domingo, 8 de diciembre de 2013

Linda Perhacs - Parallelograms


En el número 240 de MOJO publican una curiosa sección titulada The Lost Women of Folk, donde recuperan a unas cuantas damas de la música injustamente olvidadas. Reconozco que, como es lógico, no había oído hablar de ninguna y leí con auténtico interés los artículos que dedicaban a cada una de ellas. Pero, cosa del destino, la señorita Perhacs me llamó la atención al primer vistazo, seguramente por el hecho de haber publicado un solo disco y aún así ser merecedora de aparecer en la revista. Eso me resultaba familiar y me acordé de nuestro viejo amigo Gary Higgins: ambos músicos folk con un solo disco cada uno editados hace tres o cuatro décadas, ya convertidos en obras de culto, quienes al poco tiempo desaparecieron de la faz de la tierra y nunca más se volvió a saber de ellos. Realmente ni el resto de sus vidas personales ni sus estilos musicales se parecen en nada más, pero la asociación ahí quedó.

Resulta que a finales de los 60's la señorita Perhacs era una higienista dental de Beverly Hills cuya clientela estaba formada por ricachones y famosos como Jane Fonda o Cary Grant. El cliente favorito de Linda era sin embargo el compositor de bandas sonoras Leonard Rosenman (admito que he tenido que tirar de wikipedia para descubrir que este señor trabajó en películas como Rebelde sin causa o Barry Lyndon, y ganó dos Oscars). Resulta que en una de sus visitas, la joven le contó al compositor que ella componía y cantaba, y él le pidió que le enviara una cinta con sus canciones. Así lo hizo y, 24 horas más tarde, Rosenman llamó para decirle que quería que grabase un disco.

Y aquí es donde llega el episodio donde descubrimos uno de los aspectos más interesantes de Linda: resulta que padece una especie de sinestesia, que para quien no sepa lo que es viene a ser interferencias entre los sentidos; así, un sinestésico puede oír colores o ver la música. Viene a ser como el efecto de un alucinógeno pero totalmente gratis. Volviendo a la historia, cuenta la señorita Perhacs que volviendo una noche a su casa de repente tuvo una visión en el cielo: "formas que se movían, una progresión de cambios, algo completamente bello". Paró el coche y dibujó lo que estaba viendo. Unos días más tarde llevó el dibujo a Rosenman, quien se comprometió a grabar la música de esa visión.

El dibujo de la música que Linda vio aquella noche en el cielo

La grabación del álbum llevó 9 meses para materializar la música que había estado oyendo y viendo en su cabeza. Su estilo parte de otras cantautoras contemporáneas suyas como pueden ser Joni Mitchell o Joan Baez, añadiendo arpegios bastante deudores del mejor Nick Drake, pero Linda aporta aquí y allá su toque psicodélico (en algún que otro tema incluso recuerda un poco a Grace Slick en su forma de cantar) dando al producto final un sabor propio peculiar y sorprendente. El sonido del disco es bastante homogéneo y sencillo, con unos arreglos basados principalmente en guitarra acústica y voces, de las que hace un magistral uso en forma de bellísimas armonías, segundas voces y etéreos coros.

Porque realmente este disco lo que hace es crear atmósferas etéreas y oníricas, dándole forma de maravillosas melodías y meciéndolas en pasajes sonoros intrigantes y seductores. Chimacum rain abre suavemente el disco, casi susurrando, dando paso a una cascada de segundas y terceras voces  en el estribillo que nos sorprende con su dulzura incomparable; y cuando nos estamos dejando llevar por la cadencia del tema nos lleva momentáneamente por unos terrenos más extraños, con unos coros oscuros... Esta canción resume bastante bien los derroteros que sigue el álbum completo. Paper Mountain Man es un tema más movido, más bluesero, con una interesante armónica y una melodía bastante pegadiza. Dolphin por su parte es una dulce balada acústica en forma de nana infantil, defendida únicamente por la exquisita voz de Perhacs y el arpegio de su guitarra. Call Of The River vuelve a jugar con los coros y segundas voces, aunque para servidor la guitarra acústica es lo más destacado de la canción: los diferentes pasajes están cargados de arpegios magistralmente interpretados. Sandy Toes es un tema de corte más pop, con una voz doblada y un bajo que llevan el paso de la canción con cierta gracia pero sin mayor relevancia.



Parallelograms es el peso pesado del álbum, al que da título; en principio se trata de una canción con una melodía con aires medievales y unos dulces coros, pero en la parte central nos da paso al interludio donde Linda da forma a su "visión musical": una batería irrumpe de repente para cortar y pasar a un enigmático pasaje de etéreos coros (reproducidos hacia adelante y atrás), tintineantes campanas y lejanas flautas que lentamente se desvanecen... para volver al tema inicial. Hey, Who Really Cares es un corte más sentimental, con una melodía bastante dramática y una sentida interpretación. Moons and Cattails es un tema más folkie, en el que la percusión (una tabla hindú seguramente) y las guitarras acústicas dan un toque oriental muy interesante. Morning Colours es por su parte una nueva y sencilla balada cuya segunda mitad se ve realzada por las sorprendentes flautas, que le dan un toque incluso jazzístico. En Porcelain Baked Cast Iron Wedding volvemos a unos arreglos más pop, con bajo y batería, donde Linda ironiza sobre las felices vidas de mujeres prisioneras de sus matrimonios. Delicious es la dulce despedida del disco, donde destaca por encima de todo su bella voz.

Perhacs y Rosenman siempre se quejaron que la discográfica editó el disco con una mala masterización, resultado de la cual la impresión en vinilo dio un pobre sonido a las canciones. Con un sonido deficiente y una nula promoción, el álbum cayó en el olvido durante décadas, siendo recuperado y reivindicado en el siglo XXI por músicos como Devendra Banhart o Daft Punk, lo que llevó a una nueva reedición remasterizada del álbum que hoy nos ocupa. Recientemente Linda ha publicado un nuevo trabajo, el segundo de su carrera y cuatro décadas después del primero, titulado The soul of all natural things.


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