domingo, 7 de septiembre de 2014

Paul Simon en cinco discos

Aunque el protagonismo de Paul Simon en el blog no ha venido siendo muy relevante, si que tengo que confesar que varias de las personas que aquí escribimos profesamos una enorme admiración por el menudo genio. De hecho, habíamos barajado varias opciones para homenajearle a través de diferentes artículos, pero al final nos hemos decidido por incluirle en la sección de “un músico en cinco discos” a modo de repaso de los cinco álbumes imprescindibles de su carrera en solitario y en posteriores entradas, hacer un repaso exhaustivo a las diez canciones esenciales que compuso durante su período con Art Garfunkel. Evidentemente una figura del peso de Paul Simon requeriría un trabajo mucho mas profundo, pero bueno, todo se andará.

Realmente la obra discográfica de Paul Simon (72 años, recordemos) no es muy vasta en número de referencias. Si hacemos recuento y dejando a un lado sus discos en directo y recopilatorios encontramos cinco discos de estudio con Art Garfunkel, dos bandas sonoras (El Graduado y One Trick Pony), el Songbook del 65 y once discos de estudio en una carrera en solitario de mas de cuarenta años. Al lado de ilustres compañeros generacionales puede dar la sensación de ser algo corta, pero los que conocemos su obra con profundidad damos fe de que estamos ante un músico extraordinario. Mas allá de su talento para la melodía, de su innegable sentido de la ironía en los textos y de su infravalorada genialidad como guitarrista, Simon es ante todo un incesante buscador de ritmos y sonidos. Su obra es tan ecléctica que me atrevería a decir que es quizás el músico que mas estilos y géneros ha abordado con éxito. Elegir cinco discos de Paul Simon en solitario es un ejercicio de reivindicación a su figura y de reconocimiento a uno de los mas grandes songwriters del siglo XX (y parte del XXI).

Paul Simon (1972)


Con el tiempo se pudo constatar que uno de los principales motivos que originó la separación del dúo Simon&Garfunkel, fueron las inquietudes creativas de su principal compositor, que iban mucho mas allá de las impecables melodías y armonías que hicieron famoso al grupo. Simon, en un gran ejercicio de autoafirmación, tituló a su primer album en solitario (si dejamos a un lado el Songbook) de forma homónima y con una imagen en la portada que dejaba muy clara su intención inicial. Desde un principio Simon quiso labrarse una carrera personal al margen del recuerdo de sus míticas composiciones con Garfunkel, y aunque le costó lograrlo a ojos de los muchos aficionados a su música, al final lo consiguió. Este fantástico album puso la primera piedra. Tiene mucho y bueno de todo el universo creativo de Paul Simon: experimentos con las músicas incas en Duncan, coqueteos con el reggae en Mother and child reunion (Simon fue uno de los primeros artistas americanos en acercarse de lleno a la música de Jamaica), excepcionales piezas pop como Me and Julio down by the schoolyard, curiosos instrumentales como Hobo´s blues o la deliciosa Papa Hobo, mi favorita de la colección. Hay alguna que otra canción que no termina de encajar (Armistice Day), pero no podría haber empezado mejor.

There Goes Rhymin´Simon (1973)


Haciendo caso omiso a algunas presiones por parte de la discográfica, Simon decidió no salir de gira promocional con su album debut, sino que optó nuevamente entrar en el estudio para sacar partido a su gran momento de inspiración y motivación, espoleado por las buenas críticas recibidas de su primer disco y por aspectos mas personales como el nacimiento de su primer hijo, Harper, y la buena armonía que existía con su mujer de entonces. Paul Simon ha sido siempre un músico muy condicionado por sus diferentes momentos vitales a la hora de grabar sus discos, y There Goes Rhymin´Simon es un ejemplo evidente de ello. No es descabellado pensar en este album como el mejor de toda su carrera. De hecho, muchos aficionados lo sitúan en la cima de su legado, y es que contiene diez canciones absolutamente redondas. Esta vez se apoya en la música negra (blues y gospel) para entregar varias de sus canciones mas memorables. A gusto personal descataría las dos nanas mas deliciosas que ha escrito nunca (Was a Sunny Day y sobre todo, St. Judy's Comet), la obra maestra que es American Tune, el gospel mas adictivo de Loves Me Like a Rock, el comienzo con la divertida Kochadrome y la extraordinaria Something So Right. Un disco perfecto.

