miércoles, 21 de marzo de 2012

Passion For Acoustics - Last Goodbye


A pesar de los años, cada cierto tiempo me da por volver a escuchar de forma compulsiva el álbum Grace de Jeff Buckley. De hecho, esta semana llevo varios días empezando la mañana con Grace sonando en el coche at maximum volume (como recomendaría el bueno de Ziggy). Mi enésima vuelta a este fascinante álbum es la excusa perfecta para dedicarle un Passion For Acoustics a mi canción favorita, Last Goodbye


Siempre que vuelvo a reencontrarme con Grace, me maravillo de la singularidad de la música que este chico supo crear en su álbum debut. Es triste admitir que nunca sabremos la evolución que podría haber seguido su arte, ya que su segundo trabajo quedó a medio hacer y escuchar las maquetas deja un sabor algo agridulce, ya que, comparadas con los cortes de Grace, parecen desdibujadas y carentes de fuerza. Sketches For My Sweetheart The Drunk es una colección de demos que no resiste demasiadas escuchas, ya que son cortes que se encontraban en pleno desarrollo cuando Buckley se ahogó en aquel río de una forma tan misteriosa.

Grace queda entonces como una obra atemporal de un músico único cuyo sonido guarda pocas relaciones con sus contemporáneos. Sólo puedo pensar en Astral Weeks de Van Morrison para poder realizar una comparación acertada con otra obra similar. La carrera de Van Morrison, aún conservando sus señas de identidad características, no volvió a alcanzar después semejantes cotas de singularidad, por lo que quizá a Jeff Buckley le habría ocurrido algo parecido de no haber fallecido. Nunca lo sabremos. Grace no alcanzó en el momento de su publicación todo el éxito que merecía y, año tras año, ha ido ganando adeptos hasta que en 2006 la revista MOJO lo encumbró como el mejor disco de rock de todos los tiempos.


Jeff Buckley dejó una honda huella marcada aún más por su repentina perdida, legando una obra maestra como Grace, un innegable atractivo físico para acompañar al mito y un rango vocal inalcanzable para el resto de los mortales. No soy un enamorado de las voces y no es el rasgo en el que más suelo fijarme cuando escucho un álbum, pero debo admitir que el trabajo vocal de este chico es una de las claves principales para aupar a Grace como obra maestra absoluta.

Antes de publicar su álbum debut y enamorar a la crítica musical, Jeff Buckley pasó una temporada tocando en cafés acompañado tan sólo por una guitarra eléctrica. En 2003 se publicó a título póstumo un álbum en directo de aquella  época (año 93) llamado Live At Sin-é de una pulida claridad sonora donde se le puede escuchar sólo en el escenario entre aplausos y entrechocar de tazas y platos. En este doble directo queda claro que aquel sonido tan propio que escuchamos en Grace procede por completo de Jeff Buckley y que los músicos acompañantes que tocan en el álbum son precisamente eso, meros acompañantes. Resulta increible escucharle cantar tan solo con una guitarra Mojo Pin o Lover You Should've Come Over un año antes de ser publicadas sin echar nada en falta. Live At Sin-é es también una buena muestra del exquisito gusto en las referencias del músico, versionando Strange Fruit de Billie Holiday, If You See Her, Say Hello de Bob Dylan o The Way Young Lovers Do de Van Morrison, precisamente una de las canciones más convencionales de Astral Weeks.


Las canciones de Grace que suenan en este directo indican que ya disponía de mucho material un año antes de ponerse a trabajar en su publicación. Last Goodbye aparece bajo un primer nombre de Unforgiven y el rasgueo de guitarra del principio es calcado al comienzo de la versión definitiva. Es mi canción favorita de Grace, porque, a pesar de ser claramente la más comercial, no se repite durante su desarrollo y evita la estructura habitual de estrofa / estribillo. A pesar de ser tan sui generis, termina por robarte el corazón con un par de escuchas. No sé si será por esos violines que acompañan con una delicadeza abrumadora hasta adueñarse del tema en la parte intermedia, o por la voz de Buckley que se mueve como pez en el agua hasta saltar en ese insuperable falsete gritando Kiss me, please kiss me!. Me parece una canción perfecta de principio a fin, una de las que me llevaría sin dudar a una isla desierta. Encontrar este interesante acústico que data de un año antes a ser publicada ha sido una gran sorpresa, sobre todo por redescubrir en ella todos los elementos que me maravillan de su versión definitiva.

2 comentarios:

Bruja Truca dijo...

Si alguna vez tienes la oportunidad ve a ver al grupo que hace homenaje a Jeff Buckley, Eternal Life. No te lo crees hasta que no lo escuchas, pero el chico canta IGUAL. Es sobrecogedor...

Alex J. Sales dijo...

Ayer, durante un taller de fotografía, comenté con uno de los profesores la gran calidad de este músico y lo que nos hemos perdido con su muerte. Llevaba en el iPhone este mismo álbum y escuchamos un par de canciones durante un descanso. Una de ellas era esta, por supuesto. !!!