Siempre digo lo mismo. Crecí en los ochenta y musicalmente le debo practicamente todo a esa década tan denostada y tan infravalorada. Por eso, a modo de reivindicación, me he animado a escribir esta entrada para recomendar tres discos, no tan conocidos como otros de aquella época, pero que guardan entre sus surcos varias de las melodías mas hermosas que se hicieron durante aquellos años. Ademas, son tres bandas que quiero elevar y dar a conocer, para aquellos que nunca se han acercado a ellas: los escoceses Simple Minds, los australianos The Go-Betweens y los británicos Echo and The Bunnymen.
Simple Minds - New Gold Dream (81,82,83,84) (1982).
Simple Minds son, con diferencia, mi banda favorita de los ochenta. Antes de convertirse a finales de la década en un grupo de masas, facturaban deliciosos discos de pop, abordando muchos matices y estilos. Desde el rock industrial, pasando por el tecno-pop o el post-punk tan de moda a principios de la década. Entre todos ellos sobresale esta joya llena de pequeñas y minimalistas maravillas pop, plena de exquisitos detalles instrumentales. Un disco para escuchar relajadamente en una noche estrellada y dejarse envolver por el perfecto acabado de su sonido. Temas como Hunter and The Hunted, Someone Somewhere in Summertime, New Gold Dream o Glittering Prize (con un increíble trabajo al bajo) son joyas que nadie debería dejar de escuchar. Sin duda, uno de mis cinco discos de cabecera de los ochenta.
The Go-Betweens - 16 Lovers Lane (1988).
Album y grupo que descubrí de forma tardía bien entrados los noventa, The Go-Betweens creo que hicieron méritos de sobra para ser reconocidos como una de las mejores bandas de pop de los ochenta. Delicados, elegantes, inteligentes. Sus discos son absolutos viajes por la música mas brillante de su época. Tienen varios discos que hay que tener muy en cuenta, pero este 16 Lovers Lane es un album que cuando lo escuché por primera vez, se paró el mundo. He perdido la cuenta de las veces que lo escuché en su dia y cada vez que vuelvo a el me sigue provocando el mismo placer. Solo con el efecto emotivo que siente uno al escuchar una joya como Quiet Heart, ya vale la pena hacerse con el. Pero hay mas, mucho mas. Diez canciones perfectas para un disco atemporal.
Echo and The Bunnymen - Ocean Rain (1984).
Hasta su separación temporal a principios de los noventa, los liverpoolianos Echo and The Bunnymen podían presumir de tener una de las discografías mas coherentes y dinámicas de los primeros años ochenta. Sobre todo sus primeros cuatro albumes, que les llevó a ser considerados uno de los grupos mas brillantes de su generación. El cuarto de esos discos, y como colofón a esa trayectoria ascendente, es este estupendo Ocean Rain. El disco en donde todo lo aprendido y mostrado en discos precedentes como Heaven Up Here (1981) o Porcupine (1983) confluía a las mil maravillas. Sobresale el himno por excelencia del combo británico, la excepcional The Killing Moon, pero también hay temas de calidad como Silver, la también famosa Seven Seas o Crystal Day. Disco perfecto para iniciarse en la obra de un grupo brillante.
3 comentarios:
Estupenda recuperación.
De estos tres grupos, mi favorito es Echo & The Bunnymen, y "Ocean Rain" un discazo en toda regla.
Un saludo.
Tres grandes discos, fundamentales también en mi evolución. Abrazo.
Alex: Gracias por comentar.Mi favorito es New Gold Dream de Simple Minds. Uno de los discos que mas me marcaron cuando empecé con esto de la musica. Aunque los otros dos son excelentes tb.
Johnny: Gracias por pasarte. Eso es, fundamentales en la evolucion de cada uno. Un abrazo
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