Ha sido una pena quedarnos sin fuelle en el blog al comenzar 2015. A finales del año pasado nos planteamos comenzar a trabajar en el mes Dylan para junio o julio, tal y como hicimos con el mes Beatles a principios del verano de 2014. Al no disponer de material nuevo ya en febrero, no nos queda más remedio que publicar todas las entradas sobre Dylan que podrían haber formado parte de aquello. En fin... quizá un mes sobre Dylan hubiera saturado al personal cosa mala. Igual estas entradas se disfrutan más en pequeñas dosis que no en un largo evento dedicado al genio de Duluth.
En cuanto al libro que nos ocupa, diré en primer lugar que lo que ha hecho Eduardo Izquierdo me parece muy valiente. Hace algunos años me planteé hacer lo mismo que él en una escala mucho más pequeña y no fui capaz. El 25 de enero de 2011 escribí una entrada llamada Bob Dylan, el eterno retorno en la que hablaba de como Dylan había conseguido recuperarse artísticamente varias veces a lo largo de su carrera y prometía una serie de tres entradas en las que hablaría de su última resurrección con discos como Time Out Of Mind, Love & Theft y Modern Times. Releyendo dicha entrada, me ha sorprendido encontrar una referencia de mi propia cosecha hablando de estos álbumes como La Trilogía del Crepúsculo. Eduardo Izquierdo la llama ya desde el título del libro La Trilogía del Tiempo y el Amor, un apelativo mucho más optimista y favorecedor. Me gustaría aclarar que no fui capaz de escribir ninguna de las tres críticas anunciadas, de manera que sólo quedó mi intención de hacerlo. Quizá empecé la de Time Out Of Mind, pero no me vi capaz de terminarla y se me hizo muy cuesta arriba hablar de discos como Love & Theft o Modern Times cuando prácticamente me parecen la misma cosa. El autor del libro que nos ocupa no sólo escribe las críticas de estos tres álbumes, si no que también consigue armar un libro muy interesante sobre la última etapa de Dylan como músico. Etapa que pilló a todos por sorpresa y que ha vuelto a escribir con letras de oro una nueva página en la historia de la música.
La Trilogía del Tiempo y el Amor no puede limitarse a hablar de los tres discos y punto. De hecho, sería un pecado quedarse ahí cuando la carrera de Dylan a partir de la publicación de Time Out Of Mind se ha expandido triunfante en otros muchos aspectos. Eduardo Izquierdo expone en primer lugar el porqué de considerar esta triada de discos como una trilogía cuando la obra musical de Dylan no puede etiquetarse tan alegremente. Tras esa justificación, que seguro contentará a los fans del músico más fervientes, resulta tan interesante hablar de la creación de Time Out Of Mind como de la etapa previa que encaminaba a Dylan a ser rescatado de un olvido que abarcaba casi dos décadas. Leyendo el libro he caído en la cuenta de que Time Out Of Mind no sólo reactivó su carrera discográfica, si no que también expandió a Dylan a otros campos que con el paso del tiempo incluso los fans hemos olvidado. Desde 1997, la colección de bootlegs se ha reactivado en paralelo a su discografía oficial ofreciéndonos joyas como el legendario concierto del Royal Albert Hall, las tomas alternativas de Tell Tale Signs o todo el material que reivindica las denostadas sesiones de Self Portrait. El genio de Duluth ha ganado un Oscar, ha publicado un libro maravillosamente bien escrito llamado Chronicles Volume 1 y ha colaborado en uno de los documentales más celebrados de los últimos años dirigido por nada menos que Martin Scorsese. Además, el Never Ending Tour se empezó a conformar durante estos frenéticos años y, algo que pocos habían considerado, Dylan ha logrado reunir a la mejor banda de acompañamiento con la que ha contado nunca desde The Band.
La Trilogía del Tiempo y el Amor está bien planteado por todos estos motivos. No sólo tiene la oportunidad de hablar de tres discos maravillosos, si no que también aprovecha para hacer un repaso a todos los acontecimientos que han ido expandiendo el universo Dylan en su última resurrección discográfica. No se deja nada en el tintero e incluso aborda aspectos tan peliagudos como las acusaciones de plagio sobre los dos últimos discos de la trilogía. Sobre este tema, creo que el propio Dylan se ha reído descaradamente incluyendo Early Roman Kings en Tempest (un plagio más que evidente a Manish Boy de Muddy Waters). ¿Aspectos negativos? El principal de todos ellos que, al establecer la trilogía de discos como eje central del libro, el autor se ve obligado a hablar de todas las canciones y en ocasiones hay poco que decir, pero hay que decir algo. Cada vez que empieza la review de un álbum viene acompañada de la tan temida enumeración de cortes. En casos de álbumes tan genéricos como Love & Theft o Modern Times se hace especialmente cuesta arriba por que varios temas son muy parecidos y hay poco que decir.
4 comentarios:
Mi época favorita de Dylan siempre fue la de los sesenta. No sé, pero con lo demás, no he conectado mucho; uno siempre ha sido más de Waits y Cohen que de él. Pero eso sí: ganas tengo de leer esas entradas.
http://www.ourgodsaredead.blogspot.com.es/2015/02/max-cavalera-genio-y-figura-hasta-la.html
Pienso que nunca está de más comentar las canciones, porque sucede que el punto de vista de quien escribe te puede hacer descubrir algo que tú no habías visto... incluso donde crees que no hay nada que descubrir. Por otra parte, Eduardo hace un trabajo importante de ubicación de muchos temas de esos discos, para los que no nos sabemos las raíces hasta ese punto. Un abrazo, siempre es un placer leeros.
febrero!!!! es hora de otra entrada master!!!!!!!! salu2....
Tienes toda la razón, JLO... pero este parón lo veíamos venir desde septiembre del año pasado. Sabíamos que nos quedaríamos sin entradas a principios de 2015 y así ha sido. Con Music Is My Savior hemos vivido varios momentos de auge y caída (al igual que le ocurrió a Ziggy). En estos momentos toca caída, que se le va a hacer. Igual dentro de dos meses nos apetece seguir escribiendo, igual dentro de medio año... igual éste podría ser el parón definitivo. De momento no sabemos nada, salvo que nos cuesta encontrar el tiempo y las ganas para sentarnos a redactar por el mero placer de escribir. Lo que si tenemos claro es que nunca anunciaremos el cierre a bombo y platillo ni borraremos la base de datos del blog en plan drama queen.
En cualquier caso, gracias por recordarnos después de tanto tiempo sin publicar. Se agradece mucho este tipo de mensajes y aumentan las posibilidades de que algún día nos sentemos a redactar nuevas entradas.
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