10 aspectos negativos de ser fan de los Beatles

Esta entrada va dedicada a todos aquellos aspectos negativos que conlleva ser fan del grupo más importante de la historia de la música pop. No todo es color de rosa siendo seguidor de los Fab Four y cualquiera que conozca la historia del grupo en profundidad estará de acuerdo conmigo en alguno de los 10 puntos que vamos a enumerar. No sé si esta entrada podría desembocar en una nueva sección tipo "10 aspectos negativos de ser fan de...", pero no estaría mal aplicar este enfoque a otros músicos como Bob Dylan, etc.

Los prejuicios de los profanos

Profanos de los Beatles los hay de dos tipos, aquellos que no suelen escuchar música habitualmente y otros que son afines y leales a otros músicos. En el primer caso nos encontramos al típico tío pelma que se entera de que escuchas a los Beatles y directamente te canta aquello de "Amarillo el submarino es...". Suele ser gente que tiene en la cabeza la imagen de los primeros Beatles agitando el flequillo mientras cantan She Loves You. En este caso concreto, o bien te paras a explicarle al susodicho que los Beatles pasaron por diversas etapas en continua evolución musical o bien (y terminas antes) le mandas a tomar por c**o. En el segundo caso, nos encontramos con el típico fan de Bob Dylan o The Doors que menosprecia a los Beatles por comparación con sus ídolos, pero esta vez es aún más cargante porque el lumbreras en cuestión cree que su buen gusto personal conlleva cierta superioridad intelectual con respecto a cualquier mentecato que escuche a los Beatles. La solución sin embargo es común al caso anterior, mandarlo en cuanto sea posible a tomar por c**o.

Canciones odiosas que escuchas más de lo que te gustaría

Ser fan de los Beatles conlleva deleitarte con sus grandes obras maestras, pero entre el exquisito cancionero del grupo hay algunos temas que se hacen verdaderamente insoportables. ¿Porque puedo cantar en inglés el Besame Mucho de Consuelo Velázquez si no me lo sabía ni en castellano? Cha-cha-boom! También reservo memoria en mi cerebro para Ob-la-di Obl-la-da, Yellow Submarine o incluso las infames canciones que compuso Ringo. Wild Honey Pie del White Album, Blue Jay Way del Magical Mystery Tour, It's All Too Much de la banda sonora de Yellow Submarine o You Know My Name (Look Up The Number). Toda discografía lleva consigo su penitencia a cuestas y los Beatles no son una excepción.

Te ves obligado a ver Magical Mystery Tour

Aunque Spielberg diga que Magical Mystery Tour fue una gran influencia para él en la escuela de cine, la película en sí es un bodrio de cuidado. Tan sólo se redime por algunos videoclips que el grupo se vio obligado a grabar para canciones como I Am The Walrus o Your Mother Should Know. En los vídeos del Anthology, McCartney se escuda diciendo que es cine experimental, pero en realidad fue el primer gran fallo del grupo y una película difícilmente soportable para cualquiera que no sea fan de los Beatles. McCartney no tiene defensa alguna ante semejante despropósito.

Te ves obligado a escuchar la cara B de Yellow Submarine

Hablamos de la cara B, pero en la cara A tampoco hay demasiados temas rescatables (quizá Only A Northern Song y, sobre todo, Hey Bulldog). La cara B de la banda sonora lleva exclusiva autoría de George Martin y estoy casi seguro de que tan sólo los fans del grupo han podido soportarla hasta el final. En ella, tan sólo el tema Pepperland posee una melodía reconocible. El resto es una sucesión de sonidos onomatopéyicos entre los que podemos reconocer las diferentes atmósferas de las escenas de la película gracias al lenguaje musical usado por George Martin. Hablamos de la cara completa del vinilo que peor ha envejecido de la discografía del grupo, aunque ellos no tuvieran la culpa directamente.

