viernes, 5 de noviembre de 2010

Peter Gabriel, el ángel caído (2ª parte)

OVO (2000)

Si entre So y Us tenemos que esperar seis años, entre Us y OVO tenemos que esperar ocho. A pesar de disponer de discográfica propia, Peter Gabriel publica tan sólo un álbum en directo durante ese paréntesis, un disco que recoge su gira Real World Tour de mediados de los noventa. Tan sólo un encargo logra sacarle de la inactividad, algo bastante extraño, por cierto: la creación de la banda sonora para un espectáculo visual que inaugurará el Millenium Dome de Londres. Al tratarse de un edificio construido en una fecha tan emblemática como el año 2000, Gabriel decide crear un hilo conductor que abarque tres generaciones de una familia a través de la cual queda representada la historia de la humanidad.

No voy a hacer un resumen de un proyecto tan ambicioso, pero lo más reseñable en su argumento es el conflicto entre naturaleza y tecnología, así como la armonía entre ambas al final de la obra. No sé si hablar de OVO como un álbum oficial de su carrera en solitario, ya que es un proyecto que más bien parece un musical en el que participan varios cantantes, representando cada uno de ellos a un personaje de la familia protagonista (incluido el propio Gabriel). Los géneros se suceden uno tras otro, desde el rap hasta la música arabe o celta, creando un conjunto muy disperso y con poca chicha. Reseñable podría ser el melódico pop de Downside-Up o The Tower That Ate People, una canción basada en la Torre de Babel que por un momento nos recuerda al Gabriel más rompedor de sus primeros discos en solitario.

El cambio físico en el cantante es ya muy acusado, pasando de tener una cabellera apreciable al clásico tandem calvicie/barba de chivo (los años no pasan en balde). Es más, en su visita al plató de Lo + Plus para promocionar el disco, alguien de la dirección del programa decide mezclarlo entre el público antes de realizarle la entrevista (era el segundo invitado de la noche). Nadie del público se da cuenta de que Peter Gabriel se encuentra a su lado y, cuando Máximo Pradera le invita a subir a la mesa, la sorpresa es mayúscula. En días posteriores, el músico habla pestes del programa después de darse cuenta de la jugada. En cuanto a OVO, quedará como el álbum más disperso de su discografía en solitario, aunque si hablamos de él como lo que es, la banda sonora para un edificio... nos faltan referencias para evaluarlo correctamente.

UP (2002)

Quizá Gabriel terminó pensando también que OVO no era valido como parte de su obra en solitario, razón por la cual decidió publicar un álbum oficial dos años después. Hay que tener en cuenta que cuando Up salió publicado en 2002, habían pasado 10 años desde su último trabajo oficial en términos tradicionales (Us, 1992). Up podría ser el trabajo que más se acerca a los álbumes pre-So de todos los que vamos a comentar aquí, al menos en estructura. No es un álbum conceptual como Us, ni algo tan sui generis como OVO, tampoco un disco de versiones como Scratch My Back: nos encontramos ante una colección de canciones de temática variada, alguno de los cortes incluso se permiten algo de crítica social. El álbum en una primera escucha parece revivir la misma vitalidad que su cuarto álbum, Security, sin embargo, la grata impresión de esa primera toma de contacto no dura mucho.

El disco es demasiado oscuro y, algo imperdonable, muy aburrido. The Barry Williams Show, la canción que se utiliza como primer single (basada en programas telebasura tan en boga como el show de Jerry Springer), resulta ser un fiasco que no serviría ni como tema de relleno en discos anteriores. El nivel del álbum en conjunto es muy bajo y tan sólo destacan, sin ser grandes canciones, Growing Up y No Way Out. Teniendo en cuenta que Gabriel llevaba trabajando en Up desde 1995, podemos suponer que quizá la sobreproducción y la revisión sobre la revisión durante siete largo años terminaron perjudicando al producto final. Nos encontramos ante la última entrega de material original por parte del músico, y estamos hablando de hace ocho años.

SCRATCH MY BACK (2010)

Y llegamos a 2010 y el reciente Scratch My Back. Al igual que Phil Collins, Peter Gabriel recurre a un disco de versiones para publicar algo nuevo después de casi una década de sequía discográfica (exceptuando la canción Down To Earth de la BSO de la película Wall-E). A diferencia de su ex-compañero en Genesis no se centra en una temática concreta como puede ser la Motown, si no en una selección muy personal de canciones firmadas por autores clásicos como Neil Young o Paul Simon y grupos de plena actualidad como Arcade Fire o Bon Iver.

El proyecto era más ambicioso aún, ya que Gabriel quería que todos los autores a los que el versiona en Scratch My Back (Ráscame la Espalda), contribuyeran con otra versión del cancionero del propio Gabriel para crear un disco paralelo (I'll Scratch Yours, Te Rascaré la Tuya). Se habrían publicado así dos álbumes a la vez, pero el supuesto disco hermano a cargo de los versionados no ha llegado a buen puerto. Según el blog de Julian Ruiz, tanto Neil Young, como David Bowie o Arcade Fire y tantos otros han pasado olímpicamente de la petición del ex-lider de Genesis. Radiohead dejó a la mitad la versión de Wallflower (canción que cierra Peter Gabriel IV) y tan sólo Lou Reed, Brian Eno y Stephin Merrit de Magnetic Fields le han devuelto el gesto.

