domingo, 20 de marzo de 2011

Auge y caída del álbum conceptual (II)

Viene del jueves 17 de marzo...

El rock progresivo es proclive a ser asociado con el álbum conceptual. ¿Porqué? Puede que los largos desarrollos instrumentales sirvan de gran ayuda para completar los vacios, ya que no hay nada como un buen instrumental para rellenar donde no se sabe que diablos intercalar. El doble álbum The Lamb Lies Down On Broadway de Génesis desarrolla su segundo disco colocando instrumentales a diestro y siniestro, ya que las canciones que tenían en un principio habrían ocupado tan sólo una de las caras del segundo vinilo.

Y ahora toca hablar del sacrificio artístico que le supone a un compositor encajar una canción dentro de una temática a la que tiene que ceñirse. Los Beatles podían componer a la soledad en Eleanor Rigby para después salirse por la tangente con un tema infantil como Yellow Submarine. En un disco conceptual no puedes hacer eso tan alegremente, tienes que ceñirte en la medida de lo posible al hilo argumental. Es decir, si seguimos una historia debemos crear canciones en el tono en el que son requeridas, de manera que el propio músico coarta su libertad artística.

Genesis, con Peter Gabriel vestido de mamarracho

Aquí habría que recordar el viejo proverbio... ¿fue antes el huevo o la gallina? Es decir, ¿el álbum conceptual surge después de ver que todas las canciones tratan de temas similares o tiene el compositor que seguir las pautas según una idea preconcebida? Lo acertado sería seguir la primera opción, es más, creo que grandes álbumes como Dark Side Of The Moon o Pet Sounds han tenido la fortuna de nacer como tales sin ningún esfuerzo. En cambio, la mayoría de los álbumes conceptuales de grupos como The Kinks parecen haber sufrido un doloroso parto para quedar de una pieza. Al menos esa es la sensación que a mí me queda, con síntomas tan claros como la inclusión de temas de relleno entre grandes canciones, por no hablar de esa sensación de musical de Broadway en algunos de los cortes por aquello de dar dramatismo a la historia. La "canción" que finaliza el álbum The Wall de Pink Floyd, The Trial... ¿era realmente necesaria? ¿alguien la ha escuchado alguna vez deleitándose en sus aspectos musicales?

Viendo la cronología de wikipedia, podemos ver que el álbum conceptual alcanzó su cima a principios de los setenta. Fue entonces cuando el rock se hizo adulto y tomo plena consciencia de su importancia, a veces en demasía. El álbum como concepto parece surgir de la necesidad de dar más importancia al LP como obra artística frente al formato single a finales de la década de los sesenta, maniobra bastante inteligente que daba más dinero a las discográficas, a pesar de ser presentado como un medio para alcanzar niveles artísticos más elevados (no es lo mismo vender 100.000 Lps que 100.000 singles).

Con aquello de "es una obra indisoluble, si sacamos singles sería un sacrilegio", muchos grupos y discográficas aumentaban sus cuentas bancarias a una velocidad nunca vista (si el éxito acompaña, claro). No quiero ser mal pensado, pero ese podría ser el kit de la cuestión. El grupo puede estar formado por lerdos que no saben sumar 2 + 2, pero como tienen cierta maña en la composición y van a publicar un álbum lleno de perogrulladas... pues nada, lo vendemos sin singles argumentando que se hace para respetar la obra en su conjunto y bla, bla, bla. El que quiera conseguir tal canción que compré el Lp pagando por todo el pack.

Yes

Con géneros como el punk, tendencias tan pretenciosas quedaron exiliadas del panorama musical. Incluso ahora con la llegada de Internet nos dicen que el single volverá a vivir una nueva edad de oro similar a la que vivió en la década de los cincuenta, dejando al álbum como un soporte físico obsoleto. La cuestión es que todo es cíclico y con los años puede ocurrir cualquier cosa. ¿Quién le iba a decir a un punk de finales de los setenta que, treinta años después, Green Day iba a columpiarse con un álbum conceptual llamada American Idiot? Quizá dentro de varios años, igual me da por recuperar aquella costumbre de escuchar los discos conceptuales de principio a fin. Valgan estos dos posts para reflexionar un poco sobre todo esto.

5 comentarios:

Rivers Of Ice dijo...

