domingo, 23 de marzo de 2014

Paul Williams - Bob Dylan · Años de Juventud


Creo que nunca antes me había topado con una obra como la que voy a reseñar ahora. Sólo Bob Dylan es capaz de desatar pasiones para inspirar el texto más excesivo de todos los que he leído sobre literatura rock. Años de Juventud es un volumen que evita constantemente la objetividad, de hecho parece escrito con el único fin de que compartas la pasión del que lo firma por la música y figura de Dylan. Esta premisa no pinta nada mal en un principio y como fan del músico tenía muchas esperanzas con este libro, ya que nunca está de más conocer nuevas opiniones sobre cualquiera de sus canciones o discos.

El problema fue, creo yo, que tanta intensidad no puede mantenerse a largo plazo y, mientras más se esfuerza el escritor por transmitirte sus sensaciones, más se quema el lector, porque, al fin y al cabo, estás viviendo la música a través de los ojos de otro sin tregua alguna. A medida que iba pasando páginas, mis buenas vibraciones iniciales se tornaron cansancio y tuve que realizar varias paradas durante su lectura, hastiado de leer la enésima suposición peregrina sobre tal o cual asunto. Y es que Paul Williams no se limita a ofrecer su opinión personal sobre cada álbum oficial, concierto o canción descartada en el estudio. Lo más alucinante es que se intenta meter en los sentimientos del propio Dylan para contarte sus conflictos interiores. Al principio te llama la atención, pero después te preguntas... ¿en base a qué? Resulta muy cargante y te desilusiona descubrir que el libro que estás leyendo no se toma demasiado en serio cuando hace semejantes elucubraciones. Te queda el regusto amargo de que al final no estás leyendo sobre Bob Dylan, sino sobre el fanatismo de otro tío hacia el músico. De hecho, Williams quiere meterte sus razonamientos a base de continuas metáforas e imágenes mentales, por lo que seguir el hilo y no perderte por el camino supone un gran esfuerzo.

Paul Williams (1948 - 2013)

Por poner un ejemplo ilustrativo: Williams habla del tema inédito I'm Not There e indica que hay varias partes en las que la letra no se entiende. La causa es tan simple como que Dylan no había terminado el texto y mascullaba sonidos al micrófono para rellenar los espacios en la toma grabada del estudio. El escritor sin embargo se lanza sin paracaídas estableciendo una analogía con la teoría de la caverna de Platón. No voy a explicar su razonamiento para llegar a una metáfora tan descabellada, pero os podéis hacer una idea de lo que supone leer este libro. O te tomas a broma todas estas salidas por la tangente o entiendes y perdonas que el autor pierda el norte de vez en cuando, ya que es evidente que no es capaz de filtrar entre sus mecanismos mentales y lo que quiere plasmar en el papel.

Y sin embargo, en su defensa me gustaría resaltar que, entre tanta paja mental, el autor es capaz de dar en la diana con algunas de las teorías que va lanzando. Por ejemplo, Paul Williams te ofrece una perspectiva bastante sólida a través de la cual entender la forma en la que Dylan concibe la interpretación de su música. Te deja bastante claro que para el músico de Duluth una canción en un álbum oficial es tan importante desde el punto de vista emocional como puede serlo un tema en directo del que no se haya grabado testimonio sonoro. La única ventaja del tema incluido en el álbum es que se convertirá en la versión definitiva y reconocible para el público a lo largo de los años. Es por ese motivo por el que las canciones de Dylan cambian con cada nueva interpretación en directo, hecho que viene ocurriendo hasta nuestros días para exasperación de muchos que acuden a sus conciertos sin pertenecer al núcleo duro de sus fans.


El puto amo desde 1962

Otro momento importante del libro es aquel en el que te retrata el complicado trasfondo según el cual fue concebida Like a Rolling Stone. Según el escritor, Dylan estuvo a punto de dejarlo todo tras Bringing It All Back Home al sentir que su modus operandi para componer empezaba a agotarse. Ese abandono momentáneo provocó en él una catarsis interior que le llevó a escribir un poema de varias páginas a partir del cual surgió la canción Like a Rolling Stone. A partir de ahí se abre la veda para explotar ese nuevo filón creativo con las canciones incluídas en Highway 61 Revisited o Blonde On Blonde. Tan sólo el propio Dylan sabe si ese razonamiento es o no cierto, pero lo que más me sorprende de esa teoría es que el propio Ian McDonald hablaba en Revolución en la Mente de una catarsis similar producida en Lennon poco antes de escribir otro tema clásico como Strawberry Fields Forever.

El libro llega hasta Planet Waves y también merece la pena leer las teorías del autor hacia discos como John Wesley Harding, Nashville Skyline o Self Portrait. Me llama la atención especialmente lo que dice Paul Williams sobre Nashville Skyline. Según él, fue concebido por parte de Dylan con una doble función: establecer una base de nuevos fans al estilo de músicos más convencionales y romper a la vez con el mito que el propio Dylan se había ido forjando durante los sesenta y que ahora le acarreaba sufrir los inconvenientes de sus seguidores más radicales. El tiempo transcurrido entre John Wesley Harding y New Morning es considerado por Williams como unos años en los que el músico intenta reinventarse sin llegar a conseguirlo. De hecho, tan sólo Planet Waves entraría para él dentro de la categoría de un álbum 100 % Dylan en este periodo.

Como le decía el otro día medio en broma a Mansion, Paul Williams con este libro se convierte en uno de los primeros bloggers de la historia y Años de Juventud es la entrada más larga que he leído nunca. ¿Merece la pena su lectura? Supongo que depende de lo que estés dispuesto a soportar por conocer varias ideas arriesgadas que dan nueva luz sobre una trayectoria tan conocida como la de Dylan. Se nota que Paul Williams sabe de lo que habla, no sólo ofreciendo datos contrastados, sino estableciendo teorías y suposiciones; el principal problema es que le resta mucha credibilidad que el autor se abstraiga tanto sobre lo que el propio Dylan pensaba o sentía en cada momento de su carrera, provocando que el texto pierda el rumbo en muchas ocasiones.

1 comentario:

Rivers Of Ice dijo...

Bueno, aquí un admirador de la trilogía de Paul Williams. :-)

Es justo reconocer que la forma de escribir tan personal de Williams puede chocar a muchos de los lectores. Pero a mi me parece que transmite como nadie el arte interpretativo y creativo de alguien tan complejo y genial como Bob. Aunque insisto en que si, hay ratos cuya lectura puede resultar compleja y enrevesada. El libro esta muy dirigido a estudiosos de Dylan. No es un libro al uso y tampo el mas recomendable para alguien que quiera leer algo de Dylan por pimera vez.

Te recomiendo el segundo volumen de la trilogia. Sigue la misma linea que este primer volumen pero el análisis que hace de la epoca de Blood On The Tracks, Desire y los primeros años de su conversión cristiana es muy bueno.

Un abrazo