Si ya estábamos de acuerdo en que la Velvet había dejado de serlo (o al menos en gran parte) tras la marcha de Cale, ¿qué decir de su último trabajo? Reed compartía galones con Yule, quien cobraba cada vez más protagonismo en la banda, Tucker se tomó un "descanso"... y además sucede que se les ocurre volverse comerciales.
El primer hecho a destacar es que la V.U. se quedan sin discográfica. MGM, la dueña del sello Verve, cambia de presidente por las continuas pérdidas económicas. La primera medida del nuevo jefe es literalmente despedir a todas las bandas que tuvieran relación alguna con el consumo de drogas o el movimiento hippy. Como no podía ser de otra manera, V.U. encabezaba una lista en la que también aparecían otras bandas como The Animals o The Mothers of Invention. Sorprendentemente, y pese al nulo éxito de sus tres trabajos, Atlantic Records los ficha para editar el que acabaría siendo su canto de cisne, que sería publicado por el sello Cotillion.
Su nuevo jefe, Ahmet Ertgun, les pide literalmente un disco cargado de éxitos (loaded of hits), y de ahí surge el título del álbum. Podría resultar extraño hacer tal petición a una banda como la Velvet, tan sorprendente, insólita e inclasificable, pero no lo es tanto si recordamos que Lou Reed había dado sus primeros pasos en el mundo de la música como compositor por encargo del sello Pickwick, donde aprendió las técnicas y trucos para componer (o plagiar, más bien) temas de éxito. De modo que la petición no le resultó tan extraña y supo responder a ella, aunque lo hizo a su manera: llevó al estudio casi literalmente un tema de cada estilo musical. Globalmente este álbum podría ser, salvando las distancias, una especie de versión propia y no tan disparatada del Freak Out! de The Mothers of Invention: una colección de temas muy diferentes entre sí que van desde el doo-wop al rock, pasando por el pop o el country. Era como decir "yo os traigo un ramillete de éxitos potenciales, hay donde elegir, alguno funcionará". No se trata de un disco comercial estrictamente, pero sí de una cierta concesión a la discográfica.
Por otro lado, como ya mencionamos, Maureen Tucker abandonó temporalmente la banda ya que se encontraba embarazada. Aunque en los créditos del disco aparece como si nada, el hecho es que en la grabación se encargaron de tocar los tambores el hermano de Doug Yule, Billy Yule, y en la mayoría de las ocasiones el propio Doug. No es que Moe tuviera una técnica depurada ni un especialmente dotado sentido del ritmo, pero su característico sonido tan primitivo desaparece aquí por completo. Encontramos interpretaciones correctas, sí, pero totalmente convencionales. Un detalle significativo que nos aleja de la V.U. original.
Y para terminar de rizar el rizo, Reed dejaba cada vez más libertad a Yule, quien intenta y casi logra convertirse en el centro de atención de este trabajo. Sin querer pecar de injustos, Yule no era un mal músico, de hecho era quizá bastante más técnico que (al menos casi) todos sus compañeros y sin duda un multiinstrumentista competente. Pero desde luego no era John Cale. Y por momentos pareciera que, no solo él mismo, sino el propio Reed llegó a creérselo; o al menos, no le importó hacer como que lo creía y le cedió el puesto. Hecho destacable: en casi la mitad de los temas Doug Yule se hace con el micro como voz solista.
Todo esto hace que muchos melómanos y fans de la Velvet menosprecien este disco, cuando no reniegan directamente de él. No está la mitad de la formación inicial; los temas son más accesibles y más variados que todo aquello a lo que nos tenían acostumbrados; la mitad de las veces ni siquiera oímos cantar a Reed; y además el sonido... Ese sonido... ¡Si es que suenan bien! Demasiado bien para ser la Velvet Underground. ¿Dónde quedaron esos violentos guitarrazos? ¿Los tambores atronadores y los sonidos zumbantes? ¿Dónde los ritmos hipnóticos y los riffs distorsionados? Desde luego que quedan aquí ecos del pasado, y no es del todo irreconocible su característico sonido, pero ahora distan mucho de aquellos primeros trabajos.
¿Se trata entonces de un mal disco? Siendo objetivos e intentando ser justos con el álbum que nos ocupa, tenemos que reconocer que se trata de un muy buen disco de rock. Lo que ocurre que se trata de un trabajo que nos rompe el mito: tras tres discos absolutamente geniales, descubrimos que la V.U. es terrenal y humana, que no es infalible. Es un disco brillante que cuenta con algunos de sus mejores y más recordados temas, pero no está a la altura de lo que se esperaba de ellos. Si sus tres trabajos anteriores se mueven entre el sobresaliente y la matrícula de honor, este podría obtener sin problema alguno un notable alto. Una buena calificación sin duda, pero que con los precedentes que tenemos, nos sabe a poco.
Who loves the sun: de nuevo un disco de la V.U. comienza con un tema cantado por Yule, aunque ya no nos sorprende. Se trata de un típico tema pop sin mucha trascendencia, que bien podrían haber cantado anteriormente Nico o la misma Moe, pero los despreocupados coros de anteriores ocasiones se vuelven aquí armonías más trabajadas. Ya nos anticipan, con este tema, que la producción y la interpretación están aquí mucho más cuidadas.
