sábado, 5 de noviembre de 2011

Gary Higgins - Red Hash

De vez en cuando uno se topa con joyas ocultas, obras absolutamente geniales que no tuvieron ni el éxito ni la repercusión que merecerían por su calidad. Son discos que uno disfruta doblemente: por la música obviamente, pero también por la sensación de haber descubierto un tesoro secreto. Algo como haber abierto una ostra y encontrar una perla allí. Uno de esos discos es Red Hash de Gary Higgins (Nufusmoon - 1973).


Este tipo es uno de esos personajes enigmáticos con que uno se topa al intentar descubrir algo sobre el artista que está escuchando. Cuesta encontrar cualquier dato sobre su vida y no digamos ya sobre su obra, que se reduce al disco que aparece sobre estas líneas. Un único disco a sus espaldas, y después... la nada. Vayamos por partes.

Resulta que Higgins era un chico de Connecticut que a mediados de los 60's tocaba en un grupo de rock'n'roll llamado Random Concept junto a un puñado de amigos y compañeros de colegio. Higgins estaba bastante influenciado por la música británica (The British Invasion), el folk y la psicodelia. Convertidos en unos de los mejores grupos de la escena local, llegaron a tocar bastantes veces en Nueva York, ejerciendo también como banda de acompañamiento de otros cantantes. Además, Higgins y su compañero Jake Bell se enrolaron en otra banda llamada Wooden Wheel.

En estas se encontraba el amigo Gary cuando en octubre de 1972, en una redada, es detenido por tráfico de marihuana y condenado a 13 meses de prisión. En los días previos a entrar en la cárcel llama a sus amigos de Random Concept (que se habían separado meses antes) y Wooden Wheel para grabar en una maratoniana sesión de 40 horas un disco intimista y reposado, etéreo y oscuro a la vez. Parece increíble la atmósfera lograda por los músicos teniendo en cuenta que se grabó en las horas previas a su encarcelamiento.



El disco, convertido en obra de culto con el paso de los años, fue grabado en un cuatro pistas de manera totalmente amateur. El sonido es un tanto deficiente, pero la frescura del "casi directo" resulta más conmovedora si cabe. Grabado con guitarras acústicas, bajo, cello, teclado y percusión, con la adición ocasional de flauta y mandolina, es uno de los discos más sencillos y emotivos que he escuchado.

Se editaron 3.000 copias de este álbum, en un sello minúsculo, sin promoción alguna y, claro está, sin posibilidad de darlo a conocer en conciertos al estar Gary en prisión. Red Hash, título que Higgins nunca aprobó, pasó desapercibido en su momento para posteriormente ser admirado y venerado , como le ocurriría a otro contemporáneo suyo: Perry Leopold, con dos discos autoeditados deliciosos que son Christian Lucifer y Experiment In Metaphysics.



En los años 90 empezaron a circular copias piratas del álbum y Red Hash se revalorizó de manera exponencial. Las copias originales son por supuesto objetos codiciados por los fans, pagándose cifras bastante altas en las ventas y subastas en internet. Sin embargo, Gary Higgins era un misterio: nadie sabía qué había sido de él, si estaba vivo o muerto, dónde se encontraba o a qué se dedicaba. Es años más tarde cuando los amigos de Splendid se embarcaron en la búsqueda de este enigmático músico y dieron con él, realizándole esta interesante entrevista en 2005.

Resulta que Gary Higgins había salido de la cárcel y, habiendo abandonado todas sus aspiraciones musicales, se casó y tuvo un hijo, desempeñando desde entonces empleos totalmente anónimos. Por supuesto que no dejó de tocar y componer durante todos estos años, pero ajeno totalmente a la cada vez mayor popularidad que adquiría su único disco, ya casi una leyenda. Por aquél entonces, y tras la reedición en el mismo 2005 de Red Hash, Higgins se encontraba ensayando con los músicos originales con que grabó su disco (salvo el cambio en la guitarra de Bell por su propio hijo, los tiempos cambian) para dar una serie de conciertos más de treinta años después.

Gary Higgins en el siglo XXI (obviamente)

Desde entonces ha publicado dos trabajos más, Seconds (2009) y A Dream a While Back (2011), sin mayor repercusión que la que le otorga su primer trabajo.

4 comentarios:

Rivers Of Ice dijo...

Apunto la recomendacion.

Alex J. Sales dijo...

Sí señor, recuerdo bien que este disco lo compartimos en los tiempos del viejo foro.
Estas "perlas" son siempre bien recibidas (al igual que el disco "U.F.O." de Jim Sullivan, referencia que publiqué en Barabajagal: http://barabajagalrevolver.blogspot.com/2011/08/ufo-jim-sullivan-monnie-records-1969.html
Son discos tienen que ver con el espíritu verdadero de la música. Sencillos y profundos.
Un saludo.

Redacció dijo...

Increible historia, me apunto a este artista y busco su música. Saludos

Bruno dijo...

Tomo nota de Jim Sullivan, revolver. Vi la entrada cuando la publicaste, pero llevo un tiempo sin escuchar nada nuevo.

Lo buscaré y degustaré cuando se me "abra el apetito musical".

En cuanto a Higgins, una extraña historia para un artista excepcional. Bueno, no sé si decir tanto, ya que hay poco que entrar a valorar, pero que desde luego en este trabajo dio buena muestra de su sensibilidad y posibilidades. Os recomiendo que lo escuchéis cuando tengáis ocasión.

Saludos a todos y gracias por comentar.