El White Album no debería haber sido doble álbum

Cuando salió el White Album, muchas voces críticas se alzaron indicando que era un trabajo mucho más disperso que Sgt. Pepper. Y sigue siendo así, pero en estos últimos tiempos el doble álbum de los Beatles se ha revalorizado y ha terminado en un altar del que nadie puede bajarlo. En realidad hablamos de un disco que hace aguas por muchas de sus partes y en el que los Beatles aplicaron el todo vale preocupándose más por no enfrentarse entre ellos ejerciendo el veto que por sacar una obra cohesionada. No hace poco dedicamos una entrada completa a como podría haber sido el White Album si el grupo hubiera hecho las cosas bien.

Revolution 9

Decía Ian McDonald que Revolution 9 era la pieza avant garde que más difusión había alcanzado en la cultura popular. Para cualquiera que escuche el White Album es un soberano coñazo que puede evitarse pulsando el correspondiente botón de tu equipo de música. Con este despropósito, el irresponsable de Lennon buscaba reivindicarse como el vanguardista dentro de los Beatles, pero viéndolo en retrospectiva sólo consiguió mancillar el cancionero del grupo, ya que el tiempo ha terminado por reivindicar a McCartney en ese campo.

Yoko Ono

Con este personaje de la mitología beatle existen dos tendencias de pensamiento: la vieja guardia la acusa de ser la culpable de la separación de los Beatles, mientras en las últimas décadas ha surgido una nueva corriente de pensamiento según la cual el grupo ya estaba sentenciado y Yoko Ono lo que consiguió realmente fue dar estabilidad a Lennon en su entorno privado. En cualquier caso, no podemos negar que la chica tenía más cara que espalda y, aunque no fue el detonante directo de la separación, si ayudó bastante a crear el mal ambiente en el estudio para precipitar todos los acontecimientos. El verdadero fan de los Beatles, más que sufrir por Yoko Ono, debería sufrir por la pasividad de un Lennon que de golpe y porrazo se acababa de transformar en el calzonazos oficial del rock para el resto de su vida.

La producción de Phil Spector en Let It Be

Cualquier fan de los Beatles estará de acuerdo conmigo en que Let It Be forma parte de la discografía del grupo, pero al no estar George Martin a los mandos ya no es lo mismo. Bien es cierto, como argumentaba Lennon tras la separación del grupo, que Phil Spector partía de un material pésimo con el que empezar a trabajar, pero las orquestaciones con las que adornó canciones como Across The Universe o The Long And Winding Road podrían calificarse como poco menos que un boicot al legado del grupo.

Free As a Bird y Real Love

Ya mi compañero Bruno dedicó dos excelentes entradas a la grabación de ambos temas por parte de los Threetles. Ningún fan en su sano juicio podría considerarlos como temas de los Beatles, más bien quedarán para la posteridad como dos raros apéndices en los que McCartney, Harrison y Starr estuvieron trabajando durante los noventa para contribuir al ambicioso proyecto Anthology. Ni Lennon se fue de vacaciones ni les dejó con el encargo de terminar ambos temas, la triste realidad en retrospectiva es que hicieron expolio de las demos de su difunto compañero con la complicidad de su viuda para promocionar un nuevo sacacuartos del grupo.

Nuevos lanzamientos para pasar por caja

Para terminar este breve recorrido por el museo de los horrores de los Fab Four, sólo nos queda hablar de toda esa cantidad de productos con los que nos han estado bombardeando desde comienzos de la pasada década. Que si el Naked, que si la horrenda BSO del espectaculo del Cirque Du Soleil, que si las guitarras del Rock Band y el juego en múltiples plataformas, que si la discografía en estéreo, en mono tal y como fueron concebidas... ahora los vinilos remasterizados. No sabemos que se les ocurrirá en los próximos años, pero seguro que nos ponen los dientes largos vendiéndonos por enésima vez lo mismo con alguna novedosa variación en el soporte.