Yo solo sé que no hay nada como un buen album. Conceptual o no, insisto en que lo que prima en mi caso es el contenido. Esto es, la musica.

22 Dreams de Paul Weller, por poner un ejemplo reciente, puede ser un album conceptual ceñido a un argumento. Pero al mismo tiempo contiene una musica excitante y una cohesion en la secuencia de temas, a pesar de la variedad de estilos, fantastica. Esa es la linea correcta.

Que buenas reflexiones!!

Dr. Quatermass dijo...

Sacrificio artístico, cinturon creativo... pues más difícil todavía, doble mérito para los buenos álbumes conceptuales. Hombre quizá The Lamb también tiene cachos instrumentales porque los Genesis de la época solían poner muchos fragmentos instrumentales en TODOS sus discos, conceptuales o no.... The Trial es imprescindible para cerrar el disco y a mi me gusta, como mínimo es algo diferente que muchas veces es algo de lo que no andamos sobrados.

Un saludo y muy buenos estos dos posts!

Luis de Vigo dijo...

Hola Manuel, entiendo de alguna manera que sientas algo artificioso las obras conceptuales de los Kinks, supongo que cuando te refieres a su obra conceptual hablas de sus discos conceptuales sin concesiones de los 70 que empezarían con Lola versus Powerman and the Moneygoround, y los siguientes, no es su mejor etapa aun pensando que para mi que nada de este grupo tiene desperdicio.
Tienen discos conceptuales anteriores de los sesentas que son auténticas obras maestras del genero y de la historia del pop en general como The Kinks Are the Village Green Preservation Society o Arthur que de ninguna manera resultan artificiosos.
A mi me gusta la zarzuela, soy bastante ecléptico con mis gustos musicales, hay buena y mala zarzuela, como hay buenos y malos musicales y como hay buenos y malos discos conceptuales.
Pienso que cuando un disco conceptual es una obra maestra acaba siendo mas celebrado que otros discos, mira sino el Sgt. Pepper, el Pet Sounds, los dos discos que cité de los Kinks, o lo que hicieron los Who, acaban siendo más celebrados y creo que con justicia.

Manuel J dijo...

Mansion: Poco más que añadir, gracias de nuevo. Te juro que no sabía que 22 Dreams era conceptual, creo que lo confundo con uno de sus álbumes de versiones.

Dr. Quatermass: Lo que dije sobre los instrumentales del segundo disco de The Lamb Lies Down On Broadway lo leí en un libro sobre Peter Gabriel. Aquí el enlace, por si te interesa:

http://www.librerialuces.com/libro/Peter_Gabriel/isbn/978-84-376-0828-0

En él, explican que grabaron el álbum en una casa abandonada, durmiendo en colchones y rodeados de cucarachas. En cierto momento, el autor comenta que no llegaban a los plazos para publicar el álbum, por lo que tuvieron que improvisar instrumentales, mientras Gabriel preparaba las últimas letras. Siempre he considerado el segundo disco de The Lamb muy inferior al primero, por lo que el ejemplo me venía muy bien para estas entradas.

The Trial es un tema necesario para cerrar el disco, pero claro... es como el Revolution 9 de los Beatles, una canción que se escucha pocas veces a menos que seas un fan acérrimo de Pink Floyd. Yo le tengo mucho cariño a The Wall, me lo sé de memoria, pero no podía dejar pasar la oportunidad de mencionar ese tema tan dramático.

Luis de Vigo: Sé de tu gran pasión por los Kinks, a mí nunca me han convencido del todo. Y sí, me refiero a su etapa más conceptual de principios de los setenta. The Kinks y Neil Young son mi asignatura pendiente.

Coincido contigo en que hay discos conceptuales buenos y otros malos, pero me era imposible generalizar para desarrollar los argumentos. Gracias por comentar.

Bruno dijo...

Muy interesante el artículo completo, Manuel. Un tema delicado el de los álbumes conceptuales: desde cuáles se considera que lo son y cuáles no, hasta qué debe primar a la hora de valorarlos (si la música, el "concepto", las canciones por separado o en conjunto...).

Yo estoy con el amigo Mansion, el hecho es que lo importante es que al final la música te llegue y la sientas en las tripas. Muchas veces estos ejercicios conceptuales, de tan abstractos y forzados que llegan a ser, resultan fríos y demasiado cerebrales.