio se ha reflejado en su discografía: a partir de su debut AM, con un sonido muy cercano al de Uncle Tupelo, empezaron a incorporar nuevas texturas y sonidos en Being there, para zambullirse a continuación en el pop rock de Summerteeth; en Yankee hotel foxtrot sorprendieron con sus experimentaciones, y fueron incluso más allá en A ghost is born. Para la gira de este último disco (de la que se editaría posteriormente el disco Kicking Televisión cuya crítica podéis leer aquí) Wilco fichó a dos nuevos miembros armando así la formación actual: los "fundadores" Jeff Tweedy (compositor, guitarra, voz) y John Stirratt (bajo, coros), los "veteranos" Glenn Kotche (batería) y Mikael Jorgensen (piano, teclados), y los "novatos" Nels Cline (guitarra solista) y Pat Sansone (teclados, guitarra, coros). Los dos últimos en incorporarse ampliaron exponencialmente las posibilidades del grupo: Cline es un carismático y virtuoso guitarrista de jazz que ha dejado su impronta desde el principio; Sansone por su parte es un prodigioso multi-instrumentista cuya polivalencia ha permitido a la banda nuevas posibilidades en sus directos. A decir verdad, y como opinaba el amigo revolver no hace mucho, en Wilco no toca nadie que no sea un virtuoso.
Tras dos discos bastante experimentales, sobre todo el segundo de ellos, y una triunfal gira el grupo se embarca en la producción del que sería su sexto álbum (séptimo si contamos el grabado en directo). Para ello se recluyen en The Loft de Chicago, donde la banda tiene su estudio de grabación, y empiezan a trabajar en nuevos temas. Esto ya en sí es noticia, ya que hasta entonces normalmente Tweedy era el único compositor de la banda y les presentaba a los demás miembros las canciones ya maquetadas. Además, la banda se propuso dejar a un lado los experimentos sonoros y trucos de estudio que tanto habían ejercitado en sus últimos tiempos para volver a sus raíces con el nuevo disco: puede decirse que es un retorno al folk, al country-rock. Nos presentan un trabajo sereno y apacible que no es un paso atrás como muchos quisieron ver, sino hacia delante: volvieron a sorprender pero no por hacer algo novedoso y rompedor, si no precisamente por no dejarse llevar por lo que se esperaba de ellos. Las canciones son de una belleza increíble que se realza por la sencillez en la ejecución, reflejo de la madurez tanto en la composición como la interpretación.
El primer corte del disco, Either way, que versa sobre una ruptura y la esperanza de una posible reconciliación, es un tema suave y emotivo que esconde uno de los más bellos solos de guitarra del disco. You are my face parece en principio seguir en la misma línea, empezando como una balada folk-pop cantada a duo para romper con potencia en el puente, volviendo al inicio para el final de la canción. El mejor tema del disco, Impossible Germany, es por encima de todo un ejercicio de guitarras sublime, donde Cline se gana sin lugar a dudas su plaza en el Olimpo con el impresionante jazzístico solo final, siendo la ejecución de toda la banda realmente impecable. El tema que da nombre al disco, Sky blue sky, es una suave balada folk que nos recuerda al mejor Neil Young, donde destaca de nuevo el maestro Cline ahora con una steel guitar. En Side with the seeds, el tema más bluesero del disco y para el que escribe uno de los valles del mismo, la banda acompaña con contención al principio para acelerar contundentemente en los pasajes de los solos. Shake it off, que recuerda al John Lennon más rockero, es un nuevo ejercicio de maestría en la ejecución con los continuos cambios de ritmo y la alternancia de tempos. Please be patient with me es una dulce balada dirigida a la señora del cantante (Tweedy no parece ser el tío más encantador del mundo, precisamente). Hate it here bien podría ser una canción de Van Morrison (vaya, otro candidato a Mister Simpatía) sobre la soledad tras una ruptura, hasta llegar al estribillo, casi glam. Leave me like you found me es un meláncolico y bello tema, apenas susurrado, que pasa un tanto desapercibido. El piano y la steel guitar de Cline dominan el siguiente corte, Walken, en el que Tweedy reconoce que (la persona a la que esté dirigida la canción) estaba en lo cierto… pero ¿sobre qué? El mismísimo Dylan se asoma en What Light, una canción sobre la libertad personal y la luz interior. On and on and on es el dramático final al disco, en el que canta a estar juntos hasta la muerte (However short or long our lives are going to be / I will live in you or you will live in me); el tema, realmente sobrecogedor, es muestra del buen hacer de los de Chicago.
En la crítica hubo división de opiniones tras la publicación del álbum, pues muchos quisieron ver en el mismo un paso atrás. El principal motivo de estas críticas negativas seguramente fueron las altas expectativas que Wilco había creado con sus dos trabajos anteriores, que no es que no colmen con Sky blue sky, si no que como dijimos anteriormente no lo hacen por la senda esperada de ellos. Sin duda estamos hablando de un disco al menos tan bueno como los que le preceden, y esto ya de por sí son palabras mayores. Los fans, sin embargo, recibieron encantados el disco y respondieron positivamente al nuevo rumbo que tomaba el grupo haciendo de la gira mundial con que lo presentaron todo un éxito.
2 comentarios:
Me gusta mucho este disco, aunque tardé un poco en descubrirlo. Mi canción favorita es sin lugar a dudas Leave Me Like You Found Me. A Ghost Is Born sigue siendo aún mi álbum favorito de Wilco, pero éste penúltimo trabajo hasta ahora no le va a la zaga.
Un saludo.
Lo que son las cosas, yo no termino de decidirme pero probablemente mi favorito estaría entre "Yankee hotel foxtrot" y "Sky blue sky". En cualquier caso creo que junto a "A ghost is born" forman una trilogía increíble, la Santísima Trinidad del rock alternativo.
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