Peter Gabriel se ha estrellado con todo el equipo, el álbum de versiones adolece de lo mismo que sus predecesores más inmediatos con el añadido de que es un disco sin nuevo material ni esfuerzo creativo alguno. Las versiones son planas y sobrias, insoportables... y mira que es difícil cargarse un temazo como Heroes de Bowie o una canción tan animada como The Boy In The Bubble de Paul Simon. Existe una canción que sirve como precedente para este proyecto, el tema Father, Son del álbum OVO, una canción aceptable pero con el mismo aburrido acompañamiento de orquesta y piano que usa esta colección de versiones inútiles. Peter Gabriel en su punto más bajo, tanto creativa como comercialmente.

Y no te doy otra no más porqué...

No sabemos que ocurrirá en un futuro, pero está claro que desde hace casi veinte años, Gabriel ha perdido ese olfato comercial y ese riesgo calculado que lo convertían en uno de los músicos más excitantes del panorama musical internacional. Una falta de objetivos claros o quizá una revisión excesiva de sus trabajos han terminado por volver aburridos todos sus álbumes. El éxito comercial de mediados de los ochenta supuso un cambio de rumbo en su carrera que ha terminado por llevarle a la deriva. No sé si ya es hora de ignorar sus futuros proyectos, aunque cualquier opción es buena antes que seguir al vacuo Phil Collins con su proyectada enésima resurrección de Genesis. A pesar de todo, los fans del músico esperamos con curiosidad esa prometida entrega, ésta vez con material original, con título provisional On/Off.

6 comentarios:

TSI-NA-PAH dijo...

Muy buenos tus post sobre Gabriel,aunque yo soy fan de Gabriel de sus cinco primero discos y con Genesis.Los otros disco los tengo,pero nunca llegaron a emocionarme como Solsbury Hill, o Biko!
Un saludo

Benet dijo...

Personalmente US aún me gustaba algo, pero OVO y UP, son realmente indigeribles. Como tú bien dices, UP es aburrido. Bueno, yo lo llamaría soporífero. Y es que esta tendencia de Peter Gabriel hacia la música relax o Chill Out, por buscarle una asimilación me parece insufrible.
Yo estuve en el concierto de UP y, bueno... con la ayuda de la tecnología, el concierto no estuvo mal. Pero el CD lo tengo en casa bien aparcadito.
Y que conste que el que escribe es un fan incondicional de los primeros 4 discos de Gabriel y el Live, claro.
Lo demás, incluyendo SO, no me interesa.
Los 4 primeros son obras maestras del progresivo. Excelentes muestras de la creatividad del arcángel. Conservaban aún el espíritu de The Lamb...

Por cierto, te felicito por tus magníficos post sobre PG. Muy buenos.

Dr. Quatermass dijo...

Bien, te has quedado a gusto pero estás en tu derecho y no te falta razón. Pero creo sinceramente que no es problema de desgana sino todo lo contrario, es falta de fescura, es querer una canción y darle vueltas y vueltas durante años buscando una perfección imposible y así estos discos pasan sin pena ni gloria por los oídos sin case capaz de recordar los temas.

Me gustaría que comentaras la primera parte de la discografía del maestro, ya que has comentado los 2/3 últimos.

Un saludo!

Luis Cifer dijo...

Una pena que un creador del talento de Gabriel lleve 20 años sin darnos lo mejor de sí. Pero no nos engañemos, el tiempo pasa para todos, las mejores creaciones de cualquier artista se dan antes de los 40 (o antes), pasados esa edad... se van las ganas, o se dejan las drogas o yo qué sé, pero la imaginación y el talento desaparecen. Hay decenas de ejemplos, desde The rolling Stones a the cure o pink floyd, la decadencia llega irremediablemente.

Benet dijo...

La misma opinión que Dr.Quatermass, falta la primera parte del Arcángel. La mejor, la de sus 4 primeros álbumes.

Manuel J dijo...

Muchas gracias por comentar, TSI-NA-PAH. Solsbury Hill me parece tambien una de sus mejores canciones, impresionante.

Gracias también por escribir, Benet. En cuanto a Up, puedo decir que lo he intentado con ese disco demasiadas veces. Pensaba que era un disco difícil viniendo de quien venía, pero después de algún tiempo me di cuenta de que sólo era aburrido. Con So no puedo estar de acuerdo contigo, creo que esa dosis de comercialidad le vino estupendamente.

Dr. Quatermass, gracias también por escribir. Me apunto lo de comentar el resto de su discografía, pero esta vez a post por disco ;)

Luis, también gracias por comentar. Yo hilaría más fino con esto de la edad. Tengo comprobado en más de una ocasión que muchos de los mejores músicos han publicado su obra capital a los 25 años. Muchos de los Beatles tenían 25 años con Sgt. Pepper y M. Jackson publicó Thriller también a los 25.