Fantástico trabajo de Stephen Stills, la obra magna de su discografía en solitario y uno de los álbumes dobles más importantes de la década de los setenta. Tercer trabajo en solitario donde se rodea de excelentes músicos como Chris Hillman y viejos conocidos como el batería Dallas Taylor. La idea era formar un supergrupo de country rock que tocara todas las facetas de la música tradicional americana. Son pocos los dobles álbumes que se mantienen por sí solos y menos aún aquellos que no recurren a material de relleno de última hora para completar el espacio en blanco de cualquiera de las caras de los vinilos. En Manassas no sobra nada, cada uno de los veintiun cortes es sensacional y sólo una de las canciones supera los cinco minutos de duración.
Uno de los aspectos que más me llamó la atención de este disco fue la reunión de Stephen Stills con otro ex-componente de los Byrds, Chris Hillman. Si ya se ha hablado repetidas veces del talento de Crosby a lo largo de este ranking, Hillman no se queda atrás: excelente compositor, pieza clave de los Byrds durante su etapa de máximo esplendor creativo, fundador de los Flying Burrito Brothers junto a Gram Parsons, en definitiva, un músico excepcional que a lo largo de los años supo potenciar las virtudes de todas las bandas o grupos de los que formó parte. La estancia de Hillman en el proyecto Manassas quedó resumida perfectamente durante una entrevista que concedió en 2004 a la revista española Ruta66: "Con Stephen aprendí mucho acerca de cómo componer una canción. Era un visionario, un artesano de las melodías, alguien por cuyo interior fluían las sonoridades más variadas y fascinantes y que sólo él sabía como ordenarlas, como mezclarlas correctamente para dar forma a canciones tan apasionantes como las condensadas en ese disco. Es alguién a quién admiro como compositor y al que le sigo teniendo una gran estima. Creo que él fue el verdadero artífice del primer disco de Crosby, Stills & Nash, el arquitecto del sonido global que desprende ese álbum". El caso es que la inestimable ayuda de Chris Hillman como compositor y segunda voz fueron capitales para convertir a Manassas en uno de los mejores discos de la historia del rock.
Manassas se estructura en cuatro partes que se corresponden con las caras de la edición original en vinilo. Cada una de ellas tiene un título y su razón de ser es clasificar los temas según los géneros abarcados:
- Cara A (The Raven): Se centra en la mezcla del rock y los sonidos latinos que tanto gustaban a Stills, sobretodo para crear las codas finales de sus canciones. A destacar Both Of Us (Bound to Lose), excelente canción que parece sacada directamente del album de los Byrds de 1968, The Notorious Byrd Brothers. También interesante el poderoso ritmo latino de Anyway, un tema contundente donde Hillman y Stills combinan sus voces a la perfección.
- Cara B (The Wilderness): Repasa el bluegrass y la música country. Personalmente es la que menos me gusta, son géneros que no me atraen demasiado. A pesar de todo, Colorado y So Begins The Task se alzan como dos de las mejores canciones del doble álbum. La segunda en especial me parece además una de las mejores composiciones de la carrera en solitario de Stephen Stills.
- Cara C (Consider): Dedicada al folk y al folk rock. De las cuatro partes, la más contundente y mi favorita sin duda alguna. Me gustaría hablar de todas las canciones que la componen, pero sólo voy a destacar dos como en los casos anteriores. Guitarras cristalinas en la tranquila Johnny's Garden y atmosfera de sintetizador en mi tema favorito de todo el disco, Move Around.
- Cara D (Rock & Roll Is Here To Stay): Compuesta por canciones donde el blues y el rock se dan la mano. Fabulosos los ocho épicos minutos en The Treasure y magistral el buen saber hacer de Stephen Stills en el corte que cierra el disco, Blues Man.
Para finalizar este post, recurrimos de nuevo a la entrevista de Chris Hillman en Ruta66: "Desgraciadamente, con Manassas se volvió a repetir la triste historia: salíamos de gira y aquello era un descontrol. Eran los 70 y las drogas estaban por todas partes, pero afortunadamente, gracias a Dios, no puse jamás mi vida en peligro. Llegué a pensar que mi mision en esta vida era ser el elemento estabilizador en todas las bandas en las que estuviera. El segundo disco fue un desastre y estábamos tan quemados que el instinto de supervivencia nos condujo a la disolución del grupo. Pero prefiero no pensar en los malos tiempos y quedarme con la imagen de un grupo de talentosos músicos que se vaciaba cada noche".
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