domingo, 11 de enero de 2009

Ryan Adams - Love Is Hell


Este disco es una maldita maravilla de uno de los músicos más odiados de la historia del rock. Personalmente me extraña la actitud calcada de crítica y público cuando coinciden en que el tío va de rock star y no hace otra cosa que reciclar todo lo que ya se ha hecho. Que me digan de quien saca los riffs de guitarra y las melodías para escuchar al que antes que él hacía esas maravillas. Yo sólo me doy cuenta de la cara de memo que se le queda en todas las actuaciones que le he visto en youtube, pero nada más. Que es un drogota, un borracho y se peina fatal… pues que se lo cuenten a su madre, que será a la que le interese. Yo me quedo con su música y su prodigalidad a la hora de publicar álbumes. En 2005 publicó tres… ¿quién es capaz en la década en la que estamos de semejante ritmo productivo? El último de ellos, que llevaba por título 29, fue publicado el 10 de enero de 2006. He escuchado los tres y en cada uno de ellos hay un buen puñado de canciones sin que el ritmo frenético de publicación haga mella en la calidad de sus discos.

El álbum en cuestión, Love Is Hell, apareció con una diferencia de seis meses con respecto a su anterior trabajo, Rock’N’Roll. Ambos son para mí los mejores álbumes que le he escuchado, aunque me quedo siempre con Love Is Hell como el buque insignia de su discografía. Publicado en 2 EPs para después quedar en un solo álbum de 16 canciones (con la inclusión de Anybody Wanna Take Me Home), resulta un trabajo estratosférico de un nivel compositivo exquisito.

En contraste con Rock’N’Roll, Love Is Hell está repleto de piezas lentas. La más extraña de todas ellas, una versión del Wonderwall de Oasis bastante interesante (el único tema ajeno de todo el álbum). Shadowlands, Avalance y My Blue Manhattan son tres composiciones a piano con unas melodías preciosas. Afraid Not Scare, I See Monsters, Thank You LouisePlease Do Not Let Me Go… la identidad del álbum se traduce en canciones lentas prácticamente desnudas con tono intimista salvo algunas excepciones. Una de ellas, mi tema favorito, This House Is Not For Sale, con un trabajo de guitarras que nunca me cansaré de escuchar. Irónicamente, la canción que da título al álbum es la que saca más los pies del tiesto. Love Is Hell tiene el tono perfecto para su anterior disco, ya que es el tema más duro con diferencia con guitarras que se hacen notar y gritos desgarradores en los estribillos. Political Scientist rescata la esencia del mejor Jeff Buckley para abrir el álbum.

Hace poco leí la única crítica que se ha hecho en feedback zine de un disco de Ryan Adams, Demolition. Resulta esclarecedora la bilis que se gasta el crítico despotricando sobre él para después terminar rindiéndose. Lo copio aquí:

A veces a uno le apetece ser un crítico de los "de verdad". En este caso eso implicaría decir que este hombre no es lo que parecía ser y que algunos ya lo veíamos venir desde el principio. Que está muy lejos de representar la nueva esperanza del rock'n'roll, de ser el auténtico sucesor de Bruce Springsteen y que, en realidad, cada día se parece más a John Mellencamp (dando a entender que eso ya es, de por sí, algo lo suficientemente malo). Que este disco le desenmascara definitivamente y que ya se acabó eso de ser tan indulgente y tan blando. Y a continuación, comenzar rajar como un condenado contra este disco y a descubrir, una por una, canción a canción, las influencias tan evidentes que este farsante expolia sin piedad. Y ya puestos, le damos ya por finiquitado, muerto y perdido para la causa. Vale, apetece un montón, pero hoy tampoco lo voy a hacer. No lo puedo hacer. Es decir, no lo quiero hacer. Porque el disco éste de las narices me gusta. Sin ser la octava maravilla, no está nada mal.

Así se podría resumir y probar todo lo que dije al principio.

3 comentarios:

José Antonio Pamies dijo...

Le tengo un cariño especial a este disco, cuando lo compré no sabía nada de Ryan Adams tan sólo había oido el tema nuclear y algún otro, me senté a escucharlo y pensé: "estaba tiempo sin oir nada nuevo que mereciese la pena, es un pedazo de disco"

Manuel J dijo...

Es un disco un tanto atípico de Ryan Adams, ya que resulta muy tranquilo en general, pero las composiciones son soberbias.

Gracias por tu comentario. Tienes un blog muy interesante, además de la música, también me gusta mucho leer.

Un saludo.

Anónimo dijo...

¿Por qué me compraría este disco hace ya tantos años? ¿Por qué? Copón.