viernes, 17 de febrero de 2012

The Beatles según... Ian McDonald (II)

La historia de los Beatles posterior a los Beatles es, en conjunto, poco edificante. Los cuatro grabaron álbumes en solitario - más de sesenta, hasta el momento -pero ninguno de ellos consiguió aproximarse remotamente a la calidad de la obra de los Beatles. Reflejo de esta triste historia, sus relaciones fueron durante largos periodos distantes y marcadas por el resentimiento. [...] Por separado, los miembros del grupo de pop con más talento de la historia habían caído rápidamente en algo muy parecido a la mediocridad. ¿Por qué?


Lennon y McCartney en 1974

La edad es una de las razones. El pop/rock es esencialmente la música de gente joven, y al llegar a los treinta años y crear un hogar, lo normal es que un grupo sea incapaz de sostener una mentalidad de banda. Hay que sustituirla por algo nuevo, cambiar a otros objetivos: management, producción, televisión, interpretación (en el caso de Harrison, jardinería); o una carrera en solitario basada en una música más introspéctiva que encaje con la creciente madurez, suponiendo que ésta exista. Cuando, en las entrevistas entre 1983 y 1996, McCartney recordaba, entre incrédulo y divertido, la vertiginosa velocidad de la carrera de los Beatles, lo hacía desde la perspectiva de un padre de familia para quien una energía tan monomaníaca sólo puede ser prerrogativa de la loca juventud. Al final, los Beatles se hicieron mayores y se asentaron. Aunque tanto McCartney como Harrison y Starr se aventuraron a salir de gira a principios de los años noventa, ellos mismos hubieran reconocido que, para entonces, hacía ya tiempo que habían perdido la energía adolescente de la que depende la música pop.


Si el tiempo pasó factura a los Beatles en el aspecto personal, también cayeron victimas del tiempo a un nivel más universal. A su manera, autodesprestigiadora e involuntaria, habían hecho y habían cambiado la historia; pero la historia, siempre indiferente, siguió su curso, dejándolos atrás. A medida que avanzaban los años setenta, los apolíticos Beatles perdieron relevancia y, con la llegada de los años ochenta, la prensa pop empezó a considerarlos piezas de museo. Sólo el revival psicodélico que tuvo lugar en la cultura pop a finales de los ochenta hizo que los discos de los Beatles empezaran a significar emocionalmente algo para sus jóvenes descendientes.


Harrison, Starr y McCartney en la boda del segundo, 1981

Pero los Beatles no fueron en ningún aspecto un fenómeno ordinario. Muchos han hablado de la atmósfera carismática que se activaba cuando los cuatro estaban juntos, una disposición de grupo que los mantuvo unidos a lo largo de dieciocho meses de luchas interiores, durante los cuales grabaron más de cincuenta temas y en los que continuaron funcionando, si bien menos informados que antes, como una antena psíquica mediante la cual mantenian el contacto con las corrientes cambiantes del sentimiento popular. La sensibilidad respecto a su contexto cultura, que permitió a los Beatles rehacer su carrera en 1966, sólo ha sido superada por David Bowie en el mundo del pop, y en sus idiomas respectivos por Stravinsky, Picasso y Miles Davis. [...] El corazón de los Beatles era un factor X: una conexión casi telepática que proporcionaba apoyo a domicilio, competencia amistosa, y el refugio de una visión vital común. 

Del libro Revolución en la MenteIan McDonald.

4 comentarios:

David dijo...

Sí. Ya leí esto en su día, y creo que a ti te gusta mucho el libro de McDonald... pero ni es para tanto (aunque está bien), ni estoy tan de acuerdo con lo que aquí expone (aunque tenga su parte de razón).
Por separado no cayeron en algo parecido a la mediocridad.
De hecho, nada más separarse, y si tenemos en cuenta las primeras cosas que hicieron (Plastic, ATMP, Ram..) no diría que no se aproximan ni remotamente (es otra cosa).

Orlando Granda dijo...

All things must pass, ¿mediocre? (aunque ya sé que me dirán que muchas de las composiciones son de la época beatle, que después, Harrison, no mantuvo el mismo nivel, para mí es un must have, un señor disco, muy actual, muy sincero. Pero respeto la opinión del señor al sostener que luego de The Beatles cada uno de los integrantes cayó en la mediocridad. No es una verdad absoluta, simplemente su opinión. ¿Que estuvieron en el casi olvido o que eran considerados como piezas de museo en los ochenta? Puntos de vista. Me sé de mucha gente, contemporáneos míos, que los descubrimos en los ochenta y nos apasionamos de su música, hasta el día de hoy. Pienso y siento que si alguno de sus discos saliera recién el día de hoy, serían considerados actuales (pienso en Revolver, Rubber Soul, Abbey Road, Magical Mystery Tour....).
Un abrazo desde mi morada de Barranco. Te sigo siempre en tu magnífico blog.

Nemo dijo...

El hecho de que los Beatles fueran mucho más grandes juntos que por separado creo que se debe a la ley de contrapesos. Dentro del grupo había competitividad y apoyo. Se mejoraban unos a otros y también se esforaban por superar a sus compañeros. En solitario se dieron a la autocomplacencia, no tenían que impresionar a nadie, nadie les decía que se estaban acomodando.

El primer disco en solitario de Harrison es tan bueno como resultado de la liberación. Puede dar rienda suelta a las grandes canciones que no le han dejado colar. Pero pronto se acomoda y se ensimisma.

Lo mismo le pasa a Lennon. Sus dos primeros discos (sin contar los experimentales con Yoko) son emoción pura. Le salen de dentro con más fuerza que nunca. Pero en seguida cede a sus obsesiones y pierde el paso.

McCartney, por el contrario, parece cansado de llevar el peso en la última etapa de la banda y opta por hacer cosas sencillas, sin complicaciones, lo que le dé la gana sin tener que complacer a nadie. Y aunque con el tiempo recupera el pulso, nunca volverá a ser el mismo precisamente por eso, porque se acomoda a un estilo que no tiene a nadie enfrente.

Luis de Vigo dijo...

Estoy de acuerdo con todo lo que comenta Nemo.