Sweet Jane: uno de los clásicos de la Velvet, y de sus temas más famosos. Sobre una secuencia de cuatro acordes universalmente reconocible que se repite incansablemente, Reed recita más que canta con su típico fraseo; pero ahora no canta sobre yonkis, travestis o prostitutas, sino que lo hace a gente quizá igualmente miserable pero más corriente y ordinaria. En diferentes ediciones esta canción ha sufrido distintos recortes y mezclas, eliminando en ocasiones el puente (Heavenly wine and roses / Seems to whisper to her when he smiles), contra la voluntad de Reed, quien luchó por que se editara tal y como él la concibió.
Rock & Roll: otro peso pesado, y otro clásico de la banda. En esta canción Reed canta y celebra la aparición del rock&roll bajo el prisma (o alter-ego) de Jenny, quien no encontraba nada de música que le interesara en la radio hasta que una mañana en una emisora de NY descubrió el R&R (¡no podía creer lo que estaba escuchando!). Con una sencilla progresión de tres acordes, la vitalidad del tema se vuelve contagiosa y realmente logra transmitir la alegría que supuso la irrupción del rock&roll en la juventud de los años 50.
Cool it down: un tema sin mucho empaque que, tras dos clásicos, sale perdiendo por la comparación directa. Un rock con regusto bluesero, con cierto nervio pero sin demasiada chicha, cantado a dos voces (nunca he tenido claro si se trata de Reed doblándose a sí mismo, o cantando a dúo con Yule, o qué sé yo). Poco más que añadir.
New age: quizá el mejor tema que Reed cede a Yule para que se ponga al frente y cante como voz principal. Tema emotivo y amargo que ya era interpretado por el grupo en directo antes de su grabación y que, al meterse en el estudio, fue reescrita la letra: narra el encuentro entre una antigua estrella de cine en declive (Can I have your autograph? / He said to the fat blonde actress) con un solitario fan incondicional (I'll come running to you, honey, when you want me). Reed se quejó, aquí también, de que el tema fue mutilado en la primera edición del álbum; en posteriores reediciones se le añadieron unos cuarenta segundos recortados.
Head held high: uno de los dos temas que mejor enlaza con sus dos primeros trabajos, un rabioso y atropellado rock, con un Reed que canta con voz en grito. La banda suena compacta y eficiente, pero se echa en falta la espontaneidad de antaño: los agresivos tambores de Tucker y los desafinados e improvisados punteos de Morrison. En cualquier caso alegra reencontrarse con la versión antigua de la V.U., aunque sea a medio gas. Tema mediocre pero sin duda contagioso.
Lonesome Cowboy Bill: Reed se adentra ahora en el country-rock, con un resultado más paródico que otra cosa. La letra, caricaturesca, se mete en los tópicos del género con gracia. Si bien es un tema de relleno, la apasionada y divertida interpretación anima al oyente y hace que tararee la repetitiva letra.
I found a reason: es una suave y dulce balada con un estribillo de armonías vocales a lo doo-wop, estilo del que Reed era un gran fan, y con una estrofa sarcásticamente recitada en la parte central. Probablemente la canción más melódica de cuantas grabaron, su arreglo está sacado de Chanson D'Amour de Art and Dotty Todd, como reconoció el propio Reed. Una simpática rara avis en su discografía.
Train round the bend: este tema recupera los sonidos punzantes, hipnóticos y desafinados de la primera V.U. Un exaltado Reed canta una extraña oda urbanita: al mismo tiempo que los hippys cantaban a las bondades y la vuelta a la Madre Naturaleza, la Velvet se desmarca con este blues-rock en el que se recorre el camino pero a la inversa (Hey, I am just a city boy / I'm really not the country kind / I miss the city streets and the neon lights).
Oh! Sweet nuthin: cierra el álbum, y la discografía "oficial", una larga y épica balada cantada por la quebradiza voz de Doug Yule. Volviendo a uno de los temas recurrentes de Reed, los desheredados, se canta y homenajea a una serie de personajes que celebran no tener nada en absoluto (Oh! Sweet Nuthing / She ain't got nothing at all). Con un lento tempo que le transmite más emotividad al tema, la interpretación del grupo es precisa y apasionada. Popularizada muchos años más tarde por la película Alta fidelidad (donde también aparece el primer tema del disco, Who loves the sun), supone un broche de oro para un excepcional disco.
Una vez acabada la grabación del disco, pero antes de que se publicara, Lou Reed abandonó el grupo para lanzar su carrera en solitario. La primera edición de Loaded lo enfureció: por un lado estaban las remezclas y mutilaciones que sufrieron algunos temas tal y como mencionamos anteriormente; pero no quedaba ahí la cosa, ya que en la contraportada la foto de mayor tamaño no era la suya sino la de Yule, y además en los créditos se atribuía la composición de los temas a la banda al completo, en lugar de a él. Montó en cólera y luchó para que, como así ocurrió, en posteriores ediciones se corrigieran estos "errores".
The Velvet Underground - Loaded (spotify)
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