Still Crazy After All These Years (1975)


Aunque sus dos primeros discos habían disfrutado de un notable éxito comercial, no fue hasta su tercer album cuando crítica y público se dieron la mano. Still Crazy After All These Years permanece aun como el único disco de Simon en lograr el número uno en la listas americanas y como el primero de sus discos en solitario en lograr el Grammy al disco del año. Al margen de estas consideraciones, este jazzistico disco representa un inmejorable cierre a una de las etapas mas creativas y geniales del compositor de New Jersey. Incluso supone un nuevo hito en sus colaboraciones con su amigo de siempre, Art Garfunkel, a través de la excelente My Little Town, popular canción que no oscurece los méritos singulares de esta nueva colección de canciones. La pieza que da título al album es sencillamente extraordinaria. 50 ways to Leave Your Lover (primer y único número uno en singles de Paul Simon en solitario) o Some Folks' Lives Roll Easy son otras muestras impecable del sentido del humor y la fina ironía en los textos de Simon. Gone At Last es todo un subidón ritmico y Silent Eyes es una balada final que te encoje el corazón. 

Graceland (1986)


Tras el éxito de su tercer album, Simon entró en una espiral algo irregular en cuanto a sus entregas discográficas. Los años que transcurrieron entre 1976 y 1984 fueron muy intensos en lo personal (separaciones, drogas, bodas, giras con Garfunkel...) y supusieron para Simon una especie de travesía en el desierto, aunque soy uno de los que siempre reivindicarán discos como One Trick Pony (1980) y sobre todo Hearts And Bones (1983). Pero fue en 1984 cuando el destino quiso que Paul Simon diera con una casette repleta de exhuberantes y novedosos sonidos africanos. Su obsesión por esa música le llevó a contactar con varios de los autores de esas extrañas musicas y a grabar muchas de ellas en pleno suelo sudafricano. Sobre esas bases construyó varias de las mas hermosas melodías de su carrera y dió origen a uno de los albumes clave no solo de Paul Simon sino de la música popular. Un album universal asentado en la música africana que llevo a Simon a vender varios millones de copias y a situarle nuevamente en lo mas alto, esta vez, como símbolo de lo que luego se denominó World Music. Boy In The BubbleDiamonds on the Soles of Her Shoes, You Can Call Me Al, Graceland, Crazy Love, Vol. II, Under African Skies...Un album único. Se recomienda el visionado del documental de reciente edición titulado Under African Skies para comprender aun mejor la trascendencia de este disco.

So Beautiful Or So What (2011)


Al elegir los cinco discos esenciales de Paul Simon, tuve claro que debía seleccionar uno de su última y mas que recomendable etapa. Tanto You´re The One (2000) como Surprise (2006) podrían haber ocupado ese lugar perfectamente, pero me he decidido por este fenomenal So Beautiful or So What (2011) por ser el último de los grabados por su autor y por suponer un compendio perfecto de la música que hace reconocible a Simon ante el aficionado. Cualquiera que sienta curiosidad por la música de Paul Simon y quiera empezar la historia desde el final, tiene en este disco un comienzo inmejorable. Con treinta y ocho minutos de duración, tiene varios momentos muy a tener en cuenta. El comienzo contagioso de Getting Ready For Cristhmas Day, la compleja y brillante Dazziling Blue que nos transporta inevitablemente al album Graceland, la excelsa Love and Hard Times o el curioso instrumental Amulet, que desde esos acordes iniciales tan sugerentes te va sumergiendo en una serie de sensaciones que te acaban por desmontar emocionalmente hasta enlazar con Questiones For The Angels, sencillamente perfecta. Simon tiene mucha fama de ser excesivamente metódico y perfeccionista (de ahí que haya editado pocos discos y muy separados en tiempo), pero resultados como este le darán siempre la razón.

8 comentarios:

PPK dijo...

Muy interesante. Estamos acostumbrados a unir su nombre a su compañero, pero en solitario tiene temas excelentes.
Por cierto, en el segundo párrafo se desliza una errata (Basta). La cercanía en el teclado os ha jugado una mala pasada.
Saludos.

