Tangled Up In Blue en una de las mejores canciones de Bob Dylan que abre uno de los discos más aclamados de su discografía, Blood On The Tracks. Considerado por muchos (entre los que me incluyo) como el mejor álbum de su extensa carrera, Blood On The Tracks fue compuesto durante los últimos coletazos de una crisis matrimonial que desembocaría en divorcio dos años después. Dylan escribe para este álbum las letras más desconsoladas, tristes y confesionales de su producción musical. Tanto es así que, después de registrar el álbum en septiembre de 1974, decidió regrabar varios meses después algunos de los temas para ocultar y evitar ciertas letras que consideraba demasiado personales a posteriori. La canción que nos ocupa pasa por tres versiones de estudio entre las que el cantautor cambia la instrumentación y varios aspectos de la letra antes de llegar a la versión final publicada.
Tangled Up In Blue es una especie de road movie convertida en canción, donde distintos escenarios se van sucediendo mientras se narra la historia de una pareja mezclando fantasía y ciertos apuntes autobiográficos. Elegida como la nº 68 de las 500 mejores canciones de la historia según la revista Rolling Stone, el tema hace un recorrido desde los bosques del Norte hasta un club de streaptease, pasando por Nueva Orleans y la Costa Este. La letra juega con el tiempo, avanzando y retrocediendo por las diferentes etapas de la relación, cambiando incluso desde la primera persona del singular (es decir, hablando como uno de los implicados) a ser el narrador externo de la supuesta pareja en algunos de los párrafos. A pesar de contar una historia triste a todas luces, Tangled Up In Blue se vuelve luminosa gracias al sonido de la guitarra, que la envuelve de un halo que la aleja del sombrío tono del álbum en el que se encuentra. Y es que Blood On The Tracks es la otra cara de la moneda a la rotunda canción de amor dedicada a su esposa casi una década antes titulada Sad Eyed Lady Of The Lowlands. En versiones posteriores como la del directo Real Life, la letra cambia radicalmente en varias de sus partes y, en otros conciertos, Dylan ha llegado a utilizar la tercera persona del singular para cantar la canción al completo, es decir, narrando los hechos como si fuera un mero espectador.
La versión acústica que vamos a escuchar es una de las tres versiones ya mencionadas que no fue publicada oficialmente hasta mediados de los ochenta en el recopilatorio Biograph y reeditada después en el primer volumen de The Bootleg Series, proyecto que desde principios de los noventa reúne interesantes directos y versiones inéditas de canciones del genio de Duluth. El mismo acústico aparece también en un disco no oficial titulado Blood On The Tapes, donde se hace el recorrido más completo hasta la fecha de todas las tomas alternativas no publicadas del álbum Blood On The Tracks, incluyendo otras versiones inéditas de Lily Rosemary And The Jack Of Hearts, You're A Big Girl Now o Shelter Form The Storm. A título personal, indicar que pude disfrutar de una estupenda versión en directo de la canción que nos ocupa en Jerez de la Frontera, en una de las paradas de la última gira que Bob Dylan realizó por España.
2 comentarios:
Grandioso disco "Blood on tracks",coincido contigo en que es el mejor,o al menos el que más me gusta a mí.
Sería imposible decantarme por un tema u otro como el mejor del álbum pero hay una joya que siempre me ha puesto los pelos de punta,"Idiot wind".
Recuerdo que me pasate "Blood on the tapes" y no paré de escucharlo en semanas.Bajo mi punto de vista tiene tomas que superan a las publicadas en el álbum oficial.
Beatles., yo no podría destacar ningún tema en concreto de Blood On The Tracks, pero Idiot Wind está también entre una de mis preferencias. Es quizá lo más cerca que ha estado Dylan del sonido de Like a Rolling Stone. Una pasada, la misoginia y el rencor pueden palparse entre los surcos.
Blood On The Tapes es un álbum genial, un complemento perfecto después de disfrutar Blood On The Tracks. Quizá uno de los bootlegs de Dylan más interesantes. La verdad es que llena mucho más que escuchar interminables horas de todos los conciertos que circulan por ahí en ediciones piratas.
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