TSI-NA-PAH dijo...

Me encanta Paul, tarde algo en apreciar en su justa valor su trabajo pero ahora es uno de mis favoritos.
A+

Manuel J dijo...

A mí me gusta mucho Paul Simon, pero hay discos como Hearts & Bones o este So Beautiful a los que tendría que dedicar más escuchas. Tiene una discografía en solitario prácticamente impecable, puede que porque se ha sabido dosificar y nunca ha publicado un álbum por compromiso.

Rivers Of Ice dijo...

PPK: Gracias por comentar. Es verdad que el legado de Simon con Garfunkel ha quedado mas grabado en la memoria colectiva, pero su trabajo en solitario está, por lo menos, a la misma altura. Ademas, por aquello de no ser un cancionero tan popular (como el del dúo) es aun mas gratificante su escucha.

Subsanada la errata. :-)

TSI-NA-PAH: También es uno de mis favoritos. Su trabajo en solitario es fantástico y el tiempo se encargará de ponerlo donde merece. Gracias por comentar.

Manuel J: Gracias por comentar.

Ambos discos que citas son excelentes. El primero de ellos fue casi un producto de sus (fallidas) nuevas colaboraciones en estudio con Art, pero recoge una colección notable de temas. Por otro lado, So Beautiful... es un perfecto compendio de los diferentes estilos que caracterizan a Paul. También excelente disco. Aunque dentro de sus últimos trabajos,tengo también mucha predilección por esa rareza llamada Surprise(2006).

Muy interesante esa reflexión sobre la dosificación creativa de Simon. No puedo estar mas de acuerdo.

Anónimo dijo...

Paul Simon es grandioso, es uno de mis compositores favoritos, y es un gustazo escuchar tantas y tantas grandes canciones como ha compuesto, en solitario o en la época con Garfunkel. Me sorprende la calidad y la cantidad de bellas canciones que ha compuesto. tus comentarios me parecen muy buenos y muy buenas las elecciones. Hay otro disco que aprecio mucho y es el que va después de Graceland, El ritmo de los Santos. Tienes también razón en que es un compositor que ha tocado brillantemente todos los estilos imaginables. En fin, que esta entrada es todo un acierto.- Ramón

Rivers Of Ice dijo...

Ramon: Gracias por comentar la entrada.

Como puedes suponer, estoy 100% de acuerdo en tus apreciaciones hacia la obra del genio Simon. Tambien en lo que respecta a a The Rythm Of The Saints, que me parece casi tan bueno como Graceland. De hecho, canciones como The Obvious Child y Born At The Rigth Time estarian sin duda entre mis canciones favoritas de todo su repertorio.

Un abrazo

Anónimo dijo...

"There goes rhymin' Simon" fue un disco que cambió mi vida cuando tenía 17 años e hizo que me hiciera músico. Con eso lo digo todo... En cuanto a "Still crazy..." creo que es un álbum algo sobrevalorado, pues junto a excelentes temas como "50 ways to leave your lover", "I do it for your love" (nadie habla de esta maravilla de balada) o "Some folks' lives roll easy", hay algunos rellenos que desentonan como "Have a good time" o "You're kind" (descartados por Warren Beatty de su film Shampoo) o el fallido (para mi gusto) "Gone at last". Aun así, musicalmente es un disco de maravillosas e intrincadas transiciones armónicas jazzísticas, pero sombrío de tono, muy al contrario que "rhymin' Simon"... Y es que se nota que cuando lo grabó se estaba divorciando de su esposa de entonces, Peggy Harper. // Aparte de esto, a PPK: "vasto" está bien escrito con "v", pues se refiere a extenso; "basto" con "b" significaría grosero o zafio, que no es el caso.

Tereso Rampell dijo...

Un grupo legendario es aquel capaz de grabar cinco discos grandiosos. Grupos así los hay contados con los dedos de la mano: Pink Floyd, Led Zepelín, Queen, Bowie, Metallica.... Muy poco más. Y luego están los genios absolutos, los que entregan una discografía de más de diez discos apoteosicos: ahí solo están los Beatles y Paul Simon (Garfunkel es una anécdota, un cantante, el es el genio creador).